Capítulo 20
(Kevin y Lucy en multimedia)
Narra Cloe:
Mis ojos se abrieron con lentitud a pesar de la gran punzada que siento en mi cabeza. El cuello me duele a horrores y tengo demasiado calor. Una vez que abro los ojos me sorprendo al ver a Dylan tumbado junto a mí durmiendo plácidamente. Al otro lado, Lucy duerme con la boca abierta. Vuelvo a mirar al ojiverde intentando buscar una explicación a por qué llevo toda la noche durmiendo en el sofá y es ahí cuando Eli despierta.
Ella se ocupa el sofá entero mientras su hermano está arrinconado en un lateral con sus piernas en la cara.
- Me duele hasta el alma- me dice bostezando.
- ¿Por qué no estamos durmiendo en la habitación?- inquiero.
Eli se encoge de hombros mientras se frota la cara.
- Supongo que la pereza nos pudo anoche- responde sin saber muy bien qué decir.
Esto es horrible. Solo con recordar qué pasó anoche me dan escalofríos por todo el cuerpo porque fue un completo desastre. Me sentí muy agobiada cuando supe que tenía una sustancia en mi cuerpo que de algún modo me anulaba como persona porque no fui capaz de medir el peligro ni de reaccionar cuando todo se fue de manos.
Si no hubiese sido por los chicos, no sé dónde habríamos terminado y ahora que los menciono, lucen bastante destrozados después de la pelea. Connor tiene el ojo morado y los nudillos enrojecidos y Dylan tiene el lateral del labio hinchado.
A los otros no alcanzo a verlos ya que, temo moverme del sofá. Podría despertar a Lucy o Dylan y no quiero molestarlos. No obstante, en el sofá de enfrente Eli ya ha despertado a su hermano moviéndose como lagartija.
- No quería tu pie de desayuno- se queja Connor mientras ella se pone en pie.
- Mira el lado bueno, podrás seguir durmiendo cuando todos se levanten para ir a comer- le responde alzando la voz más de la cuenta.
Para mi desgracia, Dylan se remueve a mi lado y en cuestión de segundos abre sus ojos justo en mi dirección.
Maldición.
- Buenos días- masculla con la voz tremendamente grave y áspera.
Yo me cubro la cara con la manta avergonzada de que me esté viendo así, pues debo de estar espantosa. Aquello sorprende a los hermanos McMahon y hace reír a Dylan.
- Deberías haber hecho eso antes, creo que ahora es un poquito tarde-me aconseja Eli. Yo me destapo y la observo. - Tuvo tiempo suficiente de mirarte mientras dormías, ¿no crees?
Tiene razón. Con eso, me armo de valor para encarar al ojiverde. La verdad es que no tengo ni la más remota idea de cómo demonios pudimos dormir tres en un sofá así de pequeño.
- Sorprendentemente te ves bien hasta recién levantada- dice y seguidamente, su mano roza con delicadeza mi mejilla.
Genial, sonrojada desde por la mañana.
En ese momento, el sonido de la puerta principal cerrarse nos deja en silencio y me tenso. ¿Quién podría ser a esta hora? No tuve que fantasear mucho más, pues Liam apareció por la puerta junto a un adormilado Logan.
- Mira, nos hemos quitado un peso de encima- le dice a Logan.
Él rueda sus ojos y se sienta en el brazo del tercer sofá en el que su hermano todavía duerme plácidamente junto a Kevin.
- ¿Donde estuvieron?- les pregunta Connor.
- A Liam se le antojó ir al local de anoche, así que me despertó hace una hora o así - nos cuenta Logan. Definitivamente está malhumorado.
No creo que le guste mucho madrugar.
- No lo cuentes así, se van a creer que me gusta madrugar- se queja fulminando con la mirada a Logan. Él rueda sus ojos.- Quise ir a ver cómo había terminado todo y nos han dicho que la policía arrestó a un montón de gente.
- ¿Y con qué excusa les preguntaste eso? Te descubres tú solo Dawson- la voz de Eli despierta a los otros dos.
Kevin suelta un sonoro gruñido mientras Lennon se sienta en el sofá igual de aturdido que los demás. La verdad es que me enorgullece saber que son mis vecinos porque son unos chicos estupendos. Aunque ahora puedan estar malhumorados.
- Le preguntamos a un tipo que paseaba un perro por la calle. El local estaba cerrado- responde Logan.
Eso no tiene sentido.
