• Emoción •

Aunque podíamos haber acudido a Rodni, Darek quiso que tuviera un revisión con un ginecólogo obstetra, pues Rodni en sí es generalista. 

Es increíble cómo ambos han querido mover cielo, mar y tierra en busca del mejor doctor en el área, sobre todo, en la manera que se han esforzado en que lleve una alimentación más sana y saludable, haga mis tres comidas, más las meriendas. 

Ninguno de los dos quiere que regrese al trabajo todavía, hasta que llegue el día de la cita.  

¿Es así de emocionado que Darek ha recibido a todos sus hijos? No sé si ha sido mi intuición, pero se la ha visto más alegre y sonriente que de costumbre, y eso me conmueve de gran manera, pues adoro su sonrisa. 

La cita nos la dieron tres días después de habernos enterado de mi embarazo. El edificio era de varios pisos, unos diez aproximadamente, pues había más doctores y especialistas de distintas ramas. 

Fabián se había regresado a la universidad porque Darek le insistió que no siguiera faltando y tratara de recuperar todo el tiempo que estuvo fuera. Aun así, Darek le llamó próximo a la hora de la cita para que pudiera estar con nosotros, pues al igual que Darek y yo, se le notaba ansioso por saber todos los pormenores. 

El ascensor estaba tardando en bajar del décimo piso al primero. Darek se puso sobre la rodilla izquierda, dejando la otra levantada y haciéndome gesto de que me sentara en su pierna. 

—¿Qué haces? Te vas a ensuciar el pantalón. 

—Siéntate. Descansa un poco mientras baja. 

Su insistencia, más el ver a varias personas observándonos por su inesperada acción, sumándole a eso que, obviamente era un gesto muy bonito y considerado que no debía rechazar, decidí sentarme. Sus brazos me cubrieron mientras su pierna permaneció firme. Era mucho más cómoda su pierna y estar así de cerquita de él, embriagándome con su colonia y derritiéndome con calor de sus brazos, que una silla fría y plana de la oficina. 

Desconocía que fuera extremadamente observador, sobreprotector, cariñoso y considerado. Sus demostraciones de afecto cada día me enamoran más de él. 

Me sentía la mujer más afortunada del mundo al estar en los brazos de uno de los dos hombres que más amo y que será el padre de este bebé que apenas se está formando y creciendo en mi vientre. Por supuesto, en conjunto con Fabián. 

[...]

Fabián llegó a la cita justo a tiempo antes de que me atendieran y pudo estar presente durante el chequeo general y la conversación que tuvimos con el obstetra. 

Fabián sonrió, aunque automáticamente se puso cabizbajo al ver reflejado en la pantalla a nuestro bebé. Mientras Darek observaba con detenimiento la pantalla y con una sonrisa imborrable en sus hermosos labios. Dejó un beso en mi frente, descansando su cabeza sobre la mía. 

Mi corazón latió frenéticamente tras ver a este pequeñín, dándome las fuerzas necesarias para combatir lo que fuera con tal de protegerlo. 

Aún me cuesta creer que esto esté ocurriendo, pero pese al miedo que me invade y las inseguridades, me siento tan completa y llena ahora. Es una emoción indescriptible, cálida y amena. 

Mientras me cambiaba ambos salieron del cuarto, para ser honesta, fue Fabián quién salió primero y Darek se fue detrás suyo. Me di cuenta de la situación de inmediato. Algo debía ocurrir entre ellos, por eso me cambié rápido para asomarme al pasillo y no perderlos de vista. 

Los vi a la distancia y me acerqué con sigilo para ver lo que estaba sucediendo. Fabián estaba asomado en la vitrina, mirando la vista que le proporcionaba la altura del edificio. Sus ojos los alcancé a ver llorosos. Seguía cabizbajo, con la mirada perdida en el espacio. 

Darek se le acercó por detrás, parándose justamente a su lado izquierdo y Fabián levantó la mirada a él.

—¿Qué haces aquí? — le cuestionó Fabián. 

—Vas a preocupar a Luna con tu actitud. ¿Por qué huyes?

—Como si te importara. Aquí nadie está huyendo, solo necesitaba un tiempo a solas. 

Hubo un incómodo silencio entre los dos, hasta que Darek decidió culminarlo. 

—Desde el instante que me enteré de tu existencia, que estabas creciendo tan rápidamente en el vientre de tu madre, me sentí feliz y emocionado, el hombre más afortunado del mundo. Te amé desde mucho antes de verte y de cargarte. Eras así de pequeñito y ahora mírate, ni siquiera puedo levantarte. 

—¿Y eso qué? —desvió la mirada, sé que estaba haciéndose el duro.

—Creo que nunca te lo he dicho, pero fue a ti a quien pude monitorear constantemente su crecimiento y desarrollo. Desde que eras un pequeño fríjol, hasta que te convertiste en algo mucho más grande. Fue una emoción indescriptible cuando escuché tus primeros latidos. A tu hermana nunca le presté suficiente interés y atención a las visitas de seguimiento al consultorio. No te confundas, amo a tu hermana, pero las circunstancias en aquel entonces me habían llevado a rechazarla y alejarme un poco. Me sentí culpable por ello, pues ella no tenía la culpa de haber elegido mal, pero ambos están aquí. He podido estar presente en la gran mayoría de sus logros, en los eventos más importantes de su vida, y es algo de lo que vivo agradecido, aunque tal vez no los merezca. A ustedes, incluyendo a tu hermana Amanda y a este bebé que estamos esperando con Luna, los amo demasiado, son lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Lamento no haber sido el padre perfecto que tanto anhelabas tener, pero te juro que intentaré no cometer los mismos errores con este pequeño que estamos esperando. 

—Eres un idiota—ese insulto no parecía salir de lo profundo de su corazón, todo lo contrario, se notaba que no lo sentía—. ¿Tienes una idea de lo difícil que es para mí todo esto? —una lágrima se deslizó por su mejilla y Darek la secó con su mano. 

—Sí, lo sé—era la primera vez que los veía abrazarse, aunque fue Darek quien tomó la iniciativa, Fabián cedió, bajando por completo la guardia y echándose a llorar en el hombro de su papá. 

Fue conmovedor verlos unidos. Se me derritió el corazoncito. 

—Por eso no seas un cobarde y enfrentemos esto juntos. Luna te necesita, ese bebé te necesita, yo también te necesito. ¿Acaso vas a tirar la toalla cuando hemos llegado hasta aquí?  

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