Tú en su lugar
Dio una larga exhalación, tomando el espejo de mano que tenía en su bolsa y observando su reflejo, asegurándose que el maquillaje en su rostro no se corriera y que su cabello estuviera en perfecto estado. Una vez que comprobó que la carrera que siguió no desordenó su apariencia, tocó tres veces la puerta.
Su corazón latió nervioso al observar la puerta de madera con el número 355B en ella y movió inquietos los dedos que estaban en torno a la cuerda de su bolsa. Hasta que la puerta de la entrada se abrió y sonrió al ver una cabellera morada asomarse a la par de unos ojos violetas.
—¡Siento llegar tarde! —Habló antes de que él pudiera decir algo. —Me ha tomado más tiempo en la junta con la editorial por las correcciones hechas y no podía cortar la idea.
—No te preocupes, te dije que podría haber ido por ti.
—No sabía a qué hora saldría, por eso insistí en vernos aquí. —Nejire se excusó, de haberla ido a buscar hubiera estado más de una hora esperando por ella.
—No me importa cuanto tiempo tenga que esperar, si después puedo estar contigo.
La fémina se sonrojó ante las palabras de Shinso, quien posteriormente la invitó a pasar. Avergonzada ingresó contemplando el lugar. Tenían una cita ese día, se suponía que irían a la plaza. Pero la reunión con su editora cambió los planes y él le ofreció ir a su departamento. La idea la emocionó y la puso nerviosa al mismo tiempo y como su relación parecía subir de nivel con esa invitación. Nejire hizo lo que estuvo en sus manos para apurarse e ir a la dirección que él le había enviado.
No sabía que había esperado. Considerando que de forma normal Shinso siempre tenía traje, pero de forma casual usaba ropa más oscura, pensó que encontraría un departamento un poco más influenciado por sus gustos musicales. Sin embargo, era bastante neutral, muy ordenado con colores grises y azul fuerte. Nada fuera de lugar, curioseó las pocas fotografías de él graduandose o de él en la secundaria.
—¿Qué tipo de alumno fuiste en tu época estudiantil? —Preguntó curiosa.
—No he tenido un cambio significativo...—admitió.
—¿Muchos amigos?
Shinso abrió los labios y los cerró, casi salían de sus labios el hecho de que solo tuvo uno, Tamaki. Si hubiera dicho eso, hubiera arruinado todo. Nervioso presionó sus labios, reprendiendo a sí mismo. Debía ser más cuidadoso, era el riesgo de estar jugando esa farsa de ser suneater y aprovecharse de ese hecho. Aunque sabía que no era su culpa, sino de su tímido amigo.
—No realmente, un par, pero ya no tengo contacto. —Debía ser lo más ambiguo posible y esperar que la curiosidad de Nejire no despertara.
Nejire finalmente se dejó caer en el sillón, manteniéndose quieta al sentirse un poco timida. ¿Por qué estaba así? ¿Acaso estaba esperando algo? Por supuesto que sí, desde hace mucho que lo estaba esperando. Intentó apartar la idea de su cabeza.
—He ordenado antes de que llegaras, no soy muy hábil cocinando.
Nejire asintió mientras lo veía sentarse a su lado y buscar en el catálogo de películas cuál sería la más indicada. Jamás le había preguntado sobre qué comía en el día, aunque debió suponer que no todos tenían la habilidad de Tamaki con la comida. Aunque recordó que alguna vez Suneater mencionó que era hábil con la cocina y disfrutaba hacerlo. Quiso preguntar al respecto, pero se calló.
¿Acaso había perdido el gusto por la cocina? ¿O su cocina antes eran cosas básicas? Hace tres meses que estaban saliendo y desde hace un par de semanas una idea latente se presentaba en la cabeza de la fémina...¿qué tanto podría cambiar una persona? ¿Tener gustos por completo contrarios a lo que era en una edad más temprana? Antes Suneater amaba la cocina y ahora no parecía realmente interesado en eso. Y recordaba que él le había dicho que no era bueno hablando con las personas, por eso había acudido con ella por medio de cartas. Algo que ella disfrutaba en demasía por la cercanía y privacidad que podían darle a su conversación. Pero Suneater era un abogado, una de las profesiones demandantes para interactuar, Shinso era muy bueno hablando.
