Todo comenzó con un sueño
¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
-Pedro Calderón de la Barca
Freud aseguraba que los sueños son deseos reprimidos. No controlamos lo que soñamos pero nuestra subconsciente nos da aquello que anhelamos sin saberlo. Yo sé que el sueño actúa sobre nuestra memoria emocional, lo sé y lo entiendo, también comprendo que durante un sueño todo es posible incluso aquellos deseos más alocados, porque no es real, es solo una manera que tiene nuestro sistema de desahogarse, de relajarse. Pero esa idea que los sueños son deseos reprimidos me tiene sentada en medio de mi habitación a oscuras mirando viejas fotografías que James tomo en diferentes momentos.
-Fue solo un sueño-me digo mientras miro una foto de él en blanco y negro.
Un sueño no significa nada, no puede determinar el futuro o aquello que yo anhelo. Eso es mentira, hay otros muchos estudios que contradicen a Freud.
-Fue solo un sueño.
En mi sueño yo me despertaba en una cama ajena envuelta en sábanas de seda negra. Había alguien dormido de espalda a mí. Yo tocaba su hombro y él se giraba con una sonrisa. Sus dedos acariciaban la piel desnuda de mi cintura hasta llegar a mi espalda. En mi sueño aquel hombre me decía que me amaba y yo le decía que también lo hacía y le pedía que me demostrará cuanto me amaba. En mi sueño era feliz con eso y cuando desperté busqué aquel hombre y para mi sorpresa me sentí decepcionada cuando no estaba aquí conmigo. Revisé alrededor e incluso miré confundida mis sábanas azules. Fue muy real. Pero lo que me tiene despierta no es solo ese sueño o el hecho que me haya despertado esperando que aquel hombre estuviera a mi lado, no, lo que me desconcierta es que el hombre de mi sueño era James.
-Pero fue solo un sueño-me repito.
Guardo las fotos en la caja de madera que compre hace poco en un viaje a la playa. Pongo la caja en mi armario y me vuelvo acostar en mi cama. Son las dos de la mañana, necesito dormir o mañana estaré de pésimo humor. Me acomodo en la cama y trato de dejar mi mente en blanco cuando cierro los ojos.
Es un sueño, una pequeña parte de mí lo sabe pero no lo comprende porque todo se siente muy real e intenso. Él sostiene mi mano izquierda y besa con cariño el anillo de matrimonio, yo le sonrió y le digo que lo amo. No hay temor o vacilación en mi declaración, solo amor. Amo al hombre que sostiene mi mano. Lo miro a los ojos y veo que él también me ama pero no necesito verlo a los ojos para saber eso, él me lo demuestra todos los días.
-Mami-me llama un pequeño de cabello oscuro y ojos azules. El pequeño estira sus pequeños brazos hasta mí esperando a que lo cargue-mami.
Le sonrió al niño mientras me inclino para cargarlo. Es hermoso y fruto del amor que el hombre a mi lado y yo sentimos, este pequeño es la muestra que puedo amar a alguien sin conocerlo porque lo amaba desde antes que naciera, desde que estaba en mi vientre.
-Te amo, te amo mucho-le digo al pequeño niño en mis brazos.
El pequeño me da besos en mis mejillas y me dice que me ama. El hombre a mi lado, el hombre que amo y con el que espero pasar toda mi vida coloca su brazo alrededor de mis hombros y me da un beso en mi frente.
-¿Eres feliz?-me pregunta mi esposo. Suena tan raro decirle así pero me gusta.
-Si, soy muy feliz.-me da un corto beso en mis labios-Te amo, James.
-Yo también te amo Eva, ven, vamos a casa.
