Incertidumbre

El aire de la ventana entraba en el vehículo, agitando su cabello, la música resonando en los audífonos que tenía en las orejas al mismo tiempo que leía algo mientras el autobús llegaba a su destino.

Mirio había tenido que doblar turno por lo que se había llevado el auto y él tuvo que tomar el autobús, algo que no le disgustaba. Disfrutaba esa tranquilidad, además que el viaje nunca era demasiado largo. Podía relajarse un poco, los hombros los tenía pesados por sus días extenuantes de trabajo. Aunque...viajar en autobús le dejaba un desazón amargo en su estomago, de viejos tiempos cuando eso era agradable.

Aquella primera vez que había coincidido con Nejire y habían compartido audífonos por iniciativa de la fémina. Esos pequeños momentos habían iniciado la amistad que ambos tenían y ayudado a que esta se forjara. Se habían encontrado un par de veces más en el autobús, con Nejire hablando de alguna cosa que rondaba su cabeza o de ambos compartiendo audífonos o hablar sobre algún libro que ambos habían leído. Siempre se hacía muy corta la ruta de esa forma y el viajar en ese momento ahí, hacia bastante solitario el lugar de junto. Apoyó la cabeza en el cristal.

Tamaki desconocía tanto de las relaciones personales, por lo que en muchas ocasiones no sabía como comportarse o hablar de manera adecuada. Jamás había buscado hablar con la gente o entablar una amistad...por lo que cuando Nejire lo bloqueó, no supo que hacer. Sabía que la única opción era hablar con ella de frente, pero solo imaginar eso, aceleraba su corazón dolorosamente y sus manos sudaban. Jamás en toda su vida se había enfrentado a una situación complicada. En las pocas situaciones de interacción donde estuvo, terminó diciendo algo incorrecto y los chicos del orfanato lo habían golpeado. Por su nula capacidad social se había mantenido al margen de cualquier situación social. Por lo que hablar con ella de frente....era impensable.

Suspiró derrotado sin saber que hacer, había hecho lo que había podido. ¿Debería olvidarse del tema?Casi podía escuchar las palabras de Mirio sobre tener que arreglar las cosas y la ansiedad crecía aún más. De pronto todo el avance que en todos esos meses que había tenido con Nejire desaparecieron, estaba como al inicio, como si jamás hubieran hablado en persona....aunque su situación era peor. Tenía la certeza que lo despreciaba.

El autobús se detuvo y algo llamó su atención, sus ojos se abrieron totalmente cuando vieron una cabellera azul moverse y su interior se agitó al comprobar que se trataba de Nejire Hado. Quien había abordado el transporte, había caminado a su lado y se había sentado hasta el fondo. ¿Esa era una cruel coincidencia? ¿Una manera de burlarse y mostrarle su realidad?Podía escuchar sus latidos acelerados hasta las orejas, intentando calmarse, pensar adecuadamente. Ella lo había ignorado todo ese tiempo..¿acaso era una señal para hacer algo al respecto? Las preguntas y dudas invadieron su mente en el trayecto, mientras las ideas negativas bloqueaban cualquier pensamiento de animo. Hasta que el autobús se detuvo anunciando su parada donde debía bajar para ir al hotel.

Observó la figura femenina moverse hasta la puerta delantera, su voz agradeciendo al conductor y un sentimiento de perdida atacó a Amajiki, de ver su espalda alejándose, dejándolo en esa oscuridad. La adrenalina golpeando sus venas lo obligaron a levantarse y bajar del vehículo. Una vez fuera, se quedó quieto, observando la espalda femenina alejarse.

Sus labios temblaron cuando la ansiedad comenzó a abrirse paso ante él, había estado tan cerca, tan cerca... sus manos sudaban en extremo y su estomago se revolvió. Iba a vomitar, los nervios lo gobernaban de manera abrumadora. La espalda seguía alejándose y la voz de Mirio se repetía una y otra vez en su cabeza, a la par que la imagen de Nejire sonriendo y la manera en que decía su nombre se alzaron fuertemente. Y con eso, sus piernas se movieron, primero un par de pasos y después empezó a correr, intentando alcanzarla, no perderla. No volvería a arrepentirse, esa era una oportunidad que no sabía cuando volvería a presentarse y si la dejaba ir, si él no hacía lo necesario...Cuando estuvo lo suficiente cerca, disminuyó su paso, solo caminando rápidamente, detrás suyo.