Y esas ideas despertaban aquella sensación un poco incómoda en su interior de que Shinso distaba del Suneater o la idea que ella tenía de Suneater. Un chico luminoso, valiente, carismático, honesto y decidido. Siempre se recordaba que la gente cambiaba con el tiempo y diez años habían pasado sobre ellos. Siempre terminaba desechando la idea, pero las dudas volvían a presentarse.
—Shinso...—Él la miró dejando de mover el control en la televisión.
La puerta sonó en ese momento, Shinso se levantó disculpándose para recibir la comida, pagar y volver al sillón, con la comida y los cubiertos. Él le entregó el plato que había pedido para ella y él tomó el suyo. Olía bastante bien, él colocó una película de romance y prosiguió a dar el primer bocado. Justo cuando Nejire vio las primeras imágenes de la película y se llevó un bocado a la boca.
Degustó un poco hasta que un picor en su garganta la alertó, tosiendo y fue cuando fijó su mirada en el plato que tenía entre manos.
—Es ¿comida india?
Shinso desvió la mirada de la pantalla y miró a la fémina.
—Si, pensé que te gustaría porque te gusta el picante. —Shinso recordaba esa primera salida juntos, donde ella demostró una gran tolerancia al picante.
Él había pedido algo más ligero, sin el picor extremo. Pero la mirada de la Hado lo hizo cuestionarse si había elegido bien.
—Soy...alérgica al cúrcuma. —Dejó el plato en la mesa y dio varios sorbos a la bebida gaseosa.
La bebida en vez de tranquilizar el picor en su garganta lo acrecentó. Shinso se levantó rápidamente y regresó por un vaso de agua. Nejire tomó un poco junto con el medicamento que solía cargar en su bolsa en caso de emergencias, algo que la gente con alergias solía hacer. Por suerte su alergia no era severa, solo le picaba la garganta y podía presentar irritación. En caso contrario su garganta se hubiera cerrado.
—Lo siento, yo no sabía...de verdad. —Shinso se sentía terrible al verla tomando agua intentando respirar adecuadamente. —Podemos ir al médico.
—Tranquilo, con la medicina está controlado.
Hitoshi detuvo la película y observó con gran preocupación a Nejire que simplemente estaba sentada, intentando la garganta con el agua. ¡Había osado de arrogante! Había querido sorprenderla al pedir algo nuevo pero que estaba bastante seguro que le gustaría. Jamás se le ocurrió que podría ser alérgica. Debió esperar a que llegara para poder ordenar.
—Puedo pedir algo más...—Agregó luego de unos largos minutos en silencio.
—No, está bien, se me ha ido el hambre. —Admitió, lo que menos quería en ese momento era comer. El silencio llenó el departamento.
Shinso se sentía realmente mal, no sabía que decir o hacer al respecto, a fin de cuentas había arruinado su cita.
—Cuando era niña, fui con mis padres a un restaurante indio que está en el centro. Era el cumpleaños de mi madre y mi padre quería sorprenderla yendo a un lugar nuevo. Fue un momento realmente emocionante...hasta que terminé en el hospital cuando di mi primer bocado.—Sonrió con cierta vergüenza. —A pesar de que ese día me sentía realmente mal y casi se cierra mi garganta... fue uno de los mejores momentos que tengo. Porque aquella ocasión fue la última vez que salí a comer con mis padres...—Su mirada estaba fija en sus manos que sostenían el vaso de agua. —Luego mamá enfermó y murió al poco tiempo...por lo que esa fue la última salida que tuvimos.
Shinso escuchó detenidamente, jamás le había preguntado porque estuvo en el orfanato o que había sucedido con sus padres. Por simple respeto y porque era evidente que era algo que pudo contarle a Suneater y que se suponía que él debía saber. A fin de cuentas Nejire y Tamaki estuvieron en el mismo orfanato.
—Yo...te lo conté en las cartas, cuando me preguntaste sobre mi mejor recuerdo. —Ella alzó la mirada y lo observó con melancolía. —Pero lo has olvidado.
