Extra: el tiempo dira sobre nosotros.

           [Extra: Mingyu x Seokmin]

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En algún punto de la noche, Mingyu pensó en regresar a su casa si sabía que Hansol iba a ponerse a ver porno. El maldito porno de anudamiento.

Todos los domingos, el grupo de Yoongi se junta en la casa de Hansol (porque es él quien tiene un cuarto de lujo con todas las comodidades como para que todos durmieran allí) para mantenerse en contacto no solo dentro de la escuela, existen otras temáticas de las cuales un par de adolescentes  alfas necesitan hablar: omegas, videojuegos, sexo...

A Mingyu no le gusta hablar sobre omegas. Y el sexo es algo... fuera de su contexto.

Todos los días, ve a su padre gritarle a su madre omega por las cosas en las que ella debe "obedecer". Y ella solo asiente con una sonrisa y pide disculpas por sus errores. El ejemplo de su madre siendo una sumisa, queriendo complacer a su alfa pese a que este la humille le da náuseas.

Los omegas son tan falsos. Tan mentirosos en lo que dicen.

Mingyu no soporta aquello.

Y ahora mismo,todo su grupo lo está traicionando.

Hansol enciende una computadora, sentándose sobre la cama en donde todos los demás estaban acomodados. Con una sonrisa en los labios, apoya sus dedos en el mouse y da clic al navegador, solo después de eso vino lo peor para Mingyu: Hansol se adentro en una pagina porno dedicada solo al anudamiento. Son esos videos... en donde el omega pide lleno de lágrimas, que un alfa lo llene infinitamente, que anude en su interior y que lo deje esperando cachorros.

Tan solo pudo aguantar unos seis minutos mirando aquel video. No iba a seguir viendo más. Y Hansol captó su disgusto.

—¿Que tienes? ¿No te gusta el video?—pregunta Hansol cuando ve que Mingyu se remueve de la cama incomodo hasta que finalmente se levanta de allí.

—No. No me gusta, y a ti tampoco debería gustarte, es asqueroso... y eso te hace ser desagradable.—cuando Mingyu terminó de hablar todos los demás se quedaron totalmente callados, Hansol tenía la boca abierta por tal sorpresivo insulto hacia su persona.

—Es solo un video, Mingyu. No puedes insultar a Hansol por eso—Yoongi alzó la voz en desacuerdo.

Mingyu curva sus labios en una sonrisa sin sacar los dientes mientras mira a su líder.

—¿Es solo un video, dices? Que yo sepa, tu estas apareado con un omega: Hoseok, ¿No es así? Piensas que es excitante que un omega te suplique por tu verga y que lo anudes sin control alguno. Temo decirte que ellos no desean aquello, todo es falso—ahora enfoca su vista en Hansol, quien no deja de tragar duro.— Estos videos solo les hacen creer que los omegas viven por y para nosotros, eso suena triste y patético. ¿Dónde está el verdadero amor si sabemos que lo hacen porque no tienen de otra?

—No metas a Hoseok en esto.—bramó Yoongi con ira. Otros de los alfas, Seungcheol, intervino en el medio, ya que el líder se paró cerca de un Mingyu decidido a dar el primer golpe.

—¿HoSeok te pidió que lo marcaras?—escupió Mingyu. Yoongi miró hacia otro lado.

—Responde, ¿Lo hizo?—volvió a preguntar, esta vez, Yoongi si lo miro, con los ojos lleno de culpa.

—No, no lo hizo.—Yoongi se mordió el labio, lleno de impotencia porque en el fondo, sabe que no espero respuesta para marcarlo.

Mingyu solo hizo una mueca. Y se marchó de la habitación, con los gritos de Hansol, pidiendole perdon por reproducir aquel video. De todas formas, no volvería a su habitación, ni a su casa, ni al grupo. Nada.

No es el maldito video. Es el.










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La alarma de su celular sonó debajo de su almohada, anunciando que debía mover su culo para ir al colegio. Mingyu suspiro profundamente, con los ojos llenos de lagañas. Había dormido unas míseras tres horas debido a que no decidió quedarse a dormir en lo de Hansol. Y lo mejor fue tener que volverse caminando en el medio de la fría noche. Un estruendo obliga a sus oídos  a buscar sonido fuera de su habitación.

Un golpe sobre la mesa.

"No me planchaste la camisa como deberías, eres una omega y aun asi no sabes hacer nada bien".

"Cariño, disculpa mi torpeza, no volverá a ocurrir, lo prometo".

<<Ella seguro esta sonriéndole aunque el la este mirando como si no fuera nada. Mentirosa, dile que no lo amas, dile que lo dejaras>>Una lagrima es todo lo que Mingyu derramara el dia de hoy. Al menos, por su mamá.

¿Por qué los omegas mienten por sus alfas?

A Mingyu le gustaría entender el comportamiento de su padre: ¿Por qué se siente superior cuando humilla a su mama por ser omega?

Y su madre: ¿Por qué finge ser feliz con un alfa cuando no lo es?

Aún no obtiene una respuesta. Y eso solo hace incrementar el odio hacia sus padres, hacia todo.

Para su propia suerte, hace más de un año que no depende únicamente del sueldo de su padre para vivir, consiguió trabajo de repartidor de pizzas en un local cerca de su barrio. No es la gran cosa, pero le permite comprarse, al menos, su propia comida.

Hace bastante tiempo que no se sienta en la mesa con sus padres para comer. A su padre no parece importarle, pero su madre sigue llamándolo todos los días para que baje a comer. Hoy tampoco será uno de esos días, por lo que pronto Mingyu se levanta de la cama para dirigirse al baño para mear, limpiarse la cara, las manos y los dientes. Una vez que terminó con todo saco su mochila debajo de una pila de ropa que tiene sin doblar y se la coloca al hombro.

—¿Hoy tampoco vas a comer con nosotros?—mientras cierra con llave la puerta de su habitación (si, con llave) su madre aparece detrás de él. Mingyu aprieta con fuerza la llave y la retira de la cerradura una vez cerrado.

—Sabes lo que pienso de tu relación con papá. No voy a comer con ustedes.

El rostro de su madre es hermoso, pero se ve pálido y cansado. Y algo dentro de Mingyu siempre duele cuando su mamá comienza a lagrimear frente a él por su constante rechazo.

—Entiendo. Cuidate en la escuela, te amo...—su madre deposita un suave beso en su frente, y sin decir más, se aleja rápidamente.

<<No, no lo entiendes.>>







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Para Mingyu, la escuela es un lugar bastante agobiante—sin diferenciarse a su casa—trabajos que realizar, preguntas de profesores que hay que responder, llegar a horario, la neutralidad de la institución en conflictos entre alumnos, enamoramientos tontos y sumamente cursis, gente que se cree superior por tener papis con mucho dinero. Y él podría seguir enumerando las causas por las cuales quiere dejar de venir pero solo perdería su tiempo.

Su pequeño grupo de amigos—antes de la noche anterior—le hacía pensar que no estaba solo en la escuela, que, al menos, podría guardar en su corazón  una pequeña esperanza. Teniendo con quien hablar, las preocupaciones desaparecen por un rato... pero no es así.

YoonGi tiene a un omega enlazado, Hansol está en eso, Seungcheol se acuesta con cuánto omega le parezca bonito...

Claramente, Mingyu se quedo atras en eso de conseguirse a un omega para 'toda la vida', alguien que pueda darle cachorros, placer sexual, obedecerlo y—

No. Eso es algo que pensaría su padre. El no es así, no lo es.

