capitulo 26
Lo que era anteriormente un silencio hogar se había vuelto bastante bullicioso, los empleados murmuran y apuestan entre ellos de que pronto tendrán una "señora" en la casa. Esperando poder verlo correctamente porque anteriormente a penas y lograron ver sus cabellos dorados.
Había sido muy sorpresivo para cada uno de ellos el ver bajar a su jefe del auto, sosteniéndo en sus brazos a otro ser humano. Dudaron de lo que estaban viendo sus ojos y es que era demasiado increíble.
—Apuesto que es el mismo joven que lo impacto hace unos días atrás.—Comento una de las mujeres guardaespaldas.
—Pienso igual que Yuliana.—Con cuerda.—También apuesto que es el mismo joven porque si sigue vivo.—Añade.—¿Cuando han visto que el jefe dejé a alguien ileso luego de dañar uno de su auto favorito.—Señala el joven de unos veintitantos años como si estuviera en una exposición.
—No fue solo una si no dos veces.—Se une a la conversación otra mujer de apariencia feroz pero de mirada amable, con su cabello caoba bien cortó.—Por ello también apuesto a que ese el mismo joven y mal no recuerdo su cabello era dorado.
—Pueda que estén en los cierto pero si todos apostamos pod lo mismo entonces, ¿cuál es el chiste?
Mientras ellos estaban inmenso en su conversación no se dieron cuenta que estaban siendo muy ruidosos, y Reece que iba pasando por hay con mucha prisa por ir hablar con su señor. Los logró escuchar pero en vez de pasar de largo hizo una parada, uniéndose.
—Déjen de apostar.—Regaña.
—¡Reece...!
—No sin incluirme a mí.—Agrego, posponiendo la conversación urgente que debería estár teniendo con su jefe.
Dinero es igual a comprar nuevos tipos de cactus, suculentas esas si me son difíciles conservarlas y no sé porque si hago de todo para que estén siempre vivaz.
—Yo también voy apostar.—Esta vez apostaré que tendremos pronto el nuevo dueño de cada centavo del patrimonio de mi jefe, uno que está valorado en millones de dólares.
—Bien.—Emocionados hicieron sus apuestas esperando que su maestro no los defraude, están poniendo su fé y dinero en Darrell que cuando se enteré les ira muy mal.
—Ahora vuelvan a sus puestos.—Envia a cada uno rápidamente.—Y, no olviden que faltarle el respeto al joven es faltarle el respeto a nuestro jefe porque es su invitado.—Especial aunque mi jefe no se da cuenta de ello.—Ya están sabedores si se les ocurre hacer algo tonto ya es su propia culpa.—Concluyo retomando su caminar.
Subió silenciosamente no puede ser ruidoso cuando Malik estaba descansando en el mismo piso al que se dirige, sin saber la sorpresa que se estaría llevando al abrir la puerta después de tocar en tres repetidas ocasiones.
—Jefe, toque la puerta pero...
Reece retuvo a tiempo su respiración y jadeo de sorpresa antes de despertada a las dos personas, las que duermen tan cómodamente en los brazos del otro. El guardaespaldas no podía creer lo que sus ojos están presenciado; en la manera que Malik mantiene abrazado tan íntimamente a Darrell sin que el alfa mayor se sienta sofocado, más bien relajado. Un ligero movimiento y sus rostros no serían los únicos en rozarse también sus labios.
‹Mi insensible y tan delicado jefe que no le gusta que nadie toque su cama, cosas, trajo a su habitación nada menos que a otro ser humano y lo dejo descansar sobre su cama. ¿Qué está pasando? ¿Es acaso que el fin del mundo se acerca?› Quiere retroceder dos tres pasos hacia atrás y salir de la habitación pero presidente que si se mueve creará ruido, eso es lo último que quiere hacer.
—¿Ahora que hago?—Pregunta entre susurros con su mirada en el par de alfas.
El guardaespaldas al ver sus expresiones relajadas no sabía que hacer, si irse o enfrentar la irá incontrolable de su jefe. Pero, tenía que hablar con él urgentemente e informarle que lo están acusando de secuestro agravado. No por los amigos de Malik sino que el culpable es el segundo hermano a ese que Reece se arrepiente de no haberle roto la boca en vez de las manos.
