Capítulo 28

Narra Dylan:

El rumor de que alguien quería hacerle daño a los Dawson corrió como la pólvora por los pasillos de nuestro instituto. Muchos habían visto la gran hoguera que se generó en su jardín, pero nadie había sido capaz de atrapar a quién prendió la mecha que lo desató todo. Mientras los chismes iban de boca en boca, nosotros nos hemos mantenido en silencio y sobre todo, bien atentos ante la incertidumbre de saber cuál va a ser la siguiente jugada de esos tipos. 

Hoy estamos a jueves, un día de la semana que detesto enormemente porque se interpone entre el viernes y yo. Me subo la cremallera de mi enorme chaqueta morada, me despido de mi madre e ignorando a su novio, salgo por la puerta de mi casa.

Ese hombre nunca me caerá bien. 

Me pongo los auriculares y avanzo a un paso acelerado en dirección al instituto. No es que vaya a llegar tarde, sino que necesito estar allí con tiempo para hablar con mis amigos. Está tarde hemos quedado en casa de Logan y Lennon para idear un plan.

Aunque lo más probable es que terminemos discutiendo porque las cosas siguen bastante tensas. Connor se niega a perdonarnos por no creerlo y se empeña todo el tiempo en reprocharnos lo que sucedió el sábado. Los Dawson están enfadados con el mundo porque se llevaron un buen sermón por parte de su padre por la fiesta, pero eso ya es otra historia. 

— ¡Dyl! ¡Espérame!

Oh, no.

A regañadientes me freno en mitad de la acera y con mi peor cara me giro para encarar a Lindsey. Ella viene corriendo hacia mí a gran velocidad y con mucho entusiasmo. Sus pechos se mueven con brusquedad lo que me confirma que no lleva sostén y su mochila da sonoros golpes contra su espalda a medida que avanza hacia mí. 

Fue la primera persona del instituto que conocí y la verdad es que me integró bastante bien en su grupo de amigos. El problema es que yo no soy como sus amigos y parece que todavía no quiere darse cuenta de ello.

Una vez que llega a mí, me da un fugaz beso en los labios que me deja estático. ¿Realmente acaba de hacer eso? Sí, Lindsey me había dado un beso. Es cierto que nos hemos liado un par de veces, pero eso no significa que pueda ir por ahí besándome cuando se le antoje. Y sí, es una chica guapísima y también me atrae muchísimo. Sin embargo, ahora mismo no tengo un hueco en mi cabeza para incluirla a ella. 

Tengo en mente a otra persona.

La pega es que esa persona por una extraña razón me odia e ignora la mayoría del tiempo. Pero eso da igual, me gusta ser masoquista. Lindsey se queda a la espera de que reaccione, su brazo se entrelaza con el mío y no tardo en apartarme.

 —Lindsey ya hemos hablado de esto un montón de veces— le recuerdo aclarándome la garganta.

Ella rueda sus ojos con esas enormes pestañas postizas y se cruza de brazos.

— Lo siento, Dyl. A veces se me olvida que no te gustan las muestras de afecto— dice comenzando la marcha. 

Yo la sigo. 

Está claro que nunca podré llegar solo al instituto.

— No es eso, ¿vale? No creo que estés teniendo una actitud adecuada. Yo no quiero que me malinterpretes— me intento explicar, aunque ya le he dicho esto unas mil veces. Ni siquiera sé como aclararle las cosas para que me entienda. 

— ¿Malinterpretarte? Que va. Ya sé que te mueres por otra, pero aun así sigues dejándome que te bese. Así que quizás seas tú el que no lo entiende— me ataca. Puede parecer tonta, pero no lo es. Bueno, solo cuando quiere.

Suspiro. 

Simplemente nos hemos liado alguna que otra vez en fiestas, pero eso es todo. Yo no quiero tener nada serio con ella. No estoy preparado para eso. Es más, estoy casi cien por cien seguro de que ella no es para mí. 

— Lo que tu digas. Pero no vuelvas a besarme así. No somos pareja— replico finalizando la conversación. 

El resto del camino lo pasamos en silencio, sus ojos azulados me observaron de vez en cuando, pero los míos no le correspondieron. Cuando llegamos al instituto, ella se fue con sus chillonas amigas y yo me fui directo a donde estaban mis amigos. 

