Al infinito y más allá

Nunca se lo había pasado mejor, hacía varios años que nadie la utilizaba de esa manera. Aquello la ponía contenta. Aunque, no podía negarlo, extrañaba a Andy, todos lo extrañaban, no hacía falta decirlo, eso los unió como familia y eso los mantendrá así... O eso esperaba. En especial, por aquel vaquero de ojos mieles que tanto le había apoyado.

Era difícil saber que era ese sentimiento, principalmente, porque nunca antes había sentido algo similar, ni siquiera con Buzz, o con la mismísima Emily que la abandonó. Siendo un juguete ¿Podía amar?

- Hey, Jessie, ¿Quieres un poco de dulce? -dijo Rex, moviendo una bolsita de gomas frente a su rostro con rapidez. Tenía la cara y manos pegajosas y las pupilas dilatadas de tanta azúcar. Eso la puso a pensar, si el azúcar les afectaba a ellos como a los seres humanos ¿las emociones eran iguales?

- No, gracias Rex. -Estaba muy callada, en un rincón del cuarto de Bonnie, con el sombrero sobre las rodillas y la trenza a un costado. La vida con Bonnie era casi perfecta, por las mañanas les daba un beso de buenos días, un desayuno de gomitas de koalas y un beso de despedida antes de irse al pre-escolar con su mamá. Les dejaba la casa sola unas cuatro horas, que servían para ver una película, saquear algunas botanas del refrigerador o usar la computadora para juegos y vídeos; al regresar, dejaba la mochila en el cuarto y se marchaba a comer, después volvía y jugaba con ellos de una manera única y especial, nunca dejaba a nadie fuera, para Bonnie, todos eran especiales. Cada uno no podía encontrarse mejor.

Excepto ella, que desde empezó a sentir cosquillas en el estómago y sus mejillas encenderse al ver a Woody, comenzó a alejarse un poco de la pandilla para relajarse y pensar con claridad. Le gustaba pensar, imaginar cosas, estar junto a la ventana y ver pasar a las personas, en especial a las parejas que se tomaban de la mano y se decían lo mucho que se amaban. Ella no era de esas chicas cursis y melodramáticas, pero... Sin dudas quería que le dijeran, aunque fuera una vez, lo hermosa que era o cuanto la querían.

En sus recuerdos, Andy fue el único chico que alguna vez también le provocó cosquillas en el estómago. Claro que, ella siempre pensó que era algo platónico, imposible, nunca sucedería. Andy era muy bueno con todos sus juguetes. Andy siempre le decía que era la vaquera más linda en todo el viejo oeste. Andy, cada que podía, la sentaba en frente suyo y contemplaba cada detalle de su rostro, maravillado por el detalle en sus ojos verdes y por lo rojos que se veían sus cabellos, por momentos que parecían eternos, para después exclamar que ni la muñeca Barbie tenía tanta belleza.
Jessie pensó, que de ser humana, Andy sería su chico ideal, porque sólo era un juguete y los humanos no se fijan en juguetes, sería extraño y un poco bizarro.

Pero, nadie dijo que un juguete no puede enamorarse de otros juguetes.

En su memoria, el recuerdo más preciado para ella, fue durante las vacaciones de pascua, donde Bonnie tuvo que dejarlos y pudieron hacer lo que les viniera en gana. Una de esas noches, Hamm y el Señor cara de Papa organizaron un autocinema, apagaron las luces y, con un poco de problemas, hicieron palomitas. El corazón (si es que tenía uno) casi se le salía del pecho cuando Woody le pidió que le hiciera compañía.

La película era una romántica, porque Rex no había leído ni visto la portada antes de ponerla y aquello molestó a los chicos, que preferían la acción, y no pudieron quitarla porque a las chicas les gustaba. La película elegida era "Orgullo y Prejuicio"

A Jessie le pareció super interesante y la vestimenta que usaban era magnífica, además, le gustaba imaginar que lograría encontrar a alguien como la protagonista lo hizo.

-¿Te esta gustando la película, Jessie? -Preguntó Woody, con una amplia sonrisa que hizo ruborizar a la pelirroja. Dio gracias porque estuviera oscuro. De lejos, Cara de Papa y Hamm los vieron con picardía.