Shinso sintió el peso de su mentira más fuerte que nunca, la boca se le secó incapaz de decir nada. Era muy bueno con las palabras, pero en esa ocasión sabía que no había nada que pudiera decir. Eso era algo realmente importante, no por la cuestión de la alergia, de ser así podría salir con facilidad. Sino el contexto con el que le había contado en el pasado. Sobre la muerte de su madre y el mejor recuerdo que tenía. El sentimiento de ser descubierto se disparó exponencialmente en su interior.
Debía hacer algo, debía decir algo...
—Yo...lo siento. —Cuando salieron esas palabras de su boca, se sintió realmente miserable.
No había nada que pudiera decir para arreglar eso. Nejire simplemente sonrió sin muchas ganas, tomó el control de la televisión y volvió a poner la película. Shinso la observó detenidamente durante unos minutos antes de relajarse de nuevo y centrarse en las imágenes de la televisión. Ella se acomodó en su hombro, con la cercanía presente entre ambos.
Aquello puso a Shinso realmente nervioso. Tiempo atrás en el cine se había avergonzado y se había comportado como un cobarde. Hace meses que estaban saliendo y seguía huyendo de lo que más quería. Miró su cabello descender por su espalda y el vestido blanco con flores que tenía ese día. ¿Podía verse más hermosa? Nejire alzó la mirada hacía el hombre y sus miradas hicieron contacto. Él observó sus labios rosados, aquellos que podían alargarse en una amplia sonrisa cuando lo veía. Y sus ojos centellar sea por la luz de la pantalla o por verlo, lo cual aceleró su pulso. Podía escuchar sus propios latidos. Aún así, se armó de valor y levantó su mano, acariciando la mejilla de Hado.
Nejire recibió la caricia gustosa y cerró los ojos, disfrutando del tacto de las manos masculinas. Hitoshi aprovechó tal acción, el no tener esos ojos azules fijó en él, desapareciendo el espacio entre ellos y tocando sus labios con los suyos con delicadeza. Un cosquilleo agradable lo llevó a mover un poco los labios y el ser correspondido lo entusiasmó.
Finalmente se alejó con una sonrisa al ver a Nejire con un ligero sonrojo en las mejillas y desviando la mirada con cierta vergüenza. Siguieron viendo la película, Shinso con un sentimiento de satisfacción absoluta al lograr besarla después de tanto tiempo y de la calidez en su pecho por el mar de emociones que el besarla despertaron en él.
Nejire contempló las imágenes finales en la pantalla y su atención regresó a Hitoshi, que sonreía ligeramente. Se veía realmente atractivo al hacerlo, considerando que sabía que esa sonrisa era por ella Y por que al fin se habían besado. Un beso que ella había esperado durante tantos años y que recibió realmente entusiasmada cuando sus labios hicieron contactos. Su estómago se agitó con fuerza ante la idea de estar besando a Suneater, su Suneater. Sin embargo, luego de que la emoción inicial terminara...Nejire no sintió nada. Es decir, se sintió agradable, jamás había besado a nadie. Y ese primer beso fue dulce y delicado...sin embargo, ella esperaba mucho más.
Eventualmente siempre fantaseó con conocer y besar a Suneater, el chico que la salvó de la oscuridad y por el que suspiró por tantos años. Se preguntó cómo serían sus besos, sus labios y el sabor de ellos sobre los suyos. Y que cuando se besaran...que una chispa o unos fuegos artificiales estallan intensamente entre ellos y en su propio interior. Pero, no sucedió. Solo un ligero calor agradable en su interior. Observó los labios del hombre cuando la película terminó y aquella duda la sacudía.
¿Acaso era culpa suya por fantasear tanto?
Su problema eran las tantas películas de romance que había visto sobre el primer beso, como las chispas debían flotar y tu pie hacer "plop". Ella había idealizado ese primer contacto, eso que sintió era la realidad. Aunque no pudo quitarse esa inquietud, ella misma había escrito sobre eso en su libro, sobre el significado de un primer beso y todo lo que se podía sentir...y eso trajo otra idea a su cabeza.
—¡Lo había olvidado!
Shinso se había levantado con la comida intacta hasta la cocina, guardándola en el refrigerador. No había comido, hubiera sido realmente un imbécil si lo hacía considerando lo que pasó. Dirigió su atención hacía la chica que caminaba hasta donde estaba, apoyando los codos en su desayunador.