Sus pensamientos se dispersaron como humo cuando sus pies tocaron la cerámica de la institución, levantó la vista, observando a todos los demás alumnos transitar por allí, algunos reunidos de a tres para contar chismes, otros solo para observar la cartelera por si hay nuevos anuncios, lo que predomina allí son las incesantes y chillonas voces de las chicas omegas y alguna que otra risa estúpida por parte de los chicos alfas. A lo lejos, reconoce una maraña de cabellos castaños y brillantes como la miel, perteneciente a Hansol, para su desgracia, su degenerado amigo ya está ondeando su brazo con fuerza en un saludo hacia su dirección.

—Mingyu-ah, que bueno que hayas venido temprano, jeje... —Hansol se rasca la cabeza, claramente nervioso. Se aclara la garganta mientras se acaricia dudoso su nuez de Adam—Lo de ayer... sobre el video porno, no fue mi intención ofenderte, yo no sabía que no te gustaba.

Oh, claro que Hansol no lo sabía, Mingyu jamás mencionó sobre su disgusto hacia aquellos videos, mejor dicho, hacia sus problemas familiares.

—El que sea un alfa no me hace un amante del porno sobre anudamiento.—respondió Mingyu.—de todas formas, te recomiendo que dejes de mirarlo, si quieres cortejar a un omega, estoy seguro de que esa no es la forma.

La cara de Hansol es todo un poema ahora.

—Ugh, hombre, me siento como un fracaso de alfa... ¡Pero lo veo por una razón!—se excusó, Mingyu levantó una ceja, esperando que continuara.

—Lo empecé a ver porque... bueno, esto es difícil, aunque no lo creas... —Hansol dejo de hablar por un momento, tomó aire y lo expulsó completamente—Soy... virgen.

—Puedo creerlo—respondió Mingyu cerrando los ojos. Hansol inflo sus sus mejillas como si volviera a tener malditos cinco años.

—¡No te burles de mí!—exclamó.—Nunca he estado de esa forma con nadie, y pensé que viendo esos videos podría "entender" mejor el asunto. Además yo estoy tratando de cortejar a un omega que es... —y sus palabras murieron allí mismo cuando los ojos del americano captaron la innegable presencia del omega que lo traía loco. Con una remera rosa pastel, unos encantadores pantalones apretados y... ¿Una gargantilla sobre su delicado cuello?

Hansol esta vuelto una masa de gelatina viendo a su amado. Una masa de gelatina lista para entrar en acción. Pero su omega no venía solo, consigo se hallaba el ruidoso de Seokmin.

—Esto es lo que vamos a hacer, yo me acerco a SeungKwan, mientras tu te llevas a otro lado al ruidoso de su amigo —la sonrisa de Hansol se volvió sumamente enorme, Mingyu rechino los dientes.

—Estas loco si crees que voy a—

Demasiado tarde para Mingyu, Hansol ya lo esta tomando del hombro, moviendolo hasta donde se encontraban los dos omegas. Su cuerpo fue empujado abruptamente sobre el amigo de Seungkwan.

Unos saltones ojos lo miraron detenidamente, seguido de unos labios en forma de 'o' por la sorpresa.

Lee Seokmin.

Un omega particularmente... extraño.

En pocas palabras, Seokmin es considerado como el payaso del colegio. Todos lo conocen gracias a sus malos chistes y a su nada discreta risa. Gracias a esas dos cosas los alfas no se acercan a él para cortejarlo, o al menos eso es lo que Mingyu fue escuchando por los pasillos.

Está de acuerdo en aquello de lo ruidoso, para él, sería bastante molesto estar junto a alguien que trata de ser gracioso todo el tiempo.

Muy molesto.

—¡Que casualidad!—empieza a hablar Hansol mientras observa a Seungkwan—mi amigo necesita hablar con tu amigo, mientras nosotros podemos esperarlos en otro lado.

—¿Hablar conmigo?—pregunta Seokmin, volviendo su boca, de nuevo, en una inconfundible 'o'.

—¡Los dejamos solos! ¿Verdad?—los hombros de Seungkwan fueron tocados por las manos de Hansol, el abrió la boca para protestar contra todos pero el americano no se lo permitió. Dejando a un omega muy confundido y  a otro a punto de echar humo sobre sus pasos. Así fueron alejándose a trompicones.

A Mingyu no le gustaba nada tener que quedarse a solas con un omega, menos del tipo de Seokmin. Antes de que el omega le preguntara algo, inclinó su cabeza en una disculpa.

—Es todo un plan de Hansol para cortejar a tu amigo, lo lamento, no tengo nada para decirte, con permiso.—dio media vuelta, dispuesto a marcharse de allí.

Jamás imaginó que una cálida mano sostendria la suya para detenerlo.

—No me importa si era un plan, tu amigo me robo al mio, asi que exijo que me acompañes a tomar una chocolatada antes de que empiecen las clases.—Seokmin sonrió.

—No me gusta la leche con chocolate, además no... —pero Seokmin empezó a abultar sus labios en protesta, ¿Acaso es un niño?

—Porfis, ¿Siiiii? —volvió a insistir el omega con todo el peso de sus palabras en la letra 'i'. Y por toda la mierda del mundo, Mingyu asintió con la cabeza.

Que locura...




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Aunque Mingyu insistió en que la leche con cacao no era lo suyo, Seokmin de todas formas decidió comprar dos cajas y dejar una sobre las manos del alfa. La cafetería estaba casi desierta ya que la hora de cursada comenzó, pero como ningún profesor vino a buscarlos, y  Seokmin parecía no tener apuro en terminar con su leche, ninguno dijo palabra sobre entrar a clases.

—Si hay algo que puedo beber todos los días es la chocolatada, el cacao y la leche son como inseparables mejores amigos, aveces, mi mama me dice que no debería tomar tanta en un dia porque podría darme diarrea, ¡pero mi cuerpo es inmune a la popo!, aunque una vez si estuve todo el dia en el baño, no fue lindo ¿sabes? No sentía mi ano y

...—Seokmin es como  un lorito al que le enseñaron a hablar, parecía no querer detenerse, siempre teniendo algo que contar. Mingyu escucho hasta la mitad de su relato hasta que su cerebro se estancó en otro pensamiento, uno en donde involucra a sus padres peleando, la vida de mierda que tiene, y que le duele un poco la cabeza al escuchar al omega ya que no está ni por poco acostumbrado a prestar atención a alguien por demasiado tiempo. ¿No sentir el ano? Por dios... el omega no tenia ningun filtro al hablar.

—¿Te gusta algo?—de repente, el relato sobre la diarrea parecía haber terminado y Seokmin lanzo una pregunta para Mingyu.

—¿Eh?—logró murmurar, ahora que toda la atención del omega estaba puesta en él se sintió un poco intimidado. ¿Algo que le gustara? Sinceramente, no lo sabía, casi odiaba todo de su día a día, no tenía pasatiempos, solo trabajar por la noche, asistir al colegio a la mañana, dormir toda la tarde e ignorar... ignorar su alrededor.

—No hay, ugh... algo que me guste, creo.—respondió sin darle vueltas al asunto.

—¡Eso es muy triste!—chillo Seokmin.—Todos tenemos al menos algo que nos guste hacer, por ejemplo, a mi me encanta cantar, ayudar a mi mami cuando prepara galletitas, mirar peliculas de disney, hablar so—

—¡Ya entendí!—interrumpió Mingyu con una mueca de molestia.—No tengo algo que me gusta, ¿Ok? Solo vivo el momento cómo es... <<aburrido y deprimente>> se dijo para sí mismo.

