Capítulo 9
(Connor en multimédia 🙃)
Narra Cloe:
Connor y yo somos hermanos. Connor y yo somos hermanos. Connor y yo somos hermanos. Connor y yo somos hermanos. Connor y yo somos hermanos. Connor y yo somos hermanos. Connor y yo somos hermanos.
Las palabras de Eli se repetían en mi cabeza una y otra, y otra vez. ¿Cómo es que son hermanos y nunca la había visto en su casa? ¿Por qué no me lo había dicho antes? ¿Cómo irá al instituto? Vivimos frente a frente y nunca la he visto salir de la casa. Ni siquiera Connor me la había nombrado. Esto es muy raro.
— ¿Hermanos?— es lo único que pude articular.
Ella asintió.
—Nuestros padres están divorciados desde hace años. Connor vive con mi madre y yo vivo con mi padre en otra casa—me explica.
Eso responde a varias preguntas que tengo en la cabeza.
—Eso lo explica todo— mascullé.
La miré.
—Nadie lo sabe, ¿vale? Lo hemos mantenido en secreto durante muchos años y me gustaría que eso siguiera estando así.
Asentí repetidas veces. Ahora me siento mal, ella me ha confiado esto y yo no fui capaz de contarle sobre Izan.
—Tu secreto está a salvo conmigo— le sonreí.
Creo que algo acaba de cambiar entre nosotras.
—Me siento bien ahora que alguien lo sabe— admitió sorprendida por ese nuevo sentimiento de liberación— Gracias por aparecer en mi vida, Cloe.
Narra Eli:
Me despedí de Cloe y tras enviarle un mensaje a Connor de que ya iba para su casa, crucé la carretera y con cierto temor toqué el timbre. Como siempre, mi madre tiene todo el jardín perfectamente colocado y con absolutamente nada en mal estado.
La puerta se abrió dejándome ver su rostro. Está más envejecida desde la última vez que la vi. El maquillaje palidece su piel y cubre con intentos fallidos algo que es imposible de frenar: la vida. Lleva ese uniforme azul celeste que tanto detesto y el cabello con un peinado de peluquería.
Nuestra relación nunca fue buena, ni siquiera cuando mis padres estaban juntos. Siempre me dio la impresión de que quería cambiarme y que no aceptaba mi forma de ser. Impulsiva, frenética y ruidosa. Nunca quiso asimilar que le había tocado una hija imperfecta y rebelde. Así que, esa fue suficiente excusa como para irme a vivir con mi padre en vez de con ella ya que, él siempre me ha aceptado tal y como soy.
—¿Vienes a ver a tu hermano?— me preguntó mirándome de pies a cabeza.
—Claro, ¿a quién si no?— me encogí de hombros.
—Veo que no has cambiado— dice mirándome asqueada.
Me crucé de brazos y rodé los ojos. Algo me dice que ha visto mi perforación del ombligo, pues llevo una camiseta corta que lo deja al aire. Di un paso al frente en un intento por que me deje pasar, para mi sorpresa se hizo a un lado.
—Tu hermano está en su cuarto.
Pasé por su lado sin ni siquiera rozarla. Contarle a mis amigas que Co nnor es mi hermano, implicaría decirles que vivo con mi madre y eso me obligaría a explicarles que yo no tengo buena relación con mi progenitora como la tienen ellas. No salimos juntas a tomarnos un helado, ni se molesta en preguntarme como estoy como sus madres.
—¡Enana!— exclamó al verme.
Sus for nidos y tatuados brazos me rodearon con fuerza hasta tal punto de levantarme del suelo. Nos vemos todos los días, pero no nos acercamos a hablar para que no se levanten sospechas.
—Me estas asfixiando— digo con voz entrecortada sintiendo mis mejillas arder.
Rápidamente me soltó y acto seguido, me dio un ligero empujón.
—Te echaba de menos— admitió.
De repente me empujó contra su cama y como era de esperarse comenzó a hacerme cosquillas. Chillé como loca y juro que casi me asfixio de tanto reír.
—¡Vas a matarme!— digo entre carcajadas.
De una vez por todas paró permitiéndome recobrar el aliento. Se tumbó al lado mío en la cama y nos quedamos mirando hacia el techo en silencio. Cuando eramos pequeños solíamos estar así, amábamos hacernos compañía en silencio. Solíamos mirar hacia el techo donde mi padre había colgado de una forma un tanto chapucera unas estrellas de plástico.
— Me compré una moto.
Sabía que la tenía porque lo había visto llegar al instituto con ella.
— Así que al final reuniste todo el dinero — le digo sorprendida.
Él asiente.
— Estuve ahorrando durante meses y bueno, lo conseguí— dice orgulloso de sí mismo.
Aunque me extraña que en un par de meses haya ahorrando suficiente dinero como para comprarse una moto de paquete. No obstante, no le preguntaré sobre cómo consiguió el dinero.
