Capitulo 5

El carruaje de los nobles y la realeza avanzan entre los senderos del bosque, los campesinos y los aldeanos con sus mejores ropas y zapatos, los soldados galantes con sus familias van andando, todos hacia el reino Skull.

En el cruce donde los caminos se conectan, los cinco reinos se encuentran, todos hacia la fiesta del círculo de Alianza.

Las puertas del reino se abre de par en par, las antorchas florecen al paso de los invitados en distintos colores al ir cayendo el sol. En la entrada del castillo se ve a los caballeros de pie con ropas de gala, y estandartes con la bandera del reino.

Las carrozas llegaron al frente, con adornos artesanales compuesto por oro y plata. Cada invitado es recibido con el respeto, nobleza y amabilidad. Cada hombre mujer y niño aún del pueblo son recibidos con el mismo trato.

Se podía ver a los nobles y reyes bajar de los carruajes para ingresar por el tapete de piel rojo anunciando su llegada de boca en boca de los hombres de pie que les reciben, hasta llegar a un enorme salón donde el rey Skull se encuentra de pie.

—¡El rey Palet del reino de Yukia!— un hombre alto de hombros anchos y fuertes, caminaba arrastrando su túnica¹ y capa tejido a mano, su rostro serio destaca entre la barba, el bigote y cabellos pelirrojos con una franja blanca en los lados peinado hacia atrás. Sus ojos negros y profundos no hacen más que mirar al frente disparando una mirada fría y sin expresión el cual a las jóvenes casaderas solo le miran fantaseando un cuento de hadas a su lado. Sus pasos firmes avanzan por la alfombra hasta el trono dónde está el rey Arthur para dar una reverencia la cual fue contestada con otra de parte del rey esqueleto.

—Bienvenido— Palet asintio y ante el aneman del rey esqueleto el rey Palet chasqueo los dedos y un grupo de sus hombres corrieron a su lado inclinando sus cabezas al levantar sus manos mostrando regalos para el rey esqueleto; Vacijas de arcilla, telas finas de seda echas a mano con terminados de hilo de oro y cobijas abrigadoras de pelo de tigre.

El condestable² con una capucha que apenas dejaba ver su rostro bajo para recibir una de las prendas y sus hombres le siguieron para recibir el reato y llevárselo. El condestable² de Palet miro al encapuchado, tratando de ver su rostro, había escuchado historias sobre ese esqueleto, historias que rayaban la ficción con demasiada fantasía, su fuerza descomunal y agilidad solo es comparada con los Dioses. Este alzó un poco la cara alcanzando a ver una cicatriz en su cuenca derecha y sin iris. Sintió la mirada de su rey así que solo retrocedió y tras una reverencia ambos se retiraron para seguir con la fiesta.

—¡El rey Nigthmare del reino Rosal y la princesa Lux!— un hombre con el porte alto recargado en un bastón de oro a cada paso. Acompañado de una hermosa joven de finos rasgos y cabello morado avanzan con elegancia y porte, con la palma del hombre extendida hacia arriba para tener la mano de la joven sobre la suya.

—Bienvenido— ambos dieron una reverencia y el rey esqueleto contesto.

—Le agradezco su invitación majestad— la voz de la joven era dulce y su mirada noble.

—Por nuestra alianza, mi padre le a traído algunos regalos— el rey con una simple sonrisa al levantarse peino sus negros cabellos, tan negros al igual que sus ojos a la noche misma.

—Solo lo mejor de mi reino para un amigo incondicional— el rey Nigthmare levantó la mano de su hija para que está pasará a su lado y así pasarán sus hombres con lo que había traído, cofres con joyas, dinero, estatuas de oro, telas y ropas finas.

—Los premios de nuestras conquistas, nuestros trofeos más invaluables— presumía el rey.

—Gracias amigo, espero que no sea el último de tus triunfos— el rey Arthur mando a sus hombres a recibir los regalos, mientras que el condestable² admiraba a la joven, ella al darse cuenta su expresión fue de sorpresa al inicio, para sonreír al notar que este mismo parecía haber volteado al suelo avergonzado. Una vez más sus miradas se volvieron a cruzar y ella con una dulce e inocente sonrisa inclino su cabeza en símbolo de saludo y él hizo una reverencia.

