Capítulo 12
Narra Cloe:
Juro que nunca imaginé que terminaría en un baile de instituto. Creí que estos solo eran posibles en las películas americanas, pero veo que a los británicos también les gusta hacer este tipo de eventos. La verdad es que nunca había visto a las chicas tan emocionadas por algo tan simple como un baile. Angy ni siquiera durmió bien anoche por el hecho de que fuese a ir con acompañante. Lo que me recuerda a que en España este tipo de fiestas no se destilan o por lo menos de donde yo vengo.
El lugar del baile es en el pabellón del instituto. Está tan bien decorado que cualquiera diría que es una carpa, si no fuera por el suelo, el cual los profesores nos han recordado mil veces que debemos tratarlo bien para que no se raye. Una vez que nos hacemos ver entre el barullo, varias miradas se fijan en las recién llegadas, es decir, nosotras. Yo casi me tengo que esconder detrás de Eli para intentar ocultar mi vergüenza pues odio ser el centro de atención. Es ahora cuando agradezco haber escogido pantalón y chaqueta para venir porque si fuese con un vestido como Angy o Lucy me sentiría todavía más incómoda. Incluso si llevara esos enormes tacones de Hayley y Kathia.
Vivan las zapatillas.
-Están preciosas- nos comenta Connor cuando por fin nos apoderamos de una mesa y dejamos de ser el centro de todas las miradas.
Él es el único que lleva una camiseta básica blanca y un vaquero negro pues los demás van de etiqueta incluido mi hermano James quien estoy segura de que está odiando llevar esa chaqueta tan apretada. Yo ruedo los ojos por lo que ha dicho el de tatuajes y él, ignorándome, se centra en su hermana para guiñarle un ojo.
-Estoy de acuerdo contigo- añade Lennon saliendo de la nada.
Por volver a ver la cara de Hayley hubiese pagado un dineral, lo juro. Ella esboza una sonrisa tan grande como mis ganas de quitarme este top ajustado. Su cabeza se baja para mirarse ese hermoso vestido que lleva puesto.
En ese momento, me percato de que Lennon la mira diferente. Como si se hubiese dado cuenta de la belleza de mi amiga y eso me hizo sonreír. Quizás haya futuro para ellos dos.
-Ustedes tampoco están nada mal- les dice Eli para romper el extraño silencio que se había formado en la mesa, la cual ahora no solo es nuestra sino también de mi hermano y sus amigos.
Los chicos le agradecen coquetos a Eli y de ahí surge una conversación bastante cómica entre ellos. Connor parece feliz de que su hermana se lleve bien con sus amigos.
- Iré a por algo de beber- la voz de mi hermano me saca de mis pensamientos y, por sus gestos, puedo ver el cabreo emanar de sus poros a medida que avanza hacia la mesa de bebidas.
Le conozco demasiado bien como para saber que en el fondo le molesta el rechazo de Eli. Aunque a mí me haya dicho todo lo contrario.
-¿Vamos a bailar?- me pregunta Hayley posando su mano en mi hombro. Yo dejo de examinar los agitados movimientos de mi hermano y me centro en mi amiga.
Ella me hace saber que quiere salir de ahí ya que justo en ese momento, la ex-novia de Lennon hace su aparición y por lo que veo, tiene intenciones de divertirse un poco. Para mi sorpresa, Lennon quiere lo mismo pues se deja llevar por ella hacia el exterior del pabellón. ¿En serio? ¿El otro día lloriqueaba porque ella lo había dejado y ahora ella pestañea dos veces y lo tiene a sus pies otra vez?
Menudo idiota.
Supongo que Hayley no quería presenciar la vuelta de su amor platónico con su novia así que simplemente le dije que sí. No obstante, yo no tengo ni la más remota idea de cómo bailar. Soy ese tipo de amigas que baila como un pato mareado en mitad de la pista y ni siquiera se sabe las canciones. Aunque para mi gran asombro, esta sí me la sabía.
Al terminar la apoteosica canción, Hayley y yo nos abrazamos emocionadas. En ese momento llegan las demás para unirse a la acción y justo cuando la siguiente canción comenza a reventar nuestros oídos, el gran Dylan Carter hace su aparición.
