Tropiezo
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Para ser su primer día en el colegio fue exactamente como lo predijo, aburrido... cuando las clases terminaron su chofer ya lo esperaba al frente del colegio, algunos murmuraban cuando él caminaba directo al auto, solo cuando estuvo en el interior pudo respirar tranquilamente, dentro del auto le importaba un bledo estar casi recostado sobre el asiento relajando los músculos de la espalda después de las horas que paso con la espalda recta contra un duro respaldo de plástico.
El auto avanzo, mentalmente ya había planeado el resto de su día, llegaría almorzaría con su padre y su esposa y después se pondría de lleno en sus tareas para tener un poco de tiempo libre y seguir escribiendo. Por la ventana pudo observar a una persona correr en dirección a la entrada del subterráneo: short de mezclilla, blusa blanca, chaqueta negra, dos largas caletas azabaches, si mal no recordaba esa niña era una de sus compañeras de clase, sin duda alguna la chiquilla siempre se la pasaba ocurriendo.
Le vio caer duramente al suelo.
-Detente.- ordeno, el auto se detuvo un poco más delante de donde Bridgette se encontraba recogiendo sus pertenencias, la puerta del auto se abrió un poco pero Félix no bajo de él, le miro un par de segundos que Bridgette tardo en levantarse y reanudar su carrera, bajando los escalones.
El rubio rogo para sus adentros que ella fuera cuidadosa y no terminara por caerse dentro de las vías, pero algo llamo su atención, bajo del auto esta vez recogiendo un pequeño objeto que la chica había olvidado en el suelo, un pequeño llavero de fieltro con forma de gato negro y ojos azules... un gato... sus orbes brillaron intensamente ¡lo tenía! Tenía lo que le faltaba.
-Vámonos.- ordeno.- ve lo más rápido que puedas tengo un asunto que resolver.
Al llegar a la mansión, Félix salió a toda prisa del auto, el ama de llaves baja por las escaleras con una cesta de ropa en las manos, apenas abrió la boca para saludar al joven pero este solo paso corriendo muy cerca de ella dejándole sobre la cesta su chaqueta, no paro de correr hasta llegar a su habitación. Dejo su mochila sobre la cama, no sin antas sacar un libro, tomo lugar en su escritorio y con rápidos movimientos tomo un bolígrafo.
"Sumido en la oscuridad, caminando por las vacías calles acompañado solo del viento que golpeaba contra su rostro como si fueran frías navajas que le acariciaban queriendo cortar su piel sonrojada por el inmenso frio. El olor metálico de la sangre aun podía respirarlo, al igual que sentir la espesura de esta entre sus manos ahora visiblemente limpias. Sentía su camisa debajo de la sudadera tibia y húmeda. Pero solo era su imaginación la sangre no estaba.
Si de algo estaba seguro era que deseaba la venganza enteramente, no ser solo un típico justiciera enmascarado que salvara a los inocentes por traumas generados, no, él solo quería deshacerse de todo el clan de los Rozonovyi, no para vengar a su hermana, no para vengarse de la humillación y la golpiza recibida antes de ver como la luz de sus ojos, su adorable hermana menor perdía la vida entre sus brazos... aquellos bastardos lamentarían el día que se toparon con ¡Chat Noir!"
Bridgette cruzo la puerta de la pastelería sintiendo el cuerpo terriblemente pesado, si tía al verla enarco una ceja, y después miro el reloj en la pared tras de ella, su sobrina había llegado tres horas después de la hora de salida, el colegio no estaba muy lejos, por lo mucho una media hora tomando el tren. La azabache solo sonrío y dejo su mochila sobre el mostrador, mientras con pasos pesados caminaba tras de el para abrazar a su tía.
-¿Algo que me quieras contar?- le pregunto, Bridgette soltó un ligero quejido.
-Hoy fue un mal día... perdí la cuenta de cuantas veces me eh caído en el camino y me quede dormida en el vagón, desperté porque uno de los guardias se dio cuenta que hice más de dos veces el recorrido de terminal a terminal.-Sabine le acaricio la espalda con un gesto maternal.
