Para algo nuevo
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Claude jamás había necesitado tanto de sentir el calor de un abrazo, su madre lo rodeaba con sus brazos, desde que llego del colegio estaba muy extraño, Carmen no quiso siquiera tocar el tema del porque su marido repentinamente había cambiado la cita de terapia, no puede siquiera recordar la última vez que le vio de ese estado.
-Claude... ¿Estas bien?
-Si. - respondió de forma seca. – solo quería abrazarte.
-Es un lindo gesto cariño, pero yo no creo que tu estés bien ¿Algo malo paso?
"Si la infidelidad de un bastardo que se hace llamar mi padre" pensó para si, el menor negó con la cabeza separándose de su madre y sin decir nada más subió a su habitación. En la pantalla del móvil observaba la fotografía que había tomado de su padre y esa mujer en el parque y de cierto modo ahora todas esas llamas cobraban sentido, se sentía idiota pues la mayoría las hacia en su presencia y nunca paso por su mente se trataba de una infidelidad, ¿Qué le seguía a eso? Seguramente él ya era hermano mayor y no lo sabía, pero al juzgar por la edad de la mujer dudaba fuera una infidelidad de años y seguramente si, ya tenía un hermano que estaba en camino.
La simple idea le hizo sentir el estómago revuelto, no odiaba a los niños, ni siquiera la idea de ser hermano, le asqueaba su padre, su vida, su familia él mismo... Claude no creía para nada del tipo de personas que creyera en la existencia de una vida pasada, pero si eso existía, seguramente hizo algo terrible para estarlo pagando de tal forma en esta vida nueva. Las horas pasaron y él seguía encerrado en su habitación, su madre le había subido la cena y para pasar el tiempo antes de salir como siempre se dedicó a hacer sus deberes. Escucho el auto ser estacionado y por la ventana de su habitación observo a su padre ingresar a casa... no sabía realmente que fue lo que lo motivo a bajar, pero se arrepintió el hacerlo, quedo parado en medio de las escaleras observando la escena más grotesca hasta ahora, quizás exageraba, pero así era: su padre besando a su madre en la entrada.
El estómago se le revolvió terriblemente hasta el grado de hacerlo vomitar, sus padres se separaron al escucharlo, su padre se le acercó rápidamente, pero Claude solo atino a dar un manotazo mientras su estómago seguía expulsando toda la cena.
-Tiene fiebre. – indico el mayor al lograr acercarse a su hijo y que este dejara de vomitar.
-No tengo nada. - musito.
-Claude sube a tu habitación, llamare al médico. - dijo Carmen, el malestar se hizo más fuerte al ver ese semblante preocupado ¿Desde cuándo le interesaba?
- ¡Ya dije que no es nada! - grito
- ¡Claude! - llamo severo su padre.
-¿Qué? Es mejor si me dejan solo ahora, así me moriré rápidamente y ustedes serían más felices, ¿para que llamar a un médico? Su testimonio podría llevarlos a la cárcel por malos padres.
Arnold, no soporto aquella insolencia por parte de su hijo, el fuerte sonido de una bofetada se escuchó en toda la estancia, bien ya estaba, su padre era la primera vez que lo golpeaba, pero poco le importaba a Claude.
-¡ARNOLD!- grito Carmen haciéndolo a un lado.- ¡Ya basta no es momento para estas cosas!
-Bien saben que digo la verdad. – y con esas últimas palabras el castaño regreso a su habitación.
Carmen quedo mal mirando a su esposo quien apenas hizo un gesto de asco, para después excusarse con ir por algo para limpiar las escaleras. Pasado un par de minutos, el medico acudió a la casa de los Toussain, al parecer el pobre chico cargaba con bastante estrés y eso fue lo que le hizo daño, un par de días en cama y vitaminas servirían para que Claude se recuperara pro completo.
Bridgette hace un rato que había dejado descansar a su tía, jamás la había visto tan deprimida, seguramente perder la ilusión de un bebé en camino era muy doloroso no quería siquiera imaginar eso, la noche en la casa de los Dupain- Cheng se sentía desolada, amarga y llena de pena, sumida en la oscuridad de su habitación, el rostro de la azabache apenas se iluminaba tenuemente por la luz de su móvil, el tono de llamada entraba, pero al final el contestador era lo único que contestaba.