Su corazón estaba por salirse y todo su cuerpo le indicaba que huyera de ahí, que se escondiera. Respiraba con dificultad, sentía que se ahogaba, las nauseas incrementándose acada paso que daba. Sus ojos picando con las lagrimas a punto desalirse.

-¡Hado-san!-Su voz salió como una suplica.

La fémina giró el rostro para verlo acercándose y apresuró aún más el paso. Ante eso, Tamaki caminó un poco más rápido, un poco más, hasta que logró tomarla del brazo, para detener su rápido caminar. Ella giró, soltándose de su agarre y mirándolo con dureza, con el enojo y temor presente en sus ojos.

-¿Ahora estas siguiéndome? -Escupió con desdén.

-No, no es nada de eso. -Su voz temblaba, junto a sus labios y su mirada estaba nebulosa, sus piernas querían correr. -Solo...necesito hablar un momento contigo.

-¿No entiendes que no quiero hablar contigo? -Ella miró alrededor, como si buscara ayuda, pero no había nadie cerca.

Tamaki sintió su corazón estremecerse, con las palabras "sal de ahí" repitiéndose una y otra vez en su cabeza junto con "ella me detesta" y esa sensación insoportable embriagando todo su ser. Estaba consumiéndolo e impidiendo que respirara adecuadamente. Los ojos picaban e intentó controlarse, intentó hablar, pero las palabras no salían. No podía hacerlo, él no podía...él iba a perderla.

-Porfavor...-Suplicó de forma lastimera.

No sabía si fue la manera en que lo dijo o que razón tendría, pero ella se quedó quieta, cruzando los brazos en su pecho. Como si esperaba que continuara.

-¿Qué es lo que tienes que explicar? -Indagó la fémina cuando él no habló.

Y un rayo de esperanza atacó a Tamaki, quien sentía las piernas débiles.

-Nunca había sido capaz de hablar con alguna persona, fue hasta que llegaste y yo...pude hacerlo... el estar contigo y conocerte yo sentí que...

-¿Conocerme?-Soltó de forma irónica. -¿Con conocerme te refieres a averiguar todo de mi, seguirme y suplantar a alguien para acercarte a mi?

-No,no es lo que yo...

-Debo reconocerlo, lo hiciste muy bien, realmente te creí, que eras una buena persona, realmente... -Sacudió la cabeza como si quisiera ordenar sus pensamientos. -Pero al final resultaste ser todo lo contrario. -Escupió con su rostro contraído de furia y prejuicio. -Así que mantente alejado de mi.

Nejire dio media vuelta y salió caminando de ahí, sin mirar atrás.

Tamaki se quedó en su sitio, mientras sus brazos caían a su costado, retrocediendo un par de pasos hasta que sus piernas dejaron de reaccionar y terminó cayendo sentado en el suelo. Sus ojos se centraron en los vehículos que pasaban por la calle de enfrente. El sonido de un rayo partiendo el cielo anunció la lluvia que comenzó a caer en ese momento, mojando todo a su paso. Los autos encendieron sus limpiadores de parabrisas, pero Amajiki se quedó ahí, sintiendo el agua fría empapar su ropa, sin la mínima importancia de moverse.

¿Para que moverse si no había nada que salvar? ¿Acaso los pedazos que quedaban de él?

Noches atrás había pensando que una vez que hablara con ella, pasara lo que pasara lo aceptaría. Pero en ese instante, mientras podía escuchar su interior romperse, se arrepentía de haberlo hecho. Se arrepentía de haberse bajado del autobús. Eso era porque aún tenía esperanzas, esperanzas de que eso se resolviera y...recuperarla. Pero realmente la había perdido, todo lo bueno que tenía con ella, todo lo que ella había significado en su vida, todo eso...lo había abandonado, había desaparecido. Había sido extraído en carne viva de sus interior.

Sus palabras se repetían una y otra vez en su cabeza, junto con sus propios pensamientos de autodesprecio ¿realmente esto iba a terminarde manera diferente? Él había estado toda su vida solo, sin que le importara a nadie, que lo mejor era desaparecer, para deshacerse de esa agonía. El agua saliendo de sus ojos se entremezcló con la lluvia, no había nada más por lo que valiera la pena luchar. Su motivación para seguir, la luz que había iluminado su vida había sido Nejire. A pesar de que ella solía decir que Suneater la había salvado de esa oscuridad, la realidad era que había sido al revés. Ella lo había salvado, ella le había dado la mano para traerlo fuera de la oscuridad y ahora...no tenía nada.

