capitulo 4
Con su cabeza cayendo hacia abajo y sus ojos cerrados, humedeciendo su seductor cuerpo. Se podía observar a lo lejos una imponente figura envuelta en un espeso vapor, acción provocada por el agua cayendo de la regadera al tiempo que impacta en el suelo bajo los magníficos pies, de ese hombre de sensual y ancha espalda.
No tardo mucho en presionar uno de los cuatro botones de su ducha, en seguida el agua dejo de caer y él dejo de mantener su rostro hacia abajo, levantando ligeramente su cincelado rostro, al mismo tiempo que aquellos ojos, que en su momento se mantenía cerrados, se abrieron lentamente dejando expuesto ese inexpresivo color plateado. Tan plateado como su cabello.
—¿Por qué llegó de repente mi rut?—Cuestiona su pensar en voz alta.
Tuvo días muy difíciles soportado la incomodidad de dicho rut, su asistente y personal tuvieron que evacuar a todos lo empleados, ponerle un bozal antes de sacarlo de ese lugar porque, corría el peligro que él se liberara de todos sus guardaespaldas betas que en ese momento trataban de llevarlo al auto y así poder dirigirse a la villa.
—¡Jefe!—Exclamo al verlo bajar las escaleras.—¿Ya se encuentra bien?—Preguntó.
Que le llegará tan repentinamente su rut, fue algo verdaderamente tedioso, peligroso. Sus feromonas no son para tomarlas a la ligera.
—Aunque es una pregunta tonta ya que, en instante lo estoy viendo fuera de la habitación de aislamiento.—Se quitó la mascarilla, ya no había peligro de caer inconciente por intoxicación de feromonas.
—Prepara el auto, iremos al hospital.—Comunicó.
—En seguida.—Estaba por cruzar la puerta cuando recordó algo, restrocendiendo hacia atrás.—Su auto preferido sigue en el taller, la abolladura fue algo grave aunque el golpe no se haya sentido tanto. Y al ser extranjero se les esta haciendo complicado conseguir las piezas.—Le hizo saber.
—Que no se supone que es uno de los mejores talleres, que estafa.—Se dirige a la nevera, se sirvió un vaso de agua.—Enviarlo a uno con el personal mas eficiente.
—Bien.—Busca algo en su bolsillo.—¿Tiene pensado cobrar alguna compensación?
—¿A tus ojos me veo como un pordiosero?—Fulmino con la mirada.
—No, pero en los años que llevo conociéndolo y trabajando para usted, sé que de igual manera les hace pagar a todo aquel que dañe lo que es suyo.—Recalco.—Aqui está la tarjeta de ese chico.—La deja sobre la barra de la cocina.—¿Debería investigarlo? Tal vez ese movimiento fue intencional.
—...
Por unos segundos estuvo pensativo observando esa tarjeta, y sin él desearlo se le vino a la mente la imagen de ese chico lamentable al borde de las lágrimas.
—No lo veo necesario.—Dejo la tarjeta ahí mismo donde la dejo su asistente.—Muy posiblemente ni se ha de acordar que tuvo un percance como ese.—Sube las escaleras.—Llamarle y haz le saber que no requieres ninguna compensación.—Lo pensó mejor.—Es mejor dejar todo aclarado.
—Bien, lo haré ahora mismo.—Agrego el número a su celular, procedió a llamarle pero lo enviaba al buzón. Lo intento cinco veces mas y era el mismo resultado.—Me envía al buzón.
—Dejarlo así entonces.—Como lo supuso, ese día no tenía una buena condición para recodar lo sucedió.
Él estaba un poco equivocado, Malik si recordaba que impacto su auto con otro. Y esta a la espera de recibir la llamada de la persona afectada para recompensar de alguna manera, (solo que se le había olvidado encender su celular) también se encuentra un poco nervioso de que lo hayan ido a denunciar. Se arrepentía por no haberse quedado para solucionar el problema.
‹Ya paso una semana desde aquel rompimiento, no he querido ver las noticias ni encender mi celular. Me encerré en las cuatro paredes de esta habitación con una vista espléndida al cielo pero que no puedo disfrutar como quisiera.
Ver ese azul solo me hace recordar cosas que quiero olvidar, su mirada como por ejemplo. Y eso lo vuelve mas duro, solo quiero olvidar pero es como si todo estuviera encontrar de mi, para que no siga avanzando.
"¿Qué hubiera pasado si le confesara directamente y concisos mis sentimientos?" Qué estúpida pregunta la que te estás haciendo, Malik. Son un imbecil por seguir pensando en ese hubiera en el punto tan bajo que me encuentro.› Se regaño y burló de si mismo.
Era más que un hecho que nada cambiaría, un corazón qué ya tiene dueño y se encuentra arraigado en la otra persona, era casi imposible eliminar esas huella mas si Danzel no quería que fueran bordadas.
