Prólogo

Desperté en la camilla de un hospital, desorientada, con el cuerpo adormecido. La oscuridad me envolvía, como si fuera una niebla que no podía disipar. Mi mente estaba vacía, sin recuerdos, sin identidad. Solo una sensación de vacío y desorientación. Sin embargo, había algo... un eco lejano, un susurro que parecía venir muy dentro de mí. '¿Quién soy?', me preguntaba. '¿Qué pasó?', pero las respuestas se escondían justo al borde del recuerdo, fuera de mi alcance.

"Vine a California, es lo único que recuerdo. Ya no sé quién soy o qué hago aquí. Mi mente está nublada en blanco. Pareciera que alguien dejó marcas en mi cuerpo, pero... ¿De quiénes son? Robert... ¿De quién es ese nombre? No había manera de saberlo", me dije a mí misma mientras me sacaba el suero del brazo. Caminé hacia uno de los pasillos, buscando ayuda.

—Señorita, al fin despertó—, dijo una voz detrás de mí.

Me di vuelta y era una de las enfermeras, con gran alivio y, a la vez, con un rostro de preocupación.

—¿Me conoce? ¿Sabe quién soy? —le pregunté con voz temblorosa.

—Solo sé que eres Elizabeth Becker, la chica que estuvo en coma por varios años. Él estaría muy feliz —respondió la enfermera.

—¿Él? ¿A quién te refieres? —pregunté, confundida.

—A Taylor, el chico de cabello castaño que estuvo contigo mientras estabas en coma. Él te cuidó —explicó la enfermera.

—¿De verdad? ¿Y dónde está? ¿Quién es? —le pregunté, intrigada, ya que ese mismo nombre no dejaba de aparecer en mi mente.

—Creo que tu novio o prometido, ya que traías un anillo de compromiso. Sobre su paradero, no sé. Desapareció un día antes de que despertaras y no ha vuelto desde entonces. También ha dejado una carta, porque él sabía que despertarías —dijo la enfermera, con una mirada compasiva.

Espera, aquí te traeré la carta, dijo la enfermera mientras se alejaba. Me senté confundida por todo, pero aún con un toque de curiosidad sobre ese chico y cómo era que, si estaba comprometida, el anillo ya no estaba en mi dedo. Tenía muchas preguntas: ¿tenía familiares? ¿Por qué no venían a verme?

Mientras pensaba, la chica regresó con un sobre en sus manos.

—Toma, esta es la carta —dijo con una sonrisa amable.

Extendí mi brazo para agarrar el sobre.

—Cuando termines de leerla, te llevaré de nuevo a tu habitación. El médico todavía necesita hacerte estudios —explicó la enfermera.

—Está bien, gracias —respondí, sintiéndome nerviosa por todo: despertar y enterarme de que estuve en coma y comprometida sin saber el paradero de aquel chico. Pero quería descubrir más sobre él, describirlo, saber quién era y qué significaba para mí.

Mi querida Elizabeth,

En el silencio de tu sueño, he encontrado un ruido incesante que me ha mantenido despierto. La ausencia de tu sonrisa ha sido un vacío que he intentado llenar con recuerdos, pero nada puede reemplazar la realidad de tu presencia.

He pasado años esperando por este momento, rogando para que volvieras a mí. Y ahora, finalmente, has despertado. Mi corazón late con una emoción que no puedo contener, mi alma canta con una alegría que no puedo silenciar.

Recuerdo el día que te conocí como si fuera ayer. Tu mirada me atravesó, tu sonrisa me iluminó, y mi corazón se rindió a tus pies. Desde ese momento, supe que eras la única para mí.

En tu ausencia, he aprendido a apreciar la belleza de la vida, a valorar cada momento, cada respiración. Pero nada de eso tiene sentido sin ti. Eres mi razón de ser, mi propósito, mi todo.

Ahora que has despertado, mi amor, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, explorando el mundo, compartiendo nuestros sueños, y creando nuevos recuerdos juntos.

"Te amo más que ayer, más que nunca. Quiero volver a ese momento en el que vi tus ojos o intentar cambiar la tragedia de separarme de ti."

Taylor

Elizabeth terminó de leerlo con lágrimas en los ojos, un gran vacío en el interior de su alma. Había algo más, un sentimiento extraño, un vacío aún peor que el que había sentido antes. ¿Qué había pasado con Taylor?

“Querido lector, no dejes de amar lo que te hace feliz. Tarde o temprano podrás arrepentirte de no haberlo hecho.”







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