— Tío Chad apestas más a negatividad que Kevin— le decía James de broma a Dawson.

Este le dedicó una mirada de odio y luego, me miró a mí. Yo los saludé como siempre y me senté junto a mi querido Sam. Él me dio un ligero abrazo y le sonreí. Es uno de mis mejores amigos aquí.

— Déjalo, está amargado desde lo de Hayley— le dice Liam a Johnson para que se calle. Siempre sale en defensa de su hermano. No entiendo por qué, pero está fumándose un cigarrillo junto a  Connor. 

¿Desde cuando le da al tabaco?

— Cierra el pico— masculla dejándose caer en el respaldar del banco. 

— Todavía me acuerdo cuando dije de broma lo de que su relación con Hayley no iba a salir bien. Al final con tanta broma tuve razón— se burla Kevin ganándose una colleja por parte de Chad. 

No me sé la historia completa de esos dos, solamente sé que Chad le pidió una segunda oportunidad a Hayley y esta lo rechazó. Así que últimamente vive malhumorado con el mundo. En ese momento, las chicas pasan por delante de nosotras y nos saludan con la misma emoción de siempre. Es como si vivieran en un estado de felicidad continuo. Yo no puedo evitar sonreír cuando veo a Cloe.

Lleva el pelo recogido, poco habitual en ella ya que normalmente se lo deja suelto. Pero le queda tremendamente bien, marca las facciones de su rostro a la perfección y lo que más me gusta es que deja a la vista de cualquiera esas mejillas que casi siempre están sonrosadas. Cuando nuestras miradas se cruzan, le guiño un ojo ganándome una mueca por su parte. Aunque me da igual, me resulta gracioso.

En ese momento, la figura llamativa de Logan aparece en mi campo de visión. Él viene como un rayo hacia donde estamos nosotros. Su cabello está revuelto y su camiseta de botones está arrugada, pero no parece importarle. La verdad es que es una copia de su hermano, aunque me lo nieguen. 

— No se van a creer lo que me han contado en los baños— dice de lo más acelerado una vez que llega a nosotros.

Eso llama la atención del resto.

— ¿Y tú qué hacías a estas horas en los baños? Ni siquiera sabía que estarían abiertos— le replica su hermano en tono autoritario. 

Logan alza sus cejas y lo mira con cara de, ¿en serio quieres que te lo explique? Con eso lo entendemos todo. Habrá tenido un encuentro con el chico de la fiesta.

— Max ha estado contando por ahí que nosotros estábamos tramando algo en la fiesta. No me dijeron el qué, pero creo que sí llegó a ver la pintada en la pared— nos explica desatando el caos. 

— Lo voy a matar— masculla Sam a mi lado cerrando sus ojos con fuerza. 

Lo veo muy capaz de irse de la lengua.

— Dios como odio a ese tío— comenta Connor llevándose las manos a la cabeza— Te juro que si lo veo, me va a recordar de por vida. 

Y le creo. Connor puede llegar a ser muy agresivo.

— Nada de agresividad por ahora, tenemos que pensar algo mejor como por ejemplo... ¿Ir a hablar con él?— inquiere Adam pensativo. Me sorprende que esté sacando su lado pacífico. 

— Sí, pero no podemos ir todos. Lo mejor sería que fuésemos Liam, Sam y yo— digo interviniendo en la conversación. Algunos me miran no muy convencidos— Somos sus amigos de confianza. Nos va a escuchar. 

Con eso les basta para aceptar. Estaba claro que si Max nos veía a todos aparecer de golpe, se iba a sentir presionado y se habría puesto a la defensiva. Yo me pongo en pie al mismo tiempo que Sam para ir en busca del bocazas de turno, quien obviamente está dolido por lo del sábado. Se sintió rechazado y apartado del grupo todavía más que antes. Él siempre nos está diciendo que desde que fuimos a esa casa en la playa con ellos, hemos cambiado. 

Pero yo creo que para bien.

Él es la mala influencia. 

Fue él quien incitó a Liam para que aceptará la apuesta de invitar y besar a Angy en el baile, quien le come el coco a Lindsey diciéndole que yo la quiero y quien está continuamente recordándole a Sam lo mujeriego que es. 