Por unos segundos pude ver la sorpresa y la curiosidad adornando su rostro, la misma que tanto James como yo tuvimos porque como ya dije, en España esto no se ve. Sin embargo, se recompuso rápido cuando vio que varias personas lo miraban pues iba acompañado de esa chica rubia, Lindsey. Ella lo sostiene del brazo con una enorme sonrisa en su rostro.
- El vestido le queda muy bien. Pero el hecho de que sea ella lo rompe todo- nos dice Eli para hacernos reír pues nos habíamos quedado serias.
Tiene razón.
Hay algo en esa chica que no me gusta. Ambos se ven rodeados de sus amigos así que simplemente los ignoro y me dejo llevar por el ritmo de la música.
Ni siquiera sé cuánto tiempo pasó solo sé que perdí la noción del tiempo y me divertí como nunca antes. Decimos salir de la pista para ir por algo de beber, después de pasar literalmente horas brincando como locas. Cuando llegamos a la mesa, donde habíamos dejado nuestros bolsos, los chicos siguen ahí charlando.
Ahí me percaté de que Lucy había desaparecido, que hacía tiempo que no veía a Angy junto a Liam y que Kathia ya se había ido a por algo de beber.
- Iré a por Kathia - nos dice Hayley y después, se va.
En la mesa, Kevin jurga con su móvil mientras Lennon y su novia se ríen por ahora que ella había dicho.
-¿Dónde está James?- les pregunto una vez que Eli se deja caer sobre la silla.
Kevin despega, con aburrimiento, la mirada de su móvil e intercambia ciertas miradas cómplices con Lennon. Luego, ambos me hacen señas con la cabeza para que mire hacia la izquierda donde Eli lleva unos segundos observando. Ahí James está liándose con una chica a la que jamás había visto.
Ya estamos con lo mismo de siempre.
- Lleva como una hora así- me informa Kevin rodando sus ojos para volver a centrarse en su teléfono.
Sin duda alguna él es el "padre" del grupo pues no parece estar muy de acuerdo con lo que James está haciendo ni con el hecho de que Lennon esté hablando con su novia otra vez.
Narra Kathia:
Hayley se encontró conmigo hace unos minutos y estuvimos, literalmente, tres segundos hablando porque de la nada apareció uno de los Dawson y se la llevó a rastras. ¿Es que me había perdido algo? Le di un gran trago a mi soda y busqué, una vez más, a mis amigas. Eli y Cloe están otra vez bailando como locas en un lado de la pista, mientras Angy se hace la dulce frente a los amigos de Liam en una mesa.
Ellos no son de su círculo, así que, dudo mucho que se sienta cómoda.
Por eso, decidí volver a nuestra mesa porque no es que tenga muchas ganas de volver a bailar con las locas de Eli y Cloe. Es más, estos tacones me están matando. En mi mano, mi móvil vibra así que lo enciendo y en la pantalla veo un mensaje de Lucy.
Está con Jake.
El chico prohibido. Un enemigo, según la gran mayoría de los presentes aquí, aunque a mí eso me da igual y creo que a las chicas no les importaría. Incluso alucinarían por saber que nuestra amiga no es parte del clan de la soltería eterna.
Me siento feliz por ella. Pero no puedo dejar de pensar en lo sola que estoy. Quiero decir, todas mis amigas tienen a alguien, más que sea a una persona que las mira con otros ojos, ¿y yo a quién tengo? Exacto, a nadie.
Me centré tanto en responder a su mensaje que no vi por donde caminaba así que, como era de esperarse, me choqué contra algo. Bueno, más bien contra alguien pues lo siguiente que sentí fue frío. Mis ojos se clavaron en la parte de arriba de mi mono. Una líquido rojo cubre gran parte de mi abdomen y dudo mucho que se vaya a ir tan fácilmente.
El chico frente a mí ni se molesta en ver cómo estoy yo. Está demasiado preocupado en ver si ese dichoso líquido cayó sobre su preciada ropa. Cuando me dispuse a desaparecer de allí, él habló.