No tenía voluntad para luchar por nada, solo deseaba desaparecer y acabar con todo.


Nejire abrió la puerta trasera un segundo antes de que la lluvia la alcanzara, agradeciendo aquel golpe de suerte al no llevar su paraguas ese día. Dejó sus cosas dentro de su casillero, para encaminarse a la recepción. Era un día bastante ocupado por lo que debía ponerse en marcha.

Antes de salir del área de empleados giró su rostro y se reprendió a si misma, mordiendo su labio inferior. Por un momento...pensó que él la seguiría hasta ahí. Además que trabajaban en el mismo sitio. Tal vez por esa idea esperaba verlo llegar, pero no fue de esa forma. No lo había visto llegar desde hace unas semanas atrás, lo cual agradecía. No quería verlo, pero aquello era un completo reto.

Algo que jamás había encontrado como una desventaja al hablar del Amajiki pero que desde aquella noche...todo había cambiado. Aquella noche donde encontró el reloj de Shinso y las cartas en el cuarto deAmajiki, recordando lo que Shinso le había dicho días atrás, sobre que alguien se había metido a robar a su casa. Al inicio, cuandoescuchó eso, el hecho de que se robaran las cartas no tenía el más mínimo sentido. Porque si entrabas a robar era por alguna cosa que pudieras vender pero eso...

Solo significaba que estaba buscando algo particular con las cartas. Perode alguna manera Nejire terminó desechando esa idea, quiso restarle importancia. Pero encontrar eso con Tamaki, había sido un golpe duroe irreversible. Su corazón se había estrujado cuando el entendimiento se abrió paso en su cabeza, cuando cada cosa comenzó a encajar de manera automática.

En varios momentos cuando había estado con Tamaki, había llegado a pensar que él...se parecía mucho más a Suneater que le mismo Shinso. Que sabía o se comportaba de tal forma que le habían hecho dudar al respecto. ¡Ella realmente lo había creído! Cuando se habían besado en su cuarto, la forma en la que su cuerpo y sus labios reaccionaron de la misma forma que el hombre que se identificó como Suneater en la fiesta, todo realmente indicaba que lo era, el chico de las cartas.

Pero el encontrar las cartas y el reloj hacían ver aquella similitud como algo retorcido. Que Tamaki Amajiki se había metido a robar las cartas...todo eso para acercarse a ella. Teniendo alguna obsesión con ella y dispuesto a hacer cualquier cosa para lograrlo. Y todo lo que había vivido con él, cada momento, todo lo que le había hecho sentir...todo estaba debidamente planeado y era falso. Todo era un plan, una puesta en escena. Y aquella idea la superó, la superó de tal manera que la opresión en su pecho le había impedido respirar adecuadamente y las lagrimas salían desesperadas.

Nejire le había entregado todo a Tamaki, se había abierto ante él, le había entregado sus sentimientos de manera honesta...a alguien como él. Esa noche no había podido dormir, refugiándose en los brazos de Shinso, quien la consoló durante toda la noche. Y dispuesto a poner una orden de restricción si eso era lo que ella quería. Pero ella no quería hacer un alboroto de eso y menos en el trabajo, por lo que decidió simplemente mantenerse lo suficiente lejos. Pensando que eso seria suficiente...hasta que Amajiki comenzó a mandarle mensajes, insistiendo cada noche y se vio obligada a bloquearlo.

Jamás pensó que se acercaría a ella, con una excusa barata sobre conocerla y como eso había cambiado su vida. Algo demasiado retorcido dada las circunstancias pero que a pesar de todo, el escuchar esas palabras habían agitado calidamente un instante su interior. Hasta que se vio obligada a reprimirse a si misma, recordando el tipo de persona que era. Que toda esa timidez y palabras vacías eran la manera que había utilizado para acercarse a ella. Que todo en Amajiki Tamaki era falso....a pesar de que, muy en contra de si misma, en el fondo aún no quería aceptar esa idea.