— Avísennos cuando hayan terminado — nos pide Chad preocupado por los rumores que se han filtrado acerca de su casa. Incluso se ha hablado de Hayley y él. 

Logan ocupa mi sitio en el banco y es ahí cuando James decide hacerle la pregunta del millón.

— ¿Cuándo piensas presentarnos al tal Ollie? Porque la verdad es que sigo siendo el nuevo y cuando me nombras a ese chico lo único que puedo pensar es que tiene nombre de hámster— le dice con esa honestidad que lo caracteriza.

Ruedo mis ojos, yo tampoco conozco a ese chico. Como tampoco conozco a la mitad de los estudiantes. Logan imita mi acción y abraza su mochila amarilla al pecho.

 — James, ¿en serio crees que les contaría mi vida amorosa a ustedes? Sus mentes de heteros básicos no me dejarían expresarme con claridad, así que vete asimilando que nunca conocerás al chico con nombre de hámster. 

— ¿¡Nosotros!? ¿Heteros básicos, en serio!?— exclamaron todos yendo directos a por él. 

— ¡Vale, vale, nada de básicos! Pero olvídense de los detalles, sería jodidamente extraño especificar— aclara viendo que todos se le echaron encima. 

Me hace gracia su cabreo y la indiferencia de Logan, quien está de lo más tranquilo tecleando en su teléfono.

— Ollie vio a Max entrar en el aula de francés hace unos segundos— nos informa justo antes de que nos vayamos los tres.

Le agradezco y tomamos rumbo al aula de francés. Nos toma un tiempo llegar, pues tuvimos que abrirnos paso entre el amasijo de alumnos. Sam abre la puerta y sin pensárselo dos veces entra en el aula. Hay muy pocos estudiantes, así que nos es fácil identificar a Max. 

Él está hablando animadamente con una chica de enormes gafas de pasta negra. Ella no parece disfrutar tanto de la conversación, por lo que deduzco que está intentando convertirla en una de sus presas. Sí, por muy mal que suene.

— Max— digo llamando su atención. 

Este se aleja de la chica dejándola respirar y ella parece que nos lo agradece interiormente pues rápidamente retoma su lectura de un libro de texto. Max se cuelga la mochila y se acerca a nosotros con una gran sonrisa adornando su rostro. 

— ¿Ya se aburrieron de sus nuevos amigos? — Es lo primero que dice. 

No podría ser más obvio.

— Corta el rollo, tenemos que hablar contigo— le dice Liam haciendo un gesto en dirección a la puerta. Max, haciéndose el extrañado, acepta y juntos salimos del aula. 

Una vez más, nos ganamos las miradas de los del pasillo. No me gusta la fama que he ganado desde que he llegado, nos tienen como el cuarteto fantástico y ni siquiera somos capaces de soportarnos. 

— ¿Qué es eso de lo que tenemos que hablar?— inquiere él. Estamos en un aula vacía. Alejados del bullicio del pasillo.

— Quiero que me digas qué es lo que vas diciendo por ahí sobre lo que pasó el sábado en mi casa porque tú en realidad no viste nada, ¿vale? Ibas pedísimo.

El enfado de Dawson es notable. Su dedo apuñala el pecho de Max, pero este ni se inmuta.

— Para tu desgracia recuerdo lo suficiente. — dice apartando bruscamente la mano de Liam— Y sé que ustedes están ocultando algo. Vi la pintada en la pared y esa hoguera que se generó de la nada. ¿O es que acaso creen que soy tonto?— bufa con sus típicos aires de superioridad.

— ¿Y qué decía exactamente la pintada? — le pregunto. Sus ojos se clavan sobre los míos. 

Él se encoge de hombros.

— No llegué a leerlo, pero sé que es algo que se les escapa de las manos. La manera en la que reaccionaron no fue muy casual, ¿sabes?— responde. 

Eso es una buena señal.

— Bien, pues ya que no sabes de qué va la movida, te sugiero que no te vayas de la lengua— le dice Sam, pero lo cierto es que sonó más a una amenaza que a una sugerencia. 

Max se ríe cínico.  

— ¿Eso es una amenazada? ¿En serio me estás amenazando a mí, Sam? ¿Después de todo lo que hemos vivido juntos?— dice fingiendo dolor. Está siendo sarcástico y eso no me gusta nada.