— ¿Y a qué estamos esperando? Tienes que darme una vuelta en ella— le digo poniéndome en pie.
Connor se pone en pie, toma las llaves de la moto y literalmente me arrastra hacia el garaje. Nos subimos en su moto entre risas. Los gritos de mi madre se escuchan desde arriba porque es de noche y aunque suene peligroso, a mí me parece un plan perfecto.
— Agárrate fuerte, enana— me dice justo antes de hacer rugir el motor de su moto.
Narra Cloe:
Las clases se me pasaron tremendamente lentas. Estoy cansada. Estuve toda la noche dándole vueltas a mi conversación con Eli y al hecho de que no le conté mi historia con el innombrable. Además, las clases de matemáticas nunca han sido lo mío.
Salí de mi última clase junto con Eli. Ella parece no haberle dado importancia a que le oculté la verdad. Bueno, técnicamente no sabe que le estoy ocultando algo. No es que no quiera contárselo, tengo miedo por su posible reacción. No quiero que sienta pena por mí o que después de esto comience a tratarme diferente.
Quizás sean paranoias mías y ella me entienda. Así que esperaré a sentirme preparada. Dejé de pensar en todo este lío cuando vi una escena bastante comprometedora en el pasillo.
Dylan y Lindsey besándose con mucha pasión.
Vaya, no pensé que fuese un chico tan fácil ni tan mujeriego. Es su segundo día y ya está con alguien. Eli me miró apenada, como si sintiese pena por mí. Es cierto que ayer hablamos sobre él, pero espero no haberle dado a entender que me gusta este imbécil.
—¿Estás bien?
Salí de mi trance y desvié mi mirada para ver a mi amiga. Ella, en un intento por disimularlo, me alejó de la situación en dirección a la salida del instituto. Después de haberle contado lo sucedido, me dejó claro que veía posibilidades entre el ojiverde y yo. Sin embargo, yo lo veo y lo veré siempre muy inviable. Asentí con cierto desinterés. Me da igual que él esté con Lindsey, es libre de hacer lo que quiera.
— No siempre tienes que estar bien, lo sabes, ¿verdad?
Esas palabras me recordaron a Sofia, tras el problema con el innombrable, estuve un tiempo haciéndole creer a todos que estaba bien. Más bien quería asimilarlo en mi interior porque yo sabía que no estaba nada bien.
— Ese chico está ciego, te lo juro— me dijo haciéndome reír.
Me despedí de ella en la salida y le aseguré de que me encontraba bien. Lennon me hizo señas desde la distancia, me acerqué a él y a su hermano y finalmente, volvimos juntos a casa.
—Hoy hablé con el nuevo y la verdad es que no sé que demonios hace con Lindsey — dice Logan, su hermano, arrugando la nariz.
Supongo que no son tan distintos.
—Él parece no estar muy cómodo con ella, ayer lo escuché decirle que lo dejara en paz— añadió Lennon.
Logan fue a hablar y fue ahí cuando me di cuenta de que podría estar cayendo en un círculo. Con Izan fue exactamente igual. Tuvimos acercamientos porque era hermano de mi mejor amiga y supongo que debíamos llevarnos bien. Más tarde todo comenzó a girar entorno a él, las conversaciones con personas ajenas, los encuentros, los problemas. Y meses más tarde me vi creyendo que no podría salir de aquel agujero negro en el que había caído por ilusa.
—¿Podemos cambiar de tema?— hasta yo misma me sorprendí al ver que me había atrevido a pronunciar esas palabras.
Ambos intercambiaron miradas de confusión y luego me miraron. Por suerte, ninguno preguntó por mi repentino agobio, pero sí se dieron cuenta de que algo andaba mal. El resto del camino estuvimos hablando del baile y del hecho de que no teníamos pareja. Y es que, ¿quién dijo que se debe ir obligatoriamente acompañado a un baile? La vida se ve otra forma estando soltero.
—¡Adiós pequeña fiera!— me gritó Logan mientras caminaba hacia la entrada de mi casa.
Ahora ha decidido llamarme así porque se gozó como muchos otros la gran discusión con Dylan en la que terminamos bañados en comida.
Me giré y le saqué mi dedo medio. Él se carcajeó.
—¿Fiera?— le preguntó Lennon sin entenderlo.
Solté una carcajada. Logan me miró divertido.
—¿Vas a decirme que no viste como le llenaba la cara al nuevo de comida en la cafetería?— le dijo atónito.
Entré corriendo en casa ignorando su pequeña discusión sobre lo que sucedió en la cafetería. La sonrisa en mi rostro era inconfundible hasta que lo vi.
—¿Y tú que haces aquí?— le pregunté de lo más borde a Dylan.
—Se me olvidó decirte de que ellos venían a almorzar, hija— contestó mi madre asomando la cabeza desde la cocina.
