Intuición
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Bridgette lo había prometido, pero incluso ella misma reconocía ser débil y no poder controlar esa obsesión tan mala que tenía por desvelarse viendo programas coreanos , para cuando Félix le dio al canse en la biblioteca y comenzaba a explicarle las lecciones punto por punto, no supo identificar en que momento su mente se puso en blanco, escuchaba lo que Félix decía pero no comprendía de lo que hablaba.
-Entonces, si sigues ese método será más fácil.- dijo él colocando frente a ella una hoja de papel con un ejerció por de más fácil y absurdo según él lo catalogaba.
-¿Q-que se supone que haga?
-Resolverlo que más, si lo haces como te dije te tomara un par de segundos o como máximo un minuto.- Bridgette sonrió y por dentro estaba que se quería morir no sabía que era lo que tenía que hacer ¿decirle que no le había prestado atención? No, Félix ya estaba demasiado molesto por darle clases de regularización como para rematar diciéndole que en todo ese rato no le había escuchado nada.
Félix por su parte soltó un bufido de molestia ¿Tan difícil era resolver una tabla de tres? Hasta un niño de primaria podría hacerlo ¿Por qué esa niña no podía?
-¡Lo siento!- grito, Félix brinco levemente en su lugar cuando la azabache se levantó de forma violenta gritando y tirando la silla para después salir corriendo de la biblioteca ¿Qué demonios había sido eso?
Sin duda alguna Bridgette era todo un caso, la azabache por su parte después de salir corriendo de la biblioteca corrió a encerrarse en los baños, estaba agitada, y muy asustada, si puede que sea una exageración de su parte, Félix no daba miedo a su parecer sino que ella temía molestarlo, ser una molestia para él, había aceptado a todo eso pero ella no era capaz de mantener la mente centrada en un solo lugar por más de cinco minutos por que en menos de dos segundos ya se estaba creando toda una fantasía con el protagonista de su programa favorito.
Se hecho un poco de agua en la cara intentado controlarse, seguro estaba de ese modo por las pocas horas de sueño que había tenido, realmente dormir media hora antes del colegio y dormir entre clases estaban afectándole severamente, estaba segura que si regresaba a la biblioteca Félix ya se había marchado mañana cuando le viere este la mataría con la mirada y nunca en la vida volvería a dirigirle la palabra y ciertamente no lo culpaba. No sabía exactamente por qué se quedó media hora dentro de los baños, tal vez para asegurarse de salir cuando ya todo el mundo se hubiera marchado a casa. Sin embargo cuando se dispuso a salir no pudo evitar brincar y reprimir un grito por el susto.
Parado frente a la puerta de los baños se encontraba Félix Agreste.
-F-fe...Félix.
-¿Cuánto tiempo planeas hacerme perder el tiempo? O mejor dicho ¿piensas hacer esto todos los días? Porque a mi parecer esto solo es un juego estúpido que no pienso jugar.
-Lo lamento... lamento lo que paso y si no quieres ayudarme más ahora lo entiendo, no fue un grato primer día de estudios y si te soy sincera me asusté mucho cuando me dijiste que hiciera esa prueba.- él rubio arqueo una ceja Bridgette...¿Padecía de alguna rara y ridícula fobia a los números? Posiblemente eso explicaría su reacción.
La azabache bajo el rostro no sabía que decirle y menos cuando él le quedaba mirando de esa forma dura y seria, Félix por su parte además de sentirse algo aturdido por que molesto no estaba para nada se sintió raramente inspirado... los hombros de la azabache subían u bajaban rápidamente, y pequeños sollozos se dejaron escuchar.
-Tu estas...
-¡Lo siento!- grito.- si sé que ya me eh disculpado mucho pero realmente lo siento, es que no te preste nada de atención, no sabía que tenía que hacer porque no te escuche me cuesta mucho concentrarme y lo que menos quiero ahora es que alguien se moleste en ayudarme así que gracias pero no vale la pena seguir con esto.