- ¿Y por qué ese hombre sabía del tema?- digo está vez yo.
Logan me mira. Todavía no supero lo que pasó la otra noche con él y me alegro de que anoche no haya bebido. Seguramente hubiese sido más caótico tenerlo que soportarlo a él también.
- ¿Podemos dejar las preguntas estúpidas a un lado y centrarnos en lo importante? Esos universitarios no van a quedarse quietos viendo como todas las culpas caen sobre ellos, por eso tenemos que irnos cagando leches de aquí ya.
Me gustaría decirle a Liam lo dramático que es, pero eso sería negar sus palabras y lo cierto es que, tienen mucho sentido.
- ¿Ya? ¿Sin ni siquiera desayunar?- la pregunta de Kevin rompe con la tensión del momento.
- Sí, Kevin, sin ni siquiera desayunar y para que no entres en bucle, piensa en lo poco que comerías con las piernas rotas si esos tipos nos pillan- le dice Logan irritado.
Él no dice nada más, solo hace un puchero y se queda pensativo.
- Tampoco tenemos que ser tan drásticos, no es como si estuviesen buscándonos- digo sintiendo pena por Kevin.
Aunque yo también tengo hambre.
- Si pasaron la noche en el calabozo, tenemos una hora para irnos de aquí porque lo primero que harán será buscarnos- la aportación de Connor no me da ninguna calma.
Ahora tengo miedo. Dylan los observa a todos con atención y me pregunto si los estará entendiendo o si le está costando.
-Vale pues vámonos a casa- sentencio poniéndome en pie.
- Creo que antes de eso, vamos a tener que hacer una parada en el hospital.
Nosotros nos giramos hacia la subida a la planta alta, donde Chad nos observa junto a Hayley. Ella tiene los ojos aguados y sostiene su brazo con nerviosismo.
- No me jodas- masculla Liam.
Yo paso por su lado y me acerco a mi amiga.
- ¿Qué pasó?
Ella afligida mira su mano hinchada.
- Creo que está rota.
Narra Chad:
Despertar junto a Hayley fue muy interesante. Nunca pensé que acabaría así con ella después de todo porque no olvidemos, el espectáculo que me armó cuando le rayé la motocicleta. Ya sabía yo que ella tenía algo diferente a las demás, será por eso que le di la libertad suficiente como para entrar en mi mundo.
Uno que va más allá de mi habitual simpatía.
- Buenos días- le susurro a ella cuando veo que se remueve un poco.
Anoche varios de nuestros amigos se quedaron dormidos en la sala de estar, así que nosotros subimos en busca de alguna cama en la que poder dormir unas pocas horas. Al final, encontramos una habitación libre y aunque no pasó nada entre nosotros porque ella estaba bastante preocupada por el tema de la droga, pude disfrutar de un momento así de íntimo con ella.
Para mí dormir con una persona, significa mucho.
- ¿Llevas mucho tiempo despierto?- es lo primero que me pregunta.
Yo esbozo una sonrisa y me encojo de hombros. Llevo bastante tiempo observándola, así que supongo que sí.
- ¿Has dormido bien?
Porque yo sí, pienso.
Ella se sienta en la cama con cierta delicadeza y cuando va a estirarse, suelta un fuerte quejido. Yo me siento de golpe y me acerco a ella para ver qué sucede.
-¿Qué te duele?- inquiero, pero no me hace falta su respuesta pues mis ojos van directos a su mano.
Está hinchada, amoratada y algo torcida, lo que me recuerda al golpe mal dado que le dio a aquel chico que me golpeaba. Así que podría tenerla rota o fracturada pues no es que le haya dado muy bien. Me refiero a que sí, le hizo daño al chico, pero también se dañó a sí misma y eso no está bien.
-Tenemos que llevarte al hospital- digo poniéndome en pie para bajar al salón junto a los demás.
Ha pasado casi una hora desde que recogimos la casa y sin ni siquiera desayunar, nos fuimos pitando del pueblo. El hospital para Hayley queda a mitad de camino y aunque ella está tratando de no asustarnos, sé que lo está.
- Echaré de menos este lugar.
Literalmente todo el coche se gira para mirar a Lennon por lo que ha dicho. Los ojos casi se le salen del cuerpo cuando se percató de nuestra mirada. Aunque yo no lo pude hacer mucho pues estoy conduciendo.
- ¿Hablas en serio? Si pusiéramos en una balanza las cosas positivas y negativas de este viaje, ganaría el lado oscuro- le dice su hermano, Logan.
