Capítulo 30
(los chicos corriendo en dirección al hospital en multimedia 🙃)
Narra James:
Me armé de valor y me lancé al vacío sin mirar. Segundos previos, escuché a mis amigos hablarme pero ya era tarde para echarme atrás. Al pisar el suelo quedé estático, me sorprende el haber caído de pie. La altura era considerable así que podría haberme roto algún hueso. Lo primer que veo son mis pies y acto seguido, el piso. Concretamente el tipo de suelo porque esto no es la salida y tampoco está cerca de ella.
- ¡Madre mía Jonhson, usted ha caído del mismísimo cielo!- exclama una voz a mis espaldas.
No puede ser.
No puede ser cierto.
¡Es la sala de profesores!
-¡Retirada! ¡Repito, retirada!- dije dejándome la voz en ello.
Con la mirada del profesor de guardia y de la profesora de química, me subí a una mesa y sde un brinco conseguí aferrarme al conducto para volver a entrar. Ellos comenzaron a gritarme como locos, pero los ignoré.
¡Es nuestro final!
Me adentré en el conducto y mis amigos ya me llevaban ventaja reptando por el tubo.
-¡Gracias por esperarme!- exclamo corriendo para alcanzarlos.
-¡Te dijimos que comprobaras!- me reprocha mi hermana a lo lejos- ¡Ahora sí que estamos bien jodidos!
-Nos va a caer el castigo del siglo- le corrobora Connor ahora que los alcancé.
- ¡Creía que estabas de mi lado!- me quejo recordando que él hace unos segundos me estaba animando a saltar.
- ¡Pues ya no!
Seguimos reptando a gran velocidad por el conducto para volver a clase. Mis ojos estaban fijos en mis manos mientras avanzábamos hasta que de repente, me choqué con el trasero de Connor.
-¡No te pares!- le chilla Sam a Eli, la cual va de las primeras y se ha frenado en mitad de camino para responder una estúpida llamada telefónica.
Los demás siguieron quejándose, pero ella los ignoró.
-¡Cállense, es la madre de Hayley! - espeta atendiendo a la llamada.
Me senté agotado, ya asimilando la que nos va a caer una vez que bajemos de aquí. Mi corazón va a mil por hora y ahora mismo solamente se escuchan un sinfín de respiraciones aceleradas.
- ¿Hola? Sí, sí puedo hablar... Mm, ayer cuando la vi estaba bien sí... No, no le ha pasado nada en el instituto, ¿por qué? - La conversación entre la madre de Hayley y Eli se torna cada vez más rara- ¿En serio? Vale, tranquila... Sí, iré ahora mismo a verla... No sé que ha podido pasar... Yo... Vale, vale, ya vamos.
Vi a Eli colgar y como se quedó mirando el teléfono ensimismada. De repente, alzó su cabeza y sus ojos cristalinos se conectaron con los míos.
Algo no va bien.
-Eli, ¿ qué pasa?- le pregunta Angy.
- E-es Hayley. Está muy grave en el hospital- nos confiesa con expresión de horror - Tenemos que ir a verla ya. Nos necesita.
La velocidad por la que avanzamos por el conducto no fue ni normal, ni siquiera la manera en la que encaramos a los profesores lo fue. Salimos huyendo del instituto en dirección al hospital. Corriendo como almas que lleva el diablo directos hacia nuestra amiga. Con la adrenalina revoloteando por todo nuestro cuerpo y la incertidumbre danzando en nuestras mentes.
- ¡Para a esa guagua!- le grita Kathia a Logan, quien va de los primeros en la carrera.
Conseguimos entrar en el transporte público y en cuestión de minutos ya estábamos a espuertas del hospital. Un lugar sobrio y frío al que no desearías entrar jamás. Las chicas entraron corriendo al edificio junto a Lennon y Kevin, por otro lado, nosotros nos quedamos fuera recuperando el aliento.
- Llamaré a mi hermano- nos dice Liam alejándose para llamar a Dawson, quien no se ha dignado a aparecer después de haberle partido la cara a Lennon.
-Menuda basura de día- me dice Connor encendiéndose un cigarrillo.
Asiento. El plan salió fatal. Fue un desastre.
-Pero por lo menos estamos fuera, ¿no? Como tu querías- me codea y yo sonrío.
-Supongo que sí- me encojo de hombros.
Al cabo de un rato, entramos en el hospital y tras un infinito viaje en ascensor, llegamos a la planta en la que estaba Hayley. Sus padres estaban ahí y junto a ellos, los demás del grupo.