-A ver si la próxima vez miras bien por donde vas- replica recolocándose la ropa.
No me fastidies.
-Lo siento- balbuceo por inercia. Solo puedo pensar en mi ropa arruinada por ser tan despistada.
-¿Se puede saber porque eres tan torpe?- vuelve a decir al ver el estropicio que ha hecho sobre mi ropa.
¡Él lo hizo! ¡Yo no!
-¿Quién te crees que eres para hablarme así? Eres tú el que va por ahí con el vaso cogido con dos dedos.
Sus ojos se abren con sorpresa por mi contestación. Su frente está arrugada y ahora se le ha formado una mueca en la cara. Ahora que lo veo bien, es uno de los amigos de Liam. Uno de esos que ha estado todo el baile junto a Angy.
-Si tú no hubieras estado tan metida en tu móvil, a mí no se me habría virado- se defiende señalando el vaso en el suelo.
Parece ser de los que no se dan por vencidos así que, como no soy Eli ni tengo intenciones de gritarle, paso por su lado y me voy de allí en dirección al baño. Quizás la mancha se vaya con agua. Entro en el vacío baño de chicas y corro hacia el lava manos para intentar salvar mi atuendo.
- Odio que me dejen con la palabra en la boca, ¿por qué te has ido así?
La voz del chico me deja helada. Ha entrado en el baño sin ni siquiera pensar que podría haber alguien más dentro. Parece furioso. Sus ojos se posan sobre mi abdomen manchado y es ahí cuando se da cuenta de que me veo horrible.
Probablemente con la luz del pabellón se veía menos dramático, pero lo es. Esto es un desastre, además, ¿en serio ha venido para terminar él la discusión?
- Sal de aquí antes de que entre alguien- le digo actuando con calma.
Le doy con más fuerza a la mancha, pero esta no sale. Ni siquiera desaparece un poco. Me veo en el espejo y me siento fea. Maldita Lucy. Maldito móvil. Maldita soledad. Maldito amor. Maldito chico. Maldito todo.
-Déjame ver si yo puedo quitarla- dice el chico, siendo por primera vez empático, acercándose a mí. Ya no parece un antipático, parece ¿preocupado?
Ahí me percato de que tiene un puño de servilletas en su mano. Las deja reposar sobre el lava manos y tras dedicarme una extraña mirada, se fija en la mancha. La examina durante unos segundos y en silencio, toma una servilleta, la humedece con jabón y agua y la posa sobre mí.
- Tú silencio me estresa - dice subiendo sus ojos para mirarme. No sé si es mi pasividad o mi neutralidad lo que le molesta. Algo me dice que no está acostumbrado a estar con chicas tranquilas.
Ruedo mis ojos e ignorándolo, me vuelvo a mirar en el espejo. Sorprendentemente la mancha se está yendo y es que, el chico se está dejando la vida en quitarla. Está centrado en ella aunque por un momento lo veo mirarme. No creo que sea consciente de que lo estoy viendo a través del espejo.
- ¿No vas a decir nada? No hago esto ni por mi madre- vuelve a decir. Ahora aclara con agua sobre mi ropa. No digo nada.- Por lo menos podrías decirme tú nombre, ¿no?
-No lo veo necesario- me limito a decir.
Puede que esté siendo simpático, pero hasta hace unos minutos se estaba comportando como un imbécil conmigo.
- ¿Lo dices en serio? Me estoy dejando la vida en hacer que esta cosa se vea bien- se queja separándose de mí.
No sale de su asombro por mi forma de actuar. Juro que yo me sabía su nombre, aunque ahora mismo no soy capaz de recordarlo. Soy un desastre para memorizar.
-Al principio querías seguir discutiendo, ahora solo te sientes arrepentido- le recuerdo y eso le hace sonreír.
Termina con su trabajo y tira las servilletas usadas a la basura. En ese momento, dos chicas entran entre risas al baño. Aunque cuando nos ven al chico y a mí se quedan mudas. Tras observarnos con bastante curiosidad, algo que a este hombre no parece molestarle, se fueron de aquí.