Lo puedo asegurar. Han sucedido demasiadas cosas.
- Quitando la pelea de Dawson y Adam, la noche de confesiones y la discoteca, todo lo que veo son cosas positivas.
Por esa razón Lennon es mi amigo, porque es capaz de ver la luz en las cosas que, por el momento, están completamente cubiertas por la oscuridad del pesimismo. Puede hacerte ver el lado bueno de las cosas cuando ni siquiera tú eres capaz de encontrar el optimismo.
- ¿Ah, sí? Pues ilumíname porque en estos momentos vamos de camino a un hospital- le dice Kevin uniéndose a la batalla del pesimismo.
Hayley a mi lado, se mantiene tensa y en silencio con la mirada puesta en la carretera. Me gustaría saber en qué está pensando o por lo menos saber si dentro de lo que cabe, se siente bien. Quisiera saber si se arrepiente de haber venido.
- Nos hemos unido como grupo, ¿sabes? Yo ahora nos siento como una piña invencible y creo que no soy el único que en el fondo lo piensa.
Es cierto que hemos creado un vínculo entre todos, quizás no tan fuerte como el que dice Lennon, pero sí que hemos transformado la nada en amistad. Me atrevería a decir que han incluido a Liam y sus dos amigos en esa piña invencible dentro de sus mentes.
- Si no hubiésemos venido, seguiría considerando a Lucy y a Hayley como las amigas de Cloe y no como mis amigas, por ejemplo.
- Nunca lo hubiese visto así, pero me convence- comparte Lucy satisfecha.
Eso me hace sonreír. Somos un grupo extenso, una pandilla de amigos que no cabe dentro de un solo coche, pero son mis amigos y tengo el presentimiento de que lo seguirán siendo en el futuro.
- Oye para por aquí. La entrada a urgencias es esa de ahí- me indica Lucy.
Atino de alguna manera a aparcar en la puerta y detrás de mí se estaciona mi hermano. No creo que a los de urgencias les haga gracia que la sala se llene de adolescentes sin ningún tipo de dolencia, no obstante, cuando me dispuse a hablar, todos salieron en modo avalancha del coche.
- Espera, espera- las palabras de Eli me llenan de esperanza.
Ella también se ha dado cuenta. Todos se paran a mirarla, incluida Hayley.
- ¿Qué vas a decirle al doctor cuando te pregunte cómo te hiciste eso?
A la mierda.
Me doy una bofetada imaginaria cuando la escucho decir eso. A mi lado se posicionan mis habituales amigos, es decir, Connor, James, Lennon y Kevin. Uno de ellos pasa su brazo por encima de mis hombros y cuando veo que es James me fijo en Kevin quien me mira apenado con una mano sosteniendo su estómago.
Él es el típico amigo que es tan delgado como un fideo pero que come un montón. Literalmente, es capaz de comerse su plato y nuestras sobras y aún así quedarse con hambre. Pero no sube ni un solo kilo, siempre se mantiene en su línea.
- Pues no lo sé, ¿la verdad, quizás?- le responde Hayley de lo más inocente.
Qué linda es.
Sus amigas y Liam la miran como si estuviera loca.
- Claro que sí, seguro que cuando le digas que golpeaste a un tipo, en mitad de una caótica pelea en una discoteca para mayores de edad, estando hasta el culo de estupefacientes te va a mirar con buenos ojos.
Vale, puede que suene un poco mal.
Ella mira a sus amigas en busca de ayuda y es ahí cuando se enfrascan en una discusión sobre qué decirle o no al médico. Yo me desconecto de la conversación y me centro en mis amigos.
- Kevin pareces un drogadicto- le dice Connor zarandeando su mano frente a su entristecido rostro. Este se está fumando su habitual cigarrillo mañanero. Kevin lo mira apenado sin apartar la mano de su tripa y en ese momento, el chico de tatuajes le echa todo el humo en la cara.
- Si consideras a la comida como una droga, sí soy un drogadicto- dice rodando los ojos.
James rueda los ojos en mi dirección y eso me hace sonreír.
- Tengo como mil llamadas de Ally- nos dice Lennon apagando su móvil.
Cuando empezó con ella todos nos alegramos porque se veía una buena chica. Sin embargo, con el tiempo fue pareciéndonos un poco tóxica pues no podía durar ni un mes sin buscarle una discusión a nuestro amigo y a día de hoy sigue siendo así.