- ¿Cómo está?- le pregunta Sam a Kathia. Ella se encoge de hombros.
-Todavía no sabemos- responde y con eso, nos dejamos caer en los cutres asientos del hospital.
Narra Chad:
Con el corazón a mil por hora entré en el hospital, las miradas de algunos enfermeros se clavaron en mí cuando me vieron avanzar con tanta brusquedad, pero los ignoré. La llamada de mi hermano me alertó muchísimo y tuve que descubrir mi tapadera ante mi padre, a quien le había dicho que me encontraba enfermo para ir a clase hoy, y salí corriendo de casa.
No sé qué haría si ella le pasase algo malo.
Mi presencia en la sala llamó la atención de todos mis amigos, los ojos de Lennon se clavaron sobre mí como dagas envenenadas y traté por todos los medios no mirar el estropicio que hice en su cara, pero fallé.
-Vaya, pensé que no vendrías- admite mi hermano dándome la bienvenida. Las miradas del resto del grupo se clavan en mí, pero nadie dice nada.
-¿Dónde está ella?
Él se encoge de hombros.
-No lo sé, sus padres acaban de entrar a verla. - Asiento con la cabeza y resignado, me siento a esperar.
El tiempo pasó muy lento y justo cuando iba a explotar por haber estado esperando una hora y media para recibir respuestas, sus padres salieron de la habitación.
- ¿Cómo está? ¿Está bien?- dijimos avanzando hacia ellos.
En la mirada de sus padres puedo ver el cansancio y la tristeza. Su madre es un mar de lágrimas y me duele verla así.
- El doctor ha dicho que se pondrá bien, pero que necesita tiempo-nos cuenta su padre ante la incapacidad de la madre por hablar.
A mí eso no me resuelve nada.
-Pero, ¿Qué tiene? ¿Qué le pasó?- les pregunta Eli. Exactamente la misma pregunta que me estaba haciendo yo.
Él suspira y mira a su esposa.
-Hayley perdió la consciencia y por eso la trajimos, según el médico, llevaba desde el día de ayer sin comer y eso le ocasionó ese desmayo- nos cuenta con expresión de preocupación- Por eso te llamamos, queríamos saber si le había pasado algo recientemente como para que haya dejado de comer.
Sin querer y discretamente, algunas miradas recayeron sobre mí. Dios mío, yo ocasioné todo esto. La situación de ayer le pudo y por eso está así.
-E- Ella ha bajado mucho de peso y... No sé cómo es que no nos dimos cuenta- lloriquea su madre. Ver a su madre desvanecerse ante nuestros ojos me rompe el alma.
-No saques ese tema ahora Chris-le pide su esposo en un intento por sonar dulce, pero falló- Le hemos dicho que llevan todo este tiempo fuera esperando por ella y ha pedido que les dejemos entrar, pero solo pueden entrar de dos en dos.
Dicho eso, se van a sentar por ahí. Me sorprende que Hay no esté comiendo con frecuencia, espero que no quiera bajar de peso porque siempre he pensado que está muy bien como está.
-Vale, ¿Quiénes van a ser los dos primeros?- inquiere Angy formando un círculo.
-Creo que lo correcto sería que entrásemos nosotras primero-dice Kathia.
Los otros asienten.
-Pues yo creo que debería entrar Lennon- propone Logan y al notar mis ojos sobre él, añadió:-Y Chad con él.
Los demás lo miraron como si estuviera loco.
- Será para que uno de ellos salga volando por la ventana- dice mi hermano.
- Oh venga ya, no se pelearían otra vez por Hayley, ¿a qué no? - dice Kevin.
Yo asiento. Nunca volvería a pegarle a Lennon, aunque se lo merezca.
- Sí ya, igualmente dudo mucho que Hay quiera ver a Dawson ahora. Lo de ayer aún está reciente- Puede que Cloe tenga razón, pero quiero verla.
- Oye que ahora son amigos- me defiende mi hermano ante el comentario de Cloe- Bueno, lo eran antes de que a este le diera por pegar a su novio.
- No soy su novio- se defiende Lennon y al mismo tiempo, yo digo: - No es su novio.
Ambos nos miramos extrañados por esa compenetración y Liam suelta un sonoro bufido.
- Cloe tiene razón, es una idea horrorosa, ¿crees que Hayley va a querer ver a sus principales dolores de cabeza ahora mismo?- interviene Eli- Deberían darle un respiro. Los dos.