— Va en serio, Max. No te metas en esto ni vayas por ahí inventándote historias. En principio es una sugerencia, pero si no nos haces caso y cortas ya con tus invenciones, será una amenaza— digo dando un paso al frente. 

Él me fulmina con la mirada. Veo como sus brazos y espalda se tensan ante la presión que están ejerciendo sus puños. Sin embargo, no es capaz de pegarme.

— No diré nada. Pero descubriré qué es lo que está pasando, eso dalo por hecho— me recalca acercándose peligrosamente a mí.

No obstante, cuando Liam da un paso hacia delante este se aleja. Desgraciadamente somos tres contra uno. Él alza sus manos mostrando su rendición y nos esquiva para ir a la salida. Lo cierto es que me había imaginado la conversación de una manera más serena y amistosa. 

 — Capullos — Es lo único que dice antes de salir dando un fuerte portazo. 

Y está claro que no lo fue. 

Cuando se va, podemos volver a respirar con tranquilidad. Quizás con eso lo hayamos asustado, y le creo cuando dice que se enterará de lo que sucede. Así que deberíamos ponerle fin a esto antes de que eso suceda. 

Narra Chad:

Mi hermano y yo tocamos la puerta de nuestros vecinos casi al unísono. Yo no quería venir a esta reunión, pero Liam insistió en que era importante así que aquí estoy esperando a que el imbécil de Lennon nos abra la puerta.

Este no tarda en aparecer por el recibidor, saluda amistosamente a mi hermano pero cuando llega el turno de saludarme a mí, se queda quieto. No puedo evitar rodar los ojos, desde que tuvimos aquella discusión por lo de Hayley, no hemos vuelto a hablar. Él no es capaz de mirarme bien, algo muy típico en él cuando está enfadado. 

Sé que está molesto conmigo por lo que le hice a ella y aunque no comprenda esa preocupación repentina por Hay, lo respeto porque sé que no actué bien.

— No tienes que mirarme así, ¿vale? Ya sé que la cagué. Pero ya me disculpé con ella y me perdonó - o eso creo- Así que puede que ya sea hora de que se te pase el cabreo. 

Lennon nos deja pasar al interior de su casa.

— Fuiste un irresponsable y tú no la miraste a los ojos y sentiste su dolor tanto como yo, así que ya decidiré yo cuando se me va a pasar el maldito cabreo— me responde.

Cuando voy a replicarle, mi hermano me interrumpe:

— Venga ya, ustedes son amigos desde que llevaban pañales y no veo lógico que se vayan a distanciar por una chica.

Tiene razón. Hemos sido amigos por muchos años. 

— El problema es que no es una chica cualquiera. Es Hayley— le dice Lennon cruzándose de brazos.

Ruedo mis ojos. 

— Actúas como si fuese el amor de tu vida o algo así— digo recordando la buena amistad que ahora tienen. Cuando Lennon no está con nosotros, está con ella y ahora que lo pienso, es extraño. 

Algo en mi interior de remueve cuando pienso en la idea de verlos juntos. 

— Córtala Chad, no te me pongas en plan Romeo que todavía no ha empezado el verdadero drama— Liam me jala hacia el salón.

Allí Logan juega a un videojuego, sus dedos manipulan el mando con bastante agilidad. Sobre la mesa reposan varias latas de bebidas energéticas. El culpable de su .

— Logan— le saluda mi hermano desplomándose sobre el sillón a su lado. 

— Hetero básico— le responde él sin molestarse en mirarlo. 

Liam rueda sus ojos y se encoge de hombros. Supongo que tiene asimilado que lo es, sino se habría quejado. Yo me acerco a ellos y me siento en el sofá contiguo sin decirle nada. En ese momento, la madre de ellos aparece en el umbral de la puerta y nos saluda con la misma emoción de siempre. 

— Qué alegría verles, ¿Cómo está vuestro padre? — dice con ese tono tan dulce. 

Conozco a la madre de Lennon y Logan desde que tengo uso de razón. No era amiga íntima de mi madre, pero se llevaban muy bien. Sobre todo por nosotros dos, Lennon y yo hemos pasado la vida juntos y, por ende, Logan y Liam también. 

Las ventajas de ser vecinos, supongo. 

