Estaba agradecido de que ella supiera cómo callarse.

   Sasori estaba en su taller, jugueteando con un par de partes de marionetas. Estaba completamente absorto en su trabajo, sin importarle a la niña que estaba leyendo detenidamente a través de su colección aparentemente interminable. Sakura pensó que estas marionetas eran algo espeluznantes. Se veían tan... reales... pero no había forma de que lo fueran. Sakura estaba segura de eso. Mientras continuaba hojeando las diferentes piezas del arte de Sasori, se encontró con una pintura en el rincón más alejado de la habitación.

   Estaba oscuro, ya que esta parte del taller estaba oscurecida principalmente por la tela roja que Sasori usaría para vestir a sus marionetas. Había un gran lienzo pintado con cuidadosos trazos de un azul profundo y sutil. Estaba salpicado de blanco amarillento, presumiblemente las estrellas. En medio de toda la belleza tranquila, había una silueta de un niño pequeño en la esquina del lienzo, mirando hacia arriba. Debajo de la pintura había una placa de oro grabada.

Ego solus.

¿Ego solus?

Sakura frunció el ceño confundida mientras caminaba hacia el escritorio de Sasori y tiraba suavemente de su camisa.

"¿Qué?" preguntó, sin levantar la vista de su trabajo.

"¿Qué quiere decir... Ego Solus...?"

   Hizo una pausa, los ojos cuidadosamente indiferentes se cerraron frente a él. Estuvo tranquilo por un largo tiempo, tanto que Sakura creyó que él no le daría una respuesta. Justo cuando estaba a punto de alejarse y volver a mirar más títeres, miró hacia un lado.

"Yo solo."

"¿Sasori-san...?"

"Ego Solus significa Yo, y Soledad. Si se juntan seria mi soledad o solo yo".

Incluso cuando su expresión estaba tan vacía como siempre, Sakura notó que algo andaba mal. Ella agarró su mano insensible y lo miró preocupada.

"¿Por qué estás solo, Sasori-san? Hablas con Deidara-san todos los días. A veces, Itachi-san y Kakuzu-san. Si hablas con mucha gente, ¿por qué sigues solo?" ella preguntó. Esa fue una pregunta interesante. Tal vez fue el hecho de que sus padres murieron cuando él era pequeño y no lo descubrió hasta un año después. Tal vez era un hecho que su abuela le había mentido acerca de sus padres y él pasó todo ese tiempo creyéndola. Tal vez fue el hecho de que convirtió a la única persona que lo consideraba un amigo en su primer títere humano.

Pero él nunca le diría nada de eso.

Sasori dejó sus herramientas y giró la silla para mirarla. Él levantó su cabeza con la mano y la miró fríamente, todos los rastros de su emoción anterior se desvanecieron.

"Tener gente a tu alrededor no significa nada. Toma un puñado de extraños al azar y ponlos en una habitación, incluido tú mismo. Incluso cuando hay personas, no conoces a ninguna de ellas. Eres un cuerpo aislado rodeado de muchos otros cuerpos aislados". Él dijo. Las cejas de Sakura se arrugaron mientras permanecía allí y reflexionaba sobre su explicación.

"Bueno... ¿qué hay de malo en hacer amigos con ellos? De esa manera no puedes estar solo".

"¿Y cómo propone que haga tal cosa? Estas personas también pueden ser bárbaras sin moral".

"Pero incluso los bárbaros tienen corazón, Sasori-san"

Definitivamente no esperaba esa respuesta. Sakura se acercó a él y tocó el bote insertado en su pecho.

"¿Ves eso, Sasori-san?" ella chirrió, "A pesar de que eres una marioneta, ¡todavía tienes corazón!"

Bajó la mirada hacia su rostro sonriente antes de burlarse y girar su asiento para continuar trabajando en su proyecto. Tiró de un taburete de la esquina de la habitación y se sentó a su lado. Ella comenzó a contarle sobre su día: los bienes y los males y lo que quería hacer más adelante.

... Y él escuchó.