-No, quiero entrar- hasta yo mismo me sorprendo por la seguridad de mis palabras.
Finalmente, me salgo con la mía y consigo entrar el primero junto a Lennon. Él no me dirige ni la mirada y lo agradezco. Detestaría sentirme un monstruo justo ahora. Cuando entramos en la habitación, ella está tumbada sobre una cama de sábanas color beige rodeada de cables y monitores. Sus ojos están cerrados así que deduzco que está dormida.
- Te vas a poner bien, ya lo verás- le dice Lennon acercándose a sostener su mano.
Mis dientes chirrían, pero no digo nada.
Ella lo quiere a él, no a mí.
Y con razón, supongo.
Resignado, me alejé de ellos y me pegué a la puerta para darles su espacio. Él la observa como si fuese la última botella de agua en el desierto y eso me asusta, ¿estamos enamorándonos de la misma chica?
Me dediqué a mirar cada cuadro cutre de la habitación con tal de no fijarme en la bonita escena que está protagonizando mi mejor amigo con la chica que me gusta. Cuando él terminó de susurrarle cosas, se giró y por primera vez, me miró fijamente a los ojos. Está bien feo ese golpe en su cara y sé que en algún momento tendré que disculparme, pero no ahora.
- Te dejaré a solas con ella y por favor, no la cagues- me pide con despecho.
No le respondo, simplemente avanzo hacia ella y cuando escucho la puerta cerrarse, me siento en paz.
- La verdad es que no sé en qué demonios estará pensando esa cabecita tuya, pero espero que sea algo bonito. No sé... Algo que te dé ganas de ver la vida de otra manera porque sé que las cosas están bastante mal en tu vida, pero ten por seguro que saldrás de esta. No sé... No sé que haría sin ti, Hay- digo pensativo. Mi mano acaricia ligeramente la suya, pero no la sostengo. No me atrevo a hacerlo- No sabes las ganas que tengo ahora mismo de cogerte de la mano... Pero no lo haré. No sería lo correcto, ¿no? - trago en seco- Sé que me dejaste las cosas claras el otro día, que me mandaste de un golpetazo a la zona de los amigos porque estás segura de que esto no funcionaría, pero yo sigo creyendo en esto. Sigo creyendo en un nosotros.
Sonrío.
- Suena super cursi, lo sé. Pero es la verdad. Yo lo siento así y sí, claro que respetaré tus decisiones, pero también rezaré para que recapacites y quizás veas lo mucho que te aprecio. Porque lo hago, te quiero mucho.
Narra Angy:
Me dejé caer en uno de los asientos de la sala de espera, con el estómago rugiéndome a más no poder y el sueño estando a punto de vencerme. No tengo nada de dinero así que no me puedo comprar algo para comer. A lo lejos veo a Cloe entrando junto a Eli para ver a Hay, pues poco a poco cada uno está entrando a verla. A mi lado, Liam devora un paquete de galletas.
-¿Están buenas?- le pregunto. Me incomoda un poco este silencio. Solo se escuchan sus manos rebuscando las galletas en el paquete, además, tengo mucha hambre.
Me miró extrañado por estarle dirigiendo la palabra y asintió no muy convencido.
- ¿Me dejarías una?
Él enarcó una ceja.
- ¿Hablas en serio? ¿Tú pidiéndome algo a mí? - me pregunta dejando de masticar.
Me encojo de hombros. El hambre me puede.
- Tengo hambre, ¿vale?
Esboza una sonrisa y justo cuando me va a tender el paquete, lo aleja.
- Te daré una, ¿pero estás segura de que no aparecerá tu novio Adam en cualquier momento para partirme la nariz otra vez?
-Él no es mi novio, Dawson- mascullo arrebatándole el paquete de las manos y cogiendo una.
Él bufa.
-Sí ya, pero te gusta.
No respondo e instantáneamente noto como mis traicioneras mejillas se sonrojan.
- ¿Y tú que sabrás?
-Lo sé, a mí nunca me llegaste a mirar de la misma forma en la que lo miras a él.- admite sincero. Luego esboza una sonrisa.-Le quieres y ya va siendo hora de que lo vayas asimilando.
Yo niego con la cabeza y él rueda sus ojos.
-Oh venga ya, sabes que no me equivoco y ahora no me vayas a venir con esa milonga de que son amigos y que la amistad se rompería si dieran el paso porque ustedes dos son unos seres odiosos que no están hechos para ser amigos.