¿El tímido, asocial y dulce Tamaki...siendo un acosador? Cualquiera que lo conociera diría que era impensable. Aunque por desgracia el único que de verdad lo conocía era Mirio. Y tal parecía que estaba dispuesto a defenderlo y que el rubio había apoyado esa idea...pero mientras más lo pensaba, no podía entender como eso era posible. Mirio era una persona bastante correcta, amable y cálida, por lo que apoyar un comportamiento así o estar junto a alguien capaz de eso...era impensable. Lo cual apoyaría aquella parte de ella. Aquella voz que cada vez se hacía más fuerte después del salir del estupor inicial de descubrir eso, que decía que Tamaki no era ese tipo de persona.

Si eso era así ¿qué hacia con el reloj y las cartas? Y ahí empezaba su confusión, porque ante eso solo había dos alternativas. Que Tamaki fuera Suneater, no obstante ¿cómo se explicaría el reloj de Shinso en su casa?...la otra alternativa era que hubiera una especie de malentendido, pero eso seria bastante conveniente. Y la evidencia estaba ahí, ella había leído sus cartas, ella había visto el reloj...

Sin embargo, el ver como su rostro se deformaba cuando ella le dijo esas palabras...su pecho se había contraído dolorosamente al casi imaginar como sus palabras lo habían destruido. Y el arrepentimiento la invadía. Intentaba convencerse que eso había sido necesario, porque de otra manera él seguiría siguiéndola y todo indicaba que debía mantenerse lejos de él. Pero...

Llegó a la recepción encontrando a Nemuri y Kaina hablando mientras se encargaban de algunas cosas en la computadora. Nejire llegó saludando, escuchando alguna platica entre ellas sobre sus intereses amorosos. Hasta que se quedaron en silencio.

-¿Sucede algo, Nejire? -Mencionó Kaina, mirándola retraída jugando con el cordón del teléfono.

-Has estado callada desde que llegaste. -Secundó Nemuri.

-Es solo que...-Una idea no había dejado de darle vueltas. -¿Qué piensan de Amajiki Tamaki?

Ambas mujeres observando a la Hado, quien tenía la expresión más seria en su rostro. Finalmente Nemuri se llevó un dedo a la barbilla pensando.

-Es...algo extraño. -Fue lo primero que se le ocurrió. -Ya sabes, no es nada bueno socializando.

-En todos mis años aquí, creo que solo he hablado con él un par de oraciones.-Agregó Kaina.

Nemuri asintió, confirmando aquello. Le parecía extraño que Hado dijera eso al respecto considerando que sabía que Hado y Amajiki de alguna manera eran amigos.

-Apesar de eso, parece una buena persona-Agregó. -Y fuera de aquella timidez, es guapo. -Nemuri sonrió, mientras le guiñaba el ojo.

Nejire simplemente asintió ante eso y las mujeres se hundieron en su trabajo al no obtener una respuesta de la Hado. Ellas tenían la misma opinión que ella misma tuvo al inicio con Amajiki, antes deconocerlo a fondo, antes de que despertara cualquier cosa en ella. De ser así, jamás se hubiera enamorado de él.

Pero si eso era así ¿Qué significaban las cartas y el reloj en su cuarto?

Llegó al hotel si tener ni idea de como lo había hecho, metiendo de forma mecánica las cosas en su casillero. Su intención era quedarse ahí,en medio de lluvia, intentando que el agua que escurría se llevarabtodas sus preocupaciones y el dolor que lo embriagaba.

Sin embargo, su teléfono no había dejado de sonar y había respondido por inercia, escuchando la voz de su amigo.

-¿Donde diablos estas?

Él simplemente se había quedado callado, sin ganas de hablar, la lluvia era más ligera por lo que solo un par de gotas caían en su rostro. Aún estaba en el suelo, sin poder moverse o sin querer hacerlo.

-Necesito que vengas ahora, Sasaki esta aquí y quiere hablar contigo.

Tamaki contempló las luces de los autos pasar con rapidez, perdiéndose en aquella coloración blanca y roja. Sin entender lo que la voz de su amigo seguía diciendo en el teléfono.

-¡Tamaki, date prisa!

Sin saber si era la forma efusiva en el que el rubio lo había dicho o porque el frio le había congelado hasta los huesos. Se levantó con gran lentitud, caminando por el camino que había recorrido tantos años trabajando en el hotel. Se había quedado a una esquina de distancia, por lo que no demoró tanto en llegar a la entrada trasera. Fue encontrado por Togata que simplemente se quedó callado al ver su apariencia.

