4. "El culo anoréxico de June"


¶¶¶

"Lucifer está aquí, y fue bautizado como Kaegan"

Me hubiese gustado despertar con los rayos de sol filtrándose a través de las persianas. Incluso hubiese sido adecuado despertar con el estrepitoso sonido de One Direction con one way or another en la alarma que no cambiaba hace mucho, cuando aún eran una jodida banda, pero que va, eso era demasiado cliché para que Kaegan se permitiera aquello.

Salté sobre la cama, literal, di un respingo como cuando te ocurren esa clase de espasmos hípnicos y te despiertas sin saber donde estas, en que año y si eres de la época del futuro ya. Abri los ojos de súbito y vi a Kaegan bajo el marco de la puerta con la sartén en una mano y un cubierto en otra, chocándolas con fuerza contra si mismas, provocando un ruido descomunal a las seis de la mañana. Me lo indicó el reloj en forma de oveja que me había obsequiado Mark en mi primer cumpleaños juntos

Mis tímpanos definitivamente querían incinerarlo.

—Buenos días, June. Sal de la cama.

Sonrió, ¡demonios! ¿Por qué infiernos tenía esa sonrisa preciosa? Peor aún, ¿Quién mierdas sonreía a esta hora de la mañana?

Absolutamente Kaegan.

Miré el reloj, tenia que confirmar la hora antes de irme en su contra.

6:02AM

—¡¿Qué te sucede?! —Vociferé contra él—. ¡Entro a la escuela a las ocho y todavía faltan dos horas para eso!

Me lancé de espaldas a la cama y me metí dentro de las sabanas, cubriéndome de pie a cabeza. Por supuesto, a él no le pareció una buena idea, cogió el borde de la sabana y la sacudió fuera de la cama, provocando que la corriente del aire a esa hora, me pinchara las piernas descubiertas.

—Sal de la cama a la una. —Advirtió y yo arrugué la nariz en respuesta—. Sal de la cama a las dos... —Volvió a decir como si estuviésemos en una carrera de caballos y, esta vez, incluyó mis tobillos con las sabanas.

—No te atreverías... —Solté pausadamente.

—Sal de la cama a las tres...

Finalmente, cuando no lo creí capaz de hacerlo, suspiró, se encogió de hombros y tiró de mi hasta el piso, hasta ver con una expresión divertida en su cara, a una June en pijamas rosa, en el suelo frio, envuelta en sabanas y almohadas blancas.

—Tienes veinticinco minutos para estar lista, o vendré por ti. —Ordenó—. Nada de brillitos y monería.

Rodee los ojos.

—Soy una adolescente, por supuesto que necesito brillitos y monería.

—Vas a estudiar, lo único que necesitas es atar tu cabello en una cola y llevar cuadernos y lápices.

Me puse de pie, presa de la histeria y le arrojé una almohada que sus antebrazos cubrieron el impacto directo a su estómago y le señalé.

—Punto número uno...

—No tengo tiempo para tus puntos y tus comas, June. —Me interrumpió dándose la espalda, la vista de su culo fue muy agradable—. Tienes veinte minutos, y si sigues hablando tienes quince.

Mi rana de peluche hubiese estampado con su angulosa y bronceada espalda, pero cerró la puerta detrás de sí.

¡Carajo, este tipo iba a provocarme un infarto a mis diecisiete años!

Bajé las escaleras esperando encontrarme con cualquier cosa, menos con un Kaegan bajo el marco de la puerta principal que supiera cómo vestir en primavera; ese suéter negro de rayas blancas holgaba muy bien a su torso, y aquellos pantalones rasgados y oscuros metidos dentro de unas botas de combate, le hacían lucir condenadamente bien.

—¿Se te perdió algo en mis pantalones, June? —A este tipo no se le pasaba nada, y yo definitivamente nunca podía quedarme callada.

—Nada que me interese. —Rodé los ojos y me moví en dirección a la puerta, sabiendo a ciencia cierta que tenía que toparme con su torso si no se quitaba del medio, por supuesto no lo hizo, así que tuve que detenerme yo a mitad de camino y dedicarle una amplia mirada que indicara:

PERMISO IDIOTA, ADOLESCENTE EN LA VIA

Y si él supiese leer miradas, ave maría purísima, hace rato ya se hubiese sentido desnudo. ¿Por qué tenía que pensar tantas idioteces? Joder, ¿había algún método para acallar a mis pensamientos?

—Tu desayuno. —Levantó una bolsa ziploc que claramente contenía un sándwich, un omelette, un plátano y una manzana

—Así que aparte de ser un dolor de cabeza, también cocinas.

—Se me da bastante bien la verdad. —Respondió de forma fresca y automática

—¿Qué cosa? —Inquirí, cogiendo el ziploc de sus manos—. ¿Cocinar o ser un dolor de cabeza?

—Ambas. —Alardeó, estampándome su sonrisa de suficiencia en la cara—. Ahora sube al auto, tengo cosas que hacer además de estar cuidando tu culo anoréxico.

