A veces el amor no es suficiente
Fue un placer, habernos amado, besado. Fue un placer habernos roto el corazón.
- Jaime Sabines
Las luces están apagadas, entro despacio y miro alrededor pero no veo a nadie. Hay un silencio asfixiante y un ambiente agobiante, es raro, venir aquí siempre me ha dado paz pero ahora todo luce tan caótico, tal vez es solo un reflejo de como él se siente. Camino hasta la sala y veo las fotos tiradas en el suelo, vidrios rotos por todas partes y botellas de licor regadas en el piso. ¿Cómo terminamos así? ¿Porqué teníamos que llegar a esto? Tomo aire y digo su nombre en un susurro. Mi voz suena débil.
-James-digo ahora con más fuerza.
Escucho un quejido cerca del piano, giro mi cabeza despacio y lo veo. Sentado en el piso, con la cabeza recostada en la pared y los ojos cerrados. Sostiene una botella casi vacia de wiski en una mano. ¿Porqué tenemos que pasar por esto? No es justo. Camino hasta donde él esta y me siento a su lado pero sin tocarlo.
-No me dejes Eva, por favor, no me dejes.
Él permanece quieto mientras habla pero puedo sentir su dolor.
-James...
-No me dejes, lastimame, rompe mi corazón, has conmigo lo que quieras pero, por favor, no me dejes.
Recuesto mi cabeza contra la pared igual que él y busco por instinto su mano. Entrelazo sus dedos con los mios y veo sus nudillos lastimados. Tiene que haber golpeado la pared varias veces con fuerza para tener los nudillos así, no veo otra explicación.
-No puedo imaginar mi vida sin ti-le digo.
Es increíble como cambian las cosas de un momento a otro. Hace solo unas semanas estábamos haciendo planes de boda, planeando nuestra vida y mirando la primera ecografía de nuestro bebé. Él sostenía mi mano y sentía que todo iba a estar bien. Ahora estamos aquí sentados en el piso viendo el caos a nuestro alrededor sin saber como manejar esta situación. Él me pide que me quede y le hago daño ¿Pero que clase de persona sería si hago eso? Lo amo y lo último que quiero hacer es lastimarlo. Pero es lo que nos estamos haciendo, ambos nos estamos lastimando porque no sabemos como manejar esta situación.
-James...
Él me detiene.
-Eva, deja a un lado los hechos y la racionalidad. Solo déjate guiar por tus sentimientos.
Una risa amarga sale de mi garganta y me estremezco cuando la escucho en medio de este caótico lugar. Mi risa parece hacer eco en las paredes. ¿Porqué siempre quieres que haga cosas que no entiendo?
-No puedo evitar ser como soy, mi lado empírico me grita que estamos siguiendo un patrón, algo debe romper esto, tú no lo ves porque te guías por fe y otras cosas que yo no entiendo. Soltaste el timón y este barco náufrago, mira alrededor James, nos estamos hundiendo. Me ahogo y tú no me puedes ayudar. Estas cayendo y yo no te puedo salvar.
Me levanto y empiezo a caminar en círculos por la sala ordenando las palabras en mi cabeza. Veo como James deja la botella en el suelo y se levanta, se pasa una mano por su cabello y abre los ojos, sus ojos están inyectados de sangre y llenos de dolor. Reprimo el grito que quiere salir de mi boca al verlo así, tan roto.
Somos caos.
Todos los que me aman salen lastimados.
Todas las relaciones son pasajeras.
No creo en los finales felices.
Quiero apostarlo todo.
No soy buena con las relaciones.
Te amo...
No puedo con el peso de tu amor.
Hay una persona especial para ti, solo sé paciente.
Busco la mirada de James y como casi siempre él ya me esta mirando. Me mira de aquella forma con la que me ha venido viendo desde hace un tiempo. De aquella forma que me lastima. Lo sigo mirando con la esperanza que me mire como antes pero eso no sucede. Desde que deje el anillo en la que era nuestra cama y me fui, ya nada fue igual. Sus ojos me miran esperando que yo sea alguien más. ¿A quién esperas ver cuando me mirás? Me siento una impostora en mi propio cuerpo. Cuando él me mira siento que mira a alguien más, cuando me toca siento que la toca a ella. Yo no puedo ser ella. Él no se da cuenta que lo hace, que me mira diferente, que las cosas entre nosotros han cambiado. Él sigue teniendo fe, creyendo que nos podemos salvar. Que podemos contra todo y más.