- ¿Has vuelto con ella, tío?- le pregunta James.
Él se encoge de hombros.
- En la fiesta estuvimos juntos y ahora parece que quiere volver- nos cuenta en referencia a las llamadas.
Jamás comprenderé a esa chica.
- ¡Vale, ya está! ¡Todos tenemos una resaca de locos y dudo que importe mucho lo que piense o deje de pensar el médico! ¡Lo importante es que alguien le mire eso porque va a mutar dentro de nada si no entramos ya!
Los gritos de Liam llaman completamente mi atención. Nunca lo había visto tan metido en una conversación con las chicas, a decir verdad, creí que saldría muy mal parado este fin de semana y en parte lo hizo porque, Adam le dio unos buenos golpes. Pero en general ha sobrevivido.
- Va a sonar raro pero estoy de acuerdo con Dawson- lo apoya Kathia y eso hace sonreír a mi hermano.
Angy, la famosa chica, lo fulmina con la mirada al mismo tiempo que el enamoradizo de Adam se acerca para distraerla. Cuando mi hermano me dijo que tenía pareja para el baile me quedé bastante sorprendido porque no es muy usual viniendo de él ya que, solo quiere vivir la vida libremente y sin ataduras. Así que, una vez que descubrí lo que le había hecho a Angy no me asombré del todo.
Se veía venir. Sus amigos siempre están detrás de todas esas tonterías que hace, sobre todo el imbécil de Max.
- Pues vamos ya- masculla Eli dándose por vencida.
- Mmm... No creo que sea muy buena idea entrar todos ahí- digo compartiendo la idea de antes.
Todos se giran, con sus rostros cansados y resacados, para mirarme mal.
- No pienso quedarme aquí fuera sabiendo que ahí dentro hay una cafetería, Chad- me dice Kevin señalando la entrada.
Yo alzo mis manos en son de paz y es ahí cuando finalmente, entramos todos en la sala de urgencias. Todos fuimos directos hacia la primera persona que vimos: una enfermera. Ella nos miró sorprendida por unos segundos, pero después se recompuso. Lo cierto es que, no hay mucha gente a la espera. Solamente un señor muy mayor que luce resfriado y una niña acompañada de su madre con expresión de susto.
- ¿Qué les trae por aquí?
La respuesta de la enfermera nos deja descolocados.
- ¿Cómo que qué nos trae por aquí? ¿Acaso no ve la mano espachurrada de nuestra amiga?- le dice Eli señalando a Hayley.
La mujer, que rondará los treinta, se fija en el brazo de Hayley y abre sus ojos con sorpresa.
- ¿Cómo te hiciste eso?
Por un momento sentí lo pequeña que se hizo Hayley ante esa pregunta, sobre todo por la atenta mirada de todo el grupo. Por esa razón decidí intervenir.
- ¿No cree que debería preguntarle eso en un lugar más privado? No hace falta que se entere toda la sala de su problema- digo salvándole el culo.
Hayley me observa sin comprender nada y por un momento, la veo molesta. Es una chica bastante independiente a la que dudo mucho que le guste recibir ayuda sin venir a cuento. Seguramente me dirá después, "eso no era necesario".
La enfermera se queda un poco cortada por mi respuesta, pero asiente al darse cuenta de su error. Nos dice que pronto la verá el doctor. Nosotros nos quedamos en pie a la espera de la llamada del doctor y en cuestión de minutos, ella volvió a aparecer.
- Pasa, por favor- pide con más amabilidad de la anterior.
Hayley asiente y se pone en pie. Le entrega su documentación y unos papeles firmados y se dispone a seguirla. No obstante, antes de desparecer por el pasillo se gira y me mira.
- ¿Puedes venir conmigo?
Yo ni siquiera me lo pienso y la sigo.
Narra Dylan:
Nuestros dos amigos desaparecieron por los interminables pasillos del hospital. Cuando dejamos de verlos, yo por lo menos sentí una gran alivio. Kevin apareció de la nada con un montón de bollería industrial y un humeante café.
- ¿De dónde has sacado eso?- inquiere Liam.
Él mastica con ansias una palmera de chocolate gigante. Se sienta al lado de Lucy y despreocupadamente señala el final del pasillo.
- Eres un comilón- comenta Sam a mi lado aunque ni le presta atención pues está muy preocupado en alimentarse.
- Ya pero adivina quién va a estar lleno de energía mientras tú te consumes poco a poco- canturrea para molestarlo y de algún modo funciona.