- ¿Ves? A las chicas les da igual que esté aquí-me dice divertido cuando las veo irse. Yo me miro en el espejo y aunque la mancha no se ha ido del todo, se ve mejor que antes. Sonrío satisfecha- Me tomaré esa sonrisa como un gracias de tu parte.
Al escucharlo vuelvo a mi expresión neutral. ¿Debería agradecerle? Él retrocede un poco en dirección a la puerta y es ahí cuando reacciono.
- Gracias...- empiezo a decir. Él me interrumpe.
- Sam, el chico al que vas a recordar como el que te salvó de la humillación- dice exagerando la situación.
Nadie iba a fijarse en la monumental mancha, solo mis amigas a las que sinceramente echo en falta. Sam se acerca a la puerta cuando se da cuenta de que sigo sin tener intenciones de decirle mi nombre. Esboza una sonrisa pícara y abre la puerta dejando que la música inunde con fuerza mis oídos.
- Y yo te recordaré como la chica torpe. Ah, y prepárate porque pienso descubrir cómo te llamas- me advierte apuntándome con el dedo de lo más burlesco- Y te aseguro que soy rápido en ello.
Antes de permitirme reaccionar, desapareció por la puerta dejándome esta vez a mí con la palabra en la boca. Volví a mirarme en el espejo y sonreí. Ahora sí que me veo bien.
- ¿Por qué estás aquí sola mirándote al espejo con una sonrisa tonta?
La voz de Angy me sobresalta, ella se acerca a mí y me examina. Luego me dice que ha visto a Sam Waters salir del baño y para mi suerte, se centra más en lo poco que queda de la mancha.
- ¿Vamos a bailar?- le inquiero ignorando su pregunta.
Ella asiente algo confundida y nos vamos corriendo a la pista.
Narra Eli:
Ha llegado un punto en el que ni sé con quién estoy bailando. Primero estaba con Cloe, luego con Kathia y Angy y ahora estoy bailando con un chico de mi clase. Él me sonríe mientras mueve sus caderas a mi alrededor. Yo le sigo el juego y me uno a él siendo consciente de que ni siquiera me sé su nombre.
- ¿Quieres ir a tomar el aire?- él se aleja de mi oído y esboza otra sonrisa, pero está es más picante.
Ni siquiera puedo evitar la mueca que se me escapa. Estoy en ese momento de mi vida en el que no necesito estar con nadie. Simplemente quiero divertirme y creo que no va a ser con este chico. Así que, tras mandarlo a asar castañas me voy de vuelta a nuestra mesa. Kevin sigue en la misma posición de antes, está viendo algo en su móvil. Lennon está en silencio mientras su novia babea su hombro somnolienta y James sigue besándose con la chica.
-¿Cuándo crees que pararán?- le pregunto a Kevin dejándome caer en la silla perfectamente adornada. Sintiendo mis pies arder, me saco violentamente los tacones.
Él bloquea su móvil y me mira. Seguidamente, observa a la parejita y se encoge de hombros despreocupado.
-Supongo que hasta que a James se le estalle la bragueta o hasta que la chica se aburra de él- me responde bostezando.
No entiendo porque viene a este tipo de encuentros si ni siquiera le gustan, pero prefiero no decirle nada. Bastante tiene con estarse ahogando de aburrimiento. Vuelvo a fijarme en James y me doy cuenta de que me está mirando mientras la chica lo besuquea.
Será descarado.
-¿Tienes algún problema?- le pregunto brusca.
Kevin se tapa la boca sorprendido por lo que he dicho y se fija en su amigo. Hasta Lennon lo mira atónito por mi atrevimiento. Él ni me responde, solo se separa de la chica y me dedica una mirada de odio.
- ¿Podrían hacer eso en otra parte? No tenemos por qué estar presenciando esto- me quejo una vez más.
Los chicos me hacen señas para que pare, pero ya es demasiado tarde porque James me ha escuchado. La chica se aleja de él y me dice algo aunque no alcanzo a escuchar por la música. No obstante, por el rostro desencajado de James, sé que le ha molestado.
- Pues no mires y ya está. Nadie te pidió que vinieras- me responde él.