-A veces me miras como si desearas que yo fuera alguien más, me miras esperando que yo cambie, que de más de lo que puedo dar. A veces me miras y no me ves a mí realmente, solo ves a quien quieres que yo sea. Me duele mucho cuando haces eso porqué de todas las personas que conozco eres él único con quien soy yo realmente, sin escudos o paredes para protegerme. Contigo soy solo yo y cuando me miras como lo estás haciendo ahora me dice que ser quien soy no es suficiente. Pero es lo que hay James.
Es lo que hay y no es suficiente. Puedo escuchar y palpar el dolor en mis palabras. Una pequeña parte de mí grita llena de frustración por no poder ser aquella que él quiere que sea, aquella mujer ¿Cómo es ella? ¿Que haría ella ahora? Estoy segura que ella saltaría las veces que sean necesarias. Yo no soy así y él lo sabe, debería saber que jamás debió soltar el timón, jamás debio marcharse como lo hizo porque entonces yo no supe que hacer, yo no podía tomar el timón, no sé manejar y tenía miedo de intentarlo y complicar todo aún mas. No puedo salvar esta relación pero aún podemos salvar nuestra amistad.
-La base de nuestra relación es nuestra amistad, eso es lo que nos sostiene y nos mantiene juntos pero ahora con todo esto que ha pasado nuestra amistad esta colapsando. Los puntales tiemblan y el piso esta tan delicado, hay que caminar con calma porque un problema más y todo lo que hemos construido por años caerán sobre nosotros y nos aplastara.
Guardo silencio un momento. Me cuesta seguir hablando. Solo quiero gritar y patalear como una niña, correr a sus brazos y que me diga que todo estará bien. No quiero hablar, solo quiero llorar. Pero no puedo derrumbarme ahora, necesito ser fuerte por los dos.
-¿Qué nos queda si perdemos nuestra amistad?-le pregunto-Es todo lo que tenemos, tenemos que tomar la mejor decisión para poder mantener en pie esto que nos sostiene.
Él toma mi rostro entre sus manos. Luce cansado y abatido, me duele mirarlo. Quiero apartar la mirada pero él no me deja. Él se ve miserable y sé que por dentro se debe sentir peor. Yo me siento igual que él. El dolor nos esta consumiendo ¿Qué quedará de nosotros? ¿Volveremos a ser los mismos? ¿Volveremos amar otra vez? Yo lo dudo mucho, él lo hará. Es más fuerte que yo y sé que podrá con todo esto. Él seguirá adelante y encontra a alguien más. La vida va a continuar, no se va a detener solo porque nosotros tenemos el corazón roto en este momento.
-¿Y crees que la mejor decisión es esta? ¿Quieres que te deje ir? Suena tan fácil, Eva, dejarte ir y seguir adelante. Dónde vaya estas tú, donde mire estás tú, estás en todas partes, dentro de mi mente, dentro de mi piel, en mi alma. No puedo simplemente seguir adelante. No me pidas eso-él toma mis manos-Podemos solucionar esto, podemos contra cualquier cosa.
Él me abraza tan fuerte que siento que nos vamos a volver uno solo. Ojalá fuera así. Puedo sentir como su dolor y su angustia se mezclan con mi propio dolor y desesperación. Lloro contra su pecho y grito con desesperación. Él es mi alma gemela, mi mejor amigo, mi compañero y confidente ¿Cómo puedo perderlo? ¿Cómo puedo simplemente alejarme de él? No quiero perderlo, si lo pierdo, siento que lo pierdo todo. No es racional pero en este momento no me interesa ser racional, no puedo serlo mientras le digo al amor de mi vida que debemos separamos para no hacernos daño. No puedo ser racional mientras sus brazos me envuelven y me dejan sentir lo frágil y vulnerable que se siente ahora. Lo estoy lastimando, no puedo seguir haciéndole daño. Tengo que dejarlo ir.
-El adiós va a doler, pero el dolor pasará. Tú me enseñaste eso. Pero si me quedo, el dolor solo va a crecer y no puedo despertar cada mañana y ver como el dolor nos aleja, como destruye nuestra amistad. A veces es mejor decir adiós, tengo que hacerlo, por el bien de los dos. Tengo que ser fuerte y dejarte, porque no puedo seguir cargando con tu dolor. Tienes que dejarme ir y seguir adelante, ambos debemos hacerlo.