"Amber, llámame, te necesito."
Hacía tiempo que no halaba con su mejor amiga y en momentos así era cuando más falta le hacía... oculto el rostro en sus rodillas, se sentía terriblemente mal por su tía... tomo nuevamente el móvil y marco un número, la llamada entro y esta vez fue contestada.
- ¿Bridgette?
-Lo lamento ¿estas dormido?
-No, estaba estudiando un poco ¿Te ocurre algo?
-Yo...- un silencio se estableció entre ambos por un rato. - olvídalo, buenas noches te quiero.
-Bridgette ¿Qué...?
No dejo que terminara de preguntarle, simplemente colgó la llamada, el silencio en toda la casa era tal que incluso podría jurar que sus tíos escuchaban su respiración desde su habitación, subió las escaleras de la habitación hasta una parque ella usaba para hacer sus deberes, subía al escritorio y abrió lentamente la trampilla en el techo, el frio viento toco su cara con suavidad haciéndola estremecer, sabía que él haber hablado con Félix por teléfono no era ni siquiera suficiente, además él buscaría una respuesta por ese acto al siguiente día.
Tal vez era muy arriesgado lo que estaba por hacer y seguramente sus tíos se enfadarían por eso, pero realmente necesitaba hacerlo, con cuidado subió la barda que conectaba su casa y el edificio de apartamentos de alado, no le fue difícil bajar a la primera planta sin levantar sospechas, ella bien salió como si fuera un residente de ese lugar, la fría noche le golpeo, sea abrazo a si misma hasta ahora no había reparado en tomar algo para cubrirse. Miro por última vez su hogar y comenzó a caminar.
Dos de la mañana, eran los dos de la mañana y Félix maldecía el sonido de su móvil ¿Quién le estaría llamando? Por mucho descarto que fuera su padre, podría ser que fuera Claude, pero hasta para él tenía un tono especial lo mismo que para Bridgette. Levanto la cara del libro que servía como almohada improvisada, se había quedado dormido sobre el escritorio de su habitación mientras seguía escribiendo su historia, al mirar la pantalla y tras recuperarse de la cegadora luz de esta observo un número desconocido.
-¿Si?- pregunto soñoliento.
-Félix.
-¡Bridgette! – el sueño pareció írsele por completo, tallo sus ojos rápidamente.- ¿Paso...?
-Perdona, ¿estabas dormido?
-Posiblemente, ¿Paso algo? ¿vas a explicarme lo de hace unas horas o...? - el sonido de un auto pasar llamo su atención, el numero era desconocido, eran las dos de la mañana. - ¿Dónde estás?
-Afuera de tu casa.
Esa simple respuesta basto para que rápidamente para que el saliera de la habitación y comenzara a bajar las escaleras de forma rápida, en ningún momento colgó la llamada, esta se cortó de forma inmediata, seguramente de algún teléfono público. Agradecía que Gabriel aun no instalara las cámaras de seguridad por lo cual salir le fue muy fácil. Una vez fuera busco con la mirada a Bridgette, ella se encontraba al otro lado de la calle abrazándose a si misma.
-¡¿Pero que haces aquí?!- rápidamente el rubio se quitó su chaqueta para ponerla sobre sus hombros, estaba congelada.- vamos aquí no es un buen lugar.- Ella solo se dejó guiar, dentro de la mansión, Félix la condujo hasta la sala encendiendo las luces.
-Sabes, a veces tanta alegra no es buena, algo malo puede pasar. - dijo ella.
-No entiendo.
-Mis tios, ellos estaban felices por la llegada del bebé, pero...-hizo una pausa, pudo ver dolor en aquellos zafiros y ella al verlo a los ojos no pudo encontrar tranquilidad. – no abra tal llegada.
-Bridgette.
-Se que ahora piensas que estar fuera a estas horas es estúpido, pero necesitaba estar con alguien, hablar, lo que está pasando en casa ahora me es difícil de soportar.
-Tranquila, estarás bien. - seguía sin entender mucho, si, había visto a la azabache triste en algunas ocasiones, pero verla tan vulnerable y con tan poco tiempo de iniciar su relación, le hacían sentir un hueco en el pecho.