¿A qué viene todo esto ahora?
-Es fácil decirlo - me limito a decir.
- Y hacerlo también. ¿A qué vas a esperar? ¿A cumplir los cuarenta y hayas visto tu juventud pasar? Luego llegará un día en el que pienses en estos momentos y digas, "debería de haberle partido la cara al dios griego de Liam y... También debería de haber dado el paso con Adam" - me suelta de lo más serio. Pestañeo un par de veces para asimilar lo que ha dicho. ¿Dios griego? ¿Él?- Vive de una vez Angy. Haz lo que sientas que quieras hacer. Si quieres estar con don gancho, pues da el paso y ya está. Actúa sin pensar. Yo lo he hecho todo este tiempo y no me ha ido tan mal - Enarco una ceja, ¿habla en serio? - Vale, puede que haya dañado a terceras personas dejándome llevar por lo que quiero, pero no siempre ha sido así.
- Has hecho daño a muchas chicas, Liam- le recuerdo.
- Lo sé, y lo estoy mejorando, ¿vale? Pero lo importante aquí es que tú empieces a dejarte llevar- me dice.
Sus palabras tienen tanto sentido que me da hasta rabia escucharlas. No digo nada, prefiero reservarme mis pensamientos.
- Sé que no me dirás nada, pero por lo menos piénsatelo. Es más, ya vendrás algún día a decirme, "gracias Liam, qué guapo eres"- masculla imitando malamente mi voz.
Le doy un golpe en el hombro y él se ríe.
-Oye sé que fui un capullo contigo, pero eso puede cambiar y creo que podemos ser amigos, ¿sabes?
Amigos.
Sería una buena idea.
Es cierto que no puedo estar toda la vida odiándolo, no sería sano para mi salud mental y ya casi que ni recuero el haber estado con él. Sí, me robó mi primer beso y también lo apostó con sus amigos, pero fue demasiado fugaz. Y desgraciadamente estamos en el mismo grupo de amigos, así que lo seguiré viendo con frecuencia y por tanto, creo que lo podría intentar, es más, diría que sus palabras me han dado de qué pensar.
-Está bien, Dawson, amigos- accedí tendiendo mi mano sellando lo dicho. Él con cierta sorpresa, aceptó con una enorme sonrisa adornando su rostro y seguidamente, me ofreció otra galleta.
Narra Kathia:
-¡Eso es trampa!- el grito de Connor hace eco por toda la sala de espera.
Su indignación me causa tanta gracia que me tengo que sostener la tripa de tanto reír. A nuestro lado Logan esboza una sonrisa siendo consciente de mis trampas para ganar al piedra, papel o tijera.
-No has puesto normas.
Lo cierto es que Connor es muy predecible en este juego, siempre saca la misma secuencia: papel, tijeras y piedra así que es fácil ganarle pues solo tengo que sacar lo que corta el papel, lo que aplasta a las tijeras y lo que cubre a la piedra.
-¿Cómo lo haces?- me pregunta mirando sus manos con incredulidad, como si estas fuesen a darle la respuesta a sus dudas.
- Trucos- murmuro encogiéndome de hombros.
Él primero me mira a mí y luego a Logan, quien se ríe junto a mí.
-Dímelos- dice de repente apuntándome con el dedo.
- Eso nunca Connor, ¿Qué clase de mago desvela sus trucos? - digo sacándole la lengua.
- Tiene toda la razón- me apoya Logan y cuando Connor le da un ligero golpe en la rodilla, su rostro se torna color rojo.
Este se queda mirando por unos segundos al chico de tatuajes y luego tose ligeramente para mirarme a mí. Le he pillado. Enarco una ceja en su dirección y él se encoge de hombros restándole importancia. ¡Se ha sonrojado! No obstante, los quejidos de Connor me devuelven a la tierra.
- ¿A qué vienen esas miradas de compinches? - inquiere cruzándose de brazos. Yo sonrío y él rueda sus ojos- Ahora vamos a los que vamos, y es a que tú me vas a decir tus trucos o verás las terribles consecuencias.
Siempre creí que Connor era un chico introvertido que solamente se relacionaba con su estrecho círculo de amigos. Pensaba que era el típico problemático que lo único que amaba en la vida era su motocicleta y la tinta que cubre su cuerpo. Sin embargo, este curso he podido ver diferentes versiones suyas: emocionado, asustado, enfadado, frustrado, feliz y todas ellas me gustan. Podría decir que es un tipo auténtico.