—¿Qué sucede?
—¿Has podido leer mi libro?
Era totalmente evidente y necesario que él más que nadie leyera lo que había escrito. A fin de cuentas había basado a su protagonista en él, más específicamente en ellos, en Suneater y ella. Anexando varias pláticas suyas a la idea de un mundo de fantasía de criaturas y un amor prohibido. Quería saber su opinión, aunque la razón de mayor peso era que necesitaba ayuda. Tenía correcciones que hacer y por eso mismo esperaba que hablar con él le ayudará a resolverlo.
Shinso fijó su atención dentro del refrigerador y lo cerró con lentitud.
—No he podido terminarlo, lo siento. He tenido trabajo encima y cosas que hacer.
Nejire negó con la cabeza con tranquilidad.
—Lo entiendo, solamente quiero tu opinión en algunas partes, con las correcciones que me han hecho, necesito entregarlo corregido la próxima semana y con el trabajo...se me dificulta un poco.
Shinso se acercó hasta donde ella estaba y acarició su cabello con ternura.
—Me pondré con eso esta noche.
Nejire sonrió agradecida, esperaba poder trabajar en su libro este fin de semana que tenía turno de mañana. Tendría algunas horas libres que aprovecharía.
—¡Tengo que irme! El trabajo me espera.
Shinso pidió un taxi y una vez que Nejire se despidió con un saludo de mano, entró a su casa, tomando su móvil e intentando pensar dónde había guardado el archivo del libro. La realidad era que no había podido leer nada, además que no tenía demasiadas ganas. La idea de leer algo donde el protagonista no era él, sino Tamaki, despertaba un sentimiento desagradable en su interior. Pero debía hacerlo, por Nejire y porque ella pensara lo mejor de él.
Nejire por su parte llegó al hotel, cambiándose en el baño y observando su reflejo en el baño. Detuvo su atención en el espejo y tocó sus labios antes de aplicarse labial. Seguramente aquello había pasado por su reacción alérgica, la próxima vez sería.
Si, tal vez la próxima vez sentiría los fuegos artificiales en sus labios.
Acomodó el moño en su cuello asegurándose que todo estuviera en orden y saludó a _ quien la recibió con una sonrisa e informando los pendientes del día con cada cliente. Una vez al día Nejire soltó un suspiro pronunciado.
Apoyó su mano en su barbilla, sin aquella sonrisa en su rostro que le identificaba.
—¿Sucede algo? — Nemuri preguntó.
El ver a la recepcionista más animada con aquel gesto preocupado en su rostro era extraño.
—Es solo que... ¿Cuando besas a alguien que realmente te gusta deberías sentir algo?— Dijo con aire ausente.
Kayama la vio unos segundos antes de dejar salir un ligero sonido gracioso. Acomodó unos papeles de registros en una carpeta.
—Realmente no creo en esas cosas, son idealizaciones. Un beso es bueno por si mismo y depende de la otra persona hacerse sentir bien ¿Entiendes? —Le guiñó el ojo.
Nejire la observó minimizando sus palabras con aquel gesto con su mano. ¿Acaso ella era la culpable de esperar demasiado? No tenía experiencias previas para utilizarlas en comparación...No había dejado de darle vueltas desde que salió de la casa de Shinso. Intentado justificar de todas las formas posibles por lo que ese beso no fue lo que esperaba. Pero tal vez Nemuri estaba en lo cierto. Había fantaseado tanto con los besos de Shinso, cómo sería su textura, la calidez de sus labios y su sabor.
Debía ser por leer tantos libros de romance y ver tantas películas que te vendían que debía sentirse una galaxia en los labios. La realidad era otra y debía aceptarlo.
—Si, creo que sí.— Mintió sonriendo.
Se hundió en su trabajo recibiendo clientes a la par que intentaba pensar en el cambio que debía realizar en su libro. Tenía una semana, Ryukyu la estaba presionando porque en un mes sería la presentación del libro en la editorial y debía estar listo. Y tal hecho la hacía sentir tan nerviosa, de hacerlo bien o cumplir con las expectativas. Bibimi siempre se lo decía, que jamás podría llenar el espacio que ella había dejado. Sabía que la rubia había sido reconocida con sus anteriores preocupaciones y ella en cambio era una novata.
