A mal tiempo, labios rojos

"El deseo nunca se satisface del todo"💋

Giro en la silla detrás de mi escritorio y observo el techo de mi oficina. Levanto mi mano y paso mis dedos por el filo del vaso de wiski que hay sobre mi escritorio. Mi cabeza duele y me siento con ganas de golpear a alguien en la cara.

-¿Puedo pasar?-pregunta Olivia, mientras asoma su cabeza por la puerta de mi oficina.

Le hago una seña con la mano ya que no veo otra opción.

-¿Estás borracha?-me pregunta.

Sigo moviendo mis dedos por el filo del vaso mientras le doy una rápida mirada. Son las diez de la mañana, tampoco estoy tan mal como para estar borracha a las diez de la mañana pero Olivia no lo sabe. Ella solo vio mi histeria hace una hora cuando mi equipo no pudo desarrollar una campaña según las especificaciones del cliente y según nuestro margen de calidad.

-Ni siquiera he probado el wiski-le digo.

Ella se sienta en una de las sillas frente a mí y deja unas carpetas sobre mi escritorio. Abre una de las carpetas y me enseña uno de los proyectos que estuvimos discutiendo en la reunión de la mañana, me dice que van hacer algunos cambios y me habla de los cambios que van a realizar. Yo solo la escucho sin decir nada.

-Estoy rodeada de gente bi.-le digo.

Vuelvo a recostar mi cabeza sobre el respaldo de mi sillón y observo como Olivia me mira confundida.

-¿Gente bi?

-Bien imbécil-le respondo.

El vaso de wiski luce tan tentador ahora pero no. Debo permanecer profesional.

-En la reunión de esta mañana deje muy claro que no apruebo este proyecto. No me gusta, ¿Qué parte de eso fue difícil de entender? Necesito que dejen de perder el tiempo y empiecen a trabajar. ¿Es mucho pedir?

Le hago una seña para que salga de mi oficina.

-Quiero el proyecto para mañana-le digo a Olivia antes que salga de mi oficina. Ella solo asiente con la cabeza sin decir nada.

Sé que ahora todos me deben estar odiando y hablando pestes de mí pero no me importa. Nos pagan por hacer nuestro trabajo y debemos hacerlo bien.

Dejo de moverme en el sillón y paso mis manos por mi cabello. Cierro mi computadora porque siento que no puedo trabajar más. Necesito un descanso, lo sé, he pasado casi dos semanas solo concentrada en mi trabajo. Algunos días, como hoy, ni siquiera salgo almorzar. James me ha llamado y le he dicho que estoy ocupada, lo que no es una mentira. Lo que no le he dicho es que estoy trabajando tanto para no tener que pensar en él o en lo que paso esa noche. ¡Maldita noche! Mi vida era mejor antes de esa noche. Por fin tomo el vaso que ha estado sobre mi escritorio casi todo el día y bebo todo el contenido antes de levantarme y empezar a recoger mis cosas para irme a casa y tomar una larga ducha seguida por una comida decente.

Antes de subirme al ascensor camino hasta el escritorio de Olivia. Ella se levanta cuando me ve.

-Ve a casa, Olivia.-ella se sorprende cuando le digo eso- Lamento lo mala jefa que he sido esta semana. Discúlpame, en serio.

Ella me sonríe y me dice que no pasa nada. Que todos hemos tenido días malos.

-Hasta mañana-le digo antes subirme al ascensor.

Tengo que tomar un taxi a casa porque sigo sin auto. Alexander prometió comprarme el auto que yo quisiera y le pedí un jeep wrangler último modelo. Nadie entiende porque pedí ese auto y no un deportivo, me encantan los deportivos pero por alguna razón que ni yo comprendo vi ese auto el mes pasado y me encanto. Alexander dijo que lo tendría para mí en unos días.

Entro en mi apartamento y me sorprendo al ver a mis hermanas, junto a Lexi y Dallas. Me quito mi abrigo y camino hasta la sala donde ellas están.

-¿Qué están haciendo aquí?-les pregunto.

-A nosotras también nos alegra verte, Eva.-me dice Lexi.

Veo que están jugando cartas. Hay dinero en medio así que asumo que están apostando.

-¿Quieres jugar?-me pregunta Dallas.

Ella levanta sus cartas hacia mí y yo niego con la cabeza. Me levanto y empiezo a caminar hasta mi habitación.

-No, iré a bañarme. ¿Quieren ir por algo de comer? Muero de hambre.

Todas mueven sus cabezas de forma afirmativa y empiezan hablar de a donde podemos ir. Veo que están aquí por mí, seguro estaban a punto de realizar una intervención porque estoy trabajando mucho. Pero yo no necesito una intervención, puedo saber cuando he llegado a mi limite o cuando me estoy excediendo. No necesito que me estén vigilando. No les digo nada por su exagerado entusiasmo por una simple salida a comer y entro en mi habitación. Entonces recuerdo que la última vez que salí a comer con ellas fue hace dos semanas. Me recuesto un momento en la cama.

-¿Porqué nos tenemos que enamorar?-me pregunto mientras veo el techo de mi habitación.