El omega parecía estar pensando en su respuesta muy detenidamente. Tanto así que una de sus manos estaba apoyada en su mentón.

—¡Tengo la solución perfecta para tu problema!—la lamparita del omega parece haber encontrado el interruptor de las ideas, Mingyu enarco una ceja ante sus palabras, aun asi, queria escuchar aquella supuesta 'solución'.

—Voy a mostrarte todo lo que me gusta hacer, ¡y asi quizas logres que algo también te guste!—el omega sacó a relucir sus perfectos y blancos dientes, Mingyu tuvo la ligera imagen de eso y algo dentro de él se sacudió. La sonrisa de Seokmin es bonita... un poco.

Pero sus ideas son estúpidas.

—No necesito que un omega me busque algo para que me guste. Es estúpido.

—Nada es estúpido—contraataco Seokmin, alegre—todo tiene una utilidad, un algo que enseñar, eso dice siempre mi mami, ya lo decidí, serás mi alumno desde ahora, te espero a la salida del colegio para comenzar—y sin agregar más, se levantó de la mesa y se fue ondeando las caderas por la emoción de sus propias palabras.

—Es estúpido... —Mingyu chasqueo la lengua en descontento—no voy a esperarlo a la salida, jamás me verá hacerlo.

Realmente, ¿el omega espera que un alfa acate una orden como esa?

Por supuesto que no.



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👌


De acuerdo, Mingyu está pasando por un extraño momento, en donde su mente le estuvo recordando toda la maldita hora antes de la salida que debía esperar a Seokmin, mejor dicho:

Las. Malditas. Cinco. Horas. De. La. Cursada.

¿Y donde lo trajo su jodida mente? Al portón de la escuela, los demás alumnos ya se estaban despidiendo del colegio hasta otro día en la mañana, riendo, hablando, moviendo pies, buscando auriculares para el viaje en el colectivo o tren, organizando una posible reunión en la casa de alguno.

¿Y el, qué?

Él espera a Seokmin.

—¿Esperaste mucho?—Seokmin se posiciono detrás de su espalda, Mingyu grito.

—¡Carajo! ¡Por la mierda!—respondió Mingyu apretando una mano sobre su pecho, mientras que la otra se recargaba en la pared. Se asustó, pero no lo iba a admitir frente a un omega ruidoso y poco discreto.

—No quería asustarte, lo juro.

—No me asustaste. Soy un alfa.

Seokmin rodó los ojos, luego suspiro.

—Bien, 'alfa', me haria el honor de acompañarme hasta mi casa para comenzar las lecciones.

Mingyu estaba sintiendo dos cosas. La primera es un leve cosquilleo cuando los labios de Seokmin pronunciaron 'alfa' como si de verdad él  tuviera uno como tal. Y segundo, le causaba confusión la idea sobre ir a la casa de un omega.

—... ¿Casa?

—¡Sip! Mi casa, ahí te voy a enseñar algunas cosas, te va a encantar conocer a mi mami, ¡No te vayas a enamorar de ella! Bueno, no soy egoísta, mi mami puede ser tu mami también—Seokmin sonrio y un leve rubor se formó en sus mejillas.

—No creo que sea buena idea, soy un alfa, no te conozco... ¡¿Qué estás haciendo?!—bramo el alfa tras notar que el omega está picando una de sus mejillas con su dedo índice.

Seokmin lució su lengua de forma burlona para el alfa.

Mingyu necesita saber que tipo de magia practica el omega, porque sus pies se están moviendo por sí solos. Y otra vez, la mano de Seokmin sobre su muñeca se siente muy, muy cálida.



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🍪

—¡Mami, ya estoy en casa!—Seokmin empujó al alfa dentro de su casa mientras anuncia alegre su presencia en la misma.

Mingyu observa como es dejado por el omega en la entrada de la casa mientras se desaparece por un pasillo.

¿Qué carajos estaba haciendo en la casa de Lee Seokmin?

Es como si hubiese perdido toda su fuerza de voluntad al dejarse convencer por alguien que apenas conoce. O quizás solo... no tiene nada mejor que hacer. Precisamente, las cosas con su grupo de amigos no están de lo mejor gracias a su boca suelta, ¿Por qué tenía que haberle hablado así a sus amigos por un tonto video? Son alfas, y a los alfas les encantan ver ese tipo de cosas... ¿No?

Entonces, solo es cuestión de tiempo para que Mingyu se sienta de la misma forma, para aparearse, marcar, dominar...

De pronto, Seokmin se apareció de nuevo, pero no solo, una mujer con un mandil de flores yacía a su lado acompañada de una gran sonrisa.

<<No hay duda de que es su madre... >>pensó.

—Hola, ¿Eres amigo de Seokmin? Es la primera vez que te veo—pregunto la risueña mujer.

—En realidad no somos...

—¡Mingyu es mi nuevo amigo!—contestó el omega orgulloso—y quiere aprender a hornear tus famosas galletitas.

—Oh, ¿En serio?—los ojos de la mujer brillaban por la confesión de su hijo, Mingyu jamás observó tal expresión en su madre.

—S-sí... —aunque fuera una mentira, Mingyu no encontró fuerza para decirle a la mujer que en realidad fue traído contra su voluntad (????) Por su hijo chillón y hablador.

—¡Que buena noticia! Justo hoy tenia ganas de preparar la masa, pero tengo que comprar algunos ingredientes que me faltan—la mujer se quedó un momento meditando, para luego agregar alegre:—¡Iremos al supermercado!

Seokmin, ve por dos bufandas que hace frío, voy a buscar mi cartera.—la madre de Seokmin hizo resonar sus pasos mientras se aleja.

Seokmin dejó una vez más al alfa solo en la entrada, luego volvió con dos bufandas, una azul y la otra roja. La azul fue tendida hacia el alfa. Mingyu la tomo dudoso, como si fuera una bomba a punto de explotar.

La mujer omega hizo su aparición frente a los adolescentes, ya sin el mandil y con una reluciente y sencilla cartera. Antes de salir, le hizo dejar la mochila al pobre alfa, ya que no tuvo tiempo de adentrarse mucho más a la casa.

De camino al supermercado, tanto madre como hijo no dejaron de hablar como si fuera un reencuentro después de diez años. Y el solo respondía 'sí' y 'no' a las preguntas de la curiosa mujer. No se imagina una salida así con sus padres a ningún lugar, lo más seguro es que nadie diría nada. Hasta los doce años de edad salía a pasear con sus padres, los años pasaron, las cosas se complicaron y decidió dejar de estar en el medio de las peleas.

Decidió volverse invisible.

—Hoy hay oferta de 2x1 en leche—le aviso Seokmin a su madre señalando el cartel de promoción. La mujer le acarició tiernamente la cabeza a su hijo.

Mingyu observa y escucha la interacción madre- hijo, y piensa que Seokmin es un omega que raya lo infantil. Es como si se hubiese quedado atascado en los cinco años. Un omega que no podría cumplir la expectativa de su función.

Un omega... que no es omega.

—Se lo que piensas muchacho, Seokmin no es como otros omegas.

—¿Qué?... —Mingyu se sobresaltó al oír las palabras de la mujer. Seokmin fue mandado a buscar verduras en otra góndola, solo estaban ellos dos solos.