-Pero... - y ahí estaba nuevamente ella corriendo sin dejarle hablar o hacer algo, si al principio estaba algo aturdido ahora estaba en extremo confundido, una sonrisa se formó en sus labios, como si fueran cosas del destino Bridgette se parecía ligeramente a su personaje del libro que estaba escribiendo.
Desde la su cita con Melody, Claude se sentía un poco más alegre, tanto que la ausencia de su padre desde hace dos semanas en casa y las pocas veces que podía verlo en el colegio ya no le importaban, su madre hablaba lo justo y necesario con él, un simple "hola y buenas noches" era todo lo que podía conseguir.
-¿Estás seguro de esto? Quiero decir es una muy buena bicicleta y el precio es justo.
-Descuida, a todos nos hace falta tener nuevos cambios.- dijo Claude recibiendo el dinero de su compañero.- ahora es toda tuya.
-Si tú lo dices, pero sabes que no la quiero para mí, mi hermano desde hace tiempo que quiere una como esta.- Claude no hizo más que encogerse de hombros para alejarse, para sus adentros se reprochaba por no haber elevado el precio de la bicicleta, pero no importaba ya tenía el dinero suficiente para regresar a la casa de apuestas.
-Vendes tus cosas para comprarte un móvil nuevo.- Melody le salto por detrás, caso asustando al castaño.
-Posiblemente, mis padres me retiraron la mesada... por cierto Melody, ahora que te veo esta noche no podré hacer la video llamada para terminar el proyecto de historia.
-¿Por qué?
-Tengo un asunto familiar que atender, pero podríamos quedar mañana al terminar las clases para ponernos al corriente y terminar el proyecto.- Melody asintió sin mucho interés para después alejarse y entrar a los vestuarios de chicas.
Para cuando las clases terminaron Claude se sentía feliz, no solo porque ya tenía dinero para regresar a la casa de apuestas y ganar el doble de lo que ya tenía sino que todo le había salido perfecto, su madre no le insulto como de costumbre en las mañanas, llego puntal a clases, no escucho a su padre gritar o hablar quién sabe qué cosas por su teléfono frente a él y su examen de química seguro diez.
Antes de llegar a su casa, noto le auto de su padre estacionado, la sonrisa de su rostro se esfumo, seguramente apenas cruzara la puerta escucharía gritos, llantos y reproches, bien solo debía soportarlo por una par de horas... al cruzar la puerta todo estaba en perfecto silencio, nada fuera de su lugar como si un tornado hubiera arrasado con fuerza. En la sala sus padres se encontraban sentados como un par de personas civilizadas y eso era raro.
-Claude.- llamo su padre, el castaño le miro por unos segundos para después mirar a su madre quien tenía los ojos irritados y el rastro de las lágrimas en sus mejillas.- queremos hablar contigo.
Él no dijo nada, solo camino hasta sentarse en el sofá quedando en medio de ambos.
-¿Qué hice mal esta vez? ¿Nacer o seguir respirando?
-Nada de eso Claude.- dijo Carmen rápidamente tomándole de la mano, un gesto tranquilo y cariñoso que lo asusto, por nada del mundo bajaría su guardia.- tu padre y yo lo hablamos seriamente, sabemos que estas peleas ya rallan en los exagerado desde antes de que nacieras.
-No se que decirles... me sorprende que hasta ahora se den cuenta.- dijo el castaño de forma sarcástica, su padre aclaro su garganta para retomar la palabra.
-Lo que queremos decir es que, por el bien de cada uno vamos a empezar desde cero... iremos a terapias familiares y a terapias individuales, es hora de comenzar con un cambio Claude.
-No quiero ser pesimista y de cierto modo me alegra que acepten el hecho de que ustedes necesitan ayuda psiquiátrica para sus violentos problemas maritales pero seamos realistas ¿Cuánto tiempo va a durar? Ya me arruinaron la infancia y lo hacen ahora con mi adolescencia
-Todos pondremos de nuestra parte para que funcione.- intervino Carmen, suspirando tranquilamente, con ese gesto demostraba que realmente quería intentarlo, de otra forma ya le había gritado e intentado golpearle provocando que su padre lo defendiera y se enfrascaran en una nueva discusión. – tu infancia tal vez no podamos regresarla y ahora no enmendaremos el error pero, tienes una vida por delante y queremos estar contigo, no ser extraños que solo se la pasan gritando todo el día.