Nemuri terminó su turno y la dejó sola, en el turno de la noche. Ese día en particular estaba bastante tranquilo, tenía un par de ingresos. Y un cliente dejó el hotel y mandó a las mucamas para limpieza. Se hundió en sus derivaciones hasta que su estómago se quejó estridentemente, demandando comida.
Su cita con Shinso y el percance con el cúrcuma le impidió comer nada. Y ahora su estómago lo resentía. Por las prisas no había comprado nada de comida. Esperaba que alguien pasará para pedirle de favor que le trajera algo de la tienda 24 horas que estaba cerca. Un zumbido en la bolsa de su saco la alertó, tomando su teléfono.
Tamaki
"Si, deja lo reviso"
Le había preguntado al chef sobre un libro que quería volver a leer y no lo había encontrado. Pero él tal vez lo tendría, comprobando que era así. Sonrió satisfecha y cuando estaba por enviar un stickers, un segundo mensaje entró.
Tamaki
"¿Estás sola?"
Nejire:
"Si, Kayama se ha ido"
"¿Mucho trabajo en la cocina?"
Sus pláticas con el chef del restaurante del Royaume por teléfono se habían vuelto frecuentes. Ella solía enviarle imágenes graciosas, sobre alguna situación en el trabajo o sobre algún libro o reseña. Sobre el último tema podían hablar muchísimo a pesar de que él no respondía inmediatamente por su trabajo demandante. Y por eso Nejire había aprendido los horarios más ocupados feo chef y sabía que en la noche estaba bastante solo.
Nejire respondió el teléfono de la recepción confirmando una entrada y observó el florero de flores blancas que estaba ahí. Recordando unas semanas atrás cuando Shinso le mandó aquellas flores, había sido tan encantador y romántico...y el beso retumbó en su cabeza.
—¿Ocupada?
Reaccionó al escuchar la voz masculina y observó al hombre enfrente suyo, con los labios fruncidos en un gesto tímido y desviando la atención, como siempre solía hacer. No solía verla a los ojos con regularidad.
—Amajiki-kun, estoy libre, la noche está tranquila.
Tamaki bajó la mirada unos segundos hasta que finalmente levantó una bolsa con aluminio dentro y la dejó en el escritorio.
—Pensé que tal vez...quizá tú quisieras... o tendrías hambre.
Nejire observó el paquete encima del escritorio y lo tomó, abriendolos ligeramente. El aroma saliendo de la bolsa hizo que sus entrañas se removieron hambrientas.
—Aunque debí preguntar si habías cenado, lo siento, he sido...—Tartamudeó al darse cuenta de que ella podría haber comido.
Amajiki estaba realmente inseguro con cómo comportarse con Nejire últimamente. Antes simplemente se había dejado llevar, comportándose sin pensarlo. Sin embargo, ver aquellas flores en la recepción y a Nejire corriendo hasta abrazarlo con gran efusividad...había sido un golpe fuerte, uno que lo hizo darse cuenta de su realidad. Que él le había entregado a Nejire a Shinso, incapaz de enfrentar a la realidad, que él había compartido todas esas cartas con ella.
"Aún podrías contarle la verdad " Mirio le había dicho en aquella ocasión.
"Eso sería mucho peor" Tamaki simplemente dio media vuelta y se sumergió en la cocina, enfrascándose en el trabajo para no pensar.
Él no podía ir y decirle: Realmente yo soy Suneater, solo que le he pedido a Shinso que ocupe mi lugar por temor a hablar contigo" aquello lo haría ver cómo un completo imbécil y cobarde por no haber podido presentarse y Nejire lo odiaría por mentirle todo esté tiempo. Hado parecía a gusto hablando con él y si sabía la verdad, la forma en la que lo miraría... no podría soportarlo. Ese había sido su mayor miedo todo ese tiempo.
Aunque la manera en que miraba a Shinso, en qué sus ojos resplandecían y una sonrisa cálida inundaba su rostro...su pecho se contrajo dolorosamente al recordarlo y como un desazón llenaba todo su estómago.
Él deseaba que ella lo mirara de esa forma...
