VI
Unos minutos antes de salir del jet, decidí llamar en videollamada a mi prima, por mi atuendo. Valerio lo acompaño y los dos me recomendaron que me saque el saco gris que tenía y me ponga uno que realizaron alusivo a los mantos ayacuchanos, que mantenía una costura exquisita de elegancia sin llegar a lo exagerado, ni tampoco a lo incómodo. Mantenía el cabello recogido en una trenza simple, que me realice antes de salir, que me recomendó también Killari. Junto con unos pantalones caqui en jeans, donde la basta de este, lo cubría los botines negros. El saco era lo único diferente y lo más colorido, me gustaba la perfección de las puntadas y la composición de los colores.
Uno de los agentes dio una señal, dándome la autorización de bajar.
Me acerqué a la puerta del jet, donde el viento fue el primero que me recibió, y jugó a gusto con mi cabello. Podía observar desde esa poca distancia a las personas que eran las encargadas de recibirme. Solo sonreí y bajé los cinco escalones, sin caerme.
Cuando ya había tocado el suelo, uno de ellos se acercó.
-Majestad, espero que disfruto del viaje.
-Si, siempre es agradable...- se dio cuenta que no se presentó.
-Mil disculpas Majestad, Miguel Ríos, gobernador de este hermoso departamento.
-Un gusto, señor Ríos.
-El gusto es mío.
-Le presento a los demás.
Me presento a dos regidores más que estaban en la comitiva y al alcalde de Vinchos, Sergio Aguilar. Por último, una mujer se presentó con el nombre de Martha. A pesar de ser pequeña y estar vestida diferente a los otros, aprecie con más detalle sus gestos y movimientos.
Al acercarme, me saludo con las respectivas formalidades. Ella con una seña, señaló que me acercara un poco más. Manteniendo unos centímetros menores de lo normal de distancia. Me di cuenta que quería colocarme el sombrero que llevaba en la mano, y a pesar de no ser tan alta. Me agache un poco y ella lo colocó fácilmente, encima de mi cabeza.
-Kusisqa, sisa. -pronuncio unas palabras en quechua, alusivo a la flor que seguramente adornaba al sombrero.
Hubiera querido decirle que ya lo tenía, que no necesitaba de una flor para que la felicidad llegue a mi vida. O que por lo menos lo tenía en efímeros momentos. Las palabras se quedaron en mi mente, porque al levantan la mirada, observe mi reflejo en el vidrio de la ventana de la limusina estacionada; a una chica con una mirada apagada. Ella tenía una sonrisa, pero está era tan forzada.
Sentí que una mano acariciaba mi mejilla, e hizo que sintiera un hormigón en esa parte. Deje de mirar mi reflejo, y observe a la persona que acariciaba mi pómulo, realizando unos pequeños masajes.
"Kusikuy" - susurro cerca de mi oído.
Ella en verdad quería que fuera feliz, podía sentir que lo deseaba de corazón. Su manera de tratarme, me recordó a mamá. La extrañaba tanto.
...
Luego de despedirme de la mujer, escoltada por los agentes de seguridad nos dirigimos a la limusina que me esperaba para llevarme a mi verdadero destino. Cuando entre, estaban acomodados dos jóvenes que se presentaron como mi guía turística, la joven. Y el otro como el guardaespaldas de turno. De eso, ya habían pasado varios minutos y al ser de casi similar edad, el chico especialmente se tomaba la confianza de tutearme. No me incomodaba, sin embargo, era extraño que lo hagan.
-Si alguien me hubiera dicho: Rick un día vas a pasar por esta carretera en una limusina. Le hubiera dicho que deje de contar chistes malísimos -hablo Ricardo, que desde que subimos a la limusina reclamaba que le llamara Rick. Suri, que también me acompañaba, comentó que Rick era nombre de famosos y un guardaespaldas de ellos, necesitaba esa clase de nombre, según él.
-Ya te he dicho que dejes de ser una bocaza. No vez que incómodas a la princesa, con tus palabras. Eres peor que Lliwyaq - estalló la joven. Yo también lo hubiera hecho, pero sabía controlar mis actos, o bueno casi todos. No la culpaba.
- ¿Quién es Lliwyaq? -pregunte, al escuchar el nombre de una tercera persona, que no conocía. La chica se sonrojo al instante y Ricardo estaba a solo segundos de reírse de ella abiertamente a carcajadas, existía la posibilidad de ser testigo de un asesinato si eso sucedía.
Se toco las mejillas y luego de inhalar un poco de aire, contestó.
-Es un amigo que compartimos con Rick.
- No Suri, si así se llamas a tu crush, prefiero salir de la lista.
Suri, con su dedo índice. Disimuladamente paso por su cuello y le miro con los ojos asesinos que eran muy particulares en Killari (Ya tenía alguna idea de cómo era ella).
- ¿Qué es un crush? -la palabra me sonaba a comida. Era mejor sacarme la duda.
Ricardo con una sonrisa malévola, al momento de responderme, Suri le ganó la palabra. Que creía que estaba encimada en su teléfono.
-Un crush es una palabra muy utilizada por los jóvenes para referirse a un amor imposible, según Wikipedia. También es el nombre de un refresco, sabor naranja -dijo, todavía mirando su teléfono.
