Desolado

Abrió los ojos con pesadez, sin moverse a pesar de que la alarma junto a su cama no dejaba de sonar. No sabía en que momento había conciliado el sueño, pero solo había sido un máximo una hora, los pensamientos negativos no habían dejado de atormentarlo desde hace unos días.

Giró en la cama, dándole la espalda a la alarma y con la esperanza de que de esa manera podría darle la espalda a todo, de desaparecer de ahí, hundirse sin poder salir.

¿Cómo la felicidad podía destruirse en un instante? Había sido inmensamente feliz cuando Nejire lo había besado, en esa misma habitación. Ambos entregándose a lo que sentían y Tamaki sintiendo como no podía ser más feliz. Él amaba a Nejire desde hace más de diez años y contra cualquier pronostico o pensamiento, ella parecía sentir algo similar al grado de besarlo. Él había sentido que volaba. Y de pronto, todo se oscureció y toda esa felicidad terminó ahogándose, hundiéndolo en la mayor de sus miserias. Cuando entró viéndola con las cartas en las manos, su mayor miedo se presentó ante él.

Él no se había presentado a la editorial cuando Nejire lo había esperado por miedo a lo que podría pensar de él por dejarla sin una respuesta durante diez años. Por temor a lo que le diría o miedo por la manera en que lo vería. Enterándose tiempo después que fuera de cualquier pensamiento negativo, la realidad era otra. Y si él se hubiera presentado...no hubiera sido recibido con reclamos. Y de esa forma la había perdido a ella y a su identidad de Suneater. Pero aún le quedaba su amistad, algo que se aferró hasta que las cosas comenzaron a aumentar de intensidad. Y la mirada que tanto había temido ver de ella, se presentó ante él como una pesadilla volviéndose realidad. El desprecio y odio totalmente latente.

De haber vivido solo Tamaki se hubiera quedado en el piso sin poder moverse. Sin embargo, Mirio llegó y lo ayudó a levantarse. Él simplemente llegó a su cuarto, hundiéndose en la cama sin querer hablar o decir algo al respecto. Ocultándose entre esas sabanas durante una semana. No podía hacerlo, no tenía fuerzas para hacerlo. Ella lo odiaba, lo despreciaba, no quedaba nada.

⸺¡Apaga eso! ⸺La voz de Mirio resonó en su habitación, llegando a su lado y apagando el aparato. ⸺Es hora de levantarte, Tamaki.

⸺No iré. ⸺Dejó en claro luego de unos segundos al sentir que su amigo no se iria sin una respuesta.

⸺Lo siento, te he cubierto demasiado alegando una enfermedad, no puedes faltar más o no tendrás trabajo pronto.

Tamaki se quedó quieto, pensando en como antes las cosas eran más sencillas en el orfanato cuando no tenía a nadie que le importara o su propia existencia era irrelevante. Se levantó de la cama, sentándose con la expresión más depresiva que Mirio le había visto.

⸺¿Quieres hablar de lo que sucedió?

Tamaki se quedó en silencio, sin decir nada, a lo cual Mirio comprendió que no era momento de hacerlo. Mirio podría hacerse una idea de lo que había pasado, con la poca, por no decir nula, información. Nejire se había enterado que él era Suneater y no había reaccionado de la mejor manera. Lo cual era totalmente admisible, porque eso significaría que tanto Tamaki como Shinso estuvieron mintiendo todo este tiempo. Algo en lo cual Mirio no había estado de acuerdo y se lo había dicho desde el primer momento. Porque si se sabía...las cosas saldrían de la forma que estaban en ese momento.

⸺Bien, tenemos que irnos en cinco, es demasiado tarde.⸺Mencionó antes de salir del cuarto.

Tamaki se llevó a la mano a la frente, intentando mantener la calma. Todo su cuerpo le decía que se quedara en casa, huir de ahí, quedarse oculto entre las sabanas. En el pasado cuando alguna situación lo rebasaba terminada saliendo del lugar y escondiéndose en un lugar solitario y oscuro. Era su manera de controlar su ansiedad, pero sabía que no podía hacerlo en ese momento. Tenía que trabajar, cumplir con sus responsabilidades. Por lo que se vistió con lo primero que encontró y abordó el auto, con Mirio al volante conversando sobre algo que Tamaki no prestó atención.

