Capítulo 10
(scooter de Hayley en multimedia🙃)
Narra James:
El hecho de que Cloe y Logan estén dando un paseo no me enerva. Simplemente me cabrean las ideas locas de mis padres de que podrían tener algo. ¿Es que acaso no les quedó claro a mis amigos cuando les dije que con mi hermana no? ¡Pero qué demonios estoy diciendo! Es imposible que Cloe haya abierto su corazón de esa manera, todavía no ha superado lo que sucedió aquel día. Su corazón siguen sin estar cicatrizado. Todavía no.
Crucé la calle y corrí hacia la casa de enfrente, es decir, a la de Connor. Aporreé la puerta durante un gran rato hasta que, al fin, abrió. Sabía que estaba durmiendo. Su pelo está revuelto y su rostro aún se encuentra adormilado.
—Mira te voy a...— me amenazó cerrando sus ojos al verme.
Le corté.
—Buenas tardes— dije esquivando su intento por golpearme en el estómago— Necesito que me hagas un favor.
Me miró con confusión.
—¿Un favor de qué? ¿No podías pedírmelo mañana en clase? ¿O mandarme un mensaje?
Negué con la cabeza.
—Es una urgencia. Mis padres tienen la loca idea de que Logan y mi hermana están saliendo y aunque suena tremendamente imposible, tengo que encontrarlos como sea— le explico y eso parece despertarlo un poco.
Connor me mostró las llaves de su moto sacadas del bolsillo de sus pantalones de tela.
— Está bien, sí es una emergencia, pero ya te digo yo que Logan no tendría nada con ella— me aseguró— Él sabe que ella y yo estamos destinados a estar juntos.
Eso último lo dijo para fastidiarme y rápidamente se fue corriendo en dirección a su moto.
— ¡Te voy a matar, McMahon!— exclamé corriendo hacia él.
Este se subió en la moto y arrancó sin mí.
—¡Oye, no he terminado contigo y que conste que yo soy el jefe de esta misión!— le grité viendo como se alejaba.
Cuando se frenó corrí hacia él y en ese momento, dio marcha atrás en mi dirección, como si no me estuviese viendo. Retrocedí con cierta torpeza y como era de esperarse me caí de culo sobre el asfalto.
—¡Me vas a atropellar, inútil!
Connor paró la moto a un lado mío mientras trataba de plantearme si merecía la pena levantarme del frío suelo en mitad de la carretera. Él intentaba con todas sus fuerzas no reírse en mi cara, pero falló.
— Recordaré esto toda mi vida— me dijo mientras me subía a la parte de atrás de su moto.
Rodé los ojos.
— Créeme que lo harás— mascullo.
Narra Cloe:
Tras haber estado charlando con Logan me di cuenta de que es un adolescente bastante introvertido a la hora de expresar sus sentimientos. Por lo que no pude evitar pensar en que teníamos bastantes cosas en común. Al final terminó desvelándome que le gustan los chicos y no las chicas. Al parecer es algo que lleva ocultando mucho tiempo y por fin, se siente preparado para contarlo.
— ¿Y no te gusta nadie?— le pregunto emocionada.
Él niega con la cabeza.
— Todavía no, no quiero ser de esos chicos que se enamoran de alguien no correspondido— me dice muy seguro de sus palabras.
Eso me hace sonreír, ya que es completamente imposible determinar a quien amar.
— Creo que enamorarse es inevitable. Tendemos a enamorarnos de la persona equivocada, caemos de lleno en el amor no correspondido así que no te esfuerces en elegir... el corazón decide por sí solo— le digo apenada recordando mi mala experiencia.
Una parte de mí me decía que aquello terminaría mal, que me destrozaría. Pero la otra me impulsaba a continuar, me llevaba a correr hacia el peligro y fue ahí cuando me di cuenta de que es muy difícil decidir. Simplemente ocurre y debemos asimilarlo.
— Lo sé, pero me gusta pensar que tengo el control absoluto sobre mi vida— me admite sonriendo.
A mí también me gusta creer que lo tengo.
— ¿Hola?— dije entrando por la puerta de mi casa.
Mi hermano me examinó de pies a cabeza con los dientes apretados. Está sentado en la subida de la escalera, como si llevase todo este tiempo esperando por mí.
—¿Dónde estabas?— me dice tapándose la cara con las manos.
¿Qué le pasa?
—Estaba en casa de Logan— le digo. Al principio dimos un largo paseo por el vecindario, luego decidimos ir a su casa a descansar y charlar. Pero parece que hay algo malo en ello.
