Jungwon caminaba hacia su aula con la capucha de su suéter cubriéndole el rostro.

Sentía las miradas de las personas en el pasillo, comenzaba a creer que sabían que él había sido el causante del escándalo en la sala de audio la otra vez. Por eso hacía lo posible por pasar desapercibido, aunque en realidad todos solo veían a un chico caminando todo paranoico mientras "disimulaba" estar tranquilo.

Porque claramente Jungwon estaba siendo de todo menos discreto, solo bastaba con ver como cada dos segundos miraba detrás suyo o trataba de ocultar más su rostro, era casi increíble como realmente todos ignoraban aquel comportamiento inusual en él.

Pero ahí seguía. Ya estaba comenzando a sudar, quería deshacerse del suéter por eso, sin embargo, decidió dejárselo hasta el cuello para seguir ocultándose. En lo que hacía la maniobra para sacar sus brazos del suéter mientras seguía caminando, dejó de prestar atención al camino, por lo que terminó chocando con otra persona.

—Lo siento —dijo avergonzado—, fue mi culpa.

Cuando Jungwon levantó la mirada deseó no haberse detenido y seguir adelante luego de disculparse. Para su muy mala suerte, ahora estaba plantado frente a nadie menos que Park Jongseong, el famosísimo capitán del equipo de voleibol. El chico por el que se humilló públicamente.

Y añadiendo a eso, este parecía saber quién era o ¿por qué estaría poniendo esa cara de haber encontrado la ciudad de Atlantis? No lo sabía y no quería saberlo tampoco, por lo que sin mirar atrás echó a correr en dirección opuesta como si estuviera huyendo de un asesino.

—Oye, ¡espera! —Jongseong no pudo seguirle el paso, sus amigos le miraban confundido mientras él seguía ahí procesando el hecho de que, probablemente, había visto el rostro del chico que buscaba, mas no podría saberlo, había escuchado aquella voz nuevamente y su mente solo hizo click. Pero no podía dejar ir aquella oportunidad... no cuando estaba tan decidido.