Debería ser fácil para mí, soy yo la que dice adiós, la que se va pero no es fácil. Duele, maldita sea, duele tanto. Pero no puedo soportar el peso de su amor, no puedo soportar causarle dolor, yo sé que él merece estar con alguien que tenga fe igual a él, que pueda saltar sin mirar atrás o pensar en las consecuencias. Él cree que me estoy protegiendo yo al dejarlo pero en realidad lo estoy protegiendo a él de mí.
-Adiós, James.
Me alejo de él sin mirar atrás abro la puerta y sin girarme a mirarlo le digo.
-Te amo, siempre serás el amor de mi vida y no puedo dejar que te levantes todos los días y te hagas aquella pregunta.
-¿Qué pregunta?
Agacho un momento la cabeza.
-¿Cómo puedo amar a alguien así?-fue la pregunta que él me hizo esa noche antes de irse. Fue en ese momento que entendí que todo había terminado.
Cierro la puerta y un gemido de dolor se escapa de mi garganta, las lágrimas empañan mis ojos. Me limpio lágrimas con el dorso de mis manos y subo en el ascensor.
Me quedo sentada en mi auto mirando hacía la nada mientras sostengo la llave del auto en el aire. Reaccionó después de no sé cuánto tiempo y pongo el auto en marcha. Conduzco hacia el atardecer. Enciendo la música y tengo que detener el auto cuando keep on tryin empieza a sonar. Es la grabación que James me regaló, había olvidado que es lo que estaba escuchando la última vez que maneje. Es nuestra música, con esa música me dijo que queria apostarlo todo, con esa música nos hicimos amigos. Esa música somos nosotros. Un corazón no se puede romper pero puede ser aplastado y creo que eso es peor y a pesar que yo sé que el corazón solo es un órgano que bombea sangre no puedo evitar llevar mi mano a mi pecho para contener el dolor. Duele, el dolor se expande y no parece que se va a detener, parece que va a doler por siempre ¿Es eso posible? No, mi cerebro solo necesita tiempo para volver a los niveles normales de flujo químico. No sé si estoy haciendo lo correcto, no sé si me arrepentire mañana de lo que decidí hoy y tal vez nunca llegué a saber si esta decisión fue la mejor pero es lo que me dice la razón que debo hacer, que es lo mejor para los dos. El es el amor de mi vida, mi mejor amigo y no puedo seguir soportando la forma en que nos estamos destrozando mutuamente. Así que solo me queda ver que pasa mañana y esperar que esta decisión sea la mejor, esperar y tratar de sanar es todo lo que puedo hacer ahora.
-Todo pasa eventualmente, incluso los malos momentos como éste.
Había una vez un hombre y una mujer que se encontraron por casualidad y se hicieron amigos después de cantar, su relación creció y se volvieron inseparables. Eran mejores amigos aunque ambos querían más y un día pasó, lo arriesgaron todo y fueron felices por un tiempo. Éramos una historia tan cliché, mejores amigos que se dan cuenta que se aman y empiezan una relación, no podríamos ser más cliché y como todas las historias así me permití creer que teníamos frente a nosotros un final feliz pero no había final felíz, porque no conté con los imprevistos de la vida. Deseo con todo mi ser que hubiéramos sido una historia cliché con un final de cuento de hadas. A las personas les gusta creer en los cuentos de hadas, en los finales felices, en ángeles y promesas de amor. En sueños, esperanzas y fe. Yo no soy como esas personas pero mientras estaba entre los brazos de James, me permití creer en ese final feliz. En sus brazos parecía que nada malo podía pasar. Supongo que esto es todo, que nuestra historia de amor aunque corta fue maravillosa y él siempre será el amor de mi vida porque después de esto no creo que vuelva amar a nadie más.
Entonces lo entiendo y doy vuelta a mi auto y regreso a su Penthouse, toco su puerta y le digo que fue un error, él se sorprende al inicio y después toma mi rostro y me besa. Me besa y nos decimos cuanto nos amamos, sentimos que todo va a estar bien... Pero eso no sucedio, fui a casa y lloré la pérdida de un gran amor.
Cariño, espero que dejes la puerta abierta esta noche porque voy a caminar hacia tus brazos en mi sueño.
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