-Entonces te gusta un refresco, pero no puedes estar con alguien que lo terminas de un sorbo. -deduje. Ella solo asintió. Eran extraños los jóvenes hoy en día, quizás yo también.
- No princesa, Suri la confunde. Mi amigo Lliwyyaq no es una bebida, pero si el crush de ella. En otras palabras, ella está enamorado de él.
Se le iba a lanzar, por respeto Suri no lo hizo. Inhalo y exhalo varias veces hasta calmarse. A pesar que solo se estaba burlando de los sentimientos de ella, intuía que aquí existía algo más.
- ¿Te gusta Suri, por eso estás celoso que corresponde a otro? -pregunte. Un caso similar fui testigo con Matilda y Enrique, cuando empezaron a salir los dos siempre se dirigían de manera sarcástica, al comienzo no entendía como dos personas que tenía diferente visión de la vida se reunían solo para responderse entre sarcasmo. Luego entendí un poco de su química
lamentablemente tuve que estar de sujeta velas por un buen tiempo.
La reacción de esos dos, fue lento. Primero, cruzaron mirada y como si lo dicho, recién hubiera pasado por su cabeza, se empezaron a reír. Me hubiera unido a las risas de esos dos, pero nadie se burlaba de mis teorías, la mayoría acertaba. Ellos mismos iban a ser testigos de mi acierto.
-Perdóneme su majestad, no era mi intención ofenderla. -hablo, cuando se calmó Suri.
-Lo mismo digo, princesa. -le siguió el otro.
-No hay nada que perdonar, hace mucho que no me divertía con peleas un poco infantiles de dos adultos. -era verdad. Eran pocas las veces que me reunía con Enrique, en la cafetería de la universidad. Y Killari, se había pasado varias veces por mi departamento, pero no me encontró. Solo me comunicaba por medio de mensajes.
- ¿Lo dice por su amigo?
-Si, Enrique todavía tiene alma de niño.
-Existen rumores que usted tiene una relación más allá de lo amistoso con el escritor.
- Son solo rumores, él está con Matilda. No sé, si la conocen. Es una física, que ha presentado varios proyectos innovadores en su rama.
-La conozco. El otro día le entrevistó una cadena de televisión internacional.
-Si, siento orgullo por ella. Es una mujer que admiro mucho.
-Vaya, rompió nuestro shippeo, Suri. Y está vez es la fuente más confiable -comento Rick a Suri,
- ¿Acaso creyeron que me gustaba mi mejor amigo? - les interrogue.
- ¿Sabes lo que significa shippeo? -pregunto.
- No, pero seguramente es algo referente a una relación más allá de lo amistoso con Enrique.
-Debe ser molesto.
-Mas que eso. A él más se le acercan para sacarle alguna confidencia. Poniendo en segundo plano su carrera como docente y escritor de novelas juveniles.
- ¿Y a usted?
-Ya me acostumbré a ser un punto de enfoque de los medios desde que tomé las responsabilidades de mi hermano. -respondí. Suri y Ricardo conectaron la mirada, pude observar que en ese breve momento se dijeron más palabras que lo dicho desde que ingresamos a la limusina.
Decidí arreglar mi error.
-Se que puede ser incómodo hablar de mi hermano como si nada, ya que muchos de la población lo estimaban bastante...
- No es eso princesa, Suri perdió a su hermano menor y yo a un amigo hace dos años. -me conto Ricardo.
-Todavía es algo que podemos decir que lo superamos, el dejo un vacío. Y es admirable que usted haya podido salir de ese dolor.
¨- No porque yo hablé de mi hermano abiertamente, y no lloré al recordarlo. Va a significar que no me duele su partida y la de mi madre-. quise decir.¨
-Cada uno tiene una forma diferente de llevar el duelo. En mi caso, tuve que aprender a vivir con sus ausencias y seguir con mi vida, -respondí.
- ¡Miren! -exaltada Suri, cambio el tema, -acabamos de llegar al pueblo de Arizona. -dijo más calmada.
Deje de ver a la pareja y me acerque más a la ventana para poder ver el lugar, en ese momento pasamos por un letrero que afirmaba lo dicho por la chica. Recorríamos la carretera perteneciente al pueblo de Arizona.
- ¿Ese que tiene nombre de cigarro? -pregunto Rick.
-Ya te he dicho varias veces Rick que dejes de comparar los nombres de los pueblos con comida o algún objeto, -recrimino Suri.
-Eso no se puede hacer, cuando estos tienen extraños nombres. -comento el chico. -Mire ese pueblo princesa. -señalo. Yo solo observaba árboles, que a la medida que la limusina seguía en movimiento, dejo ver a un pequeño pueblo urbanizado a menos metros del nivel del mar que nosotros. -Se llama Casacancha.
-Si mira más al fondo, el río Cachi está pasando. -acato Suri.
-Los nombres son parte de la historia de estos pueblos, puede resultar raros, pero pertenecen a la identidad de cada uno de ellos. -dije, embelesada con la belleza del paisaje natural de esta parte de mi país.
-Sumaq -dijo Suri.
Tenia razón, esa era la palabra con lo que uno resumiría todo lo que miraba a su alrededor.
...
Hola, primeramente, feliz 28 y 29 de julio. Ahora, las palabras que están en cursiva. La primera significa ¨la flor va ha traer felicidad¨ y la segunda ¨Belleza¨, son palabras en quechua.
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