—Estas muy al pendiente de mi culo, ¿no te parece?

—Nada que puedas presumir. —¡Auch! Contraatacó

El camino a la escuela fue en completo silencio, Justin Timberlake sonaba en la bocina con Mirrors y Kaegan la tarareaba para el mismo. Una vez que llegamos, ubiqué a Ava en el estacionamiento comiéndole la boca a Cooper. Will, Hardin y Ben no parecían sorprendidos ante la escena, de hecho, este último, me hizo contacto visual a través de la ventana del auto.

¿Estaba guapísimo o eran simplemente mis hormonas? Ben siempre estaba impecable, incluso con el uniforme del equipo de futbol, bien pulido y planchado, y esa sonrisa que me dedicó, por Dios, podría morir en paz si fuese lo último que viese antes de irme con los muertitos, claro, no lo decía en serio, a ver, no quería morirme.

No supe porque mi reacción fue ver de reojos a Kaegan, pero este pareció darse cuenta que Ben se acercaba y tensó sus músculos.

—¿A qué hora paso por ti? —Don cambios de humor preguntó fingiendo que arreglaba el retrovisor, supe que lo fingía porque era costumbre de Mark hacer lo mismo cuando no quería darle importancia a algo.

Bufé, hermanos tenían que ser.

—Después del colegio tengo mis clases de Ballet. —Indiqué y le miré a la cara, pero este simplemente asintió para que prosiguiera—. Regularmente me voy con Ava, sus papás pasan por nosotros, Mark nunca ha tenido inconveniente con eso.

—A ver, Mark es Mark, yo soy yo. —Esta vez hizo contacto visual, los rayos de luz provocaron que el bellísimo resplandor de sus ojos se iluminaran, casi como dos pedazos de joyas—. Estoy aquí para asegurarme de...

—Cuidar mi culo anoréxico, Kaegan, lo sé. —Le interrumpí abriendo la puerta del auto, me topé con la expresión de sorpresa que palpaba la cara de Ben—. Te enviaré la dirección de la academia en un mensaje de texto, asegúrate antes de enviármelo tú, no tengo tu numero registrado.

Si tenía una objeción en mi contra, no le di tiempo de expresarla porque cerré la puerta detrás de mi espalda, sin embargo, sentí como sus ojos me quemaban, ya saben, no literal, pero esa sensación de que sabes cuando alguien te está mirando, es real, muy real.

Ben saludo a Kaegan con un asentimiento de cabeza, supongo que aquel le devolvió el gesto con gallardearía, estaba segura que ser arrogante era su segundo nombre. Ben y yo nos encontramos con el resto del grupo, Ava se me vino encima con un abrazo, susurrando algo de Kaegan que a Cooper no le hubiese gustado escuchar.

—Ya se rumorea que tú y Connor comparten saliva. —Ava soltó en mi oreja una vez que estuvimos solas—. Y como tu mejor amiga, me sentiría indignada de que sea cierto y haya sido la última en enterarme, bueno, la primera, yo comencé el rumor.

—¡Ava! —Le reñí

—¿Qué? —Soltó un gritito que llamó la atención de uno que otro estudiante en el pasillo, luego prosiguió con disimulo—. Era lo que querías desde hace mucho tiempo, ¡Vamos! Además, ya todos vimos que fue por ti al estacionamiento, y cuando me refiero a todos, estoy realmente diciendo todos. —hizo un circulo al aire.

—Siiii, pero a ver, ayer fue a verme y Kaegan...

—¿Kaegan? —Me interrumpió, se detuvo y se colocó delante de mi antes de que entrásemos al salón—. ¿Qué tiene que ver el hijo de Ares con esto?

Me reí, porque no era la única que pensaba que Kaegan había sido bendecido y afortunado por los mismísimos dioses, les falto agregarle un poco de empatía y amabilidad, pero creyeron que, con tal belleza, se le podía perdonar todo.

—Si me dejaras hablar, tal vez serias la primera en enterarte de las cosas importantes. —me crucé de brazos, y ella puso los ojos en blanco.

—A ver, soy toda oídos.

—Anoche, cuando Ben fue a verme, nos íbamos a besar en...

—¡La boca! —Me volvió a interrumpir emocionada y dio un par de brinquitos—. A ver prosigue, dijiste ¿Íbamos? ¿Qué sucedió? ¿Tenía mal aliento? —Negó con la cabeza—. ¡Imposible! Es Ben Connor.

—Ava... —No dijo nada, se limitó a cerrarse la boca con una llave y luego tragársela ¿Qué sentido tuvo eso? Ve tú a saber—. Kaegan apareció por la puerta, intimidándolo, no hubo besos, no hubo toqueteo, nada.

Mi amiga soltó una carcajada, de esas que suenan como foca, ¿saben? Para nada discreta.

—Tu tío vino a hacer muy buen papel de niñero entonces.

—No es mi tío. —Me quejé y la empujé dentro del salón—. Además, es un jodido infierno.

—Tu infierno personal, June. —Aquellas tres primeras palabras definitivamente me erizaron la piel.