—¿En su casa?— repite James tomando una gran bocanada de aire.
Asentí confundida.
— Cloe quiero mantener la mente fría pero mamá y papá me han comido el coco diciendo que estás con Logan, ¿vale? Y-y eso es imposible porque tú no eres así, ¿verdad?
Su pregunta me toma por sorpresa. Creí que mi hermano era tres veces más listo que esto, de verdad.
— ¿De verdad me ves capaz de liarme con un tío al que conozco de hace una semana? — le pregunto tratando de no sonar muy enfadada.
Niega con la cabeza.
— Pues ahí tienes la respuesta.
Él sonríe y suelta un largo suspiro.
— Connor y yo estuvimos rulando por el vecindario pero nunca los encontramos— me confiesa poniéndose en pie.
Ruedo los ojos.
— La próxima vez hubieses acabado antes mandándome un mensaje— digo pasando por su lado.
— Créeme que lo haré.
Narra Angy:
Cogí una papa de mi plato y se la lancé en la cara a Hayley. Ella cerró sus ojos con fuerzas y después, se rió. Ella tomó un guisante de su plato y me lo lanzó. Me reí y repitiendo su acción cogí el mismo guisante y se lo tiré en la cara. Aunque esta vez no se rió, sino que se puso seria. Sus ojos estaban clavados en algo detrás de mí. Estaba estática y por un momento temí girarme. Ella y las demás me hicieron ceñas con la mirada para que me girara. Cuando lo hice, lo lamenté enseguida.
Liam.
—Hola, eres Angy, ¿verdad?
Me muero.
Los días en los que me toca física y química son mis días de bajón. Me da demasiada pereza esa asignatura. Especialmente porque ninguna de mis amigas va a esa clase así que tiendo a aburrirme muchísimo. Cuando sonó el timbre salí casi corriendo hacia el pasillo. Miré la hora y me alegré porque justo ahora es cuando mi amor platónico sale de clase.
No solemos coincidir en los pasillos y es solo días como hoy que puedo verlo por milisegundos. Esperé unos segundos a que el pasillo se llenase de alumnos y fue ahí cuando lo vi.
Señoras y señores, Liam Dawson.
A su lado iban sus dos inseparables amigos. Sam, Max y la nueva incorporación: Dylan. Siempre han sido el trío fantástico y me extraña que hayan incluido a alguien más. Supongo que el ojiverde cumplía con los requisitos para ser parte del clan.
Pasé por su lado sabiendo que no iba a llamar su atención. Así que me tomé la libertad de observarlo anonada. Creo que se ha cortado el cabello o se ha hecho algo nuevo porque lo veo distinto. En ese momento de ensimismamiento no me percaté de que una chica venía en mi dirección. Ni que no tenía intenciones de hacerse a un lado. Su grito de frustración y la mirada del cuarteto fija en mí me hizo volver a la tierra donde me había chocado con la chica y la había hecho trastabillar.
— ¿Pero qué demonios pasa contigo?— me dice enfadada colocándose la mochila— A ver si miras por dónde vas, tía.
No pude pronunciar palabra ya que todavía sentía los ojos de Liam clavados en mí.
Parece que mis días como invisible acaban de terminar.
Volviendo a la tierra y alejándome de ese dichoso día que ahora aguarda en mis recuerdos, me giré en dirección a mis amigas y ellas comenzaron a negar con la cabeza sabiendo que quería salir corriendo. Voy a llorar ahora mismo. Sé que desde que abra la boca la fastidiaré. Me volví a girar y simplemente asentí.
¿Qué más podía hacer?
— ¿Me haces un sitio?
Voy a vomitar.
Volví a asentir. Mis amigas se rieron por lo bajo mientras le hacía un sitio a Dawson en la mesa. Sé que mis mejillas están sonrojadas y que mis ojos todavía están abiertos como platos. Él se sentó entre Eli y yo con cierta felicidad. Examinó con cierta curiosidad los rostros de mis amigas hasta pararse en mí. Este me guiñó un ojo y después se dirigió a ellas.
—Hola, chicas.
Hayley, Lucy y Cloe no contestaron, solamente le sonrieron pero Eli como siempre tiene que dar la nota.
—¿Qué es lo que quieres, rubiales? — su secante pregunta nos tomó por sorpresa a todas. Hayley trató de darle una patada por debajo de la mesa para hacerla callar pero dio el golpe en el lugar equivocado.
Sí, me dio la patada a mí.
— Lo siento— murmuró al darse cuenta de que yo había sido la víctima.