- Si, es muy interesante.- Contestó con cierto nerviosismo. Woody, aún sonriendo, la abrazó por los hombros.

Fue cuando supo, que estaba pérdida.

~Un día antes de la venta de Jardín número 11, Betty, en ese entonces la novia de Woody, le había estado mirando raro todo el día, incluso cuando escucharon que ella iba a estar en esa venta, parecía sólo centrarse en ella. A medio día Jessie no había aguantado más y le preguntó que pasaba. A lo que ella respondió:

- Tu también lo amas.
- ¿De qué hablas?
- Pero aún no lo sabes... ~

Ahora lo entendía.

-¿Qu... Qué haces, Woody?-Susurró, mientras su pulso (si es que tenía) se aceleraba con violencia.

- Abrazo a mi mejor amiga ¿Qué más? - Con el rabillo del ojo, vio a Buzz, con el ceño fruncido y viendo al vaquero con mala cara. A Woody no parecía importarle. -¿Sabes qué te quiero, verdad Jess?

- Si -Respondió a duras penas. El castaño no solía ser el más dulce de los tipos dulces, sin embargo, en ese momento parecía estar hecho de azúcar.

- ¿Sabes que eres hermosa, no Jess? -Esa vez no pudo responder, sólo dejó caer su cabeza en el pecho del vaquero y se olvido de lo demás. Le gustaba Woody.

Desde ese día ya no podía verle la cara.

- Jessie, ven, baja un momento. -Levantó la mirada y vio a la Señora Cara de Papa, moviendo el bolso para llamar su atención.

-¿Qué pasa señora? -
Saludó alegremente.

- Quiero que me digas que esta sucediendo con Woody, ustedes son muy cercanos, así que supuse sabrías.

-No entiendo. - El sentimiento de preocupación afloró en su pecho.

- Ultimamente también está muy callado y distante, no quiere hablar con nadie, todos piensan que discutió con Buzz pero no sabemos porque... -la señora parecía preocupada. Para ella, todos los jóvenes eran como sus hijos. -Tu también estás extraña y la situación es incómoda ¿no pueden arreglarlo?

- No sé, Señora, porque esto es así, yo no puedo hacer nada para cambiarlo...

- Claro que puedes -Bajó el tono de voz -Y creo que sí sabes porque los amigos inseparables se han separado. -La pelirroja abrió los ojos con sorpresa.

-¿Y por qué? -La señora la señaló con el dedo y una sonrisa misteriosa.

-Por ti.
...

- No quiero hablar con nadie, quien quiera que sea pude marcharse -El vaquero estaba de espaldas, debajo de la cama de Bonnie. Jessie no sabía porque fue o que diría, pero le parecía lo correcto.

-Bueno, yo pensé que sería divertido dar un paseo, pero viendo la situación mejor yo me...

-¿Jessie? - Woody volteó. La vaquera se paralizó al verlo y de nuevo el cosquilleo le dio náuseas.

- Hola -. Dijo con torpeza, mientras caminaba en dirección a su amigo.

- Puedes quedarte si quieres -Añadió con cansancio. - Eres buena compañía.

-Woody - respiró profundo y se armo de valor -Dime, ¿Por qué estás así?

-¿Así cómo?

- No evadas la respuesta, tú sabes a que me refiero. - Woody suspiró.

- No creo que debas saber. Tu menos que nadie debes de saber.

-¿Es algo malo?

- No lo sé - la contempló perplejo.

- Bueno, entonces escucho.

- Jessie...

- Woody.

- ¿Es obligatorio responder?

- Sabes que sí. - Hubo una pausa incómoda.

-Es que siento cosas... Y Buzz también siente esas cosas.

A Jessie casi le da un infarto (si es que podía darle uno)

-¿Tú y Buzz se gustan? - Preguntó con miedo y tristeza. Woody la vio como si se le hubiera zafado un tornillo o acabado las baterías.

-¿Estás loca Jess? ¡Claro que no! -una risa cortada acompañó el comentario. - Menuda idea, imagínate... Simplemente no, no es mi tipo.

- Eso es un alivio. - Se sentó junto al castaño. - No podría imaginarme a los dos juntos.