Elizardo ha creado todo un escandalo al subir unas cuantas fotos de su estado, acusando a Darrell no solo de secuestrar a su hermanito (eso solo fue con la policía, no le iba a decir a los demás nada relación con Malik) sino que también de ejercer la fuerza bruta, de emboscarlo porque era la única manera de ganarle porque de enfrente jamás podría, iba a quedar como víctima pero sin perder su dignidad de haber sido golpeado unilateralmente por Darrell. No iba admitir que no vió ni detuvo los golpes del alfa plateado.
Los doctores también dieron un informé detallado sobre las condiciones en las que se encuentra Elizardo, alegando fue golpeado en grupo y que un solo puñetazo en sus costillas estuvo a poco de perforarle un pulmón. Ese disque grupo tenía un solo integrante y ese era Reece pero nadie a más de los presentes lo sabía por lo que, la gente empezó inmediatamente a creerle a Elizardo. Exigiendo justicia aunque en su mayoría solo eran personas que les parecía atractivo Elizardo, se movían por su belleza.
‹Si lo despierto sin que lo noté el joven Malik entonces todo estaría bien, no correré ningún peligro de morir. Sin embargo, después de la muerte de su madre es la primera vez que mi jefe duerme tan cómodamente. Es probable que su intención no fuera quedarse dormido sino esperar a que el joven Malik aflojara su agarra, porque si el joven recordaba antes que mi jefe sería incómodo o malinterpretado.
No haré nada que sigan descansando le diré a Nora que haga una contra demanda por calumnias y daño de imágen, que les saqué una buena fortuna lo cual no necesita mi jefe pero si esa familia y se la quitaremos para qué déjen de realizar estupideces contra quién no deberían.›
Reece antes de salir de la habitación pensó que era buena idea tomarles una foto, hubiese estado bien si tan solo le hubiese apagado el flash y sonido.
—Mmm.—Aprieta sus ojos fuertemente al sentir sobre su rostro esa luz, Principalmente en sus ojos. Era lo mismo con el "clik" ruidoso.
—Estoy jodido.—Susurró al escuchar el murmullo de incomodidad en Malik.
Rogando que Malik no hice más que solo moverse ligeramente al frota sus ojos, pero lamentablemente para el guardaespaldas eso no es lo único que pasaría ya que, Malik a comenzado abrir sus somnolientos ojos.
—Es ahora o nunca.
Reece aprovechó que Malik seguía frotando sus ojos para escapar antes de que se le fuera la somnolincia por completo, como si el no fuera el culpable de nada y si nadie lo vió entrar entonces es como si eso nunca paso, o es lo que creía porque Darrell tiene ojos hasta en la espalda. Se iba enterar de esto al nomás despertar eso era seguro.
—¿Dónde estoy?—Se pregunta confundido al mirar su extraño entorno.
Su mente aún se encuentra medio desorientada en busca de despejarla y descubrir como llegó a tal entorno. Los más raro para Malik es que no se sentía en peligro ni indefenso, eso le hizo mantener la calma y no exaltarse con temor.
‹Recuerdo haber tomado la mano del lobo plateado sin dudarlo, ser sostenido en sus brazos tan casualmente como si fuera mi cama donde no dudo ni por un segundo el cerrar mis ojos y descansar de todo lo que me asfixia. Esperando que al dormir esa asfixia tampoco aparezca en mis sueños.
No obstante; está vez no soñé con cosas lamentables o con el pasado fue todo lo contrario, tuve otro tipo de sueño uno muy raro por cierto. En el hablaba muy cómodamente y acariciaba el pelaje brillante y suave de un lobo plateado con la misma mirada inexpresiva de Da...rrell...›
Humeante al igual que una tetera y rojo intenso se tiño el rostro de un muy avergonzado Malik al percatarse al fin, del hombre en sus brazos a ese que sigue abrazando sin la intención de dejarlo ir.
No solo eso sino que su mano derecha yacía en contacto con la piel expuesta del pecho de Darrell, lugar que no tardó en parecer volcán acusa de la caliente mano del joven. Fue demasiado sorpresivo para él el notar donde estaba tocando, sobre todo sentir la firmeza y suavidad de los pectorales que desde la distancia aparenta dureza.
—¡D-Darrell y yo estamos...!—Mucha sorpresa lo deja sin palabras.
Estaba en negación con respecto en la posición en la que se encuentra, no podía solo aceptar que en todo momento al que estuvo abrazando y hablándole como si de un lobo se tratará siempre fue Darrell. Era tan vergonzoso que solo desea que la tierra se lo trague y lo escupe lejos del contrario.
