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CAPÍTULO 04

Anclado

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¿Un castigo?

No he dejado de pensar en lo que dijo, porque si hablamos de penitencias, mi situación actual, ¿a qué se compara?

Kim Min Joon es su hermano mayor. Su nombre está en el gafete del delantal que porta el hombre de aproximadamente treinta años de edad, y que me toma por sorpresa cuando sale de una habitación bien disimulada bajo la escalera.

No sé por qué me asusto si no pueden verme, a menos que, por lo visto, sea a través de un teléfono celular.

De todas maneras, el parecido entre ambos es evidente. Los dos tienen el pelo marrón ligeramente rojizo, y el rostro pequeño. La diferencia está en que uno es bastante menudo y pálido, y el otro es más alto y orondo.

Me queda claro que su hermano no fue la persona que lo sacó del baño. De lo contrario, no estaría preparando el desayuno en compañía de un silbido despreocupado, mientras que Ji Ho descansa en el sofá del primer piso en lugar de su propia cama.

Intuyo que Ji Ho pasó la noche en el restaurante por miedo a lo que captó en la pantalla de su teléfono. No ha vuelto a mirar ese aparato desde entonces, aunque todavía lo tiene con él.

Tampoco comprendo por qué este será para él un lugar seguro. Pude sentir el frío durante toda la madrugada y, sin embargo, él continuó en este sitio, abrazado a sus piernas y de espaldas a mí.

Me debatí en si buscar algo con lo cual abrigarlo. Al final, con una extraña sensación de incomodidad, decidí dejarlo ser. Fueron demasiadas emociones por una noche. No quise sumarle a eso, un posible susto de muerte.

Una vez listos los platillos, Kim Min Joon notifica a su hermano menor, quien sorprendentemente acude en el primer llamado.

Puesto que no hay manera de que la marca en su cuello pase por desapercibida —y ya que tampoco hace nada para ocultarla—, cuando Ji Ho toma asiento, su hermano mayor la ve, deja de silbar, y de manera inconsciente deposita la jarra con la que llenaba un vaso sobre una superficie.

No sé si es espanto o decepción lo que refleja su cara. De todas formas, Kim Min Joon camina hacia el lugar en donde su hermano menor se encuentra sentado.

Ji Ho, al percatarse de la proximidad, se levanta de la silla. Apenas puede abrir la boca pues, cuando se prepara para recibir un abrazo, su hermano mayor, en cambio, le cruza la cara de un bofetón, de modo que Ji Ho cae sentado de regreso en la silla. Su cabello revuelto no es suficiente para ocultar las lágrimas que pronto se desbordan de su rostro.

Me inunda el furor, pero desde lo ocurrido en el baño, apenas consigo moverme sin sentir que me caeré a pedazos.

—En mi otra vida, debo haber traicionado a mi patria, porque en esta, me trajo un hermano como tú. Mamá y papá deben estar decepcionados también.

El corazón se me dispara en el pecho, y aunque palabras inconscientes escapan de mis labios en modo de grito, sé que es inútil. No van a escucharme.

Tampoco hay forma en la que yo sepa el motivo de semejante reacción, pero estoy seguro de que no es la correcta.

—¡Pueden estar molestos si quieren! —Ji Ho mira a su hermano con desafío, y no es la mejor manera.

Kim Min Joon está a punto de volver a golpearlo. Ji Ho tampoco parece interesado en hacer nada para evitarlo.

Debo detenerlos.

Miro el vaso, y alcanzo el objeto de cristal. Aunque estoy seguro de emplear la fuerza necesaria para levantarlo, no consigo, sino, tan solo derramar el contenido sobre la mesa. Quizá actué de prisa, y por consiguiente, el objeto resbaló de mi mano. Es de lo que quiero convencerme, para no creer que algo más podría estar sucediendo.

Todavía me duele cada insignificante músculo. Debo haber usado toda mi energía la noche pasada al intentar salvarlo. Puede que mi forma actual no sea tan fuerte, pues cada movimiento que llevo a cabo es una tortura.

Mi esfuerzo tampoco sirve de nada. Kim Min Joon está hecho una furia y no aparta la mirada de su hermano menor. Por suerte, un llamado a la puerta principal catapulta su interés.

Hay una chica afuera, cubierta por un abrigo grande y una bufanda voluminosa, de modo que tan solo asoman sus ojos. De puntillas, intenta espiar a través de una ventana. Debe haberlos visto, y los hermanos a ella, porque se aparta como la hubieran pillado haciendo algo malo.