Ella siempre estuvo ahí para nosotros cuando mi madre falleció. Recuerdo que a veces venía a casa a hablar con nosotros porque nuestro padre se desbordaba. El hecho de tener que lidiar con el duelo, con dos preadolescentes muy revoltosos y una niña de un año, lo superó en más de una ocasión. Lo cierto es que, su presencia nos calmaba bastante. Nos devolvía un poco a la tierra y nos hacía ver que no estábamos solos. 

— Él está bien. Hoy llevó a Sarah al zoo— le responde Liam por mí. Ella le sonríe y luego dirige su mirada hacia mí.

— ¿Y ustedes qué tal están? ¿Chad?— Me conoce lo suficiente como para saber las ganas que tengo de pegar a su hijo quien desapareció por la casa.

— Todo bien, Sierra, muy centrado en sacar el curso— le contesto para que se quede tranquila. Ella asiente satisfecha por mi respuesta, mientras Liam me mira con una ceja enarcada.

Él sabe lo que hay. Lo ignoro. 

— Logan llevas demasiado tiempo pegado a ese trasto, es hora de descansar tus ojos— le riñe aunque sigue sonando dulce. Él lleva todo este tiempo de tertulia jugando a ese juego de matar. 

Este ignora el consejo de su madre y sigue centrado en su partida. No obstante, ella es más astuta y se aproxima a apagar la televisión.

— ¡Mamá, pero qué has hecho!— exclama poniéndose en pie. Sierra deja el mando en su sitio y fulmina a su hijo con la mirada.

Lo que daría yo por tener una madre que me pueda reñir. La echo tanto de menos. Ella le responde y así comienza una pequeña discusión entre ellos. Liam, por su parte, se mantiene al margen mirando hacia la ventana. Es incómodo estar presente en este tipo de situaciones. 

De repente, el timbre suena y eso hace callar a Logan, quien está muy furioso con su madre por haberle fastidiado la partida. Ella se acomoda la ropa y me vuelve a sonreír, como si nada hubiese pasado.

— Seguro que son los que faltan por venir, así que me voy— nos dice ella guiñándonos un ojo. 

Logan pone los ojos en blanco y se sienta de nuevo en el sofá. Lennon aparece en el recibidor y mira por la mirilla. Abre mucho sus ojos y nos mira.

— Son las chicas. Mamá te lo suplico, no nos avergüences ni te vayas de la lengua. Ellas no son Connor, Chad, Liam o Kevin, ¿vale?— le pide. 

La madre alza sus manos en son de paz y se ríe.

— Tranquilo, hijo. No saldré a enseñarles fotos de cuando eras bebé— se burla avanzando hacia la cocina. 

Nosotros nos reímos. Acto seguido, él abre la puerta. Los rostros de Cloe, Eli, Kathia, Angy y Lucy se hacen presentes en el recibidor. Ellas saludan amablemente a Lennon, la última en entrar es Hayley. Se ve tremendamente bien, lleva unos pantalones azules ajustados que realzan mucho sus piernas y trasero. De parte de arriba tiene una camiseta blanca que la hace lucir como un ángel. Ella le sonríe a Lennon y para mi sorpresa, se lanza a sus brazos para abrazarlo.

¿Por qué se llevarán tan bien? 

Lennon la rodea con sus brazos y seguidamente le da un beso en la frente. 

Maldita sea, ¿por qué me molestará tanto?

Las chicas vienen hacia el salón y nos saludan del mismo modo que a Lennon. Luego, se dejan caer en los sillones del espacioso salón de los Walk. Como un idiota, me pongo en pie cuando Hayley se frena frente a mí. Trago en seco y la observo detenidamente. Lleva maquillaje, pero casi ni se le nota. Lo que no me esperaba es recibir una sonrisa por su parte. 

— ¿Cómo te va, Dawson?— dice golpeando amistosamente mi pecho.

Casi olvidaba que ahora somos amigos. O por lo menos ella me considera su amigo. 

El problema es que yo no puedo mirarla y no recordar ese momento íntimo que tuvimos en mi coche. Ni siquiera he sido capaz de meterme en él otra vez. Si lo tengo que usar, cojo el de Liam. Cuando entro me acuerdo de lo bonita que se veía mientras ambos disfrutábamos el uno del otro.