-Pues de otra forma yo no les conozco, y me cuesta más creerlo.- finalizo el menor levantándose de su lugar para subir a su habitación, sus padres sabían que aceptar el cambio a Claude le tomaría mucho tiempo, sabían que él no estallaría en llanto y risas por tan "buena" noticia. Lo estaba aceptando y eso era un gran paso por su parte.
A la hora de la cena, su madre le subió una bandeja con un emparedado y un vaso de leche, una hora más tarde regreso para llevarse la bandeja bacía... a las dos de la mañana y con la casa sumida en el silencio total, Claude aprovecho para salir de la casa e ir a su lugar favorito, a diferencia de la última vez que fue y perdió el móvil no había peleas de gallos, esta vez eran de perros, no iba a negar se un nudo se formó en su garganta al ver a los pobres animales matándose para la insana diversión de otros que buscaban dinero.
-¿Piensas ver o vas a pagar? – Claude observo a la mujer morena con la cabeza rapada y el cuerpo lleno de tatuajes y perforaciones.
-Cien al de collar dorado.- la mujer recibió el dinero y a cambio el menor recibió un boleto color verde, unos minutos más tarde el perro de collar negro lleno de mordidas y sangre había muerto no sin haber dejado al otro mal herido. Claude recibió lo justo a su apuesta el doble ganado.
Realmente que esa noche no se sentía ya inspirado para apostar , tomo un lugar frente a la ruleta la cual giraba frente a sus ojos, otra mujer de dudosa reputación se acercó hasta el colocando uno de sus esqueléticos brazos sobre sus hombros al ver que el chico estaba ganando fácilmente el juego.
-Cariño has ganado casi tres mil dólares.- dijo la mujer, Claude esbozo una media sonrisa que duro apenas un par de segundos en su cara.- ¿No puedes invitarme un trago?
-Lo siento señora, solo estoy de paso.- la mujer ofendida por el comentario le tiro lo poco que quedaba de su bebida a la cara, Claude apenas y pudo hacer un gesto de asco cuando el hedor del alcohol lo sintió fuerte, el sujeto tras de la ruleta ni siquiera hizo un esfuerzo por contener la risa, solo se hecho a reír en su cara.
Claude había ingresado a la casa de apuestas con solo cuatrocientos dólares y salió alrededor de las cuatro de la mañana con seis mil dólares, si la suerte existía posiblemente los milagros también podrían suceder.
A la mañana siguiente Bridgette despertó temprano para sorpresa suya y de sus tíos, se había levantado sin ninguna gana, y lo único que su mente pensaba lejos de fantaseas con sus actores favoritos viviendo una vida que jamás se podría tener pensaba en que ese día se terminara rápido, no quería ver a Félix. Desayuno y se alisto para ir a la estación y esperar el tren que la llevaría lo más cerca posible al colegio.
Una vez en el andén, solo se dedicó a esperar en silencio ajena a un par de ojos que le miraban a una distancia prudente. Subió al tren y tomo el mismo lugar de siempre ajena a todo a su alrededor sintiéndose incomoda pues ya había notado que alguien le miraba con mucha insistencia. Y a pesar de la incomodidad que le causaba eso mentalmente contaba la estaciones faltantes para levantarse y salir corriendo, más fue grande la curiosidad que tímidamente levanto la mirada.
Frente a ella se encontraba Félix, este ahora no le miraba sino que escribía en una libreta, cuando el rubio separo un poco su vista de las hojas para mirarle, Bridgette se sonrojo violentamente y bajo la cabeza otra vez coloco una mano sobre su pecho sintiendo un frio correrle por la espalda, ambos llegaron a su destino, Félix se posó tras de ella esperando las puertas se abrieran, a través del cristal ella podía ver su reflejo, cuando estas se abrieron y en el justo instante que deseaba comenzar a correr, el sujeto tras de ella le tomo del brazo.