No hubo más que argumentar porque la señorita Morris, nuestra profesora de ciencias, entro al salón.

—Buenos días, jóvenes. ¿Cómo estuvieron las vacaciones?

Si no me quemé en el verano, ardería en el infierno en primavera, mi fuero interno hablando por mi como siempre.

El mensaje de Kaegan llegó a un cuarto para las doce, nada de buenos días, nada de hola, simplemente un; dirección, así, tal cual, una palabra, nueve letras. ¡Que expresivo este tipo!

Teclee la dirección exacta que le haría llegar a la academia y le indiqué la hora. Me quedé mirando la pantalla unos segundos más, esperando el típico okey de cualquier persona cuando recibe una información, pero no, eran demasiadas letras para Don arrogancia.

En visto...

Bufé y guardé el teléfono en mis bolsillos.

Me reuní con Ava en la cafetería, Cooper llegó segundos después sentándose detrás de ella y abrazándola, susurró algo en su oído que agradecí no escuchar, su expresión orgásmica me lo dijo todo.

—Hola, June.

—Ah caray, te diste cuenta que hay público a tu alrededor. —Bromeé y ambos rieron.

—Comiendo delante de los pobres, Cooper. —La voz preciosísima de Ben irrumpió en el grupo, saludó a su compañero con puños, a Ava con una sacudida de cabello y a mí con un beso en la mejilla—. Lamento interrumpir tu nidito de amor, pero tenemos practica para poder elegir al próximo capitán del equipo.

—Y seré yo por supuesto. —Cooper alardeó.

—Eso si yo me fracturo una pierna primero. —Ambos bromearon un segundo más y luego se marcharon, uno sin dejar de meterle la lengua a Ava en la garganta y otro regalándome un guiño—. Por cierto, chicas, hoy será la hoguera, el fin de semana tenemos el primer partido y los del equipo pensamos que era mejor hacerla hoy.

—¿Pasaran por nosotras? —Ava no dudó en preguntar, Cooper por supuesto dijo que si y se acercó a darle otro beso.

—¿Quieres que pase por ti, June? —Ben preguntó, mirándome con sus ojitos azules bien iluminados.

—Estaremos en la academia, espero no sea un problema. —Respondí llevándome un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Te veré allí. —Sonrió, saliendo de la cafetería.

—Son tan diferentes. —Soltó mi amiga al verlos alejarse—. Bill es tan ardiente, y Ben tan romántico, me refiero, Ben tiene lo suyo, sabemos que al menos la mitad de la escuela quisiera tener el privilegio de ser su novia.

Me reí.

—Pero la otra mitad quisiera estar entre las piernas de Bill, así que no te descuides. —Bromeé, sabiendo que Ava no era de las que se intimidarían, ella tenía lo suyo y estaba completamente segura de sus atributos.

Comimos mientras hablábamos trivialidades que no incluían mencionar a los chicos, otras cosas importantes como nuestra futura carrera de bailarinas profesionales, teníamos la fortuna de contar con el consentimiento y la aprobación de sus padres y Mark.

Hablando de este último, ninguna llamada después de aquel mensaje donde supuestamente lo explicaría todo, el mal padre ese...

Cogí el teléfono, enviándole un mensaje a Kaegan que decía:

12: 14 pm.

June:

Después de mis clases de Ballet, iré a la hoguera con los de la escuela, no pases por mí, —mis dedos titubearon al escribir lo siguiente, pero terminé haciéndolo—. Ben me llevará.

12: 14 pm

El hijo amargado de Ares:

No.

¿No? Esperé un par de segundos por una siguiente respuesta, algo más que pudiese añadir, pero no, nada, un simple y redondo no.

12:15 pm

June:

Voy a ir, siempre he tenido el permiso de Mark para ir a la hoguera.

12: 15 pm

El hijo amargado de Ares:

Entonces los llevo, a ambos.

¿Qué? Este sujeto tenía que estar zafado de un par de tornillos.

12: 16 pm

¡Estás de broma! Por supuesto que no, ¿Qué van a decir de mí?

12:1 6 pm:

Que tienes un tio que se preocupa por tu culo, así que no me tientes y espérame a lo que salgas de tus clases, en serio, June, no me tientes.

¡Carajo, carajo, carajo! El infierno estaba aquí, y fue bautizado como Kaegan, paseándose por las calles de New Shena.

¡Hola! ¿Me extrañaron? ¡Que nervios volver a estar aquí! Pero muchísimas gracias si ustedes todavía lo están, déjenme sus comentarios para leer sus users porque de muchos todavía me acuerdo y he leído sus mensajes y los he ido contestando también.

Insisto en lo nerviosa que estoy subiendo este capitulo, no se si alguien lo va a leer, pero estoy muuuy emocioanda, asi que agradecería muchisimo si me dejaran sus comentarios de lo que les ha parecido o cualquier cosa, en serio, después de tanto tiempo es super importante para mi. ¡Besos!

¿Ira June a la hoguera? ¿Retará a Kaegan? ¿Terminará este llevando a Ben y a June? 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top