—Mi pequeño es bastante infantil, no sufre ningún tipo de retraso si es lo que piensas. Desde que su padre nos abandonó el actua de esa forma... los doctores me dijeron que es un mecanismo de defensa que creó para situaciones que no puede afrontar—los ojos de la mujer se humedecieron un poco—Por eso, estoy feliz de que mi bebé tenga amigos que lo quieran como es, espero verte más seguido en mi casa, ven todas las veces que quieras, espero no estar incomodando con mis palabras—ella rió.

—No, claro que no... descuide.

No se le había pasado por la mente la idea de que Seokmin tuviera retraso (lo cual no lo tiene), ni que se comporta de forma infantil por la ausencia de su padre, él no... esperaba que una mujer le estuviera agradreciendo por ser ¿amigo de Seokmin? Y que encima de todo, le estuviera invitando a visitarlo todas las veces que él quisiera.

¿Cómo debía responder aquello?

Ninguno agrego nada mas, Seokmin apareció con bolsas llenas de verduras y las arrojó al carrito de compras.

Después de pagar la mercadería, volvieron caminando cargando las bolsas, Mingyu eligió llevar las que parecían ser las más pesadas.

Ya en la casa, apoyaron todo sobre la mesada de la cocina, madre e hijo se dispusieron a guardar los productos que no iban a utilizar ahora.

—Bien, tenemos harina, huevos, leche, manteca... —la omega comenzó a agrupar los ingredientes que va a utilizar para las galletitas caseras. Tanto Mingyu como Seokmin estaban parados uno a cada lado de la mujer, observando cada movimiento.

—Primero, se mezcla los huevos, la leche, la azúcar y la manteca, todo junto así... —Mingyu observa todo muy atentamente, como aquellos ingredientes se van mezclando homogéneamente.

—Mingyu, ¿Quieres ponerle la harina?—preguntó la omega.

—No quiero arruinar la mezcla...

—¡Tonterías! Trae el paquete—Mingyu la obedeció—tienes que ponerlo de esta forma—las manos de la mujer guiaron las manos del alfa al bol con la harina, echándola como se debe dentro de ella.—Lo estas haciendo perfecto, ahora lo mezclas todo con tus manos hasta formar una masa, inténtalo.—Mingyu asintió con la cabeza, sus ojos están concentrados en el bol para que todo salga bien.

Está amasando una masa y se siente... genial.

Hacer galletitas no está para nada mal. Para ser su primera vez haciéndolo.

Seokmin aparece en la escena con cortadores metálicos en forma de estrellas, corazones y lunas. Una vez que Mingyu dejo la masa lista, la madre de Seokmin la estiro con un palo de madera.

—Me encantan las que tienen forma de estrella, apoya una aquí—Seokmin coloca un cortador de estrella en la mano de Mingyu y la hizo apoyar sobre la masa—¡presionas y listo!—levantó la masa con la forma de estrella cortada con éxito.

—Puedo hacerlo... —Mingyu dejo la estrella y tomo la que tenía forma de luna, presiono sobre la masa y obtuvo su primera luna.

Sus labios se curvaron en una sonrisa sincera.

Cuando tuvieron hechas al menos unas treinta masitas cortadas fue el momento para la mujer de llevarlas al horno. Unos veinte minutos bastaron para que las masas tomaran color y altura, y para ese momento, Seokmin miraba atentamente el proceso desde la pequeña ventana del horno, feliz porque Mingyu lo acompañó en toda la observación.

—¡Ya están~!—canturreo el omega, inmediatamente, desapareció de la vista del alfa, solo para después aparecer con unos guantes rojos a lunares dispuesto a retirar la bandeja de aluminio.

Mingyu siguió a Seokmin con la mirada, el joven risueño tararea una melodía mientras apoya sobre la mesada las galletas, las cambia a un recipiente de plástico y...

Hay algo. Algo dentro de los instintos más primitivos del alfa que le hacen desear ver a Seokmin con un mandil puesto, sonriéndole solo a él, cargando con una abultada barriga de embarazo; verlo esperando un cachorro de su descendencia...

No. Esto debe parar ahora.

Negando todo lo que imaginó sobre el omega, se levantó de donde estaba sentado. Su cabeza comenzó a punzar del dolor. Busco su abandonada mochila y se la colocó en el hombro. Seokmin dejo de acomodar las galletitas en un plato cuando se dio cuenta de que el alfa desapareció de la cocina. Y sus labios se apretaron cuando lo vio en la entrada de su casa, con el picaporte a punto de ser empujado hacia abajo.

—No has probado las galletas.—cuestionó en un susurro. Mingyu se tenso al oír su voz.

Pero eso no lo detuvo, abrió la puerta y se marchó de allí.



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—Las odioooooooo, agh—bramó Sooyoung, lanzando su cuaderno sobre la extensa mesa de la cafetería.

—No seas un animal, por favor—Seungkwan rodó los ojos.

—Es que las matemáticas me tienen asi, no entiendo los ejercicios, el profe es un dinosaurio explicando, ¡las odio!

—Si quieres puedo decirle a Yoongi que te ayude con esos ejercicios, es muy bueno en las matemáticas—HoSeok sonrió, pensando en lo inteligente que es su alfa.

—Uy si, seguro que es bueno en todos los sentidos—Contesto Seungkwan con ironía. Hoseok chillo en protesta, totalmente avergonzado por el doble sentido de aquellas palabras.

La mesa se llenó de risas y palabrotas, pero Seokmin no acompañó a sus amigos en la charla que se estaba dando.  El quería contarles a sus amigos que hoy, antes de llegar a la escuela, vio a un perro persiguiendo en círculos su colita, ¡iba a ser una gran anécdota!. Pero... sus ánimos para comentarlo decayeron notablemente cuando recordó que su nuevo amigo no se quedó a comer las riquísimas galletas que preparo su mami. No obstante, estamos hablando de Seokmin, y la bolsa que sostienen sus manos no deja que su felicidad se muera por completo.

En cambio, Mingyu era otro tema en cuanto a su estado de ánimo: está cabreado consigo mismo. ¿Por qué carajos su inútil cerebro imagino a Seokmin esperando un hijo suyo?

Eso simplemente fue un acto bastante egoísta de su alfa interior, pensar que un omega está obligado a portar un cachorro, mientras que su sonrisa no deja de crecer...

Está enfermo. Ese es el problema, si.

Quería perderse en el salón de clases y que nadie le dirigiera ni una palabra, aunque su propio juicio le estuviera jugando una mala pasada al querer pasar por la entrada del buffet y sin disimular, observar cierta mesa en donde parlotean omegas chillones... y Seokmin. El omega se detuvo en su mirada apenas se dio cuenta de su presencia, y no dudó en regalarle su mejor sonrisa.

Maldito corazón que obliga a Mingyu a quedarse sin oxígeno por unos segundos.

No olvidemos que ahí no acaba el 'sufrimiento' de Mingyu, porque el omega ya está abandonando su lugar para llegar lo más pronto posible a donde él se encuentra.

—¡Mingyuuuuuuuuuuuu!~—canturreo el omega una vez lo tuvo enfrente. Por un momento, Mingyu pensó en girarse y hacer como que no escucho esa ruidosa voz, pero la suerte nunca parece estar de su lado.

Así que solo... suspiro.

—...Hola.—"Solo puedes pronunciar eso, idiota": pensó el alfa. Tan ridículo se sentía ahora, tan cobarde por apartar la mirada de aquel chico que lo considera como su amigo, pero ¿Por qué lo consideraría como un amigo si no ha hecho nada para ganarse su confianza?. Es más que eso, el hecho de que sus sucios pensamientos lo proyectan como un omega sumiso y obediente. Es una mala persona, Mingyu se considera una mala persona.

