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MÁS PEQUEÑAS.

Narra Karl Heinz

Y ahí me encontraba frente aquella mansión, desde fuera se podía notar que mis hijos se encontraban mal.

Con la mirada pérdida los vi, hace días que los vigilaba.

Toda la ropa que portaban hacía notar su estado, desordenada, además no asistían al instituto.

Se encontraban devastados, de verdad me dio asco con solo ver a mis hijos en esas condiciones, llamando a mi segundo hijo -para saber si este también se destruyó por la patética humana-, Reiji, avise que reuniera a todos sus hermanos conmigo para poder tratar un tema de suma importancia.
Pero al verlo me sorprendí, seguía estando cómo antes pero detrás de ese par de lentes se encontraba una mirada con una inmensa muestra de tristeza, furia, decepción y muchas más emociones. Su ropa se encontraba un poco fuera de su lugar, se podían apreciar en su delicada piel pálida un par de ojeras.

—Reúne a tus hermanos

En cuestión de minutos la sala fue habitada por otros 5 chicos.

Shu que se encontraba más despierto, con la ropa desordenada y un par de ojeras algo que me llamó la atención fue cómo este no se encontraba con sus inseparables auriculares y que se encontraba parado en una de las esquinas de la habitación.

Ayato, qué era por así decirlo uno de mis únicos hijos que en verdad parecía como si hubiera muerto, se podían apreciar unas enormes ojeras, nariz roja, ojos irritados -al estar llorando- su ropa desordenada y no se encontraba con su típica corbata.

Kanato, otro de los que se encontraba cómo si quisiera morir, con la misma apariencia e igualmente Subaru tenía la misma apariencia, aunque este estaba con todos los nudillos rojos y con sangre. Laito era uno de los qué no estaban tan mal, aunque su sonrisa no fuera la de siempre, ni tenía su característico sombrero.

Cada uno de ellos habían perdido ese brillo de sus ojos, me había hartado, pues la estúpida humana o Yui la torpe había hecho que cada uno de sus hijos pidiera y rogaran por ella.

—Mis queridos hijos...

No sabía ni cuáles eran sus nombres, pero necesito que alguien saqué de sus cabezas a esa humana

—Ahora ¿qué es lo que quieres?

Uno de ellos contesto con un tono brusco y con asco

—¿No puedo venir a ver a mis hijos? Reiji

Dije un nombre a al azar, quizá fuera él, ni me importa

—Soy Ayato

El cabello de menstruación habló

—Cómo sea, bueno, la verdadera razón es una chica llegará a esta casa a vivir

Solté la noticia y algunos se enderezaron y adquirieron una mirada seria

—¿Otra novia? ¿No ves lo que sucedió con la zorra de Yui?

Nombro/dijo Shu creo o ese era ¿Subaru? No me importaba

—El problema de que Yui allá huido de mis hijos no es razón para la cual no pueda venir alguien a esta casa, además no es una novia de sacrificio

Harto respondí molesto de qué hablarán de esa mocosa que nunca debí de traer

—¿Qué quieres decir? Entonces ¿es otra de los tantos hijos qué tienes regados por el mundo?

Reiji o el chico de lentes habló

—Ella no es mi hija, sólo es un favor que les estoy haciendo a mis queridos hijos... Uno de ustedes contraerá matrimonio con ella...no...bueno, mejor dicho, ella contraerá matrimonio con él que decida quedarse

Sonreí al ver las miradas de desconcertó y molestas que me daban

—Mañana a primera hora se encontrará aquí, espero la traten bien y suerte a todos... La necesitarán

Lo último lo dije con un susurro saliendo de ahí.

Narrador omnisciente

Con eso salió de esa casa, con una sonrisa maliciosa y mil cosas por hacer.

Sus hijos competirían por ella.

La mujer más bella.

Yui saldría de la vida de sus hijos por cualquier costó...

Espero te guste el capítulo:))
Estrellita si te gusto por favor ♡