-Cariño, tu sí que traes mala suerte, pero esto te pasa por quedarte despierta hasta tarde.- otro quejido, Sabine solo se limitó a sonreír mientras la separaba de su abrazo.- anda ve arriba y has tus tareas y esta vez por favor duérmete temprano.
Bridgette no dijo más nada y subió hasta la sala, estaba segura que si subía a su habitación no lo dudaría ni dos veces para tirarse sobre la cama y quedar profundamente dormida olvidando sus tareas... se sentó frente a la mesa sacando sus libros, el profesor de Algebra no le había regaño por no poner su nombre en el examen, pero si le había aconsejado estudiar un poco más la materia puesto que de diez ejercicios solo tuvo uno medianamente bien.
Abrió su libro de historia y comenzó a realizar el cuestionario que el profesor les había asignado, le costaba trabajo concentrarse realmente se estaba muriendo de sueño.
-Bridgette ¿Recordaste pasar por las llaves de la casa de la Señora Edna?- la azabache metió la mano dentro de su mochila, su cuerpo se tensó, busco frenéticamente entre sus cosas hasta sacarlas y tirarlas al suelo, con la mochila entre las manos giro levemente la cabeza comenzó a reír de forma nerviosa.- realmente que no estás en tus cinco sentidos, mañana no olvides ir a recogerlas.
Cuando su tía salió, su risa nerviosa se transformó en sollozos, había perdido las llaves del apartamento de la amiga de su tía, por eso había salido corriendo del colegio, para pasar por ellas, ¿Dónde pudo haberlas perdido?
-Si fue en el tren estoy muerta.- desganada se dejó caer sobre la silla, sus ojos se centraron en el libro de historia pero no se podía concentrar, estaba recordando donde pudo haber dejado caer las llaves. Dio un respingo en su lugar y...¿Si fue lo que se cayó dentro de la alcantarilla cuando tropezó?
Sujeto sus cabellos entre sus manos de forma desesperada mientras dejaba caer su cabeza contra la mesa, no, no estaba muerta prefería mil veces que se fueran en el tren que a la alcantarilla... mañana... seguramente la amiga de su tía seguiría en casa temprano por la mañana lo único que debía hacer era ir temprano y explicarle la situación ¡Si! Era un buen plan.
Paulette había entrado a la habitación de Félix con una bandeja con comida en las manos, el rubio caminaba de un lado a otro como un gato enjaulado, observo sobre el escritorio un par de libros abiertos, seguro que tenía alguna duda respecto a sus tareas y quería resolverlo el solo.
-Te eh traído tu cena, no bajaste a comer y tu padre ya se ha marchado.- comento la rubia, Félix dejo de caminar para tomar la bandeja y dejarla con cuidado sobre la cama.- ¿Necesitas ayuda?
-No, pero gracias- respondió, ella suspiro ligeramente acomodando un mechón de su cabello tras su oreja.- ¿Qué tal el primer día? El chofer nos dijo que preferiste irte en tren al colegio.
-Fue como cualquier día de clases, y si había mucho tráfico por eso tomar el tren era mejor opción.
Sus palabras cortantes no le hicieron sentirse mal, al contrario conocía perfectamente al chico, Gabriel actuaba casi de la misma forma cuando estaba muy centrado en su trabajo. No dijo más solo se dio la vuelta y salió de su habitación. Félix miro sobre su escritorio había concluido el capítulo de su historia, pero una historia sin nombre no servía para nada, observó el llavero de gato negro aquel objeto había sido de inspiración para nombrar al "héroe" enmascarado que necesitaba.
Mientras pensaba en un buen nombre en la siguiente página en blanco comenzó a bocetar algunas líneas que daban forma a un cuerpo: alto, cabello desordenado, una camisa sin mangas con algunos achurados para acentuar las sombras en pliegues, un pantalón oscuro y una gabardina, en lo que debía ser su rostro estaba dibujada una máscara y sobre su cabeza unos googles que daban forma de orejas puntiagudas. Chat Noir.