Aún así, decidió tragarse todo ese malestar cuando ella le mandó un mensaje ese mismo día y él se vio obligado a responder con naturalidad. Él sabía que Shinso había decidido adjudicar a Suneater, porque él se lo pidió, pero jamás los había visto juntos, hasta ese momento.
—¡No! —Ella tomó el paquete y comenzó a abrirlo. —Moria de hambre, esperaba ver a Mirio para pedirle que me comprará algo pero realmente me has salvado...no he comido en todo el día.
Nejire dejó salir un suspiro emocionado al ver lo que Amajiki le había llevado.
—¿Es..un sándwich? —Realmente preguntaba porque no parecía del todo uno.
—Si...es un croque Monsieur, con jamón, queso, crema bechamel, tostado con más queso y...pensé que podría gustarte.
Hado lo desenvolvió y dio un gran mordisco antes de sujetar su mejilla y quedar fascinada.
—¡Es tan bueno! Puedes convertir algo tan sencillo en algo tan bueno Amajiki-kun.
Él simplemente se sonrojó, rascando su cabeza como gesto de vergüenza. Siempre era tan expresiva, como si algo tan sencillo le gustará tanto...
—¿Has estado tan ocupada que no has podido comer? —La idea de que no comiera en todo el día le preocupó, lo cual era irónico porque él mismo saltaba comidas cuando tenía mucho trabajo.
Ella simplemente asintió dando otra mordida.
—He tenido una reunión en la editorial y luego... la comida no ha salido muy bien, tuve una reacción alérgica y el hambre se fue... hasta ahora.
Tamaki la miró curiosa de sus palabras y como su día parecía bastante complicado.
—¿Comiste cúrcuma?
Cuando sus palabras salieron de sus labios lo lamento al instante que Nejire lo observó curiosa y confundida. Tragó saliva y desvió la mirada. Había llegado a su mente aquella carta donde le contó aquel último momento que había tenido con sus padres en aquel restaurante indio. Ese instante feliz que más atesoraba en su cabeza.
—¿Cómo sabes que soy alérgica al cúrcuma?
—Uhmm... adiviné— Agregó rápidamente con nerviosismo. —...es que yo soy alérgico igual. — Dijp lo primero que se le ocurrió.
Se había dejado llevar por sus recuerdos, olvidando que esas cosas solo lo sabía Suneater.
—Qué coincidencia — Nejire se terminó el sándwich. — Siempre suelo evitar la comida india pero... me han invitado y él no lo recordaba. — agregó con un gesto ausente.
Por supuesto que Shinso no sabía eso, él no le había dado todas las cartas y desde aquel último encuentro en el bar no habían hablado. Tampoco es que antes salían demasiado. Una vez al año tal vez. Pero se preguntó si aquello podría traerle problemas a Shinso.
—Y bueno... ¿Puedo preguntarte algo?
Él la miró unos segundos y asintió, mientras jugueteaba con el trapo de cocina que colgaba de su uniforme. Nejire apoyó los codos en el escritorio y se inclinó hacia él, acortando la distancia exponencialmente. Tamaki sintió su saliva atorarse en su garganta cuando el cabello femenino rozó su mejilla.
—¿Cómo crees que se debería sentir el besar a la persona que te gusta?
Tamaki la observó fijamente a los ojos e inevitablemente bajó la mirada, visualizando los labios femeninos. Tenía un labial rosado, sus labios se veían carnosos y tan suaves...jamás había fantaseado con el tacto de ellos hasta ese momento. Toda cercanía con la fémina le era demasiado pero un beso, era algo que sabía que jamás iba a pasar pero aún así, se había sorprendido a sí mismo pensando en eso en varias ocasiones. Y en ese momento más particularmente. Tragó el nudo en su garganta. Desvío la mirada bruscamente hacia la puerta de entrada. Si no lo hubiera iba a colapsar en ese momento.
—Yo... yo...yo...no lo sé — Tartamudeó tanto como en su infancia, se sentía tan pequeño. — Yo jamás lo he hecho.
Nejire escuchó aquel susurro tartamudo y se reprendió. Por supuesto que él era la persona menos indicada para preguntar. Su ansiedad social le hacía imposible relacionarse de forma normal con la gente, en cuestiones amorosas...no debería tener mucha experiencia. Aunque el ver sus mejillas tan sonrosadas le hizo pensar que se veía realmente adorable.