—¡M-Mi rostro arde demasiado!—Susurro bajito asustado.
Es la primera vez que le sucedía algo como eso; sintiendo que su piel se calienta tanto como una tarde de verano en la playa, sentando en la arena bajo los calurosos y ardientes rayos del sol.
‹¡¿Qué rayos hice y qué está pasando exactamente aquí?! ¿Cuándo y como terminé en una habitación, cama que no reconozco?... ¡Eso no es lo importante sino que el levantarme si despertar a la otra persona! Será verdaderamente incómodo y vergonzoso verlo a los ojos.
No solo lo traté como un animal sino que también lo arrastre hasta la cama, encarcelado en mis brazos tan descaradamente. ¡¿Perdí la cabeza?!› Se reprende una y otra vez mientras ve como alegarse de Darrell.
Malik ignoró sus agitadas palpitaciones de su corazón que rugía tan fuerte como el motor de un coche, o la estremeció descontrolada de su cuerpo cada vez que esa respiración calidad de mayor invade y crea un eco en sus oídos.
Al moverse cuidadosamente y retirar sus brazos del cuerpo del contrario, Malik inclinó su rostro tan cerca del alfa plateado que su oreja se rozo con la afilada nariz de Darrell. Fue entonces que la respiración de este hizo de las suyas; estremeciendo y sobresaltado al joven con su mirada girando al igual que un espiral mientras se deshace a pedazos a causa de la timidez.
‹Ni en mis evaluaciones finales en mis años de universidad me sentí de está manera, nervioso a tal grado de que mi corazón corre el peligro de explotar junto a mi rostro.›
Malik no encontraba como sacar su mano izquierda sin levantar a otra persona eso le está siendo sudar. Sin embargo, de tuvo sus movimientos y se puso a pensar que no tenía porque sentirse como un criminal tampoco porque nervioso cuando no ha hecho nada malo. Solo basta con disculparse por jalarlo de manera desconsiderada a la cama.
—Darrell.—Le llamaba bajito.
‹¿Lo golpeó? No, eso no estaría bien pero si no se mueve no podré sacar mi mano. Estamos en una posición donde la cintura del lobo plateado reposa bajo mi brazo, no sé cómo diablos llegamos así.› Suspiro profundamente antes de inclinar su rostro muy cerca del oído del alfa mayor.
—Muevase.—Susurró, creyendo que eso le haría sobresaltar por lo repentina invasión de espacio al grado de moverse, pero siguió sin tener respuestas.—¡Lobo plateado!—Ya no le hablo suave sino que le gritó.
—¡Que no soy un perro!—Giro bruscamente su rostro a un lado, a esa dirección donde provenía la voz de Malik sin esperar ni imaginar que algo tan simple los llevo a una situación fuera de sí.
—¡¿Uhh?!—"¡Mis... Mis labios están...!" Exclama internamente, sintiendo su corazón retumbar y queriendo salirse de su pecho tras conectar su mirada con la mirada plateada como la brisa al entrelazarse con los árboles.
Como un capullo al abrirse de manera majestuosa al exponer los suaves y radiantes pétalos, asi se abrieron sorpresivamente sus hermosos ojos, ámbar. Al instante en que sus labios cayeron suave y lentamente como una hoja al suelo solo que en este caso; sobre los de Darrell.
Terminar de esa manera nunca estuvo en los planes de ninguno de los dos alfas, ambos fueron sorprendidos y convertidos en piedra sin saber que hacer. Eso sí, rogaban porque sus corazones no fueran escuchados por el otro, eran demasiado ruidosos.
Pese a no saber cómo sentirse o como actuar el primero en reaccionar fue Malik, alejando su rostro del contrario y con ello dejando ese vacío en Darrell.
—Podria moverse para sacar mi brazo.—Dije sin mirarlo a los ojos y con su rostro ardiendo, no es necesario verme en un espejo para saber que es igual que un tomate.
—¡Ah, sí!—Se movió.—Bueno, verá...—Lo dejaron con las palabras en la boca.
Malik ya se había bajado de la cama y encerrado en la otra habitación a la derecha que era el a baño, cayendo al suelo mientras sostenía su agitado corazón sin comprender nada. Escondía su enrojecido rostro en sus rodillas las que no tardó en abrazar, no era la primera vez que daba un beso pero el sentimiento era completamente diferente a lo que había experimentado ante, solo fue un suave toque pero le hizo sentir tanto que fue aterrador.
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