Me despierto de golpe y me siento en la cama. Mi respiración es agitada como si hubiera corrido varios kilómetros. Me paso una mano por la cara y enciendo la lámpara junto a mi cama. Miro alrededor y me tranquilizó al ver que estoy en mi habitación, estoy sola y sin anillo de matrimonio en mi dedo. Respiro hondo y trato de tranquilizarme ¿De dónde salen estos sueños? ¿Porqué soñé eso? Se sentía muy real, en mi sueño me sentía feliz y no entiendo porqué, una familia o matrimonio jamás ha pasado eso por mi cabeza. No es lo que quiero, me gusta mi libertad, me gusta mi vida hasta ahora y no quiero que las cosas cambien. Además de donde salió ese amor romántico hacia James ¿Porqué le dije que lo amo? Lo que más me preocupa es que en mi sueño realmente lo amaba, amaba estar casada con él y tener un hijo. Amaba y era feliz con él y nuestro hijo, éramos una familia. Pero eso no es real, fue solo un sueño, yo no quiero eso. James y yo solo somos amigos.
-Vamos, Eva, vuelve a dormir fue solo un sueño.
Apago la lámpara y me vuelvo acostar en mi cama. Sujeto con fuerza la sábana de seda azul como si ella me pudiera proteger de aquellos raros sueños que me acechan desde hace unos días. Cierro los ojos y me muevo tratando de encontrar el lado adecuado para poder conciliar el sueño pero doy y doy vueltas por la cama sin lograr poder dormir. Me siento ansiosa. Busco mi teléfono y enciendo la pantalla mi primer impulso es llamar a James pero me detengo cuando me doy cuenta que tal vez no es una buena idea ya que él es el protagonista de mis sueños. ¿A quién más puedo llamar? ¿Quién más me entiende? Solo James. Marco el 1, él esta en mi marcación rápida y obviamente es el número 1. Me siento decepcionada cuando él no contesta y me manda al buzón de voz, pienso en dejarle un mensaje pero solo corto la llamada y apago el teléfono. Vuelvo a cerrar los ojos e intento en vano tratar de dormir. Mañana tengo trabajo y una presentación importante, necesito estar fresca y verme bien, aunque yo siempre me veo bien. Me sobresalto cuando escucho el sonido de mi teléfono, sonrió sin ver aún quien me llama, ya lo sé ¿Quién más podría ser?
-Hola-digo.
Me siento en la cama.
-¿Estás bien? ¿Sucede algo?-suena muy preocupado.
Por alguna razón me siento mejor al escuchar su voz. Si él hubiera estado aquí y no en Rusia estoy segura que yo ya estaría camino a su casa.
-Tuve un sueño raro-le digo.
Él exclama aliviado al saber que no es una emergencia.
-¿Una pesadilla?-me pregunta con curiosidad.
-No, fue un buen sueño o eso creo.
Juego con el filo de la sábana sin saber como explicar lo que soñé. No quiero decirle exactamente mi sueño pero tampoco quiero mentirle, los amigos no se mienten.
-En mi sueño era feliz con algo que jamás hubiera pensando que me haría feliz. Y eso me confunde, estoy confundida y...
James me detiene.
-Eva, es solo un sueño, no es real. ¿Recuerdas aquel sueño que te conté sobre los azulejos?
-Si, lo recuerdo.
-Fue extraño y me tuvo varios días tratando de entenderlo hasta que me di cuenta que no tiene sentido porque solo es un sueño. Estas cansada, seguro has estado trabajando mucho. Necesitas descansar y verás que mañana cuando te despiertes todo será mejor.
Quiero creerle, pensar que cerrare los ojos y al despertar ya no me sentiré ansiosa o estresada por aquella idea.
-James... James una parte de mí al despertar quería que ese sueño fuera real.
Quería abrir mis ojos y verlo a mi lado. Que sus dedos acaricien mi piel. Quería que este junto a mí y no voy a mentir diciendo que no fue nada, aún me siento algo decepcionada porque al despertar yo estaba sola en mi cama.
-Estas asustada, el miedo normal a lo desconocido.
-El miedo es irracional...
-Y algo normal-me interrumpe él antes que empiece hablar sobre como funciona el miedo en nuestro cerebro.
-Comprender como funcionan las cosas en nuestro cerebro me ayuda a relajarme, ya lo sabes.
-Lo sé, cariño, lo sé-hay tanta dulzura en su voz que quiero abrazarlo.