"El origen de Chat Noir... un misterio para vivir"
Perfecto. El titulo perfecto para su historia, estaba tan alegre por aquello que como muy pocas veces ocurría necesitaba compartir el momento, saco su móvil y llamo a su mejor amigo desde la infancia, uno, dos tres veces el tono de llamada y cuando esta fue contestada pudo escuchar gritos de fondo y a su amigo riendo.
-¿Claude?
-Félix, es raro que me llames.
-¿Dónde estás?- pregunto había escuchado varios insultos y gritos, sabía que sus padres discutían 18 de las 14 horas de un día.
-¿Recuerdas el lugar divertido que te mencione? Es donde estoy, deberías venir esto esta genial eh ganado dos mil dólares ¡DOS MIL!
-Claude...-la llamada fue cortada, Félix marco una, dos tres veces más pero él seguía sin atender, y lo único que pasaba por su mente, ese presentimiento que solo los mejores amigos podían intuir era que algo no estaba del todo bien.
Claude, con pesar estaba entregando su móvil a un sujeto de mala cara, barba larga y un tatuaje en su frente con la forma de algunas grecas que no estaba seguro si eran mayas o griegas.
-Niño, no deberías confiar tanto en tu suerte, ganaste dos mil dólares y los has perdido junto al móvil.- el hombre quito el chip del teléfono entregándolo a Claude.
-No hay problema, puedo recuperar poco en unas horas.- dijo sacando un dólar, una joven de dudosa reputación hizo girar una ruleta entre colores negros y rojos.
Él miraba insistente debía caer en negro, si caía en negro el ganaba los setecientos dólares perdidos y su padre no se daría cuenta del "dinero perdido" ... la ruleta se detuvo y la pequeña pelotita blanca termino dentro de una casilla color rojo, el hombre comenzó a reír abiertamente mientras se levantaba de su lugar para arrebatar el dolor de la mano de Claude, este soltó un pequeño gemido por lo bajo.
-¡Una vez más!- pidió mientras con sus manos tanteaba su ropa en búsqueda de algo más que poder apostar, ya había perdido el móvil y dos mil dólares. No tenía nada más estaba quebrado literalmente, el hombre junto a otros le miraron a la espera de la nueva apuesta.
-Vete niño no tienes más que hacer aquí.- sin darle tiempo de objetar otro par de hombres lo tomaron de los brazos y llevaron hasta la calle donde lo dejaron caer, cerraron la puerta y él no insistió en que lo dejaran entrar, la calle estaba oscura no sabía la hora pues no tenía ya un móvil.
Camino tranquilo hasta su hogar, estaba en problemas cuando su padre se diera cuenta voltearía la casa de cabeza hasta dar con su dinero, observo el auto estacionado de su padre frente a su casa, todo estaba tranquilo y era raro ¿se abra dado cuenta de su ausencia?
Poco a poco entro a la casa notando que todo estaba en perfecto orden, sin gritos, sin insultos, sin ellos a mitad del pasillo, pero incluso ese silencio era de temer, cerró la puerta tras de sí con mucho cuidado para no hacer ruido, camino hasta la cocina encontrándose a su madre dormida con los brazos cruzados sobre la mesa, el desastre de la tarde seguía en el lugar, lo más seguro era que después de que le se fuera se quedara llorando hasta caer dormida.
Subió las escaleras, no había rastro de su padre por el pasillo, era loco imaginarlo pero, se sentía en una casa del terror, entro a su habitación y encontró a su padre revisando sus cajones.
-¿Papá?- le llamo, su padre dejo lo que estaba haciendo para mirarle, estaba enfadado, pero pronto relajo las facciones de su rostro.- ¿Qué haces?
-Perdona Claude, pero creo que, tu mascota ah escondió algo importante.- eh ahí los insultos para referirse a su madre.