—Pero...creo que debería ser especial. — agregó un poco más seguro Tamaki, sin tartamudear pero susurrando lo suficiente algo para que ella escuchara.
Nejire lo observó durante unos segundos y sonrió. A pesar de que era tan tímido y contrario a ella en personalidades, pensaban igual. La idea de Kayama le había estado dando vueltas en su cabeza, que eran sus idealizaciones que la llevaron a no disfrutar el beso. Pero al ser una soñadora ella esperaba más y Tamaki coincidía con eso.
—Creo lo mismo. — Agregó la recepcionista.
—Me iré ahora — Indicó Tamaki, más por los latidos fuertes de su corazón.
—Antes de que te vayas... ¿Podría pedirte otra cosa?
Él asintió porque no podía darle otra respuesta más que cumplir con todo lo que ella le pidiera.
—¿Podrías leer mi libro? Yo...necesito hacer varias correcciones pronto y estoy atorada y tienes conocimiento en literatura. —Nejire jugueteó con sus dedos mientras hablaba.
Por alguna razón el hecho de pedirlo a Tamaki le hacía sentirse nerviosa. Tal vez porque era la primera persona que lo leería fuera de su editora, Bibimi y Suneater, lo cual era importante. El hecho de conocer la opinión de alguien más y más de Tamaki que tenía buen gusto con la literatura. Se lo había pedido antes pero aquella petición quedó al aire y él había dicho en aquella ocasión que sería un placer leerla...algo que necesitaba en ese momento.
—Claro, te mencioné que me encantaría. — Indicó antes de dar media vuelta. — Puedes mandármelo.
Nejire sonrió efusivamente y asintió viendo la espalda de Tamaki alejarse hasta desaparecer. Tenía el archivo en el móvil, lo mandaría en seguida y esperaba que el chef tuviera tiempo pronto, antes de que tuviera que mandar las correcciones. Suspiró mientras regresaba a su trabajo cuando vio su móvil vibrar en la mesa. Lo tomó viendo un mensaje nuevo.
Suneater
"Aún sigo arrepentido por lo de esta tarde con la comida. Déjame recompensarte ... .elige algo y te lo mandaré en seguida. "
Nejire
"No te preocupes, un amigo me dio algo de comer. "
Y sin ver la respuesta guardó el móvil en su chaqueta. Aunque Shinso fue incapaz de contestar.
El firmamento oscuro estaba adornado por estrellas brindando y gran panorama en aquella noche calurosa. Las farolas iluminaban el parque donde varias parejas caminaban y algunos niños corrían en el área de juegos.
Sus ojos violetas observaron a la mujer a su lado caminando mientras terminaba el cono de helado que había ordenado. Intentando recordar una y otra vez en su cabeza que su helado favorito era el de moras con queso, contrario a lo que él había dicho que era chocolate. Era demasiado complicado el haberse adjudicado un personaje que no era él porque tocas fingir que lo había olvidado, lo cual le hacía sentir un idiota. Esas cartas para ella habían sido una salvación en su infancia. Y que él parecía no recordar nada....
No sé atrevía a pedirle a Tamaki el resto de las cartas, a fin de cuentas había faltado a su palabra y a lo que él propio Amajiki quería. Necesitaba esforzarse mejor pero era complicado, en muchas ocasiones de sentía atrapado en aquella imagen preconcebida.
Aún así observó cómo su mano jugueteaba la femenina y sonrió. A pesar de esos pequeños detalles, las cosas entre ellos parecían ir excelentes.
—Te ves encantadora
Nejire jugueteó con su cabello y sonrió un poco avergonzada.
—Gracias.
Habían pasado ya un par de días desde aquel incidente. Y Shinso parecía especialmente atento y eso le gustaba. Dio un par de pasos hasta que su móvil vibró y lo sacó encontrando un mensaje de Tamaki y respondiendo mientras dejaba salir una ligera risa.
Tamaki:
"Mirio ha estado insistiendo con ir de nuevo a la barbacoa. ¿Podrías está semana?"
Nejire:
"¿Haría de nuevo su acto de desaparición?"
