Clichés #3
Bien, antes de empezar, quiero decir que siento que esto no es un cliché precisamente, sino que es un escenario que he visto al menos una o dos veces, y que me llama la atención.
¿Cuál es ese? Pues es el siguiente:
Un matrimonio arreglado por Shinjuro, ya sea o porque quiere que Kyōjurō se aleje del cuerpo de cazadores de demonios, o nada más porque sí. Porque para "alejarlo" de los cazadores, no tendría sentido, porque meterse en su vida claramente tensaría las cosas entre él y Kyōjurō... además de que perdió el interés en la vida de sus hijos, así que con mayor razón no se involucraría en absoluto.
Pero bueno, dejando ese pensamiento de lado, hoy van a ver una que otra forma que tengo para llevarle la contraria al escenario.
¿A qué me refiero con eso? Simple, a que Kyōjurō dejé en claro su punto de vista desde el primer momento, en lugar de aguantarse las ganas de responder, para luego formar el drama y aparente "conflicto" que le causaría no hacer lo que Shinjuro dice en esos temas.
¡Aquí vamos, con la primera respuesta!
Un momento que al principio pudo ser de tranquilidad, pero que resultó ser de tensión entre padre e hijo. Todo por un simple diálogo que el primogénito de la familia todavía no puede procesar.
-¿Qué dijiste? -preguntó nada más para oír otra vez el diálogo que los lectores ya nos imaginamos.
-Que te arreglaré un matrimonio -dijo con los brazos cruzados, dando la imagen de mantenerse firme con su decisión, decisión que ni siquiera podría explicar sin decir cosas como "Hago esto para sacarte de los cazadores", "Hago esto para protegerte", "Hago esto porque me importas".... o incluso agregar algo como "Hago esto para romper la promesa que le hiciste a tu madre y para mostrarte que tampoco me importa, incluso si para eso te entrené desde niño".
Son cosas que perfectamente se pueden intuir ¿No es así? Ojalá que sí.
Porque por lo menos aquí, no se cree en la idea de una preocupación que estuvo desde siempre, por parte de Shinjuro.
Pero volviendo al tema, aparte de la estupefacción presente en el rostro del joven Kyōjurō, un pequeño suspiro abandonó sus labios, mientras que en estos se formaba una sonrisa tan brillante como el mismo sol.
¿Acaso es una señal de estar de acuerdo con la decisión de su padre, en la que obviamente no le comentaron absolutamente nada y que pudo estar a nada de cambiar su vida de quién sabe qué forma?
Oh, por favor, es bastante obvio... ¡Es bastante obvio que no! ¡Y para dejar en claro su negativa, la respuesta es a siguiente!
-No entiendo cómo habrás decidido eso, ¡pero no estoy de acuerdo! Así que creo que me iré de la casa por un tiempo. ¡Necesitas reflexionar! Y más si es que crees que no te voy a decir nada, cuando es mi vida en la que te estás metiendo. -respondió buscando no solamente evitar la delicadeza en sus palabras, sino que también dejar perfectamente en claro que él no era un muchacho del todo "calmado" y "obediente", como para quedarse callado.
Pues por algo fue que se volvió cazador, a pesar de que su padre le decía que no lo hiciera, por su "carencia de talento".
No se puede olvidar algo tan relevante como eso.
-¡¿Qué?! -preguntó su progenitor, como si en realidad fuera sorpresa que su hijo le llevara la contraria con algo que claramente no era su maldito asunto.
-¡Que me iré por un tiempo! Y no te "preocupes" por mí, puedo quedarme en una casa de glicinas o incluso con Tengen, estaré bien y vendré a darles una visita apenas pueda... mientras, por favor piensa en que no me interesa lo que decidas sobre eso. Claramente no te corresponde. Ya soy un adulto -dijo con la misma sonrisa del inicio mientras iba a preparar sus cosas para cumplir lo dicho.
Kyōjurō era hombre de palabra, después de todo.
Así que de ser necesario, irá y volverá hasta que su padre tenga esa idea fuera de su cabeza. No le interesa ninguna ceremonia, menos cuando ya tiene a alguien.
¿Quién es ese alguien? El demonio que todos conocemos, y que presentará en su debido momento.
Y este es una de las formas en las que se puede llevar la contraria a ese escenario. ¿Por qué digo una? Porque hay otra que vamos a mostrar ahora, y esta resulta incluso más corta que la anterior.
Aunque cabe aclarar, que esto es para un AU actual.
Un escenario donde la tentación de decirle a su padre que mejor recapacitara sobre qué decisiones toma en una vida que ni siquiera es suya, el joven rubio dijo lo siguiente:
—Entonces me divorcio —dijo con gran simpleza.
—¿Disculpa? —habló su padre ante sus palabras. ¿De verdad no se le había ocurrido?
—Que me puedo divorciar. ¿Para qué quedarme en un matrimonio sin amor? ¡Es injusto para la otra persona! Además, no es como si fuera tan difícil hacer nuestras vidas aparte mientras te damos el gusto de vernos casados, hasta la fecha de divorcio. No es complicado —dijo igual de calmado que antes—. Aunque, ahora que lo pienso ¿Para qué harías eso? Ya tengo a alguien. Si quieres, te lo presento un día de estos —comentó pensando en otra cosa que resultaba simple, evitar el matrimonio.
—¿Por qué no dijiste nada? Aparte... ¿"Presentarlo"? —interrogó curioso por haberlo escuchado usar la palabra en masculino.
—Primero, nunca me preguntas nada de eso; Segundo, tenemos mucho de que hablar, padre.
Y con eso como final, agregando el claro descarte del compromiso, Kyōjurō ya estaba pensando en cómo presentar a su querido novio.
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Y este sería el final por ahora >:D. Sinceramente me pregunto porqué no he visto cosas como estas cuando veo esa situación, pero bueno ¿Qué les parece? ¿Ya conocían ese escenario?
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