(3)la bruja del cuento

Dulce María no pronuncio palabra al terminar las clases.
Al salir de la facultad se encontró a su amiga Kara. Una muchacha rubia, de sonrisa cálida y carácter extrovertido. Habían hecho una buena amistad a pesar de ser diferentes casi en todos los aspectos. Ella era una chica muy tierna, ojos azules y mirada transparente, a Dulce le agrada aunque a veces tenían diferencias por que Kara era muy ingenua en la opinión de ella, a pesar de eso era su única confidente, a la que le contaba sus cosas más intimas; aunque algunas veces pensaba mucho antes de comentarle algo porque sabía que Kara le hacía bromas por largo rato, pero esta vez necesitaba contarle o se iba a explotar.
—Kara...
—¿algo te paso?... Noto que me quieres decir algo pero te detienes justo cuando abres la boca.
-sabes muy bien que soy mala para hablar de mis cosas y más si son insignificantes, pero... Hoy en una de las asignaturas el maestro me obligó a trabajar con el odioso de Harry el sapo; casi explote de la rabia.
-Dulce... Nunca he entendido porqué lo odias tanto, en realidad nunca te hizo nada malo ¿o sí?
-si eso es cierto, pero porque nunca le he dado la oportunidad a ese petulante anuro de hacerme algo, aunque hoy precisamente me delató con el profesor.
—jajaja Ya le encontraste apodo, ¡pobre muchacho! -dijo divertida su amiga-. Los sapos a veces se vuelven príncipes ¿sabías?... porqué no te das la oportunidad de conocerlo un poco. -Kara acomodó su cabello rubio detrás de las orejas y miró a su amiga a los ojos tratando de convencerla.
—No, no, y no, en primera yo odio los principes, luego, yo no soy una princesa, ya sabes que odio todo eso... Ya se lo que estas pensando y te voy a decir que si no me cae bien como compañero de clase menos lo voy a soportar como amigo, —dijo un poco exasperada—. Ya algunas veces te comente que se cree un rey y quiere que se le rinda pleitesía pero por mi parte solo recibirá lo que merece.
—Dulce... ¿quien sabe si ese chico sea tu destino y los astros y el universo están conspirando para que se unan? —dijo Kara con la voz grabe simulando el anuncio de el horóscopo en la tele—. Además esta muy guapo, tiene a varias detrás de sus huesitos.
—sonrió de nuevo y Dulce no pudo contener la risa, pero lo que lo que le causaba risa eran los gestos y ademanes de su amiga que para ese momento se había puesto una pashmina en su cabeza y hacia gestos de bruja de televisión.
—Habló la bruja Kara. ¡señora Kara "artemisa"! —respondió dulce entre risas—. ¿Qué me depara el destino? —Kara tomo la mano de Dulce y siguió las lineas de la palma diciendo con una voz grabe y pausada...
—aquí hay una linea larga que define tu vida; lo cual quiere decir que tendrás muchos años, y esta linea de aquí -siguió la linea con su dedo—. significa que el amor cruzara tu vida muy pronto, y luego sigue estando paralela a tu vida; lo que quiere decir que tendrás un amor que te acompañara todos esos años... Aunque no sera fácil porque hay una linea contraria que es algo malo... —Dulce retiro la mano y dijo:
—mejor no me digas, además en ningún momento dice que tengo que besar a un sapo y menos que sea el "susodicho" —resoplo un poco mientras hacia comillas con los dedos—. mi destino lo hago yo misma. —hablo tan rápido como queriendo borrar toda duda de si misma y de su amiga-. En fin... No creo que tenga la más mínima posibilidad de tratarlo como amigo, y la "atracción es mutua" —dijo de forma irónica.
—Esta bien, no insisto, pero estaré ahí por si quieres alguna ayuda, ya sabes que soy experta en relaciones interpersonales.
—Kara debiste estudiar astrología en vez de sicología, en vez de sicólogo, eres más la bruja que hace amarres jajaja.
La rubia simulo estar enojada y volteó el rostro para que su amiga no le descubriera riendo, pero luego estalló en una risotada que contagió a la otra chica; hasta que llegaron a casa de la tía de Dulce no paraban de reír como locas.

En el portón de la casa Belarmina; la señora que ayudaba con los oficios a la tía de Dulce, estaba como esperando a alguien. Al ver detenerse a el pequeño auto renult del año 2011 que manejaba Kara, corrió hasta ellas y se apresuró a abrir la puerta del copiloto, tenía expresión de de contrariedad. Las dos chicas saludaron. inmediato la señora ya entrada en años soltó un saludo apurado y seguido dijo:
—niña Dulce, le tengo que contad aldgo udgente. -Kara se despidió de las dos con un beso que lanzó con su mano y se alejó en su pequeño auto.
—¿Que pasó... Por que esa cara doñita?
—¡ay mija! no ejtoy segura pero predsiento que adgo malo esta cedca.
—¿usted también... Doñita por que dice eso?
—ej que en la cocina je metió una mariposa negra y no je quiere salid, a mi me da mucho miedo mi niña, con loj mensajes espidituales hay que tené mucho cuidao —La chica fruncio las cejas un poco incrédula y se dirigió a la cocina, era cierto; había una mariposa grande de color negro que según Belarmina auguraba alguna situación nefasta. ¿pero porqué la gente se empecinaba en creer en cosas "mágicas"? —pensó.
—No pasa nada, ya verá que voy a ahuyentar a esos "mensajes espirituales" —Dijo Dulce mientras puso la mano por encima del hombro de la mujer, dando unas palmaditas trató de tranquilizarla, luego agarro una escoba y movió a la mariposa de su lugar, en ese instante empieza a revolotear por toda la cocina y luego por toda la vivienda... Belarmina comenzó a gritar como alma que lleva el diablo rezando y dando alaridos de espanto. Luego de un rato que Dulce persiguiera el insecto con la escoba por toda la casa, finalmente salió por una ventana. Dulce se desparrama en el sofá de la sala respirando un poco cansada, Belarmina esta debajo de una mesa con las manos en la cabeza y los ojos cerrados, rezando; no se entera que el espantoso animal ya se había ido, la muchacha estalla en risas al contemplar la escena y la mujer la mira un poco avergonzada, era cómica la situación que había acabado de ocurrir.

En ese momento llego Fabiola y encuentra a las dos mujeres riendo pero Belarmina tiene los ojos escurriéndose en lágrimas.
—¿que pasó aquí? —dice la tía de Dulce, con el rostro asombrado por ver la casa alborotada y a las mujeres en ese estado.
—Nada tía, solo fue una mariposa negra que asustó a la doñita Belarmina.
—jeñora Fabiola, cuando ejos vichos entran a la casa es po que adgo malo va a pasar.
—Dulce María, no te burles de las creencias de los demás —dijo la tía un poco divertida pero tratando de mostrar un poco de autoridad—. Además tengo una mala noticia —cambio el gesto de su rostro por uno de preocupación y prosiguió—. apareció alguien de el pasado y creo que nos va a dar problemas.
Dulce cambio inmediatamente su gesto sonriente por uno de contrariedad, y preguntó a su tía
—Qué pasó tía, dilo de una vez.
Pero su tía la miro con ojos casi angustiados sin pronunciar una sola palabra.

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