Togata había estado gran parte de su vida junto a Tamaki y aquella imagen, sus ojos caídos y movimientos vacios...eran un reflejo de como lo había encontrado aquella noche donde Nejire encontró las cartas. Algo grave había sucedido, pero en ese momento necesitaba empujarlo lo suficiente para que hablara Sasaki y una vez que terminara con eso, al salir, podrían ir a tomar algo para dejar salir ese trago amargo. Lo esperó a que se cambiara de ropa a una seca y cuando estuvo a su lado, lo impulsó por el elevador, hasta el piso más alto, que le pertenecía a Mirai. Una vez ahí tocó, hubiera querido dejar a Tamaki arreglar eso solo, pero considerando su estado, se quedaría a su lado.

-Tamaki, es bueno verte. -Saludó Mirai dejando el periódico a un lado.

Amajiki simplemente dio un par de pasos más antes de inclinarse sin muchas ganas. Su rostro estaba apagado, como si aquella timidez normal hubiera desaparecido.

-He venido por el evento del cual habíamos hablado, es en una semana, por lo que quisiera afinar los detalles de los que hemos estado hablando. El menú, la dinámica del evento, todo eso. -Agitó lamano en señal cansada. -¿Esta bien?

-Si,señor. -Indicó con aire ausente.

-Tengo una lista de los platillos y sobre los platos vegetarianos, además del itinerario. -Le ofreció la hoja que Mirio terminó tomando por inercia cuando su amigo no se movió. -Se te proporcionará un equipo calificado para seguir tus indicaciones....

Tamaki simplemente asintió, sin entusiasmo, sin escuchar realmente nada más que los pensamientos autodestructivos de su mente.

Removióel contenido en la sartén hasta que la puerta principal sonó, por lo que apagó el fuego, una vez que se aseguró que estaba listo y se dirigió a abrir.

Encontrando a Nejire sonriendo con una caja de postres en las manos.

-Nejire-Él se inclinó para besarla en la frente.

-He traído el postres -Sonrió avergonzaba al entraba. -Ya que te hasencargado de la cena.

Shinso sonrió mientras asentía, guiándola hacia la mesa de su departamento que era bastante espacioso para una persona, pero que su trabajo como asistente de fiscal le permitía monetariamente. Una vez que ella sesentó, Shinso regresó a la cocina, sirviendo la comida que había hecho. Un poco de arroz, con el estofado encima y un poco de cebollin. Algo lo suficientemente básico para que pudiera hacerlo y no terminara en un rotundo desastre.

Nunca había sido bueno para la cocina, una vez que empezó a trabajar y vivió por su cuenta, había sobrevivido todo ese tiempo de comida instantánea y comida a domicilio. Era una persona sencilla, que no le gustaba complicarse. Por lo que una comida no entraba en algo que quisiera hacer. Pero que había decidido hacer debido a las eventualidades que sucedieron.

El recibir a Nejire un par de semanas atrás, llorando desconsoladamentey dejando salir todo lo que le afligía. El descubrir que Tamaki Amajiki era un acosador que la había estado siguiendo todo esetiempo, arrepintiéndose de haber hablando con él y como le resultaba increible aunque si lo pensaba tenía todo el sentido. Shinso simplemente había acariciado su cabello una y otra vez, hasta que la fémina finalmente se calmó, dejando de llorar. Él no podía estarmás extasiado, porque las cosas habían resultado mejor de lo quehabía planeado.

¿Cómo unas simples palabras y un reloj podrían causar un quiebre irreparable? Agradecía mentalmente a Tsunagu a impulsarlo a usar las armas del otro a su favor. Deshaciéndose de Tamaki de esa forma. Hasta le había sugerido una orden de restricción para asegurarse totalmente que no se acercaría de nuevo, pero ella no quería nada demasiado complicado. Aún así estaba bastante seguro que Nejire no dejaría que se volviera a acercar. Podía disfrutar el triunfo encada papila gustativa y era dulce.

La relación que podría pensar que estaba terminado entre ellos, se había reforzado. Nejire le enviaba mensajes de forma constante, siempre pendiente de él y buscando verlo cada que era posible. Y dedicándole aquella mirada cargada de sentimiento que le había dedicado cuando se presentó como Suneater. Esa intensidad que paralizaba su corazón y lo incitaba a querer abrazarla y jamás soltarla. A pesar de que apreciaba a Tamaki como un amigo...se había visto forzado a actuar, no perdería a Nejire, no cuando la había encontrado cuando no sabía que estaba perdido. Quería ser mucho mejor con Nejire, para que su relación fuera mucho mejor y ella siguiera viéndolo de esa forma. Por lo que se había dado a la tarea de cocinar algo sencillo para impresionarla.