-¿Por qué la prisa?- le pregunto, Bridgette apretó los labios pensando en una rápida excusa.
-Ya es tarde y no me gustaría hacer esperar a Olivia, presentamos juntas el proyecto de biología.
-Biología la tenemos a la quinta hora y no vas tarde as con quince minutos de ventaja.- le dijo soltando su brazo y poniéndose frente a ella.
Bridgette se negaba a levantar el rostro, tanto que podía jurar en ese mismo instante estaba llorando como el día anterior, sujeto levemente su barbilla levantándole el rostro. Bien hacer eso en el andén y frente a la puerta del tren no era lo correcto, además no era ningún tipo de plan romántico, solo quería verle la cara. Sus mejillas sonrosadas, los ojos entrecerrados con esa expresión que solo una niña pequeña podía hacer cuando estaba a punto de ser severamente regañada...Félix no podía negar que se veía muy adorable.
-¿Por qué huyes?
-No lo hago, estoy aquí parada frente a ti.
-Buen punto...- rápidamente le rubio alejo su mano de ella sosteniéndole la mirada, Bridgette pudo sentir tranquilidad en él, no era el mismo chico amargado, frio y serio de siempre era más... ¿Cálido?- respecto a lo de ayer... soy yo quien quiere pedirte una disculpa.
-¿Disculparte?
-Lamento si lo que dije te hizo llorar, no eh estado de buen humor últimamente y menos ahora que mis padres viajaran para el concurso de belleza, me siento algo estresado, además creo que ya se cuál es tu problema.
-N-no no creo que lo sepas y de saberlo es una tontería.- rápidamente Bridgette recordó las ocasiones que converso con él... o más bien las veces que Félix sola la escuchaba parlotear, no recuerda en ningún momento mencionar su terrible obsesión con los doramas.
-Se que existen fobias tan mas ridículas como tenerle miedo a los hombres que usan sombrero de copa, pero debiste hablar con el profesor sobre tu aritmofobia y encontrar una mejor solución a tu falta de concentración en clase.
-¿Aritmofibia?- pregunto ella, jamás había escuchado de eso, Félix le miraba confundido.
-Miedo a los números.
-¿Por qué debería tenerle miedo a los números? Creo que es lo más ridículo que existe en el mundo.
-Quieres decir que realmente no me prestaste atención en nada ayer...-ella negó tímidamente con la cabeza, genial ahora sí que se sentía como un idiota tratando de ser comprensible y ahora la azabache salía con eso.- ¡¿En qué demonios pensabas?!- grito, los que pasaban cerca de ellos se giraron a verles momentáneamente para después seguir sus caminos.
-¡Escucha, deja de gritarme! No sé por qué pensaste que le tengo miedo a los números y respecto a mis pensamientos son personales, no tengo ningún problema y no quiero me sientas lastima solo no tengo reparo, ya sabré como arreglármelas con lo que me pasa y si el profesor pregunta hiciste lo mejor que podías.
Félix quedo con la boca abierta, era la primera vez que otra persona que no fuera su padre le retaba de esa forma y de cierto modo se sentía ¿herido? Bridgette había puesto en duda su capacidad para enseñarle a mejorar en las clases o eso quiso decirle, oh no, eso sí que no, nada quedaría de ese modo y por qué se llamaba Félix Agreste no dejaría nada así.
Para Olivia ver a Bridgette despierta todas las clases fue casi un fenómeno maravilloso algo que pasaba solo una vez cada cierto tiempo, Félix le miraba de ves en ves con insistencia, al finalizar las clases y recordándole la cita de estudio en la biblioteca se vio forzado a seguirla.
-No vas poder estar encerrada todo el día en los baños.
-Si, si puedo, ya te dije que no es necesario esto, ya no pierdas tu tiempo y déjame tranquila.
-¿Puedes entender que estoy obligado a ayudarte?