Sam le saca su dedo medio y por fin, lo deja en paz. Bueno, no por mucho tiempo porque una de las enfermeras se propone incordiarlo.
- Oye chico, aquí no se puede comer- le dice.
Kevin deja bruscamente de masticar y observa horrorizado a la mujer. Ella parece bastante molesta con el hecho de que nuestro amigo esté dejando migas por todo el suelo.
- Eso no tiene ningún sentido. La cafetería está justo ahí- lo defiende Connor.
- No voy a discutir con un crío sobre algo que es bastante obvio, así que si es muy amable podría irse a comer fuera- dice la chica de malas maneras.
Aquella respuesta no solo sorprende a Kevin, Connor o a mí, sino al grupo entero quienes la miran atónita. No se puede comer dentro de la diminuta cafetería, ¿pero aún así te venden comida para que te la comas en la calle?
- No he comido desde hace horas, mi amiga está ahí dentro con un brazo roto y hemos tenido unos días de locos...- intenta explicarle Kevin en busca de empatía, pero ella lo interrumpe.
- No me cuente su vida. Las normas son las normas así que salga de aquí ahora mismo.
Esa es suficiente respuesta para que personas como Connor, Liam, Eli o James salten en su defensa.
- Perdone que le diga pero es usted una maleducada- le dice James con su refinado y renovado acento inglés.
Ella lo mira sorprendida.
- Sí y para nada comprensiva. Tratar a la gente con educación no es lo suyo pero seguro que se le dará bien enterrar agujas- añade Liam.
Genial, se va a liar parda.
- Exacto y ni esa estúpida norma ni su malhumor nos hará mover de aquí- finaliza Connor.
Y no, la mujer no se dio por vencida. Llamó al agente de seguridad y este nos echó a patadas de la sala de urgencias. Así que ahora estábamos esperando a Hayley y Chad sentados sobre el pavimento viendo como el sol va calentando esta mañana de domingo.
Sí, hace bastante frío.
- Todo sea por que comas y no lo compartas- masculla a mí lado Lennon.
Este se frota las manos con frenesí para tratar de entrar en calor. Kevin se da cuenta de su error y nos ofrece su segunda palmera, totalmente mordisqueada. Prácticamente todos nos negamos a probar eso.
- Es alucinante la capacidad que tenemos de armar jaleos en los sitios a los que vamos- comenta Logan.
- Tienes razón, ¿cuánto tiempo llevábamos ahí dentro? ¿Veinte minutos?- digo y sorprendentemente, eso hace sonreír a Cloe.
Creo que es la primera vez que la hago sonreír.
- Somos un desastre- me dice ella.
Tiene toda la razón.
Hayley y Chad salieron de urgencias una hora y media más tarde. Fue suficiente tiempo como para querer asesinar a Kevin mientras nos metíamos todos en el coche de Liam, pues su hermano se llevó la llave del suyo. Así que pasamos todo ese tiempo embutidos dentro del coche intentando no explotar por la resaca, el frío y la situación.
- ¿No podían aguantar ni un solo día sin armarla?- nos pregunta Chad abriendo la puerta del copiloto.
Todos lo miramos y seguidamente, a Hayley. Ella tiene un yeso que le cubre desde la mano hasta un poco más abajo del codo.
- No está rota, tuve suerte y solo se fracturó así que en unas semanas me pondré bien- nos cuenta.
Me alivia oír eso.
- Bien, ahora vámonos cagando leches a casa. Tengo hambre y frío- masculla Liam echando a los que sobran del coche.
Para mi propia suerte, Cloe se quedó con nosotros en el coche. Precisamente a mí lado así que sería un viaje bastante interesante.
Narra Kathia:
Me metí en el coche que conduce Chad en busca de algo de calma, pues me gustaría descansar durante el trayecto. Hayley se sentó junto a él en la parte delantera. James, Connor y Eli en la segunda fila y, por ende, yo me senté en la última junto al comilón de Kevin y Lucy.
Dawson no tardó en poner música de la radio y me alivié cuando vi que nadie tenía intenciones de hablar o chillar, así que me apoyé en la ventanilla y con el movimiento del coche, me quedé completamente dormida.
- ¡Maldición! - el chillido de Eli me sobresaltó hasta tal punto de dejarme completamente erguida.