-Mamá no es un animal, pero, ¿Qué se ha perdido? – ya podía darse una idea. El dinero y aunque no era justo echar a pelear a sus padres solo porque el robo no podía decirles la verdad.
-Pues no está muy lejos de serlo.- respondió.- tu "madre" me ha ocultado una cámara digital.- ¿una cámara? Bueno era mejor que el dinero.- tenia cosas muy importantes.
-Si no se portan deberían de separarse.
-De hacerlo ninguno de los dos querríamos tu custodia y terminarías botado en las calles ¿eso quieres?
-Es mucho mejor que estar con ustedes.- dijo para después salir de la habitación y encerrarse en la de huéspedes, al cabo de una hora los gritos comenzaron, insultos, reclamos, y su nombre era lo que más se podía escuchar en esa casa. Claude se aseguró de cerrar la puerta con el pasador, recargado en ella se abrazó a sus rodillas esperando a que todo terminara, los odiaba, odiaba esas discusiones, odiaba siquiera el haber nacido.
La tentación para Bridgette fue demasiada, tenía que ver otro capítulo de su dorama, tenía que quitarse la duda, tenía que ver qué pasaba con el heredero de la fortuna tenia... tenía que haberse dormido y despertar temprano.
Genero un gran alboroto en su habitación mientras se bestia a toda prisa y salía de su casa, sin siquiera desayunar o despedirse de sus tíos, corrió lo más que pudo hasta la estación, bajo las escaleras a prisa el tren estaba por llegar, ella lograría...tropezar, pero no caer al suelo.
-¡Lo siento!- grito poniéndose de pie, sus zafiros se encontraron nuevamente con aquellos ojos grises.- tú... tu estás conmigo en clase ¿verdad?- él asintió.
-Y tu no puedes dejar de tropezar.- Bridgette se sonrojo levemente.
El tren llego a la estación, ambos entraron quedando en los asientos frente a frente, sin decirse nada, el no la miraba en cuanto se sentó saco de entre sus cosas un libro y un bolígrafo, Bridgette jugaba con sus dedos, el camino sería algo incómodo.
-Por cierto... olvidaste esto.- de entre sus cosas saco el llavero en forma de gato negro, Bridgette le miro sorprenda y después a él ¿no era de ella? Pues si no lo era entonces podría quedárselo.
Bridgette le abrazo, los asiento no estaban tan separados y ese gesto lo desconcertó terriblemente, miro a todos lados nadie parecía verlos.
-¡Gracias gracias gracias!- exclamo.- oh dios mío gracias, me salvaste gracias, gracias.
-Puedes controlarte.- dijo con molestia.- ¿Cuál es tu problema?
-Ninguno, es que yo creo que lo tire en la alcantarilla y estaba muerta pero, no sabes cuánto lo agradezco... pero ¿Cuál era tu nombre? - ¿Era enserio? Ella no lo recordaba.
-Félix Agreste.- respondió con duda, Bridgette no parecía asombrarse en nada. - ¿no te sorprende?
-¿Por qué debería?
-Soy el hijo de un diseñador de modas y...una modelo famosa.- dudo eso último, bueno nadie tenía que enterarse de su verdad era algo intimo solo de él.
-Pues la verdad nunca eh escuchado hablar de ellos y de ser así ¿no deberías estar acompañado de escolta personal y una limosina?
Félix sonrió, muy pocas veces tenía el placer de sonreír a personas externas a su círculo social, esa niña era diferente a las demás personas.
Notas finales:
Bridgette es muy despistada, Félix frio pero amable y Claude tiene serios problemas familiares, poco a poco se entiende por qué cada uno termino como lo hizo en Bajo la lluvia. Se podría decir que estos capítulos hasta ahora fueron introductorios jeje
Espero les gustara el capitulo.
Dudas, preguntas, aclaraciones lo que sea todo es bienvenido.
Hasta la próxima actualización n.n
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