‹¡Nada le costaba hablarme con la verdad desde un principio, yo hubiera entendido y me mantendría al margen solo como un prometido de nombre. ¡¿Qué le costaba ser un hombre honesto?! Nada, no le costaba nada.
Pero esto también es culpa de “mi familia” por querer tener un vínculo con familia de los West... mientras yo tontamente caminé por ese camino de flores donde no me detuve a revisar que no hubieran espinas.
No tenía tiempo para eso cuando solo quería marcharme lejos de “mi familia” me sentí tan aliviado de salir de esa agobiante atmósfera familia, que no me percaté que lo que estaba pisando no eran flores sino que, filosas espinas incrustadas en las palmas de mis pies, sangrado desde hace mucho. Una muerte asegurada camuflada de felicidad.›
Malik podría culparse tanto como quisiera pero en ese entonces, incluso ahora se le es difícil negarse a las palabras de su padre, porque si lo llega hacer, sabía que en su cuerpo no habría un solo lugar que no tuviera golpe. Tampoco es como si tuviera alguna clase de poder que rivalizé con la de su padre.
Su padre también es un desquiciado que solo le ve como una responsabilidad obligatoria que cuidar, se lo debía a la difunta madre de Malik, y por lo tanto si lo iba a cuidar por lo menos tenía que sacarle provecho.
Entonces a Malik no le quedó de otra que convencerse a sí mismo que, vivir con alguien que lo viera con indiferencia era mejor que vivir con una familia que te veía con odio, desprecio por ser hijo de una amante.
—¿Eh?
El alfa se levantó del banquillo, fue corriendo al baño, de repente se escuchó un fuerte ruido como si estuviera vomitando. A los pocos segundos salió del baño como si nada hubiera pasado. Volvió a sentarse en banquillo.
Frente a él estaba un cuatro de un metro aproximadamente, en el se puede observar un hermoso lago y enmedio un pequeño bote con dos sonrientes niños, navegando. Los colores eran muy vívidos como si en cualquier momento el agua se movería, sacudiendo el bote.
—Malik, ¿estás ahí?—Pregunta Devin—He quedado de verme con Xavier, ¿no quieres acompañarnos?—Sugiere.
Ya estado mucho tiempo solo en esa habitación, tenemos que venir acomprar si sigue respirando o si come sus comidas apropiadamente. Nos preocupa que cometa una locura cuando no estemos en casa.
La familia Keller's no a venido a buscarlo ha este lugar porque no lo saben, y es posible que aunque lo supieran no se atreverían a venir ha invadir sin ninguna invitación, la propiedad privada del segundo joven maestro de la familia Willis. O sea yo.
—No iré, este es el único día en que tú y Xavier tienen para pasar juntos, no tengo la intención de interrumpir su tiempo a solas.
Además se nota que él se preparó para hacer otras cosas aparte de ir a cenar. Xavier regresa bien noche por su trabajo que apenas tiene tiempo para darle un beso a su pareja.
—Vamos, solo iremos al cine luego a un restaurante lujoso—Alardea todo emocionado.—Habra mucha comida deliciosa, tu preferida.—Trata de animarlo.
—Gracias pero no, me traen palomitas.—No iba a cambiar de opinión.—Quiero terminar el cuadro que estoy pintando.
—¿Seguro?
Su rostro está pálido, más pálido de lo normal, sus ojos tienen una bolsa oscura bajo sus párpados. No está durmiendo bien, lo bueno es que esta comiendo porque veo la bandeja vacía.
—Sí, muy seguro.
—Esta bien.—Ya no iba seguir insistiendo porque solo podría a Malik en una posición difícil.—Nos vemos más noche—Añade—Un anciano de unos 67 años vendrá a dejarte la cena, el es papá del encargó de la seguridad de este lugar.
—Entiendo, vete ya o Xavier se molestara. Él odia las impuntualidad.
—Cierto, nos vemos.—Corrio hacia el ascensor. Devin vestía ropa casual acordé a la estación de primeramente, su cabello lo lleva suelto.
Malik cerró la puerta al ver que ya se había ido, volviendo a la habitación. Sentándose una vez en el banquillo a terminar lo que había empezado hace una semana.
‹No puedo seguir de mantenido en este lugar, tengo que pagar la renta por mi habitación mejor dicho suite, vivo en el último piso de este penthouse.
Estoy pensando en ejercer mi carrera como maestro en bellas artes, voy a mandar mi currículum en un colegio publico. Estoy seguro que mis amigos me ayudarían a entrar a un lugar mejor pero no quiero eso.
Quiero obtener mi primer trabajo por mis propios medios o si no, voy a poner un estudio de arte donde les enseñaré a quien quiera aprender a un precio razonable.