Me quedo mirando el techo como si él me fuera hablar de alguna forma y a darme un consejo mágico que me hará sentir mejor. Pero eso no sucede y me levanto de la cama para entrar al baño y tomar una larga pero muy larga ducha.

Cuando salgo de la ducha seco mi cabello y lo peino en unas suaves hondas. Me maquillo y tomo mi labial rojo, no he pintado mis labios de rojo estos días. Me miro al espejo y pinto mis labios de rojo y me siento mucho mejor.

-A mal tiempo, labios rojos.

Busco que ponerme y esta vez me tomo mi tiempo. Arreglarme siempre me hace sentir bien. Miro la ropa en mi armario y decido que mañana iré de compras. Ya fue suficiente de lamentaciones, debo seguir adelante ¡Por el amor a la ciencia, la vida sigue! No me voy a quedar mirando el techo esperando que mi vida se solucione por arte de magia.

Escojo un vestido blanco con un pronunciado escote y un cierre dorado que va desde el escote hasta el filo del vestido, me pongo mis medias negras y unos zapatos de tacón del mismo color. Me doy un último retoque y salgo de mi habitación.

-Elegante con un lado salvaje-me dice Lexi-me gusta.

Ellas se levantan y veo que Dallas también se ha cambiado la ropa.

-Tengamos una noche de chicas-grita Dallas con emoción- noche de chicas.

Lena se suma a la euforia de Dallas y también apoya la noche de chicas. Yo les digo que no tengo ningún problema, una noche de chicas es una excusa perfecta para evitar una vez más a James. Lexi mira a Dallas y es obvio que no se va a negar a la petición de Dallas ¿Quién le puede decir no a Dallas o Lena? Ellas saben convencer a la gente.

-Todas necesitamos una noche de chicas-nos dice Tessa.

-Yo necesito comida-les digo-tengo hambre. Alimenten a Eva.

Todas nos subimos al auto de Lexi y ella conduce hasta Golden para que yo pueda comer algo y de ahí iremos a Silver, nuestra discoteca favorita. Cuando llegamos a Golden no soy la única que come, pero Lena, como siempre impaciente nos pide que comamos mas rápido.

-Lena, cállate-le digo mientras disfruto de mi comida.

Ella toda infantil me saca la lengua.

-¿Qué sucede entre James y tú?-me pregunta Tessa.

Estoy segura que llevan tiempo queriendo preguntar eso.

-Nada.

Me encojo de hombros y les doy una mirada indiferente.

-Deberías estar celebrando-me dice Lexi-después de todo, tú ganaste la apuesta.

Ese es el problema. No se siente como si yo hubiera ganado ¿Qué gané? Es la victoria más vacía que he tenido en la vida. Además yo también perdí, también debería llevar su nombre en mi dedo.

-Para eso es esta noche, para celebrar.

Levanto mi copa de vino y ellas hacen lo mismo.

-Por Eva y todo el sexo que no ha tenido estos meses. Que san Erasmo la ayude esta noche ha llegar al orgasmo.

No puedo evitar reírme ante el brindis de Lena.

-Que los orgasmos estén con nosotras. Amén- agrega Lexi.

Todas nos reímos y decimos amén.

Miro la copa y paso el dedo índice de mi mano izquierda por el filo de la copa vacía mientras esperamos que el mesero traiga la cuenta. Pienso en mi última conversación con James, le dije te amo, aunque lo dije en hebreo sabiendo que él no me entendería, lo dije. No me arrepiento de haberlo dicho pero no quiero verlo porque temo que tal vez pueda decir eso en un idioma que él entienda y todo sería aún más extraño. Yo a penas y estoy aprendiendo a lidiar con el vorágine de emociones que estoy sintiendo. No necesito más caos, solo quiero que todo vuelva a su ritmo normal.

Entramos a la discoteca y esta sonando señorita de Shawn Méndez y Camila Cabello.

-¡Dios amo esa música!-grita Dallas con emoción. Aunque la música no es lo único que ella ama, también ama a quién la canta. Varias veces la escuchado murmurar su nombre en sueños o la he visto anotar Shawn Méndez en alguna libreta o servilleta. Incluso lee el horóscopo para ver que tan compatible es con él.

Hay un muy buen ambiente y sonrió con emoción. Esto es lo que yo necesitaba y mi cuerpo pedía, bueno, esto y algo de sexo. Miro alrededor y un hombre en la barra llama mi atención. Le hago una seña a Lexi y mis hermanas porque Dallas esta perdida en la música, seguro esta imaginando que Shawn le esta cantando a ella o se imagina que la del video es ella.

Me acerco al hombre en la barra. Toco su hombro y le doy una sonrisa descarada. Paso mi lengua por mis labios. Él me devuelve la sonrisa y me invita un trago.

-No quiero un trago-le digo-si lo quisiera, yo misma me lo hubiera pedido.

Me siento en el banco a su lado y espero a que él diga algo.

-Soy Aidan-me dice y extiende su mano.

Tomo su mano y no siento calor, no siento nada especial.

-Yo no te diré quien soy, aún no te ganas ese privilegio.

Él se ríe.