Hado disfrutaba de recordar cómo había huido de ahí, de alguna forma y por algún dolor. Y aunque Nejire lo había interrogado al día siguiente el rubio simplemente había dicho que tenía un grave problema intestinal y debía salir de ahí antes de causar una calamidad. Siempre exageraba pero no quiso en detalle.
Tamaki:
"Me aseguraré de frustrar su escape."
Nejire sonrió mientras enviaba unos stickers. Tamaki era más abierto por mensajes y hasta gracioso.
—¿Sucede algo? — Quiso saber Hitoshi.
—No es nada, solo es un amigo. — Bloqueó su móvil.
Nejire le restó importancia, pero Shinso quiso ver el nombre del amigo pero ella bloqueó la pantalla y la guardó. Recordando como días atrás con el inconveniente del cúrcuma, un amigo la había ayudado, eso no debería preocuparle ¿No?
Nejire lo miró y una idea cruzó por su cabeza.
—Shinso... ¿De casualidad has podido leer mi libro?
El hombre a su lado presionó su mano una vez y le dedicó una sonrisa tan arrebatadoramente encantadora que su pecho se agitó.
—Si, lo he terminado en la tarde.
—¿Y qué tal? — Nejire se paró enfrente de él, con sus ojos brillando intensamente.
—Es...interesante cómo has manejado un mundo diferente, creo que será un éxito.
Nejire se sonrojó mirando a ver al otro lado y finalmente volvió a mirar a Suneater.
—Y sobre las dudas que te envíe...¿Se te ocurre cómo podría cambiar aquella escena casi al final?
Shinso había terminado de leer el libro más que nada porque se lo había prometido. El leer el romance de Suneater y la protagonista del libro fue un golpe duro, no le gustaba imaginar a Tamaki ahí, a pesar de que Nejire había puesto descripciones físicas de él, no podía evitar pensar en Amajiki en cada escena donde salía. Junto con la fantasía que no era de su gusto...era complicado hacer algún comentario acertado.
—Realmente...no se me ha ocurrido nada, yo lo veo bastante bien.
Nejire presionó los labios, se había ilusionado tanto con el hecho de que Shinso le ayudará pero el tiempo estaba corriendo y pronto tuvo que realizar una entrega. Pero era cosa suya por confiarse.
—No te preocupes yo...— Fue ahí que Nejire lo escuchó.
Giró sobre sí misma viendo de nuevo aquella fuente en el suelo mientras el espectáculo de chorros de agua se abría pasado en una especie de danza. Los recuerdos afloraron a su mente, las luces e imágenes del festival, un Tamaki accesible que reía con ella dentro de aquella fuente intentando escapar y como al día siguiente le había enviado mensajes temprano para saber que se encontraba bien y no se había resfriado. Había sido realmente atento, como siempre lo era. Hasta le había llevado un café caliente cuando llegó. Pero los recuerdos del agua mojándonos a dónde fueran en una prisión sin escape, la mano de Tamaki con la suya, todo pareció tan mágico que quería repetirlo con Suneater.
Entusiasmada por el recuerdo Nejire tomó la mano de Shinso y tiró de él, con la idea de recrear ese momento con Suneater. Pero justo cuando estaban por entrar al rango donde el agua salía, él se plantó con fuerza, deteniendo su avance y haciendo girar a Nejire para ver qué estaba sucediendo.
—¿Qué haces? — Shinso la observó confundido y contrariado por sus acciones.
— Quiero que entremos a la fuente y.. — Pero fue interrumpida.
—No he traído otra muda de ropa y realmente no me apetece.
Nejire soltó la mano de Shinso, observando mientras se arreglaba el traje que siempre solía usar por el trabajo que tenía. La sonrisa en su rostro desapareció al pensar que había sido impulsiva, orillando a casi hacer algo que le desagradaba. Pero se había dejado llevar, ese momento tiempo atrás con Tamaki fue realmente divertido y solo pensó en repetirlo y que Shinso disfrutará de algo como eso.
Sin embargo lo que más le perturbaba no era el hecho de que Shinso no siguiera el juego de sus ocurrencias ni la forma tajante en qué lo hizo, ni la desilusión de ser rechazada de alguna forma. Sino lo que por un momento deseó, reprendiendo el resto de la noche por eso.
Que él que estuviera a su lado no fuera Shinso, sino Tamaki.
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