No implementare ese estudio solo por el dinero, sino por la satisfacción y alegría de enseñarle a más personas que estén enterados en aprender. Si, eso haré.›
Con eso en mente, Malik se sintió menos de caído. También tendrá donde poner todas sus energías, estará tan ocupado que no tendrá tiempo para pensar en otra cosa que no sea Denzel, o su familia que deben de estar buscando su paradero por mae y tierra.
—¿Que me pasa?—Sostiene su estómago.
‹Desde hace un ratos me empezó dolor mi estómago, ¿la comida me calló mal? ¿Será que me lastime el estómago al forzarme comer todo aunque no quería? No lo sé, al principio era un dolor leve pero ahora duele un poco más, me tomaré una pastilla para el acidez.
El alfa dejo de estar sentado, cubrió el cuadro. Buscó el medicamento en las gavetas del buró a lado del televisor, al encontrarla tomo un sobre lo rompió, lo dejo caer en un vaso lleno de agua que tenía en el escritorio.
—Espero sentirme mejor con esto.—No dejo nada en el vaso.
‹Me puse recoger y limpiar todo para luego dejarlos ordenados en un lado junto al cuadro, me quite el protector que impedía que mi ropa se manchara con pintura. También lo deje a un lado.›
Malik se fue al baño a tomar una ducha con agua tibia, esperado que la pastilla que se tomó haga efecto, en su cuerpo aún puedes ver pequeños moretones que todavía no se borran por completo.
Veinte minutos después de estar en el agua, Malik salió de la tina, su expresión se volvió más preocupante, pequeños escalofríos recorren su cuerpo. Un sudor helado y mareos desequilibran sus pies. Estuvo la ligereza de sujetarse de la tina para no caer al suelo, evitando así el lastimarse.
Envolvió su cuerpo en una bata negra, como pudo caminó hacia su cama, con su vista un poco borrosa encendió sus celular. Sostiene su estómago con fuerza, le dolía demasiado, era como si algo estuviera quemando sus entrañas.
Respira agitado, cuando por fin logró ver su celular encendido, le cayeron muchos mensajes, llamadas perdidas. Tuvo que esperar como tres minutos para que se detuvieran todas esas notificaciones que no dejan de llegar.
Con las manos temblorosas buscó en el número de Xavier o Devin, el que encontrara primero a ese llamaría, solo que su vista no le ayudaba. El dolor que estaba sintiendo es insoportable.
‹Contesten por favor, contesten. No se cuanto tiempo podré soportar estar despierto, mis ojos están muy pesados. Mi estómago duele demasiado. ¿Qué le pasa a mi cuerpo? Estaba bien no hace mucho, ¿entonces por qué de repente me pasa esto?
—Cof, cof—Algo se está rompiendo en mi interior, está opresión es sofocante.—Xavier...lamento interrumpir tu cita, pero...pero podrías venir por mí...—Habla entré cortado.—Cof, cof, estoy mal...no se que me sucede—Cayo al suelo.
Sus oídos zumban, todo al rededor daba vueltas no podía saber que estaba sucediendo solo quería que ese dolor infernal se detenga.
Por un momento estuvo por perder la fuerza en sus manos, dejando caer el celular al suelo mientras tosía y se sostenía el estómago. Sin escuchar la respuesta de la otra persona del otro lado del celular.
Malik al escuchar el sonido de su celular, arrastro como pudo su mano para poder alcanzarlo, cuando cayó rebotó lejos de su alcance.
—¿X-Xavier?—Su voz a penas era audible.—¿Ya vienes?
—¿Xavier?—Pregunto en un tono sarcástico.—Ya estás metido en otra cama y no hace mucho te hacías el muy noble.—Bufo.
—¡¿Tú..?!—Mordió su labio.—¿Qué quieres?—Maldición, porque justo ahora cuando no tengo cabeza para defenderme.
—¿Malik?—Solo se podía escuchar a una persona gimiendo de dolor y tosiendo sin parar—Ni pienses usar alguna artimaña para obtener mi atención, aparte no te llamé porque quisiera. Solo lo hago porque tu familia está preocupados por ti. Quieres que les digas donde estás.—No había respuesta todo se volvió silencioso.—¿Malik?
—¡Agh!—Malik se había incrustó sus uñas en su piel para mantenerse despierto, como pudo se levantó del suelo.
Finalizó la llamada para no seguír escuchando esa voz que solo infringe mas dolor. Sin embargo, no pudo mantenerse de pie, sus piernas flaquean cayendo a la cama. Malik sigue sosteniéndose el estómago. Roda por la cama intentado calmar ese dolor.
‹Venga pronto por favor, siento que voy a perder la conciencia. ¿Qué tan lejos fueron esos dos a cenar? ¿Cuánto darán en llegar?›
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