-¿Qué es lo que deseas?-me pregunta mientras sus ojos recorren mi escote y mis piernas.

Paso una mano por mi collar y lo analizo antes de hablar.

-¿Qué tienes para ofrecerme?

Sus manos sostienen el vaso con algún extraño cóctel y me imagino esas manos sobre mi cuerpo. Me imagino como se verá él acostado en una cama con las muñecas atadas y totalmente a mi merced. Mis manos recorriendo su torso desnudo. O tal vez debería ir con él al baño y terminar con todo aquí.

-Lo que tú desees.

-¿Lo que yo desee?-le pregunto.

Él asiente con la cabeza.

Su mano acerca a la mía y yo lo detengo. Muevo un dedo frente a él y murmuro un no.

-No prometas algo que tal vez no puedas cumplir-le digo.

Veo como su mirada se enciende de una manera que no estaba ahí antes, me gusta, pero no es suficiente. Necesito más, su mirada a penas y luce como una pequeña chispa y yo necesito ahora una mirada que me queme por completo. Necesito fuego.

-No creo que estés a la altura de tus promesas-le digo para provocarlo y veo que esta funcionando. Necesito sacar su lado salvaje, necesito ver si este hombre puede darme aquello que necesito ahora.-No creo que puedas satisfacer todas mis necesidades.

La chispa en sus ojos parece crecer un poco pero no es suficiente y el juego me esta cansando. Él no es lo que necesito. Me levanto del banco y él luce decepcionado.

-Espera, no te vayas-me dice él.

Pone su mano sobre mi muñeca para detenerme, yo tomo su mano y la aparto.

-No veo razón alguna para quedarme.

Me marcho y camino hasta donde están sentadas Lena y Dallas. Me siento con ellas y me pido un trago. Les pregunto dónde están Lexi y Tessa, ellas me señalan hacía donde están bailando muy animadamente. Traen mi trago y lo bebo despacio antes de levantarme e ir a bailar con Lexi y Tessa. No hay tiempo para pensamientos frustrantes ahora. No pienso en nada, solo bailo, bailar siempre me ha gustado. Después de bailar por un largo momento, nos sentamos con las demás y pedimos algunos tragos.

-Esta noche estoy de cacería-nos dice Lexi- soy una leona en busca de su presa.

Lexi escanea todo el lugar en busca de una "presa". Veo como sus ojos adquieren ese brillo felino y salvaje mientras sonríe a su presa.

Empieza a sonar lady marmalade y Lexi grita de emoción. Toma las manos de Tessa y las mías y nos hace levantar. Después levanta a Lena y Dallas.

-Ustedes saben que no me gusta llamar la atención.

Todas resoplamos ante las palabras de Lexi.

-Pero necesito hacer la coreografía de esa música-nos dice ella mientras nos lleva a la mitad de la pista.

Empezamos a bailar la coreografía que ya hemos bailado antes. Es una música que Lexi adora y le encanta bailar, así como le encanta llamar la atención aunque ella diga que no.
Son cerca de la cinco de la mañana cuando salimos del club Silver. La única en condiciones de conducir es Lena pero ella no conduce. El portero nos llama un taxi.

-Tengo que decirle Apolo lo que siento-nos dice Dallas antes de subirse al taxi.

-¿Qué es lo que sientes?-le pregunta Lena.

-Todo-le dice Dallas moviendo sus manos para enfatizar sus palabras. Ella tiene una sonrisa tonta en su cara y esa mirada llena de amor.- siento todo y más.

-Bueno, eso es muy bonito-le dice Lexi-mañana también vas a sentir toda una resaca. Sube al auto, Apolo esta en Grecia por el cumpleaños de su abuela.

Dallas hace un puchero y habla sobre tomar un avión e ir a ver Apolo. Lexi le dice que si y Dallas se queda dormida a penas el auto arranca.

Cuando llegamos a mi apartamento me sorprendo al ver un hermoso Jeep con un enorme lazo rojo. Me bajo del taxi y veo a Alexander recostado en la puerta del Jeep sosteniendo unas llaves. Me mira con una enorme sonrisa. Corro hasta donde él esta y lo abrazo muy fuerte mientras tomo las llaves del Jeep.

-Me encanta, Alexander, es lo que quería-le digo.

-Sabía que te iba a gustar.-me dice él.

Estoy a punto de subirme en mi nuevo Jeep para ir a dar una vuelta cuando recuerdo cuanto bebí hoy y que no es una opción manejar ahora. Es una pena.

-Llevamos mucho tiempo esperando aquí-me dice James.

Me giro para buscarlo y lo veo a mi espalda con un pequeño ramo de magnolias.

-James-abro mis brazos y él me envuelve en un cálido abrazo-te he extrañado mejor amigo.

-Entonces deja de evitarme.

-No puedo hacerlo aunque quiera, mis pies siempre caminan hacía ti. Siempre vuelvo a ti. ¿Tú volverás siempre a mí?

Él me da un beso en mi frente.

- Pero yo se que si sigues viniendo a por más entonces seguiré intentándolo. Seguiré intentándolo...

El Jeep de Eva

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