—Estuve pensando seriamente en no entregarte estas galletitas que hicimos ayer, pero mi mami dice que hay que perdonar a las personas que queremos—respondió Seokmin, la piel de Mingyu se erizo al entender que él era "querido" por aquel omega. Seokmin continuó hablando—y yo, aunque no te conozca mucho, se que eres una buena persona, y quiero que...  —el omega se sonrojo un poco, Mingyu lo miró atentamente— quiero que seamos amigos.

El alfa abrió los ojos, ¿Amigos? Eso no...

—No soy una buena persona, no creo que podamos ser—

Un solo dedo detuvo todo lo que alfa iba a decir; un largo y pálido dedo perteneciente a un omega de ojos tan intensos, tan profundos como un café a punto de ser bebido por primera vez.

—¡Mi mami va a preparar curry esta noche!—los ojos de Seokmin se cerraron orgullosos, sus dientes blancos y el corazón de Mingyu, de nuevo, alborotado.













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La conciencia de Mingyu le repetía constantemente la razón por la cual ahora se hallaba sentado en una bonita y adornada mesa, frente a una amable mujer, al lado de un omega risueño, con un humeante y delicioso plato de comida que le estaba haciendo babear de solo contemplarlo. Bueno, quizás es porque fue invitado a comer, y en su casa casi nunca come, no tiene otra cosa mejor que hacer... darle excusa razonable a su propio yo se está tornando difícil.

—Espero que te guste, no es un curry picante, ¡Oh! Y cuidado que está caliente~  — la madre de Seokmin le dio una advertencia sobre el plato a lo que Mingyu obedeció con una media sonrisa de cortesía. Hundió la cuchara en el plato y seguido de aquello se lo llevó a la boca. De pronto, el alfa agachó la cabeza y soltó la cuchara, colocando esa misma mano en su boca, como si quisiera vomitar; Tanto Seokmin como su madre se sobresaltaron asustados.

—Chico, ¿Que tienes? ¿Te sientes mal?  ¿Debería llamar a la ambulancia?— incertidumbre en cada una de sus preguntas. Por otro lado, Seokmin estaba también muy asustado, tanto así que sus ojos comenzaron a picar, como si se estuvieran preparando para soltar lágrimas.

Mingyu movió su mano desocupada para negar todo, lo vieron tragar con cautela y reincorporarse recto en su asiento.

—Esta comida... está deliciosa, muchas gracias.—respondió al fin, acompañado de una mueca de satisfacción. Madre e hijo respiraron.

—¡Por dios! No vuelvas a asustarnos así, ahora comamos—La mujer dio por terminada la charla y en la mesa solo hablaron los cubiertos sobre los platos. El alfa metió comida a su boca con total felicidad.

En verdad, el plato está delicioso.

Luego de terminar de comer, Mingyu ayudó a Seokmin y a la mujer a recoger los platos sucios y lavarlos, pese a la negativa de la madre de Seokmin de que hiciera tal tarea un invitado. Los platos y cubiertos fueron lavados y secados, con los constantes tarareos del omega y sus juegos con la espuma, terminaron con los codos mojados.

—¡Lo siento! No volverá a pasar, es que siempre que veo espuma me emociono—replicó Seokmin de espaldas, buscando ropa en su armario, ante una vista trasera, el alfa desvió la mirada. Un bollo de ropa cayó en su regazo.

Una remera y un pantalón de dormir.

Mingyu miro confundido al omega.

—¿Qué? No pensabas irte a esta hora a tu casa, cuando el coco, chucky o la llorona esperan por tu alma allá afuera— al mencionar esos personajes de terror al omega le dieron escalofríos. El alfa frunció el ceño ante tal tontería. El no cree en esas cosas terroríficas.

—En serio, tengo que irme ahora, no hay nada allá afuera esperándome.

A esta altura, el alfa debía conocer bien las expresiones del omega, ya que se estaba esperando un berrinche, y así fue, el omega se sostuvo de los bordes de su remera mojada y comenzó a saltar en su lugar.

—Por favor, por favor, por favor, por favor, ¿Siiii?—los labios abultados y los pestañeos constantes estaban volviendo una masita de plastilina a la roca que tiene el alfa por corazón.

Será una larga noche.




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Tan larga que Mingyu siguió contando los minutos para cerrar los ojos y dormir. Pero algo se lo impedía, y es que tener cara a cara al omega, en una misma cama, con los labios entreabiertos no le estaban dejando demasiadas opciones para salir de aquello. Antes de dormir, Seokmin le obligó a jugar ajedrez con él hasta que en un momento el joven risueño movió al caballo de forma recta(siendo que se debe mover en forma de una "L"), lo que denotaba sus ganas de irse a la cama, en efecto, la almohada hizo su magia y quedó profundamente dormido al tocarla. Todo lo contrario a Mingyu que seguía sin despegar la vista a su alrededor.

El omega dormía de una forma—a la perspectiva de Mingyu—angelical. Su respiración era baja y lenta, y sus piernas se lucían blancas y largas sobre las sábanas. Con el short pequeño que llevaba puesto no dejaba nada en la imaginación de cualquier alfa. Si lo está comprendiendo Mingyu ahora. Lo que un omega provoca en un alfa.

De todas formas, él no debería estar viéndolo de esa manera.

Un suspiro salió de los labios del omega, lo que hizo que los vellos del alfa se erizaran, el cuerpo de Seokmin se movió para adelante. Casi nariz con nariz y la respiración de Mingyu se detuvo abruptamente. ¡Carajo y toda la mierda del mundo! Porque su estúpido corazón volvió a destartalarse solo, a latir como loco. Sus labios están tan, tan cercas que si solo lo hace...

Probarlos.

Ante aquel profundo pensamiento se dio vuelta, dándole la espalda al omega.

Seokmin es un ser inocente, no podría caer tan bajo en robarle un beso durmiendo.

<<Concéntrate en dormir, solo dormir...>>






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Y aunque esa vez había prometido que no volvería a quedarse en la casa de Seokmin ni juntarse con él, la promesa solo le duro lo que el viento se tarda en llevarse consigo las hojas de los árboles.

Es más, ahora iba tres veces a la semana a la casa de Seokmin, cenaba allí, jugaba al monopoly con la mamá de Seokmin y se quejaba cuando perdía todas sus casas en Miami, lavaba y secaba los platos con Seokmin (terminando siempre con los codos mojados por jugar con la espuma). Se quedaba a dormir de en vez en cuando ya que a la noche debía irse a trabajar. Hasta ya se había atrevido a dejar dos remeras suyas en el cuarto de Seokmin.

Pero no. No le gusta Seokmin, son solo amigos, no puede haber más nada que eso.

Y en la escuela la historia parece ser la misma, el omega siempre que podía se acercaba hasta la mesa de Mingyu solo para dejarle una leche de caja (con chocolate, obvio).

Sus días, de alguna extraña forma, tomaron otro color, uno más brillante. Si las cosas siguen así, la soledad no parece estar en su rango tan cerca como creía.

Gracias a Seokmin.

Pero oh, su tonta desconfianza a sí mismo puede provocar daño en otros.

La culpa de haber dejado de lado a su grupo de amigos le pico un mes después de haber comenzado a socializar más con Seokmin, tanto así que había ignorado cualquier mensaje o llamada de cualquiera de ellos. Por eso mismo, hoy se propuso hacer las paces con sus amigos y volver a la normalidad. Al entrar al buffet y visualizar a sus amigos en la típica mesa de reunión supo que nada andaría bien cuando las miradas se cruzaron con él, aun así, fue hasta allí y se sentó con ellos.