Yo ruedo mis ojos y me pongo en pie sabiendo estoy descalza. Le lanzaría mi zapato pero creo que sería un acto muy violento, incluso viniendo de mí.
- Está es mi mesa, querido- digo.
Él rueda sus ojos.
- También es la mía y por eso voy a hacer lo que me dé la gana- escupe revirándome los ojos.
Yo sonrío sabiendo que he conseguido mi propósito. Enfadarlo. Finalmente, decido ir a por mis amigas y dejo mis tacones allí. Con las miradas de los chicos clavadas en mí me alejo un poco y cuando estoy a una distancia considerable miro a James.
-Que te den- digo sacándole el dedo.
No veo su reacción, pues me pierdo entre el barullo de gente.
Narra Hayley:
Hace aproximadamente una hora estaba en el baile en compañía de Kathia. Estaba siendo una velada tranquil, hasta que Chad Dawson hizo su gran intervención para incordiarme y ahora estoy en mitad de la nada junto a él.
Sí, junto al tipo de me rayó la moto nueva con su absurdo proyecto de ciencias.
-Nunca pensé que podrías ser igual de alta que yo con plataformas- la voz de Chad me asusta de tal manera que hasta Kathia brinca.
Él pasa por mi lado y se coloca frente a mí. A pesar de la oscuridad alcanzo a ver esos brillantes ojos azules. Mi amiga nos mira sorprendida, pero no dice nada.
- ¿Vienes a darme mi dinero?- le pregunto ignorando su comentario.
Él esboza una sonrisa.
- No vas a ver ni un centavo, Hayley - me hace saber divertido.
-Pues en ese caso, no sé que haces hablándome- digo molesta por su presencia.
Aunque he de admitir que me pone bastante nerviosa. Esa forma tan profunda con la que me mira, esa picardía en sus ojos, esa sonrisa tan atrayente y esa voz grave.
- ¿Es que no puedo venir al maravilloso baile del instituto?- dice tocando su pecho dolido. Yo ruedo mis ojos-Solo quería ver cómo ibas vestida y además, vengo a hacerte una oferta.
¿Habla en serio?
-Sorpréndeme.
- No te puedo pagar con dinero, pero sí puedo hacerlo de otra forma- propone escondiendo las manos en su espalda.
Esto tiene que ser una broma. Yo me río y miro a Kathia en busca de ayuda, ella se encoge de hombros haciéndome saber que estoy sola en esto.
- ¿De qué manera?
Él sonríe una vez más. ¿Es que no le duele la cara?
-Ahí está la cuestión. Tienes que venir conmigo para descubrirlo- dice.
La forma en la que pronuncia esas palabras me hace temblar. La idea de irme del baile con este tipo suena bastante bien, básicamente porque estoy empezando a aburrirme y mi gran amor platónico está muy ocupado con su novia. No obstante, el hecho de no conocerlo del todo me frena así que le digo que no.
- Ni lo sueñes. No iré a ningún lado contigo si no me dices primero.
Una parte de mí me decía que él se explicaría y podríamos llegar a un acuerdo. Pero la otra me gritaba que saliera corriendo de allí porque él tenía un as bajo la manda y ¿sabes qué? Lo tenía.
Sin venir a cuento y sin decir nada más, se agachó y me cogió como a un saco de papas. De un momento a otro, solo veía su espalda, trasero y el anhelado suelo.
-¿¡Qué demonios haces!?
Él se carcajea a mis espaldas mientras posa sus manos sobre mis piernas para evitar que me coma el suelo. Seguidamente se gira hacia mi, ahora, incrédula amiga.
-Kathia, ¿verdad?- ella asiente con los ojos muy abiertos- Voy a secuestrar a tu amiga, pero tranquila, sólo será por un rato.
Ella pestañea un par de veces para asimilar lo que acaba de decir y luego, asoma su cabeza para mirarme. Seguramente esté roja como un tomate ya que, toda la sangre se me ha ido al cerebro.
Maldita sea.
Yo niego repetidas veces con la cabeza, pero me ignora.
-¿Vale?- alcanzo a escuchar.
