CAPÍTULO 60: ¿No sabías?
Natalia
Acabo de finalizar el entrenamiento previo al partido, el cual comenzará dentro de media hora. Como no conozco a nadie acá y Tiago no llegó todavía, me siento en las graderías y saco de mi morral una botella de agua, pues tengo mucha sed.
En eso veo una silueta femenina enfrente de mí, alzo la vista en consecuencia y me encuentro con el sonriente rostro de Érika, que me observa con cierta petulancia y autosuficiencia. Bufo entonces haciendo denotar mi fastidio.
—Hola. ¿Este deporte es muy pesado para ti? —me pregunta con algo de burla, posando las manos sobre su cintura.
—Tengo madera para todo —respondo, impertérrita.
No sé cómo explicarlo, pero algo en esta chica no me da buena espina.
—Eso ya lo veremos en la cancha, chica de las puestas de sol —alega tomando asiento a mi lado.
Un momento. ¿Me conoce desde antes? ¿Acaso estuvo espiando a Tiago? Esto me cae de total sorpresa.
—Explícate mejor —le solicito procurando no demostrar que estoy sorprendida, mas frunciendo mi ceño. Debo manejar esto con cautela.
—¿Qué te contó Tiago sobre Sara y sobre mí? —cambia de tema abruptamente, mirándome como si me considerara su confidente.
—¿Por qué tendría que haberme contado algo?
—Vaya, así que no te contó nada el wey ese —murmura en voz baja, desviando la vista un momento—. En fin, muy al contrario, David es más comunicativo.
¿David? ¿Acaso habla con ella? Yo conocí al mejor amigo de Tiago y aunque hace bromas pesadas, su vocabulario es un poco vulgar, es algo flojo y entrometido; es un buen chico. Nos hicimos también amigos, mas no creo que él haya estado comentando cosas mías privadas a otra persona.
Yo no toleraría eso, y esa era una de las razones por las que me cohibía de hacer amigos. Porque la mayoría resultan ser falsos y habladores por demás.
Lo sé por experiencia propia. Y lo peor es que esa persona no se puso a pensar ni tantito en el daño que ocasionó.
—Explícate de una vez —demando, intentando no demostrar que estoy perdiendo la paciencia.
—Me hice amiga de Tiago cuando él ingresó a la secundaria de nuestro colegio. Era nuevo.
—¿Y eso a mí qué? —indago, no comprendiendo a qué punto o conclusión quiere llegar.
¿Quizá echarme en cara que está enamorada de Tiago?
Por favor, si con solo mirarla cuando habla de o con él se le nota de una manera muy obvia, que hasta me sorprende que Tiago no se haya percatado.
—¿Es neta? —Érika arquea una ceja—. ¿Le gustas y no te contó nada?
Entonces no lo soporto más. Agarro mis cosas y me incorporo, hastiada; mas Érika dice algo que me detiene en seco, paralizándome:
—¿Por qué crees que Tiago es así de tímido? Eso también tuvo su origen. Él de pequeño sufrió disfluencia del habla, era tartamudo.
474 palabras
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top