— B-bien, ¿y a ti?— tartamudeo. 

Todos están pendientes a nuestra conversación.

— Perfectamente— responde y seguidamente, se sienta a mi lado en el estrecho sofá.

Qué alguien me ayude.

Los demás comienzan a llegar a cuenta gota, todos mantienen conversaciones entretenidas mientras Sierra aprovecha para traernos algo de merendar. Ella llega al salón de lo más cargada y no dudo en ayudarla. Hayley se acerca también y coge algunas cosas, ella nos lo agradece. 

— Tú debes de ser Hayley, ¿no? — le pregunta dedicándole una de esas dulces sonrisas suyas. Hayley asiente algo avergonzada. —Lennon me ha hablado mucho de ti. Dijo que eras preciosa y déjame decirte que no se equivocaba.

Hay le sonríe con amabilidad y Sierra me convierte en cómplice guiñándome un ojo. Si Lennon llega a escuchar lo que le dijo a Hay, probablemente se hubiese enfadado mucho. Siento una puntada en mi interior al ver su incomodidad, ¿le gustará Lennon? 

— Gracias— le contesta ella casi con un hilo de voz. 

Ella se vuelve a sentar donde estábamos hace unos segundos y yo sigo a Sierra hacia la cocina para ayudarla a traer lo demás. Agarro un plato y ella coloca meticulosa unas magdalenas.

— Hayley es una chica muy especial, ¿no es así, Chad?— dice de repente. Siento como me mira, pero no soy capaz de apartar la cabeza del plato. — He visto cómo la miras. Te gusta. — sentencia esbozando una sonrisa. Trago en seco. Su mano se posa sobre mi hombro. — Y no hay nada de malo en eso, créeme. El amor a tu edad es muy bonito. Muy intenso así que sigue luchando por lo que amas, pero por favor, no rompas tu relación con Lennon. Él siempre será tu hermano, por encima de todo y de todos. Y sé que no debería de meterme en sus cosas, pero sé que no están pasando por un buen momento. 

— Tú no lo entiendes, Sierra... Ella no me quiere y Lennon no quiere saber nada de mí— le digo. 

— ¿Es por algo en especial?

Asiento.

— Le hice daño a Hayley y... Lennon no me lo quiere perdonar.

Ella suelta un largo suspiro. 

— Estoy segura de que no han hablado bien las cosas, date tiempo, agárralo de la oreja y oblígalo a escucharte. Seguro que lo arreglan, Chad.

Tiene razón. Tengo que hablar las cosas con Lennon, él es mi hermano y no podemos separarnos por una cosa así. Siempre ha estado para mí así que no merece la pena arruinar nuestra amistad. Le doy un ligero abrazo a Sierra y me dirijo de nuevo al salón con el plato de magdalenas. 

Voy a hablar con él. 

Cuando llego a la sala, todos siguen en sus respectivos asientos, a excepción de Lennon y Hayley. Ninguno de los dos está presente y Liam tampoco.

— ¿Dónde están...?— voy a decir, pero la aparición de mi hermano en el salón me interrumpe. 

— No van a creer lo que acabo de ver— dice tapando su boca. Todos le miran con curiosidad y me incluyo. 

— ¿Qué has visto?— le inquiero para que lo suelte de una vez.

— He visto a Lennon y Hayley dándose el lote en el baño. 

Esa frase es lo suficientemente fuerte como para derrumbarme en cuestión de segundos. Siento la misma punzada taladrar mi interior. Las chicas le replican a Liam diciéndole que eso es imposible, pero no soy capaz de escucharlas con claridad.

— ¿Chad?— la voz de Kevin me saca de mi trance. 

La sangre mi hierve. 

— ¡Lo sabía! ¡Sabía que estaban liados, joder!— grito tan alto que hasta yo mismo me sorprendo. 

Lo demás se queda en tercer lugar y en cuestión de segundos, estoy subiendo a toda velocidad las escaleras hacia la planta alta para ver con mis propios ojos lo que afirma mi hermano. 

--------------------

¿Qué les ha parecido? ¿Se va a liar parda? ¿A quién shippean más? ¿A Lennon y Hayley? ¿O a Hayley y Chad?

Voten y comenten

~Les quiero, mil~

--------------------

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top