Tiago

Hoy es ya jueves y estoy en clases, viendo al aburrido profesor de Historia, mas sin atenderlo, mientras tamborileo mis dedos.

Bla, bla, bla, bla y más bla. Mi mente está en otro lugar, inevitablemente.

¡No puedo dejar de pensar en ese beso! Aunque haya sido ficticio, me gustó bastante. Y me desperté justo en el momento.

Ahora estoy debatiéndome si ir o no ir hoy, se lo prometí a Natalia pero… temo que ocurrirá lo que pasó en mi sueño. Perderé el sentido común y acabaré besándola, luego asustándola y después con la mejilla sobada por el cachetadón que me dará.

Y no querrá saber más de mí.

No quiero dejar de verla, ¡claro que no! Mas tampoco sé si seré capaz de resistir la tentación. Sus labios son tan lindos, finos, delineados, y a la vez carnosos y llamativos. Perderé el control, definitivamente.

—Vargas, Vargas. ¡Tiago Vargas! ¿A qué hora piensa responder? ¿El día de San Blando quién sabe cuándo?

Ay no, ese fue el profesor de Historia que acaba de golpear mi pupitre, y yo de lanzar el libro contra mi cara del susto, posteriormente cayéndoseme al suelo.

Mierda. Siento las risas tras mío y me es inevitable sonrojarme.

—¿A a qué, profe? —pregunto mientras recojo mi libro avergonzado.

—Ah, ¿conque no está atendiendo mi clase? —me mira amenazante.

—No, no, cómo cree; claro que estoy atendiendo.

—Entonces responda la pregunta —se cruza de brazos y no me retira la mirada.

—Este… —empiezo a hojear mi libro.

—Vargas, tiene el libro al revés. —¡Seré supino! Ahora la clase entera se mata a carcajadas y David que está sentado a mi lado me golpea en la cabeza.

—Serás menso —me regaña entre risas.

—Cuide sus palabras, Núñez —regaña a mi amigo—. Ahora sí, responda —creo que empiezo a sudar frío.

—Este… ¿la flora y la fauna? —entonces las carcajadas se intensifican y yo siento encogerme más y más. Es que creo haber escuchado mientras el profesor explicaba flora y fauna, mas no tengo ni la remota idea de qué estaba hablando.

Si jamás hubiera conocido a Natalia para que ella ocupase mis pensamientos, creo que habría acabado dormido y en el suelo del aburrimiento por su robótica clase.

—Vargas, por si no se había dado cuenta esta es una clase de Historia, no de Ciencias Naturales. Le reiteraré la pregunta: ¿En qué fecha Cristóbal Colón descubrió América?

—¿El cuatro de octubre de mil cuatrocientos ochenta y cinco? —creo.

—¡Claro que no! Y esa es una pregunta tan básica… En fin, como castigo por no atender mi clase le doy eso como trabajo de investigación para mañana respecto a ese acontecimiento. Fecha y muchos detalles —entonces regresa al pizarrón mientras yo me encojo más en mi asiento, escucho las burlas de David hacia mí y siento las miraditas del salón.

¡Eso me pasa por estar soñando cosas que no debo!

¿Es peor permanecer aquí, o enfrentar esta situación con Natalia?

¿Qué hago? ¿Seré capaz de no besarla?

N/A:

Vaia situación complicada de nuestro Tiago :v

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