Abrazo con fuerza las sábanas de mi cama.
-Duerme, Eva o al menos inténtalo. Si no puedes dormir vuelve a llamarme.
Me muerdo el labio.
-Buenas noches, James.
-Buenas noches, Eva.
-¿Puedo pedirte algo?
-Lo que quieras.
-Por favor, deja la puerta de tu habitación abierta, tal vez te visité en mis sueños.
-Por supuesto, cariño.
Le sonrió a la oscuridad de mi habitación y cuelgo la llamada. Dejo el teléfono donde estaba y me vuelvo acomodar para poder dormir. Esta vez me toma más tiempo del necesario poder conciliar el sueño.
Es normal tener pesadillas, son parte de nuestra actividad onírica. La angustia y el miedo son parte fundamental de las pesadillas. La angustia es un aditivo, es lo que queda cuando te despiertas, es la sensación que te acompaña cada vez que piensas en esa pesadilla. Algunas pesadillas se dan por exceso de ansiedad y estrés, creo que ese es mi caso, por los sueños que he tenido antes y por como reaccione a tales sueños. Las pesadillas son normales y a pesar que entiendo eso no puedo evitar sentir miedo por la pesadilla que acabo de tener.
James esta de pie frente a un acantilado. Me sonríe y me saluda, extiende su mano y antes que yo pueda tomarla, una enorme sombra blanca lo lanza al vacío. Grito su nombre pero ya es tarde. Corro a verlo y una luz me ciega, cierro los ojos y cuando los abro estoy en una morgue. El cuerpo muerto de James descansa en una fría mesa de metal.
-¿Que será de mi sin ti?-le pregunto ¿A quién? No hay nadie aquí más que él y yo, pero él ya no puede responderme, nunca más lo hará. Todas las cosas que no le dije se quedaron ahí, atragantadas dentro de mí. No sirve de nada decirlas ahora. ¿Para qué? Él ya no las puede escuchar.
Nunca fuimos nada más que amigos. El miedo a ser lastimada pudo más. Sus labios nunca rozaron los míos, sus manos nunca acariciaron mi piel más que de manera amistosa y yo desee por mucho tiempo que lo hiciera. Quería que recorriera cada centímetro de mí, que contara cada lunar de mi cuerpo, porque yo quería hacer lo mismo. Quería desnudar su alma, como él desnudo la mía, pero no pude y ahora jamás podré. Hay trenes que solo cruzan una vez, yo vi el tren y decidí quedarme en la estación. Debí tomar su mano y caminar con él, debí tomar su rostro entre mis manos y besar sus labios, aquellos labios que ya no podrán besar a nadie más, aquellos labios que ahora jamás podré besar. Él está muerto. Él esta muerto.
El sonido de mi despertador me asusta y me saca de aquellos pensamientos que solo me causan más estrés.
-Fue solo una pesadilla.-Me digo para tratar de tranquilizarme pero no funciona.
Busco mi teléfono y me levanto de la cama. Camino hasta la ventana y abro la cortina, la luz de la mañana ilumina mi habitación.
-Buenos días, Eva-me saluda James.
Escuchar su voz me tranquiliza, él esta bien, es obvio que está bien. Fue solo una pesadilla y yo estoy actuando de manera irracional.
-¿Está todo bien?-me pregunta él cuando yo no respondo.
-Sí, solo quería escuchar tu voz, tuve una pesadilla.
Camino hasta mi espejo de cuerpo entero y veo las horribles ojeras que tengo.
Pongo el altavoz y le pido a James que me cuente cualquier cosa mientras yo me arreglo. No quiero dejar de escuchar su voz, escucharlo hace que aleje aquel mal sueño donde él estaba muerto. He tenido una terrible y larga noche, tal vez por el trabajo o porque extraño a James. No lo sé, pero necesito aclarar mi mente, alejar aquellas ideas y sentimientos que parecen querer salir. Esos sentimientos no pueden salir, deben quedarse escondidos dónde estaban. Todo esta muy bien hasta ahora y debe seguir así.
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