Dejó los platos en la mesa y Nejire se llevó los palillos a la boca, quedándose unos segundos quieta, degustando del bocado en su boca. Shinso esperó su respuesta pacientemente, al ser la primera vez que cocinaba algo en mucho tiempo.

-Es...rico.-Sonrió una vez que lo tragó.

Nejire se forzó a sonreir, aunque en su interior quiso torcer la boca. Recordaba como Suneater solía decir que le encantaba la cocina y ella le había dicho que le gustaría que alguna vez cocinara algo para ella, realmente lo había deseado. Pero en ese instante, se preguntó si la idea de Shinso de dedicarse a la cocina no habían sido por los halagos falsos de su madre. No estaba terrible pero...no estaba bueno. Estaba simple y tenía un ligero sabor a quemado. Aún así siguió comiendo mientras Shinso hablaba sobre el trabajo y los casos que tenía encima. En algún momento Nejire habló de su día.

Omitiendola platica que había tenido con Tamaki, sabía que si lo mencionaba, Shinso diría de nuevo lo de la orden de restricción. Y luego de hablar con Amajiki sabía que no volvería a acercarse a ella.

Una vez que terminaron de comer, se dirigieron hacia al cuarto de Shinso, donde él puso una película romántica, simplemente para llenar el ambiente. Nejire se recostó contra Shinso, mientras él la rodeaba por la cintura, con ambos recostados. La primera vez que había estado en su cuarto fue cuando acudió a su casa tarde luego de enterarse de lo de Tamaki y su refugio había sido ahí, en los brazos de Shinso. Lugar donde se había sentido tan segura, su único soporte.

Desde ese momento cada que iba a su casa, que era bastante más frecuente que antes, terminaban en la cama, viendo alguna película o programa. Solo se recostaba en su pecho, entrecruzando sus piernas y eso...era suficiente para Nejire. Él acariciaba su brazo, hasta que su mano se dirigió hasta su barbilla, tirando un poco de ella, para alzar su rostro y besándola en los labios. Nejire se quedó totalmente quieta y se obligó a cerrar los ojos.

Se obligó a si misma a quedarse quieta y no empujarlo como una parte de ella se lo decia.

En todo ese tiempo él no había buscado besarla, tal vez por lo que había sucedido, dándole su espacio. Hasta ese momento, cuando sus labios se encontraron y Nejire sintió una quietud apagada, sin ninguna chispa entre ellos. Y su mente trajo a ella a Tamaki Amajiki, la textura de sus labios y su sabor.

Shinso se alejó y Nejire volvió a recostarse, sintiéndose realmente culpable. Había pensado en alguien más cuando Shinso la besaba. Hasta ese momento no lo había pensado, pero se había besado con alguien más cuando aún estaba con Shinso, lo cual despertó aún más su culpabilidad. Y ella lo había disfrutado mucho más, al grado de pensar en eso cuando Hitoshi la besaba.

Mordió su labio inferior, sin prestar atención en la película. Aquel recuerdo en el cuarto de Amajiki no se iba a de su mente. Como su corazón había latido desesperado cuando se atrevió a hacerlo, los fuegos artificiales estallando, encendiendo el fuego de su interior y su corazón en su boca. Lo sintió tensarse al inicio, como si no creyera lo que estaba sucediendo. Pudo percibir los labios masculinos temblando, temerosos y finalmente seguirla, con tanta torpeza que Nejire había muerto enternecida de su actitud. Y eso la había animado a ir aún más, presionando un poco más y subiendo la intensidad del beso. Porque ella quería más, mucho más de aquel sabor embriagado de Amajiki. Si su telefono no hubiera sonado ¿hasta donde hubieran terminado las cosas? Ella no confiaba mucho en su autocontrol, no con Tamaki.

Todo su cuerpo temblaba y ansiaba más, mucho más de sus labios tan suaves.

Se sobresaltó al sentir la yema de los dedos de Shinso adentrándose un poco debajo de su camisa, sus manos estaban frías. Pero el hecho de verse ahi, en el cuarto de él y mirar su sonrisa juguetona, le hizo sentirse realmente mal. De no poder dejar de pensar en Tamaki.