- Bien, pues te vas a enterar, castaña- y dicho eso, se abalanzó sobre mí para comenzó a hacerme cosquillar.
Mi intentos por evitarlo fueron nulos pues sus dedos acuchillaron mis tripas con destreza mientras yo trataba de recobrar el aliento.
-¡No es mi culpa que seas tan malo en esto!¡
-¡Retira eso que acabas de decir! ¡Di que soy el mejor en este juego!
-¡Jamás!
Él siguió haciéndome cosquillas mientras Logan nos grababa con su móvil. Probablemente mi rostro no pueda estar más rojo. ¡No puedo respirar!
-¡Está bien lo diré!- chillé dándome por vencida. Él se alejó un poco de mí para dejarme respirar y yo intenté recobrar el aliento- Admito que eres...- lo mire burlesca. Este abrió mucho sus ojos con intriga- Realmente malo.
No obstante, antes de que pudiera volver a hacerme lo mismo, Sam apareció de la nada con mi nombre entre sus labios. Esta vez Connor se alejó totalmente de mí y miró a Sam algo cortado. Yo aclaré mi garganta y lo observé.
Está nervioso.
- Yo querría hablar contigo- pidió con seguridad.
Oh no.
-¿De qué exactamente?
Noté a Connor removerse incomodo a mi lado y a Logan mirarme con los ojos bien abiertos. Tragué en seco, todavía no hemos hablado de cuando casi nos besamos en la casa de los Dawson.
-¿Podrían dejarnos a solas?- inquiere mirando a los otros dos.
Socorro. Yo miro a Logan en busca de ayuda y él mueve sus labios pronunciando un "suerte".
-Claro, pero que conste que esto no se quedará así, castaña- dice Connor poniéndose en pie. Ruedo mis ojos y le saco mi dedo medio. Él se ríe y seguidamente, se une a Logan para desaparecer por el pasillo.
Ahora estamos los dos solos en la sala y eso me pone de los nervios porque sé que no tengo ninguna respuesta a sus preguntas. Ninguna. Sam se sienta frente a mí y me mira directamente a los ojos. Lleva la ropa de esta mañana, unos pantalones vaqueros negros y una chaqueta bien gruesa roja, sus ojos están enrojecidos a causa del cansancio.
- ¿Cómo estás?
Su pregunta me toma por sorpresa. Lo miro extrañada y tardo unos segundos en responder.
- Bien, supongo.
Clara y concisa. Él asiente y se queda callado.
- ¿De qué querías hablar?
Suspira.
- No tengo ni idea la verdad. Antes tenía claro qué quería decirte, pero ahora tengo mis dudas- admite.
- Entonces dilo y ya está.
Él parece pensárselo durante unos minutos, pero después dice.
- ¿Qué somos exactamente? Sé que no han pasado ni tres meses desde que nos conocemos, pero es que esto que tenemos es tan raro... Al principio pensé que me odiabas, luego pensé que me tendrías aprecio porque me fuiste a sacar de aquella fiesta y ahora solo pienso que quizás sientes lo mismo que yo.
- ¿Y tú qué sientes?
Sus ojos se abren con sorpresa por mi pregunta.
- No lo sé, ¿atracción?
Vaya, eso no me lo esperaba.
- Hay tensión entre nosotros, Kathia, no me lo puedes negar. El otro día en la fiesta casi nos...- lo interrumpo.
- Sí, casi sucedió, y sí, quizás haya una tensión extraña entre nosotros- admito. Ni yo misma me creo que esté diciendo esto. - Pero no sabría decirte más, Sam, no tengo respuesta a ninguna de tus preguntas.
De repente, él esboza una sonrisa.
- ¿Y qué te parece si las buscamos?
- ¿El qué? - inquiero como tonta.
Él rueda sus ojos.
- Las respuestas a esto- dice señalándonos a ambos.
Para su grata sorpresa y también para la mía, es un sí. Yo también quiero descubrir qué nos deparará esto porque aunque hace unos meses lo detestaba, ahora tengo mera curiosidad por saber qué a cambiado.
- Bien, pues creo que lo correcto sería que saliésemos, ¿no?- dice - Te invito a una comida, ¿Qué me dices?
Y sorprendentemente, no me negué.
--------------------
Un capítulo bien intenso, ¿no creen?
~Les quiero, mil~
--------------------
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top