Rápidamente me percaté de que todavía seguíamos en la autopista y que aún quedaba una hora para llegar. Hayley y Chad están teniendo una de esas conversaciones suyas entre risas. Mientras que Kevin y Lucy duermen de una forma bastante extraña aunque aparentemente cómoda. Él está apoyado en la ventanilla con el cuerpo estirado, casi cubriendo los dos asientos, y Lucy duerme plácidamente sobre su pecho.
Ninguno se despertó por culpa de Eli.
- Más te vale tener una buena razón para haberme despertado- le digo tocando su hombro.
Ella me sonríe con inocencia.
- Me olvidé de recordarle a los chicos lo del castigo- me dice cabizbaja.
Connor y James se miran con los ojos muy abiertos y después sonríen aliviados.
- Corrección, no te lo quisimos recordar- le dice, burlón, James.
Eso no le hace ninguna gracia a mi amiga, pues sus mejillas se tornan rojas y de sus ojos saltan chispas confirmándome que el tiempo de paz ha terminado.
- ¡A que obligo a Chad frenar el coche y vas hasta tu casa cumpliendo el castigo!- amenaza casi chillando.
Me dejo caer sobre el asiento rendida. A mí lado, Kevin se remueve y sin querer, me da una patada con sus enormes zapatos. No obstante, no abre sus ojos, sino que se los cubre con la palma de la mano.
- ¡Tú no me mandas!- le grita James como un niño pequeño.
- Haya paz, por favor - pidió Connor, quién está en medio de ambos.
Lo compadezco muchísimo. Eli siguió fulminando a James con la mirada.
- ¡Al cuerno la paz, no voy a dejar que me domine!- se queja Johnson a su amigo.
Creo que tanto él como yo rodamos los ojos. En ese momento, Eli se desabrochó bruscamente el cinturón y se intentó acercar peligrosamente a James. Este se pegó totalmente a la ventana contraria.
- ¿Qué está pasando ahí detrás? ¡No quiero distracciones mientras conduzco!
- ¡Cierra el pico, Dawson, sabes de sobra que Hayley es tu mayor distracción!- le chilló Eli mientras Connor trataba de alejarla de James.
- ¡Estás demente!- le gritó James desde su posición.
- ¡No lo estoy! ¡Tú, sí!
Está vez Eli consiguió su cometido y se abalanzó sobre el pobre chico. Como era de esperarse, le echó manos al cuello en un intento bastante gracioso por ahorcarlo. Parece mentira que hace aproximadamente un día se hayan besado apasionadamente en la playa y ahora estén matándose.
Del amor al odio hay un simple paso.
- ¡Suéltame loca!
Los gritos de James llenan el ambiente mientras Connor trata, por todos los medios, de separar las garras de Eli del cuello de su amigo. Este está sonrojado a más no poder. Ni sé cómo es que Kevin y Lucy siguen durmiendo ante semejante escena.
- ¡Retira lo que dijiste!
Es demasiado orgulloso como para decir algo así. En ese momento, Kevin y Lucy despiertan de su profundo sueño y no sé cual luce más moribundo.
- ¿Es que tampoco se puede dormir tranquilo?- masculla Kevin con la voz grave y los ojos a medio abrir.
Lucy se apoya en mí con los ojos cerrados.
- Diles que se callen- me pide adormilada.
Lo haría si pudiera, pienso.
- ¡Retíralo, James!- le seguía diciendo Eli al chico.
- ¡Dilo de una vez para terminar con esto!- le pide Hayley mientras él trata de respirar.
Aún así, atina a negar con la cabeza.
- ¡Dilo ya!- gritamos todos a la vez. Incluso la pareja adormilada.
- ¡Vale, vale, lo retiro!
La actitud de Eli cambió de un momento a otro, pues sonrió y sin más, se alejó de James para volver a sentarse y abrocharse el cinturón. Connor la miró sin poder articular palabra mientras James sostiene su cuello asustado.
- Casi me matas, chalada- le dice sobando su enrojecido cuello.
Ella lo fulmina con la mirada y justo cuando va a hablar, su hermano la interrumpe.
- Ni una sola palabra quiero oír de los dos porque se van andando. Quiero paz, maldita sea- amenaza Connor y sorprendemente, funciona.
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¿Que les pareció? ¿Creen que algo malo se viene? ¿Tienen un mal presentimiento? ¿Habrá cambiado algo entre ellos ahora que son un grupo de amigos?
Gracias por leer, comentar, votar y por brindarme su apoyo en esto❤.
~Les quiero, mil~
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