—Miren quien se dignó a aparecer... —hablo Hansol, justo después se metió una papa frita en la boca desinteresadamente.

—Chicos... —Mingyu se aclaró la garganta—soy un idiota, lo se, pero vengo a disculparme, de verdad—

—Nadie quiere escuchar tu mierda.—las palabras de Mingyu fueron cortadas por un enojado Seungcheol.

—Seungcheol, no lo digas.—replicó Yoongi en un rictus de molestia.

—¿Decir qué? —Pregunto Mingyu, los ojos de sus amigos no demuestran nada bueno.

—Ya no queremos que seas parte de nuestro grupo, te juntas con raritos—Seungcheol hizo prender la mecha de la bomba, y ahora todo era una explosión amarga sobre la mesa.

Mingyu estaba cabreado

—Soy tu amigo, no puedes echarme porque me hable con otros,  estas volviéndote estúpido— la voz de alfa estaba dominando a Mingyu ahora. Todo parecía un territorio en donde el que tenga más fuerza se quedaba con todo. Tanto Seungcheol como Mingyu se levantaron de golpe de la mesa con tanta fuerza que ya todos estaban al tanto de su discusión.

—Aquí el único que se convirtió en estupido eres tu, y ahora también te volviste retrasado porque te hablas con el payaso de Seokmin.—bramo con violencia el otro alfa, Mingyu ni siquiera pensó en lo que respondió seguido de eso.

—No soy un retrasado,y además, solo le hable al chico payaso porque me dio lástima.

Ahí está, ese silencio penetrante después de decir palabras que están destinadas a herir los sentimientos de las personas.

Como lo hizo Mingyu con Seokmin.

Un sollozo se escuchó a espaldas del alfa Mingyu, uno que no le hubiese gustado nunca en la vida escuchar.

Parado detrás de él se encontraba el omega con el que tantas veces lavo los platos, sosteniendo sobre su pecho una caja de leche, sin poder detener sus lágrimas ni los hipidos.

—Seokmin, no es... —pero el omega no se quedó a escuchar ni una palabra, ya que salió corriendo del lugar. El alfa se rasco la nuca con impotencia y se dio la vuelta, solo para agarrar por el cuello a su ex amigo y tirarlo contra la mesa, todos gritaron y las bandejas metálicas de comida volaron por los aires, ensuciando la ropa de los dos alfas en plena pelea.

—TE VOY A MATAR, MALDITO HIJO DE PUTA—gritó con su voz de alfa mientras que uno de sus puños fueron directo a la mandíbula de Seungcheol, haciéndolo escupir sangre en el proceso. Yoongi y Hansol tomaron los brazos de Mingyu y lo apartaron antes de que pasara a mayores y no hubiera vuelta atrás.

—¡Calmate, lo vas a matar! ¿Queres que te metan detrás de unos barrotes?—replicó Hansol en su voz de alfa, tal vez así su amigo entre en razón. Y parece que funcionó porque el nombrado dejo de apretar los puños en señal de que ya no iba a pelear.

—Sueltenme.—pidió. Yoongi y Hansol se miraron entre ellos y decidieron soltarlo. Inmediatamente, los pasos de Mingyu se alejaron de la escena.

Antes de que el director viniera por el, Mingyu saltó el paredón que divide la escuela con la calle y se escapó de allí. Dispuesto a llegar a un solo lugar.

La  casa de Seokmin.

Estando en la puerta, quien lo recibió en la fue la madre de Seokmin, con la decepción brillando en sus ojos. Si, la entendía perfectamente.

—Sabes que te aprecio mucho, pero hoy hiciste llorar a mi bebé, y estoy triste por eso.

—Lo sé. Pero necesito hablar con Seokmin, tiene que saber que fue un completo error todo lo que escucho.

—No se si podrás hablarle... él se encerró en su habitación y...

—Solo se lo diré en su puerta y me iré, no me volverá a ver por aquí nunca más... ¿Por favor?—dolía decir que no volvería a esta casa que lo aceptó, pero por Seokmin lo cumpliría.

—Esta bien, pasa—suspiró la mujer y se hizo aun lado. El alfa trago saliva y se adentro al hogar qué tan bien conoció en las últimas semanas.

La puerta de Seokmin tenía un sticker de un perrito con un traje de astronauta. Mingyu sonrió con tristeza y golpeó la puerta para después hablar.

—Seokmin-ah, lamento tanto haberte lastimado; se que ahora debes estar muy mal por mi culpa y te juro que lo que le dije a Seungcheol de verdad no lo sentia—se quedo un momento callado, esperando escuchar su voz, pero no fue así, entonces continuó: —Eres una persona agradable y carismática, lograste que yo, el rey de los amargados sonriera de verdad, no creo que seas un payaso, mas bien, ahora que te conozco mejor, sé que lo que buscas es que nadie esté triste y eso es muy noble de tu parte. Gracias por considerarme tu amigo y... no quiero lastimarte más... así que ya no podemos juntarnos otra vez, soy... una mala persona.

Con el rostro lleno de lágrimas, Mingyu se alejó de la puerta para salir de aquella casa y de la vida de Seokmin. Las malas personas como él merecen estar solas; siempre lo supo.

En eso, la puerta de Seokmin se abre rápidamente y corre escaleras abajo, buscando al alfa, llega hasta la puerta de la entrada y no ve a nadie.

Mingyu ya se ha ido.

—Eres una buena persona, buena persona, buena persona, buena persona... —repite el omega; llorando en medio de la entrada de su casa.








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El tiempo pasó, para ser exactos, dos meses después del incidente en el buffet, en el que hablaron por última vez Seokmin y Mingyu. Y no es que el omega diera por perdido toda su progreso por la borda, sino que se le dificulta en gran medida encontrar al alfa, ya que se enteró que Mingyu pidió cambiarse de comisión para no tener que verse en el mismo curso, no estaba viniendo seguido a sus clases y para mayor problema, el omega no tenía ni idea de donde vivía el alfa. Su estado de ánimo yacía por los suelos.

Hoy, de regreso a su casa le había tocado un clima húmedo y frío a la vez. Y para colmo, también llovía.

—No se, yo creo que el otoño tiene su encanto—mencionó Soonyoung mientras pisaba con sus botas de lluvia un pequeño charco de agua.

—¿Bromeas? ¿Que encantador tiene mojarse el culo por estas fechas?, ¡agh! Odio la lluvia—replicó Seungkwan cuando de la nada se le escapa un estornudo.

—Tan encantador como cuando Hansol intenta coquetear contigo...—dijo Hoseok mientras suelta una pequeña risita.

—¡Hey! Al menos el infeliz lo intenta, no como tu alfa, ¿Ese chico alguna vez sonríe para conseguir sexo contigo?—contraatacó Seungkwan.

—Oh, ahora lo defiendes... ¿Ya le entregaste tu "tesorito"?—preguntó Soonyoung con los ojos entrecerrados y relamiéndose los labios.

—Nunca jamás se lo daré, primero debe conseguir un trabajo, casa, auto y un perro labrador para que pueda empezar a cortejarme, sino nunca obtendrá nada de mí—respondió orgulloso Seungkwan.

—Vaya que no pides nada... —Hoseok rodó los ojos.

Después de la nada tranquila charla-caminata, debían tomar caminos diferentes para llegar a sus casas. Soonyoung se fue con HoSeok y Seungkwan con el silencioso de Jungkook. Y aunque Jungkook se ofreció a acompañar a Seokmin hasta su casa porque, de verdad, el omega no se veía bien, este se negó y les dijo que no se preocupen por el.