Eli se dio cuenta de la situación incómoda que había generado. Aunque Liam no parece estar molesto con ello pues parece estar disfrutando con la cómica escena de tensión y miradas amenazadoras que hemos creado. Ella volvió a hablar creyendo que así lo arreglaría.
—¿Qué pasa? Está claro que si está aquí es por algo ¿no?— dijo a la defensiva nuestra amiga metiéndose una papa en la boca.
Golpeé mi frente mentalmente. Esto es horrible.
—Es que eres demasiado directa— le dijo Lucy intentando no sonar muy seca.
Ella se encogió de hombros siguiendo a lo suyo.
—Mm, solo quería conocerlas un poco. Me han hablado bastante de ustedes— nos dice Liam esbozando una sonrisa.
Fruncí el ceño.
—Pues espero que bien, ¿no?— le dice Eli volviendo a dar la nota.
Esta mujer me quiere matar de un disgusto. Liam se carcajeó junto a nosotras y asintió.
— Bueno y no sólo vine por eso. También quería pedirte una cosa Angy — dijo fijando sus ojos en mí.
Creo que nunca habían pasado tantos segundos teniendo su mirada clavada en mí.
— Sé que no nos conocemos mucho, más bien nada pero creo que eso se podría arreglar el sábado— me voy a desmayar. Dime que mi amor platónico no va a hacer lo que creo que va a hacer— ¿Quieres venir al baile conmigo?
No hizo falta mirar a mis amigas para saber que estaban asintiendo frenéticamente. Le sonreí al chico y asentí agradecida.
— M-me encantaría.
Eso le hizo sonreír.
— Puf, me alegra oír eso— dice poniéndose en pie— Estaremos en contacto, ¿sí?
Asentí con total felicidad. Liam se despidió de nosotras alzando su mano y luego volvió a su mesa con el cuarteto. Las caras de mis amigas son un completo poema. Ninguna parece dar crédito de lo que acaba de pasar.
—¿Qué demonios acaba de pasar?— dijo Cloe atónita.
— Pasa que esta mujer nos acaba de abandonar por el rubiales ese— responde Eli dándome un codazo. Antes de que pudiera decirle algo, me interrumpió— Pero sin rencores, tú con el rubio oxígenado y nosotras con la soltería.
Todas se rieron, incluida yo.
— Es completamente surrealista.
Ellas asienten.
— Sí, lo es porque quien te iba a decir que llamarías la atención de semejante chico— dice Hayley emocionada.
Sonreí.
— ¿Y ahora qué hago?
— Simplemente no cagarla, amiga— me dice y creo que no podría estar más de acuerdo.
Narra Hayley:
Después del gran momentazo entre Liam y Angy, me despedí de mis amigas y me fui en dirección al aparcamiento del instituto. Mis padres habían tenido el gran detalle de comprarme una moto por mi cumpleaños. Mi madre no es que estuviera muy de acuerdo con la idea, pero tras insistirle mucho cedió y ahora puedo decir que voy en moto a clase.
— ¡Chad date prisa, el profesor nos va a fusilar!— le decía un chico a mis espaldas a otro que venía justo en mi dirección.
Este llevaba un aparatoso proyecto entre sus manos. Un colorido volcán tres veces más grande que un pupitre. El chico caminaba deprisa sin ni siquiera ver por donde iba hasta que pasó por el estrecho hueco que había entre mi amada moto y otra.
No lo tomé a mal hasta que vi como la rozaba por un lateral.
— ¡Noooooooooo!— exclamé corriendo hacia él.
Esto no está pasando.
— ¡Mira lo que le has hecho!— dije cuando el chico se percató de que estaba pasando algo.
Su amigo lo esperaba en la entrada con desespere, mientras yo lo fulminaba con la mirada por haber rayado mi moto con su estúpido volcán.
— Esa pintura se va con agua, chúpate el dedo y verás como se borra— me dice. No puedo ver bien su rostro pues el proyecto tapa gran parte de su cuerpo. Sin embargo, puedo notar su gran despreocupación.
Me quedé atónita cuando vi que pretendía seguir con su camino.
— ¡No me vas a dejar así!— le digo sin dar crédito a lo que ha hecho.
Mi moto tiene menos de un mes y ya está así. Además el rayón es rojo y grande. Lo vería hasta mi abuela sin gafas de cerca. El chico se volvió a frenar e ignorando los gritos desesperados de su amigo se dirigió a mí.
— Mira chica no tengo tiempo para tus rabietas. Ya te he dicho que eso se va con agua, así que deja de montar aquí un drama donde no lo hay...
