CAPÍTULO 62: Enamorada de él

Natalia

Por un instante, vacilo.

La pregunta retumba en mi corazón.

Yo no esperaba al amor en mi vida, no se me pasó por la cabeza ni más remotamente dado a que dejé de creer en las personas. Porque al final de cuentas, demostraban ser burlescas, egoístas, falsas, hipócritas, mentirosas y traicioneras. Si eran sinceras, era con intención de herir. En cambio, la naturaleza estando sosegada —salvo los desastres naturales— no es cruel, armonizando con ella encontré paz. Aunque fuera eternamente momentánea.

Cuando conocí a Tiago debí intuir que le gustaba, uno, porque era evidente —debido a sus constantes sonrojos y su manera de hablarme—, segundo, ningún chico le haría compañía a una chica desconocida solo porque sí. Si estaba quedándose conmigo, era porque tenía un interés en mí, porque quizá quería pretenderme de alguna manera. Aspecto que al principio no me di cuenta por lo anonadada que estaba ante aquella nueva compañía, una totalmente ajena a mi reducido entorno.

Y por todo lo que me sucedía —y aún me sigue pasando—, necesité aferrarme a alguien, dejar de ahogarme en esa ya agobiante soledad. Y poco a poco la compañía de Tiago me fue complementado, aunque siempre rogaba no arrepentirme en un futuro sobre hacerme su amiga; no obstante, podía leer en sus gestos y a través de su dulce mirada que él poseía un alma noble, un corazón inocente.

Sin embargo, a veces me llegaban pensamientos fugaces sobre que podía estar actuando, fingiendo soportarme, para convertirme en su conquista del momento. Pero los desechaba, porque tiempo tenía y él siquiera me confesaba sus sentimientos. Aunque, me parece mejor así, ya que todavía me encuentro preparada y lista para una relación, no cuando ya no estoy dispuesta a dar todo de mí por alguien, no cuando no habrá mutua confianza —lo cual implicaría develar mis secretos más íntimos—, no cuando ya no poseo el candor característico de Tiago.

No puedo afirmar que estoy arruinada porque no es verdad. Aún tengo a mi padre… y sea como fuere Tiago ya forma parte de mi vida, con todo lo que él implica.

Y estos meses que me permitieron conocerlo inevitablemente ocasionaron que poco a poco fuera enamorándome de él. Por su manera tan noble de ser, por la calidez que me transmite, porque basta un solo gesto mío o mi tono de voz para que deduzca si estoy bien o mal, o que algo me aqueja. Porque siempre asevera que poseo una belleza interior, porque siempre procura que yo esté feliz y a gusto. Porque en su mirada no hay malicia alguna.

Porque quiere demostrarme que la confianza no destruye, que las personas con bondad en su corazón aún existen.

Y con cada pasaje de aquellos, lo admitía inconscientemente. Admitía mis sentimientos por él.

Y ahora que por palabras de la misma Érika —aunque fue indebido y bajo lo que hizo— pude corrobar que Tiago con sus acciones no mintió, que fue sincero todo el tiempo. Que si bien al principio lo que le gustó de mí fue mi apariencia física y el aura de misterio que me rodeaba, poco a poco fue enamorándose de lo que soy.

Así que sí, sí lo sé; aunque no desde el inicio.

Por mi parte, tendré que ser franca con Tiago respecto a Érika. No puede continuar con una persona tan descaradamente alevosa, eso no es verdaderamente amistad y no vale la pena mantener a alguien así en la vida, pues apuñala por la espalda en cualquier instante. Y también, seré sincera con esta chica:

—Sí, lo confirmo —levanto la cabeza con orgullo—. Estoy enamorada de él, y sé que él lo está de mí.

—¿Ves como nunca fallo? —Érika sonríe ladina—. Solo que lo que estás haciendo está mal.

—Un momento —la interrumpo indignada—, yo no fui la que traicionó la confianza de su amigo, y más aún de alguien de quien tú afirmas que te gusta.

—Tiago no debe enterarse de absolutamente nada. Ni de que correspondes sus sentimientos, ni de lo que te conté —Érika advierte muy seria.

—¿Por no arruinar su falsa amistad? —embato con una media sonrisa irónica y mi ceja derecha arqueada, cruzándome de brazos.

—¿Aún no entendiste nada de lo que te dije? —cuestiona incrédula. Quiero interrumpirle y decirle que lo único que entendí es que ella traicionó la confianza de Tiago, pero no me deja hablar con un ademán de mano—. ¡Deja de engatusarlo, Natalia! ¿No te das cuenta que todo lo que tú representas solo causa que él vuelva a vivir todo su pasado? ¿No te das cuenta que le pareciste enigmática al principio solo porque vio a su yo anterior reflejado en ti?

778 palabras

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top