Ella tiene el ceño fruncido, pero parece disfrutar con eso. Abrí mis ojos como platos y grité desde mi posición.
-¡Tienes que estar de broma, Kathia! ¡Me está secuestrando y tú lo vas a permitir!
Ella se encogió de hombros y sonrió divertida. Menuda amiga tengo.
-Es Chad Dawson, amiga. Es un buen chico, así que pásenlo bien- se limitó a contestar.
Yo le saqué mi dedo medio a medida que nos alejábamos hacia la salida. Ella me mandó un beso y ya dejé de verla. No me gustan estas cosas, por lo que comencé a patalear como loca. Aunque fue en vano.
El gélido frío de Inglaterra me golpeó con fuerza. Vale, hace mucho frío. Poco a poco el sonido de la música se fue disipando hasta ni siquiera alcanzar a escucharlo. Llegamos al aparcamiento y fue ahí cuando Chad me bajó.
La idea de correr pasó por mi mente, pero me caería de bruces contra el suelo pues los tacones me la jugarían de seguro.
-¿No vas a entrar? Yo diría que la calefacción de mi coche te vendría bien-dice abriendo la puerta del acompañante de su coche.
No sabía que tenía coche. Lo que dice es bastante cierto, las piernas me han comenzado a temblar y ni abrazándome a mí misma consigo entrar en calor.
-Esto no está bien, ¿sabes? Si no me vas a dar dinero, no tenemos nada de qué hablar. Además, prefiero morir de hipotermia.
Chad rueda sus ojos y sostiene la puerta con una mano. La otra la posa sobre su cadera haciéndose el pensativo.
-Créeme cuando te digo que con lo que te voy a enseñar, habré pagado mi deuda.
Dicen que la curiosidad mató al gato, así que ya puedes darme por muerta porque sus palabras causaron un efecto en mí. Uno que me hizo entrar en su coche el cual no tardó en encender para que no muriera congelada.
-¿Estás entrando en calor? Puedo darte mi chaqueta, si quieres - se ofrece subiendo la calefacción.
Yo me niego.
- Estoy bien.
Él asiente y saca el coche del aparcamiento.
- Y supongo que no me dirás a dónde vamos, ¿verdad?
-Me abruma tu inteligencia- bromea tocando su pecho. Yo bufo y me cruzo de piernas. En realidad sí estoy entrando en calor- Solo tienes que confiar en mí, ¿vale?
-Lo dices como si tuviera otra opción- mascullo mirando por la ventanilla.
Después de un largo trayecto en coche, llegué a la conclusión de que podría estarme llevando al matadero pues estamos en mitad de la nada. Solo hay árboles y más árboles. Además, el hecho de que sea de noche me desorientó bastante por lo que no soy capaz de orientarme.
-Vamos- me anima Chad apagando el coche en mitad de una explanada.
Abre la puerta del coche y el frío no tarda en golpearme con fuerza. Debería haber cogido mi abrigo de la mesa. Ah no, no hubiese podido porque al señorito se le antojó sacarme a rastras. Salí al exterior y sin pensármelo dos veces me quite los tacones. No pienso destrozarlos en este terraplén embarrado y lleno de grava.
Chad se posicionó a mi lado y me señaló unos árboles en la lejanía.
- Si me vas a matar hazlo ya- le hago saber cuando empezamos a caminar.
Él se ríe por lo bajo y lo siguiente que hace me sorprende. Se quita la chaqueta y me la pone sobre los hombros. ¿Acaso él no tiene frío? No digo nada, solo me aferro a ella porque he vuelto a congelarme.
Seguimos caminando en la oscuridad hasta que llegamos a ese lugar. Un lugar que me dejó sin aliento y que me hizo ver a Chad con otros ojos.
--------------------
¿Qué opinan de Chad? Parece ser que este es el comienzo de una bonita historia, ¿como lo ven? Sam es un poco odioso, pero algo me dice que va a significar algo más para Kathia. ¿A que se deberá el enfado de Eli?
Ahora sí, voten y comenten❤️.
~Les quiero, mil~
--------------------
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top