Vio a Shinso inclinarse de nuevo y la besó de nuevo, ahora con mucho más intensidad. Nejire cerró los ojos, en un intento de bloquear sus pensamientos, de dejarse llevar, de aceptar su realidad en ese momento. Los entreabrió en algún momento viendo una cabellera índigo y aquellos ojos mirándola con tanta dulzura que podían detener su corazón. Por lo que le devolvió el beso con mayor intensidad, moviéndose y pronto él estuvo encima de ella, besándola y profundizando aún más con su lengua. Él se alejó y fue ahí que vio los ojos morados con aquella tonalidad oscura debajo. Su corazón se estremeció decepcionado y se resistió cuando lo sintió besar su mandíbula y alcanzar su cuello, entendiendo que las cosas estaban yendo mucho más lejos y que ese era Shinso.

El dolor la sacudió, porque ella, todo su cuerpo, deseaba que fuera Tamaki.

Las ganas de llorar vinieron cuando su corazón se estremeció, ella realmente amaba a Tamaki. Había logrado quererlo tanto que el hecho de no estar con él en ese momento, que no fuera él, la estaba matando. Tenía que deshacerse de todo lo que el Amajilki le hizo sentir, de cada sonrojo, cada corazón acelerado, de todo eso....¿cómo podría desaparecer eso que sentía? ¿Cómo podría borrarlo de su mente cuando su corazón se negaba a aceptar que él había sido capaz de hacer algo como eso?

Las manos de Shinso se adentraron aún más por debajo de su blusa y sus besos alcanzaron su clavícula desnuda. Él iba descendiendo, tocándola, probándola, alguien diferente a la persona que ocupaba toda su mente. Podía escuchar su voz llamándola y esa sonrisa curvada....

-Espera.-Lo empujó cuando la ansiedad la impulsó.

Shinso se detuvo, mirándola debajo suyo. Su mirada un poco cristalina y una expresión en su rostro de confusión, desacuerdo y como...si estuviera contrariada y abrumada.

-No puedo hacerlo...-Cubrió su rostro con las manos.

Shinso se quedó quieto, lentamente apartó la mano debajo de la blusa de la chica y sonrió más que por sentirlo, por que eso era lo que se suponía que debían esperar de él, comprensión. Hace bastante tiempo que quería ir más allá que besos, mucho más. Nejire era una mujer bastante atractiva y sensual, por lo que era evidente que él quisiera compartir más que solo besos. Pero se había refrenado porque esperaba que ella diera alguna señal. Algo que no había sucedido aún después de que se deshizo de Tamaki.

-No te preocupes, esperaré.

Se dejó caer a un lado de ella, apartando las manos. ¿Acaso ella realmente no se sentía lista o...había alguna razón más? La idea de que a pesar de deshacerse de Tamaki su recuerdo siguiera ahí, le enfermaba. Ella se levantó de la cama, disculpándose para ir al baño. Se miró al espejo unos segundos antes de mojarse la cara en un intento de calmarse.

Tal vez se había enamorado sin proponerselo de Tamaki, pero ella amaba aún más a Suneater, tenían una historia trazada en hojas de papel,y ahora estaba con Suneater. El hombre que amaba y que no había podido dejar de pensar en todos esos años. Que había decidido que sería él único en su vida.

Él era Suneater, Shinso era Suneater, Suneater, Suneater.

Salió del baño dando una vuelta en la sala, intentando respirar adecuadamente, distraer su mente. Además que de alguna manera temía volver al cuarto rápido. Conocia aquel departamento bastante bien, por lo que pasó su dedo por el mueble y la cómoda que estaba cerca, una especie de mueble de madera con plantas. Curioseó los recibos de pagos de ahí. Ahí estaban algunos papeles de Shinso de su trabajo. Miró a pesar de que sabía que no encontraría nada que entendiera, pero algo llamó su atención.

Un documento con varias anotaciones en los margenes, movió algunos encontrándose con algunos más. Informes o reportes a mano, solo un par, pero los tomó, mirándolos detenidamente, comparando un par de veces al pensar que podría ser la letra de un colega. Recordó lo primero que había pensado de la letra de Suneater: perfecta, pulcra. Por lo que observó de nuevo la letra de esos informes, los trazos descuidados y unos más lentos... Era la letra de Shinso, su propia letra y...

No era la letra que había leído cientos de veces en las cartas.

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