Paso un rato en el que ella le explico las cosas con más calma, y ahora podía entenderla, si era algo difícil y delicado y seguramente no podría imaginarse los que ella sentía a pesar de estarlo viendo.
-No me molesta que estés aquí. - comenzó. - pero irte así y a esas horas no solo tus tíos se molestarán y se preocupan más. - ella miro la hora en el reloj en uno de los muros, casi eran las cuatro treinta. – vamos, te llevare a casa.
Ambos caminaron hasta el jardín principal, conde un auto negro, estaba estacionado, Félix tomo unas llaves que estaban dentro de lo que parecía ser una pequeña casa para aves, en otra ocasión se burlaría por eso, no era muy "seguro" esconder las llaves del auto en ese lugar.
- ¿Sabes conducir?
- Un poco si, pero dudo a estas horas el chofer esté dispuesto a despertar. - dentro del auto ya encendido, las rejas se abrieron automáticamente, el trayecto fue muy rápido y apenas en silencio, tras despedirse y asegurándose que ella entrara a casa se marchó, estaba seguro que faltaría ese día a clases, la pobre no había dormido nada.
Claude había escuchado nuevamente las puertas abrirse, y el auto marcharse, otra vez su padre se marchaba, seguramente con esa otra mujer, aún seguía sintiendo el estómago asido por recordar lo sucedido la noche anterior, la puerta de su habitación fue abierta lo que hizo el cerrara lo ojos fingiendo seguir dormido, un peso extra se sintió en su cama y un rose en su mejilla le hizo entre abrir loso ojos.
-¿Te desperté? – pregunto Carmen.- perdona. Llamare a la clínica, para reagendar tu terapia, no creo que puedas salir hoy.
Claude le miró fijamente, esa mujer no podía ser su madre, después de años de maltratos, despechos e insultos ¿Por qué de repente nació el deseo de cambiar y ser lo que no pudo? ¿Por qué ahora?
- ¿Dónde está papá?
- Tu tía fue internada en el hospital y ha ido a verla. - le dijo.
-Ah...
Carmen salió de la habitación, esa fue la nueva excusa, su tía... algo en el interior le decía que su madre no era estúpida, su padre venia de una familia donde él era el segundo de tres hermanos, todos varones. A la mañana siguiente, Claude bajo por las escaleras, su madre seguramente estaría en la sala mirando el televisor, pero no, la encontró dentro de la cocina con una baso en la mano y una botella de vino al frente, no podría decir que estaba feliz de ver a su verdadera madre nuevamente.
-Me cree estúpida ¿verdad? – dijo, Claude se detuvo en seco cuando intentó quitar la botella.
-Eh
- "Mi hermana tuvo un accidente está en urgencias, debo ir a ver que no sea grabe" si él tiene una hermana yo sigo siendo virgen, pedazo de porquería.
- Mamá...- Carmen le miró fijamente para después levantarse de su lugar, el temía, temía que ella enloqueciera nuevamente como tiempo atrás, Carmen cerro sus brazos alrededor de él pegándolo contra su pecho.
-Eres todo lo que me queda. - dijo ella. - sé que un perdón ahora no es fácil, pero a pesar de todo lo que te dije, te hice y te humille, eres el único que siempre ha estado en mi corazón, el único que me ha demostrado que me ama. Siempre te eh amado, incluso antes de que nacieras.
-Mamá...yo...
- ¿Si?
-Yo no quiero que mi padre regrese. - dijo, un nudo se había formado en su garganta, con la mano temblorosa, saco el móvil de su bolsillo mostrándole la foto del día anterior, el rostro de la castaña no parecía deformarse por ningún motivo, como si ya lo sospechara. – nunca lo reconocí como tal, dudo que su amor por mi sea real, pero sabes yo siempre me voy a quedar a tu lado, porque a pesar de todo el único que nos lastimaba y provocaba que me lastimaras era él.
-Gracias mi amor, gracias.
Notas finales:
¿Díganme que no fui la única a quien se le movió el corazón? QwQ había prometido que esto seria mucho derrame de miel, pero el gusanito del dramatismo no me deja jajajaja, prometo el siguiente no será tan cruel.
Espero les gustara el capitulo.
Dudas, preguntas, aclaraciones lo que sea todo es bienvenido.
Hasta la próxima actualización n.n
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