-¡Nadie te obliga!- grito por ultimo al otro lado de la puerta.
Ya quedaban muy pocos estudiantes quienes miraban como el Agreste se reprimía las ganas de cruzar esa puerta pero, por respeto a cualquier otra chica que estuviese con Bridgette no entraría. Se sentó a un lado de la puerta con mucho fastidio, saco un libro de entre sus cosas y comenzó a leer en voz alta.
-Clases de equivalencias.- comenzó.- Se llama clase de equivalencia respecto de R, definida por el elemento a que pertenece el conjunto C, al subconjunto formado por todos los elementos xC que están relacionados con a. Toda clase de equivalencia contendrá, el menos , a su representante a.
Félix leía y Bridgette escuchaba, y sin saberlo ella se encontraba recargada contra la puerta de los baños abrazando sus rodillas. Él era insistente, casi igual que ella, miro la hora en su móvil el cual tenía un adorno en forma de abeja y como fondo una foto de ella con su mejor amiga Ámber, ya era tarde, seguramente solo ellos dos eran los únicos en todo el colegio. Pero él seguía leyéndole las clases de Algebra, había pensado escabullirse rápidamente por una de las ventanas e irse a su casa, más recordó que estaba en el segundo piso y las ventanas apenas eran de un alto de treinta centímetros. Imposible que lograra salir.
Cansada se levantó, bien lo aria, saldría de ese lugar no era demasiado atlética pero una vez en un dorama una chica saco una increíble cantidad de fuerza para correr sabiendo que su vida estaba en peligro. Lleno sus pulmones con aire, coloco su mano sobre la perilla de la puerta y la abrió de golpe.
Félix se asustó un poco la ver como la puerta se abría con brusquedad y por ella salia la azabache como alma que lleva el diablo.
-Que demo...? ¡Bridgette!...
Nada, ella ni siquiera se giraría a verlo, en un acto de mero impulso, Félix se levantó del suelo y corrió tras de ella de forma desesperada, se sorprendió de logar darle alcance cuando ella estaba a punto de llegar a las escaleras, ni siquiera lo pensó, para cuando reacciono ya estaba a milímetros de lograr taclear a la chica.
El fuerte golpe que se dejó escuchar por el vacío pasillo del colegio, provocó que Bridgette hiciera una mueca de dolor, pues no había sido solo un golpe sino que además había recibido todo el peso del rubio sobre de ella.
-¿Pero qué diablos te pasa?- pregunto Félix agitado, rápidamente dejo de aplastarla, más ella estaba acorralada entre el suelo y él.
-Pensé que si corría sabiendo que mi vida estaba en peligro lograría escapar.- dijo jadeante, intentado mitigar el dolor de su espalda.
-Y yo pensé que solo eras infantil, estas terriblemente loca.- dijo el rubio.- ¿Por qué estarías en peligro.
Bridgette no respondió, solo se limitó a verlo a los ojos aun con esa mueca de dolor en su rostro, no sabían en que momento sus respiraciones se controlaron, no dejaban de mirarse y era extraño, hasta ahora la azabache nunca le había prestado atención a los ojos de él, le gustaban, en ese momento no podía hacer nada más que apreciar sus ojos y Félix por otro seguía a la espera de una réplica, sin siquiera pensar nada cerro sus ojos y bajo el rostro hasta que sus labios se apretaron contra los de ella.
Algo parecido a una gruñido combinado con un grito ahogado y un jadeo escaparon de los labios del rubio cuando fue su turno de formas una mueca de dolor, Bridgette había levantado su rodilla fuertemente, logro arrojar a Félix al otro lado y salir corriendo, pero esta vez no asustada sino terriblemente molesta.
Notas finales:
Eso dolió! Pobre Félix jajaja ok, parece que los padres de Claude quieren arreglar los problemas que existen en su familia, pero él no cree que nada funcione y además tuvo una buena racha en las apuestas.
Espero les gustara este capítulo
Dudas, preguntas aclaraciones lo que sea todo es bienvenido.
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