—Gracias majestad— la joven contesto a su gesto para retirarse.

—¡El rey Asriel del reino Moalla!— un joven rey de gran altura de la raza de los monstruos, sus cuernos largos hacia atrás símbolo de la etapa adulta, caminaba con el retumbar de sus pasos de sus enormes patas. Su tunica¹ de un color azul con negro y el escudo de su reino sonreía hasta llegar al frente acompañado de su condestable², una chica pez sin armadura, con un fino traje de la casa de los nobles.

—Bienvenido joven rey y lamento su perdida— el rey Arthur podía notar lo fuerte que era el chico a pesar de todo y comprendía la ausencia de Asgore.

—Gracias amigo, aún que la perdida fue un golpe para mi gente y mi padre, el reino sigue con la frente en alto— .

—Se que su madre estaría orgulloso de usted— el rey Asriel asintio. Mientras que su condestable¹ llamo a sus hombres con regalos; peces, botellas de arena, caracoles y conchas de las playas, algunos peces, crustáceos vivos de gran tamaño y hermosos colores. Trajo también algunos tesoros encontrados en los viajes a otras islas como piedras brillantes encontrados en las cavernas.

—Lo mejor de nuestras costas, espero que sea de su agrado— los hombres del rey esqueleto recibieron todo para dar una última reverencia y así retirarse.

—¡El rey Erick del reino Ansra y los príncipes Ink, Error y Berry!— El hombre de gran porte y la cabeza en alto, miraba con sus ojos brillantes de un color azul claro, más bajo que el rey Palet dejaba lucir una sonrisa en su rostro, mientras sus hijos siguen su paso. Ink porta el mismo semblante que su padre, mientras que Berry con una brillante y extendida sonrisa mira a todos al saludar con la mano lleno de energía y emoción, y tras de ellos con el porte de un duro condestable² camina Error, sin embargo su mirada fría Se refleja un insaciable rencor al mirar de pies a cabeza a cada esqueleto que ha visto en su camino.

—Bienvenidos— el rey Erick dió una reverencia junto con sus hijos Ink y Berry la cual el rey Arthur contesto, mientras que las miradas de ambos contestables² se cruzaban y antes de que el rey Erick se pudiera dar cuenta, el rey esqueleto extendió su mano hacia su hombre para que no se moviera ni dijera nada, ante la inrespetuosa acción de Error.

—Es una dicho su presencia— hablo el rey esqueleto — y si no es inconveniente que pregunte por su majestad la reina— el hombre lo negó con una sonrisa.

—Sabe que ella no es de agradarle los títulos ostentosos ahora debe de estar platicando con sus doncellas y las damas del pueblo— Arthur asintio entendiendo.

—Tan bella como noble— Error se disgusto ante las palabras hipócritas del rey, pero no podía hacer nada más que tragarse su ira. Chasqueo los dedos para llamar a sus hombres con los regalos que se acostumbran dar al anfitrión del Círculo de Alianza; canastas de flores, frutas y verduras, corceles de blancas imbestiduras y algunos retoños de hermosos árboles y rosales.

—Lo mejor de mi reino como simbolo de nuestra alianza y nuestra estrecha amistad— el condestable² encapuchado levantó su mirada solo para mirar desafiante a Error. Ambos se desafiaban mostrando esa rabia incontenible. Este chasqueo sus dedos para recibir los regalos y llevarselos. Pero ninguno quitó su vista del otro.

—Espero que disfruten de la velada, amigo mio— Error miro al rey con acusación y resentimiento, el esqueleto se dió cuenta y en el momento que la familia se iba retirando de su presencia este solo le dedicó una sonrisa, una en el que pudo ver soberbia, y oscuridad. Sabía bien lo que tramaba y el rey se había dado cuenta. Ambos estaban descubiertos y aquello le parecía divertirle al Rey de los esqueletos.

Túnica¹: una prenda de vestir amplia, soliá llegar hasta las rodillas o incluso los tobillos, y se usaba generalmente sobre la ropa interior.

Condestable²: supremo jefe del ejército de tierra, que actúa en sustitución del rey. También administra justicia.

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