Una vez que todos sus amigos se fueron, Seokmin suspiro entristecido por como de tornaron las cosas con Mingyu.

Lo extraña tanto, y no sabe donde buscarlo.

Perdido en su melancolía, no se percata de la presencia de tres alfas con aspecto sombrío, parecen ser estudiantes de su misma escuela (recuerda vagamente haberlos visto en el buffet, nada más). Están sentados en un banco hablando animadamente; por lo que Seokmin trata de pasar desapercibido.

—Hey, tu, omega.

Aunque no, no lo consigue.

—vaya, si es el payaso del buffet, el de los chistes malos, ven con nosotros.—el alfa palmeo el espacio vacío de la banca.

—No debo... no debo hablar con extraños.—alegó Seokmin con el corazón latiendo fuerte, dio unos pasos atrás y al instante su brazo fue apresado por quien lo invitó a sentarse.

—Soy Minghao para ti, eres muy, muy bonito, puedes quedarte aquí conmigo y ser mi omega—ahora el extraño lo sostiene posesivamente de las caderas y Seokmin quiere llorar del miedo e irse a su casa.—Oh, no llores, no, no, te va a gustar—afirmó sin consentimiento alguno. El tal Minghao posa sus labios en el cuello del omega, lamiendo superficialmente la zona, a lo que Seokmin lanza un chillido y le pisa el pie en respuesta.  Eso hace que el alfa le de una fuerte cachetada , dejando que se caiga en el asfalto duro, lo que provoca un fuerte raspón en su rodilla.

—A los golpes te voy a educar, omega—grito Minghao, a punto de darle otro golpe cuando una voz en seco lo detiene.

—Le tocas un solo cabello más, y te mato aquí mismo.

—Oh, ¿y este idiota quien es? Quiere problemas—respondieron los otros dos jóvenes en burla. Minghao se alejó de un lloroso Seokmin para acercarse al supuesto salvador.

—¿Quien te crees que eres para... ?—un fuerte golpe en la nariz es lo que recibe Minghao en respuesta. Su nariz comienza a derramar sangre. Cabreado, intenta lanzar un golpe contra el alfa, pero este lo esquiva y en eso le da un golpe certero en el medio del estómago. Lo que le deja sin aire y tumbado en el piso. Sus amigos, muertos de miedo, deciden abandonarlo a su suerte.

—¡Mingyu!—Seokmin se levantó del suelo y fue a lanzarse encima del alfa. Así que técnicamente están en el suelo de nuevo. Antes de que pudiera decir algo el omega comenzó a golpear su pecho, incrementando su llanto.

—M-me dejaste solo, te fuiste del salon y ya no te veo en el buffet, extraño lavar los platos contigo, eres una buena persona y... —la nariz de Seokmin parecía una canilla de tantos hipidos y sus ojos estaban rojos.

—Seokmin-ah, lo siento... —respondió Mingyu entre tantos golpes.

—¡Me gustas!—grito el omega. Mingyu parpadeo con la boca abierta.

—¿Qué...?

—Me gustas, me gustas, me gustas, me gustas, me gustas, me gustas, me gustas, me gustas, me gustas, me—Mingyu tapó la boca del omega para que se callara un poco.

—Ya entendí, esta bien, vamos a tu casa... ¿Te duele mucho?—Mingyu señaló la rodilla sangrante del omega, Seokmin sacudió la cabeza confiado, el alfa rió.

Mingyu le colocó una curita en su rodilla y lo subió a su espalda, mientras que Seokmin sostenía el paraguas para protegerse de la pequeña llovizna.









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Después de llevarlo a su casa, le prometió visitarlo otro día y que esperará por una respuesta a su repentina "confesión". Por las dudas, decidió dejar su numero de celular a la madre de Seokmin por si pasaba alguna cosa. Esa vez que pudo proteger a Seokmin de aquellos chicos malos fue porque lo siguió cuando estaba parloteando su grupo de amigos sobre la virilidad de sus ex amigos. Aunque nunca se lo iba a decir, quedará como un acosador y lo que menos quiere es parecerse a uno.

Lo inusual es que sea el tercer día que asiste al colegio y no ve a Seokmin por ningún lado. Su rodilla no se veía tan mal para darse el lujo de faltar tanto tiempo... ¿Y si se le disloco algún hueso?

Mingyu espera que no.

Unas tres sillas se arrastran sobre la mesa en donde se encuentra sentado y observa a sus ex amigos: Yoongi, Hansol y Seungcheol sentarse allí.

—El grupo te ofrece las más sinceras disculpas y... yo te pido perdón también—el primero en hablar es Seungcheol.

—En teoría, yo no te eche del grupo—mencionó Hansol bajo la escrutadora mirada de los otros dos—pero esto no es lo mismo sin ti, vuelve al grupo.

—Bueno, ya dijeron todo por mí—replicó Yoongi en una sonrisa.—Jamás quisimos hablar mal de Seokmin, de ningún omega, eso se acabó.

—Chicos... gracias.—respondió Mingyu.

—Bueno, bueno, basta de tantos sentimientos que esto parece novela de la tarde, mejor vayamos a ver unos "videos" más interactivos a mi casa después de salir de esta cárcel—ofreció Hansol abrazando a sus dos compañeros, estos le gruñeron.

Sus amigos son los mejores.

En toda esa felicidad suena el celular de Mingyu, y cuando atiende siente que las cosas están tomando, otra vez, otro gran giro en su vida.







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Ok, sus piernas están temblando; pero el no esta nervioso, sino más bien... ¿sorprendido? Es que no hay lógica en su cerebro que le permita siquiera entender porque la madre de Seokmin lo llamo a el.

Para que se hiciera cargo del celo de Seokmin.

Dios, el jamás estuvo en contacto con un omega en ese estado, encima de todo ¿ayudarlo en qué forma?

De esa forma...¡De ninguna manera!

Si hace unos días atrás Seokmin se veía tan tranquilo, ahora se encuentra encerrado en su habitación (según palabras de su madre) pidiendo únicamente la presencia de Mingyu.

Trago saliva. Su amigo ( o lo que fueran ahora mismo) necesitaba de su ayuda, y él debe comportarse como tal e ir con el. Porque al final de sus pensamientos, Seokmin no es ni la mitad parecido a un omega como lo creía Mingyu.

Grita, ríe, hace lo que le parece correcto y no lo que los demás esperan de él, tiene una inocencia por el mundo que lo rodea bastante particular; y definitivamente sus chistes malos son los que más le sacan una verdadera sonrisa.

¿Expresar aquello podría ser lo más cercano a sentirse enamorado por alguien?

Bueno, espera que si.

Tomó una respiración profunda, seguido de un pequeño golpeteo a la puerta. Escucho pasos cortos y rápidos acercándose por el pasillo; una mirada cargada de esperanza fue lo que lo recibió (eso lo incómodo aún más).

—¡Viniste!— fue, prácticamente arrastrado por la mujer en el pasillo. Sin muchas vueltas, ya se encontraban a medio pie de subir el primer peldaño de la escalera.

—¡Está bien, puedo solo!—afirmó nervioso—¿Seokmin esta...?—Oh si, claro que lo estaba, era la primera vez que identificaba el aroma de un omega en celo, al principio no le tomo mucha importancia al aroma de los omegas, pero en estas instancias, la esencia de Seokmin es intensamente adictiva.