Sospechoso.

—Es hora de abrir —aclara el hombre con los ojos desorbitados de furia—. No me espantes los clientes. Ve a por tus cosas, te irás a clases.

Ji Ho murmura algo que no consigo entender, no obstante, suena como una protesta. Luego se pone de pie, pero en vez de subir las escaleras, regresa al sofá y se recuesta en él.

—¿Qué estás haciendo? —pregunto al aire, verdaderamente preocupado por su situación.

La chica de afuera también ha desaparecido.

No sé quién está peor de los dos. Por un lado, Ji Ho se la pasa todo el día recostado en el sofá, y por el otro, yo no hago más que mirarlo a él.

A veces compruebo que su hermano se encuentra a una distancia prudente. Ji Ho espantó algunos clientes, de modo que, tengo la sensación, Kim Min Joon podría explotar en cualquier momento.

Intento salir del domicilio tres veces, aprovechando cada entrada de los clientes. Como si pudiera ir en busca de alguna ayuda «viva» que pueda involucrarse entre esos dos. Ni siquiera las personas a su alrededor parecen notar el problema, o si lo hacen, prefieren no intervenir.

Me siento inservible. Cada vez que abro la puerta principal, después de dar un paso fuera, me encuentro de regreso en la habitación de Ji Ho.

Supongo que tampoco se me permite estar lejos de él, quizá porque debo cuidarlo. Espero que sea eso, y no que estoy atado a este lugar. No obstante, ¿es posible que procure terminar con su existencia una vez más?

Ni siquiera me atrevo a pensar en ello. Pero, de ser así, seguiré con mi esfuerzo por frenarlo.

Un hombre con traje entra. Por última vez intento salir por la puerta principal, ya l encontrarme de regreso en su habitación, aprovecho para dirigirme al cuarto de baño. El atajo puede ser útil si lo pienso mejor.

Levanto la esfera que desde la noche pasada continúa en suelo, y contemplo el desorden alrededor. La cuerda sigue tirada en la mitad del espacio, la cortina está rota y todo permanece mojado.

De cualquier manera, llegué para detenerlo justo a tiempo. Pero evitar su muerte, ¿no tendrá alguna repercusión?

Mi evaluación se detiene en el pequeño espejo sobre el lavamanos. Es curioso lo que revela el reflejo.

Es como si me estuviera conociendo por primera vez, y en realidad, luzco más joven de lo que me siento.

El detalle que reluce, sobre todo lo demás, es el color plata de mi cabello. Sé que no es auténtico porque las raíces negras se empiezan a notar. De cualquier forma, en mi vida debo haber estado loco. Mis orejas están perforadas, aunque no dispongo de los aretes.

—Como llegas al mundo, te vas. —Me rio de mi broma sin gracia.

También tengo un tatuaje cerca de la nuca. Es un ojo abierto que parece ver todo a mis espaldas. Está envuelto en tinta, y parece representar la oscuridad. Por encima hay un pequeño diamante a punto de alcanzar la luz, y debajo otros dos más que salen juntos de la sombra.

Me pregunto qué significado tendrá, y si estoy tan loco como parece.

Debo haberme metido en una pelea de pandillas alguna vez. Quizá es lo que causó mi muerte.

En el piso de abajo, los gritos intentan que Ji Ho se vaya al colegio y me sacan aprisa de la habitación.

No debí descuidarlo por tanto tiempo.

Sería bueno que el atajo también funcionara a medida que cruzo cualquier marco, pero no es así.

Estoy bajando las escaleras cuando el suelo desaparece y caigo de bruces contra el asfalto.

Lo que me faltaba, perder un diente.

Un viento helado me sacude la ropa en la espalda y tiemblo de frío.

De pronto ya no estoy dentro del edificio, y no entiendo el motivo, hasta que levanto la cabeza y veo a Ji Ho alejarse sobre la vereda. Su hermano logró sacarlo por la fuerza al final.

Ahora comprendo que yo, solo podría haber salido si Ji Ho también lo hacía.

El peso de una gran verdad cae vencido sobre mí.

Creo que, a quien estoy anclado en realidad, es a él.

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¡Hemos clasificado a la segunda ronda del ONC! Por mí y por ustedes, seguiré esforzándome para avanzar lo más que pueda en este concurso 🥺🫰🏻❤️

Por otro lado, ¿qué piensan del comportamiento del su hermano mayor con Ji Ho? ¿Debió golpearlo de esa manera?

Palabras en el capítulo: 1459.

Palabras totales: 4951.

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