Rodé los ojos y dejé mi mochila en el suelo bajo la atenta mirada del invitado. Tras saludar a Steve, a su madre y a su hermana, me encerré en mi habitación. Después de unos largos minutos comiéndome la cabeza con la mirada perdida en el techo, decidí llamar a mi vecino.
—¿Logan?— hablé.
—Mm, ¿Cloe?— parece nervioso y sorprendido al mismo tiempo porque lo esté llamando.
Esta es una de las grandes ventajas de tener vecinos de tu misma edad y aunque no me haga gracia tener que darle explicaciones a Logan sobre por qué quiero salir corriendo de casa, le pregunté si le apetecía salir después de comer y él me dijo que sí.
—¿A dónde crees que vas?— quiso saber mi madre al pillarme queriendo salir a hurtadillas de la casa.
— Voy a salir a dar un paseo con el vecino— le hago saber poniéndome la chaqueta en el zaguán.
Ella frunció el ceño y a su lado apareció mi padre. Ambos parecían extrañados de que fuese a salir con mi vecino. Supongo que ellos también han notado mi ausencia de amistades masculinas.
— ¿Y qué pasa con los invitados?— me recuerda mi padre.
Suspiro.
— Solamente será un rato, no tardaré, ¿vale?
Esa respuesta les hizo sonreír, sobre todo a mi madre. Oh no, dime que no está pensando lo mismo que yo.
— ¿Un rato? ¿Desde cuando tú sales un rato con un amigo? — dijo con cierta picardía.
Lo que me faltaba, estoy literalmente huyendo de Dylan porque siento que me hará caer en un círculo vicioso y ahora mis padres me vienen con la hipótesis de que podría estar saliendo con el vecino.
— Ese amigo se llama Logan y salgo con él desde que me mudé a aquí, a este país frío y aburrido al que todavía no me he adaptado— digo abriendo la puerta— Y para tú sorpresa, puedo tener amigos sin la necesidad de que sean mi pareja y ahora adiós.
No me gusta comportarme a la defensiva con ellos. Pero tuve la sensación de que el transcurso de la conversación no me iba a gustar. Salí de casa por fin pudiendo respirar aire puro. En la entrada, Logan me esperaba con las manos en los bolsillos y una sonrisa de oreja a oreja.
Narra Dylan:
Los padres de Cloe entraron en la cocina sin ella cosa que me extrañó bastante. Mi madre y la suya se echaron unas miradas tremendamente tentadoras y eso me hizo fantasear. ¿Estarán teniendo una conversación telepática sobre Cloe? Madre mía, quiero enterarme.
— Cloe salió con su amigo así que comeremos solos— informó su madre guiñándole un ojo a la mía.
Voy a explotar.
— ¿Ah, sí? ¿Y cómo se llama el chico?— mi pregunta tomó por sorpresa a mi madre y a su marido pues ambos se giraron para echarme miradas de advertencia— A lo mejor vamos a la misma clase.
— Logan — respondió su madre dando un trago a su copa de vino.
Genial.
Ese chico es literalmente la sombra de Cloe. Siempre que la veo por los pasillos están juntos. Suele estar con él o con la chica de pelo oscuro quien creo que se llama Eli. Lo que me da a pensar de que quizás sean pareja.
— ¿Lo conoces?
Todos mis pensamientos se dirigieron a la atenta mirada del padre de Cloe. Parece realmente interesado.
— C-claro, Cloe y él suelen pasar mucho tiempo juntos en el instituto— digo.
— Lo que me imaginaba. Nuestra hija se ha enamorado— anuncia su padre dando un golpe en la mesa.
La madre de Cloe sonrió. Como si estuviese feliz de que su hija pudiera tener pareja.
— Ya era hora de que sucediera, así que tendrás que aceptarlo, D— le dijo a su marido con seriedad.
Él asintió sin muchos ánimos lo que me da a pensar de que quizás ellos sepan lo que sucedió entre el tal Izan y ella. No obstante, cuando me disponía a preguntarle sobre ese chico, James hizo su aparición.
— James, ¿tú sabías que tu hermana andaba saliendo con ese muchacho?— le preguntó su padre después de que nos saludase.
James frunció notablemente el ceño y negó con la cabeza.
— ¿Cloe saliendo con alguien? ¿Qué chico?
— Logan — respondí llamando su atención.
En ese momento mi madre me mandó a callar entre dientes. Yo le sonreí de la forma más inocente en la que pude.
— Eso es imposible, se conocen desde hace menos de una semana y solamente son amigos— dijo él extrañado— Cloe no es así.
Quizás tenga razón. Sus padres insistieron en sus hipótesis. Así que James tomó la justicia por su mano y salió corriendo de allí en busca de su hermana.
—¡James ni se te ocurra avergonzar a tu hermana de esa manera!— exclamó su madre. Pero ya era tarde porque él ya había ido.
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¿Que les pareció? ¿Les cae bien Dylan? ¿Les gustan los hermanos McMahon (Eli y Connor)? ¿Encontrará James a Logan y Cloe?
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~Les quiero, mil~
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