La casa entera olía a jazmines.

—Seokmin siempre utiliza supresores para sus días, pero esta vez no le está funcionando, lleva tres días en ese estado febril por lo que me preocupe y llame a su doctor de cabecera... —ella detuvo su hablar un momento. Mingyu la vio suspirar como si tratara de aceptar lo que está a punto de decir.—y el doctor me dijo, que efectivamente, Seokmin necesita de un alfa, que su omega lo identificó y ahora no va a calmarse sino está con él; lo que quiero decir es que, chico, tu eres su alfa.

Ok, definitivamente eso no se lo venia venir.

—¿Su-su alfa? ¿Está segura?—A Mingyu le gusta Seokmin, pero ser su alfa es ... ¿lo es?

—Se que tienes miedo, yo también lo tengo, no es como si me gustara la idea de dejar a mi bebé en manos de un alfa—ella rió un momento para aligerar el peso de sus palabras—hay algo en mi instinto de madre que me dice que vas a ser un excelente alfa para mi hijo, solo lo se, así que ve allí y ayudalo, solo... no seas rudo con el ¿Si? Nunca estuvo con un alfa así que...

—Espere- espere—la interrumpió—No puedo hacerlo, no así, no...

—Si puedes, piensa en Seokmin y todo estará bien, ¿De acuerdo?

Mingyu asintió lentamente.

La madre de Seokmin desapareció de su campo de visión, lo que ahora le resta, subir peldaño por peldaño, hasta encontrarse con la puerta que debía abrir. Y así lo hizo, con el corazón latiendo a mil por segundo, el olor a jazmines era el doble de fuerte. Todo en esa puerta gritaba que la derrumbara inmediatamente y entrará. Sin embargo, no es un ser irracional como para destruir una puerta para entrar así que la opción de girar la manija suena super racional.

La puerta hizo su característico sonido de  cuando es abierta y camino lentamente dentro de ella, lo primero que observó con curiosidad fue un enorme bulto de mantas bien acurrucado de un solo lado de la cama (exactamente el lado que Mingyu utiliza cuando se queda a dormir). El mismo bulto se deshizo de las mantas cuando escuchó un ruido.

Mingyu olvido lo que es respirar.

Allí estaba Seokmin, con el cabello alborotado y desordenado, llevando puesto como única prenda una remera... ¿Era esa la remera que Mingyu dejo la vez que se quedó a dormir? Lo que en el omega se veía enorme. Además de llevar esa hermosa expresión en el rostro: su bella  e única sonrisa.

<<Controlate, mantén la calma o lo asustaras>> o mejor dicho, se asustara el.

—¡Mingyu-alfa!—el semidesnudo cuerpo del omega se levantó de la cama, y si no fuera por la rapidez de los brazos de Mingyu, ese bonito cuerpo se hubiese caído. Apenas lo toco se dio cuenta de lo caliente que se encontraba, la excitación corrió como fuego en su interior al tener a Seokmin tan cerca.

—Seokmin-ah, ¿Cómo te sientes? —Mingyu acarició la mejilla del omega.

—Muy caliente... y duele aquí—señaló debajo de su vientre—duele y pienso en ti... ¿Es-esta bien?— Seokmin dejó escapar un suspiro bajo.

—Si, eso está bien, no hay nada de malo en ti, ¿Si?—Seokmin asintió rápidamente; Mingyu decidió acariciar su cabello mientras buscaba las palabras para continuar con todo.—Respecto a la respuesta que te prometí, estuve pensando y... también me gustas. Me gustas, Seokmin- omega.

Se supone que el primer paso lo tiene que dar un alfa, pero Seokmin no encaja en la descripción de un omega tipo. Por lo que apenas escucho ese "me gustas" que necesitaba no dudo en posar por primera vez sus labios en otros. Bueno... sobre Mingyu mejor dicho.

El alfa se dejó llevar por esos suaves labios, nunca antes probados, y lo atrajo más a su cuerpo de un enredo de manos por las caderas. No había nadie más en su pequeño mundo que sus labios juntos y alimentándose de ese gran creciente amor. Y aunque no entendieran nada de besos eso no les impidió seguir explorando el terreno de lo desconocido, compartiendo más saliva, Alejando toda posibilidad de obtener oxígeno.

Y así, lentamente , fueron apoyándose en la cama, y como si de manera natural se dieran las cosas, el alfa comenzó todo un recorrido de besos húmedos, de pequeñas mordidas sobre el inmaculado cuello de su adorado omega.

Pero cuando la situación siguió subiendo de nivel, cuando el omega fue despojado de su única prenda de vestir, ahí fue cuando Mingyu entendió que, quería estar al lado de Seokmin todo lo que le resta de vida aunque sonara como lo más cursi del mundo.

Claramente no le sorprendió , al despojarse el mismo de todas sus ropas, encontrarse completamente duro sin siquiera haberse tocado. Es el poder que Seokmin tiene sobre él, definitivamente.

—Mi omega... —los dedos de Mingyu decidieron explorar la entrada rebosante de Seokmin, tres de ellos han entrado con toda la facilidad del mundo. El omega emitía de vez en cuando unos cuantos jadeos por la estimulación. De todas formas, no quería causarle daño aunque estuviera lubricado, por lo que decidió esparcir de su propia saliva en lo que respecta de su longitud.

Cuando creyó estar lo suficiente lubricado, abrió un poco más las piernas de su amado y entró lentamente en el. Cuando las embestidas comenzaron fueron lentas, y paulatinamente aumentaron de velocidad para luego ser piel chocando con piel.

—Ah, se- se siente muy bien, me gusta alfa—las esquinas mojadas de sus párpados inferiores sólo confirmaban la excitación y el placer que Seokmin siente en estos momentos. Unos movimientos más y todo alcanzó el clímax perfecto, Seokmin se corrió sobre su abdomen y Mingyu le siguió unos minutos después.

Seokmin cerró los ojos automáticamente después de aquello, Mingyu lo observó dormir un buen rato mientras limpiaba el sudor de su frente.

Verlo dormir solo le hacía pensar en lo hermoso que es.







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—¿Te pondrás una peluca para mi?—pregunto aun un adormilado Seokmin mientras se pegaba al cuerpo de su alfa. Mingyu no entendió a qué se refería, debía ser por la incipiente fiebre... ¿Esperen? O será que Seokmin también lo vio vestido de colegiala.

—Solo se que te veías lindo... —de nuevo, los párpados de Seokmin se cerraron. Mingyu le pico una mejilla en venganza.

—Hey, no te atrevas a dormirte, ¿Me estás escuchando? ¿Me viste con una peluca? ¡Anda, responde!—pero la respiración del omega volvió a calmarse. Bueno se lo preguntara en otra oportunidad.

—Te amo, Seokmin-ah—susurro Mingyu, dejando un suave beso en la frente de su omega.

En un futuro, cuando estén listos los dos, decidirán si un lazo como el de HoSeok y Yoongi es para ellos.

Tienen todo el tiempo del mundo para averiguarlo.










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Saben qué, siento que escribi mucho (9708 para ser exactos haha) y no dije nada. Ay :(

Bueno, es que tampoco quise seguir estirando como chicle, no se, igual, me gusto mucho escribirlo, es por momentos muy soft todo y después les meto el dramón haha.

Se que Mingyu x Seokmin es una couple bastante rara, pero los vi bien bonitos juntos así que así quedó todo haha, disfruten este extra, y si ven algún error de un dedazo u ortográfico, sepan disculpar :')

¡Saludos! ^^

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