Lo interrumpí.
— ¡¿Drama?!
En ese momento su amigo apareció en mi campo de visión una vez más.
— Vas a hacer que me dé un infarto, Dawson — le dijo arrebatándole el volcán de papel. Luego me miró a mí con cierta confusión— Soluciona lo que sea que hayas hecho y mueve el culo al despacho de la Colibrí porque no quiero suspender.
Es un chico rubio de ojos azules. Creo que nunca había visto unos ojos tan cristalinos como los suyos. Se ven tremendamente profundos a pesar de que ahora me miren con fastidio. Su amigo se fue corriendo de allí con el proyecto entre las manos.
— Dios mío dame paciencia— dijo fulminándome con la mirada.
Lo siguiente que hizo fue acercarse a mi moto. Se chupó el dedo indice y haciéndome una ceña pasó su dedo sobre el desastre. Aunque el resultado no fue el esperado pues sus ojos se abrieron como platos.
— Vale, puede que no se vaya con agua— dijo rascándose la nuca.
— Te voy a matar— sentencio entre dientes.
Había mil sitios por los que ir, ¿por qué tenía que pasar por el lugar más estrecho?
— Está bien, está bien, no nos pongamos dramáticos. Dame un poco de pintura y lo soluciono en un plis plas — dice con total tranquilidad.
Esto no está pasando.
— ¿En un plis plas?— digo repitiendo sus palabras — No pienso darte pintura, dame tú dinero para arreglar eso.
Él abre sus expresivos ojos con sorpresa y después, se ríe en mi cara.
— ¿Dinero? ¿En serio crees que te voy a dar dinero para arreglar eso?
Este chico puede ser muy guapo, pero es un grano en el culo.
— ¡Sí, me vas a dar dinero! ¡O si no atente a las consecuencias!— exclamo al borde del colapso.
Ya me estoy imaginando la voz reprochadora de mi madre diciéndole a mi padre que tenía razón en cuanto a lo de ser lo suficientemente adulta como para cuidar mis cosas.
— Oye, oye, no me grites— dice a la defensiva cruzándose de brazos— Además, ¿quién te crees para amenazarme?
Gruño.
— Dame mi dinero— le exijo extendiendo mi mano.
Él se ríe.
— Por favor, yo solamente quería entregar un trabajo, no verme discutiendo contigo— dijo en dirección al cielo. Idiota— Y supongo que tendré que atenerme a las consecuencias porque no verás ni un centavo.
Increíble.
—Bueno pues no olvides que te advertí, idiota.
—Claro, pero no suelen llamarme así— dice retrocediendo en dirección a la entrada— Soy Chad Dawson, pequeña.
Le saqué mi dedo medio. Me va a dar mi dinero, lo tengo clarísimo.
Narra Cloe:
Llegué a mi casa bastante tarde ya que a Logan y a Lennon s eles ocurrió la genial idea de quedarnos charlando en un parque cerca del instituto. Dejé mi mochila en el suelo y suspiré. Tengo muchísima hambre. Caminé en dirección a la cocina soñando con una hamburguesa, de esas que solo mi padre sabe hacer. Me dispuse a destapar lo que parecía ser mi plato estrella, cuando mi madre me llamó desde el salón.
— Ya voy— mascullé apenada.
Quiero mi hamburguesa.
—Tu padre y yo pasaremos el fin de semana fuera así que cuida de tus hermanos, ¿vale?
Asentí intentando no mostrar mucha alegría.
—Tranquila, la casa estará a salvo conmigo— le aseguré canturreando.
Ella me sonrió y me dio algunas instrucciones sobre qué comer, qué hacer si se va la luz, cuántas lavadoras poner, etc. Mi madre se fue a su habitación a terminar con su maleta. Así que me permití el honor de hacer un baile en mitad del pasillo mientras disfrutaba de mi amada hamburguesa.
—¡Tenemos la casa para nosotros solos!— exclamé con la boca manchada de mostaza y ketchup entrando en la habitación de James.
Él me miró con indiferencia. Está en su cama viendo algo en su móvil.
—Yujuuuuuuuuu— dijo sin muchos ánimos.
Es el fin del mundo.
Se acerca el apocalipsis.
— ¿Qué te pasa?— le pregunto con la boca llena.
Esto está buenísimo.
— El amor es una mierda, hermana, créeme.
--------------------
¡Sigan la cuenta de instagram del libro!
@algodondeazucar04
~Les quiero, mil~
--------------------
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top