-Por favor, Jessie, tira esa idea a la basura, es humillante para mi que pienses eso.

-Bueno, bueno, me olvidaré de esa idea sólo si me dices el resto. - Le dio un codazo amistoso.

- A Buzz y a mi nos gusta lo mismo.

-¿Y luego...?

- Y luego... Que los dos no podemos tener lo mismo. No es correcto.

-Ya veo...

- Pero él cree que lo merece más que yo, cuando en realidad no es que sea un trofeo, no podemos discutir por ello como si fuera una carrera o una competencia.

- Claro que no -. Estuvo de acuerdo, mientras cada vez más Woody parecía acercarse un poquito a ella.

- El problema es que yo no sólo quiero lo mismo que Buzz, yo siento amor por ello y Buzz no.

-¿Cómo estás seguro?

- Porque...Bueno... No vuelvas esto más difícil, déjame hablar Jess.

- Si, lo siento.

-Para evitar problemas, Buzz y yo decidimos que ello escogiera, pero parece que ninguno le interesa. - Jessie vio aquellos ojos que tanto le gustaban. -Pero no creo poder superarlo.

-¿Y se puede saber qué es lo que dices amar? - Jessie le tomó la mano, a manera de consuelo.

- No es un " algo" es una "ella" -De nuevo esa sensación de vértigo. -Eres tú.

No podía con la felicidad que sintió en ese momento. Quería bailar, cantar, gritar, abrazarlo, besarlo...

- ¿Qué piensas, Jess? - Woody parecía temeroso, frágil, tierno, dulce, amistoso, perfecto...

Quería decirle lo mucho que también le gustaba, lo agradecida que estaba por haberla rescatado de aquel futuro en un museo, de protegerla, de quererla...

-Entiendo que yo no te guste, jeje, lo entiendo...Pero yo... Yo... -Woody dejó de hablar, parecía al borde del llanto. Jessie agarró su mano y, con la otra mano libre, acarició su rostro. El sonrió de medio lado.

-También siento lo mismo por ti.

No sabía que seguiría después, no pensó en como se tomarían todos su relación, no le preocupó Buzz. Sólo quería sentirse así de feliz para toda la vida (porque estaba muy claro que sí tenía una)

Woody la tomó por sorpresa, agarrando su cintura y haciendola girar en el aire. Entre risas, entre besos en las mejillas.

-¿Lo dices en serio? - El vaquero gritaba mucho y estaba lleno de euforia, tan sonriente que podía llenar de luz el lugar con una simple sonrisa. Tan felices estaban, que no se dieron cuenta cuando todos los demás juguetes acudieron al lugar al escuchar tanto ruido.

-¡Lo digo muy en serio! - Woody la bajo con delicadeza y la atrajo hacia si, acariciando sus cabellos y viendo su rostro como Andy un día lo había hecho.

-Eres tan hermosa, Jess. - Jessie se sonrojo, mientras Woody le daba un largo abrazo. - Te quiero tanto.

- Te quiero más.

-¿Cómo cuánto?

- Al infinito y más allá.

Una ola de aplausos los sobresalto, separándose con brusquedad. En frente de todos los rostros sonrientes y comentarios de "Ya era hora" la mirada decepcionada y rendida de Buzz acaparó su atención.

- Buzz...

- No hay problema vaquero. - Una sonrisa melancólica adornó su rostro. - Felicidades Jessie.

-¿Todo bien Buzz? - Preguntaron los dos amigos.

-¿Por qué no lo estaría?

Y, entre empujones por parte de Dolly y Hamm, los tres amigos se fundieron en un abrazo.

- También te quiero Buzz- Dijo Jessie, con tono amistoso.

- Lo sé.

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¡Hola Wattpaders!

Lamento si muchos de ustedes (bueno, los que leen mis historias) esten esperando actualización mía y en lugar de eso, se encuentren con esto ¡Pero tenía que hacerlo! Digo, Toy Story fue mi infancia y al ver la tercera película ayer tuve que hacer esto. Son tan hermosos juntos TTwTT

Estrellitas ☆ y comentarios son bienvenidos. Un enorme saludo y gracias por leerme. :)

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