Una vez en el hotel entraron por la parte trasera, algo que no era frecuente en ellos...pero dadas las circunstancias Tamaki agradeció que el rubio no le preguntara y simplemente lo hiciera. Era bueno que los años le hubieran permitido conocerlo y actuar a favor. Él no se atrevía a encontrarse o ver a Nejire bajo ninguna forma. Sus palabras aún resonaban en su cabeza, la manera en que le gritó y lo miró cuando le dejó en claro que no quería que la buscara o se acercara a ella...como si lo repudiara.

Tamaki no podría ni encararla, aunque una gran duda lo acogía, el porque ella lo había llamado acosador. Podría entender que estuviera molesta al descubrir las cartas y que todo ese tiempo le estuvo mintiendo pero ¿acosador? Eso solo le hacía pensar que había un malentendido o una confusión ahí, pero no era capaz de preguntárselo de frente.

Por lo que decide centrarse en su trabajo, arreglando los pendientes que había dejado por huir de todo eso. Realiza inventarios y se enfrasca en la elaboración de alimentos en los próximos días. Se sumerge en una rutina que iba de despertar cada mañana de un sueño malo por no poder conciliar el sueño, a trabajar todo el día y finalmente llegaba a casa, donde se hundía de nuevo en su cama. Siempre estaba metido en la cocina, incapaz de salir a otro lado por miedo a encontrarla. Por miedo a enfrentarse a su realidad de nuevo y ver la manera en que ella lo miraba.

Era tan irónico como todo se había ido al demonio en un instante. Considerando que unos instantes antes se habían estado besando...ella lo había hecho. Aún podía sentir el sabor de sus labios contra los suyos, su sabor y como todo su interior se había estremecido. En ese momento parecía un sueño lamentable, hasta algo que de verdad no había sucedido. Y Tamaki se sentía realmente culpable de seguir atesorando ese recuerdo y traerlo a su mente, no debería. El debía olvidarse de todo eso y fingir que nada de eso paso. Que Nejire jamás volvió después de esos años y recuperar su vida de antes, donde su único amigo era Mirio y había cumplido su sueño de ser un chef reconocido. Con un futuro solitario, como su pasado.

Él no merecía nada más, el huir de situaciones complicadas como enfrentarse a la gente y más específicamente a Nejire es lo que lo había llevado a ese estado tan lamentable. Si él hubiera respondido esa ultima carta, si él hubiera asistido a la editorial, si él se hubiera presentado como Suneater...nada de eso estaría pasando. Por lo que debía deshacerse de cualquier anhelo o esperanza que aún quedaran en él.

Y a pesar de que quería eso...Él solo quería estar con Nejire, como antes, estar a su lado al menos como amigos pero eso...ya no sería posible nunca más. Y con esa realidad presente en su cabeza fue consciente de su corazón estrujándose hasta romperse.

Sabía que debía hacerlo pero ¿porque era tan doloroso?



Caminó por los pasillos de la planta de abajo en búsqueda de uno de sus empleados para atender una solicitud en el ultimo piso, pero no podía encontrarlo. Tal vez había salido a fumar, por lo que se dirigió a la salida lateral del hotel. Habían sido días complicados y lo que menos quería era tener que estar recordandole a sus empleados cual era su trabajo.

Mirio contempló los siguientes días un Tamaki moviéndose por simple voluntad y responsabilidades. Sus ojos apagados y sus expresiones sin vida, tan similar al rostro que había visto en él cuando llegó al orfanato y durante un par de años. Sabía que él había animado a Tamaki en el orfanato con su compañía, el mismo Amajiki se lo había dicho. La realidad que existió un cambio real cuando aquella niña de cabello azul llegó a su vida.

Aún podía ver a ambos, con esa sonrisa torpe y sus miradas brillando intensamente cuando leían sus cartas. Entregándose el uno al otro a pesar de no hablar en persona, dejando su alma al descubierto en palabras escritas en papel. Mirio se había sentido tan feliz y con la esperanza de que iría mejor para ambos. Y como si el destino apoyara esa idea, los reunió diez años atrás y a pesar de cualquier cosa que el mismo Tamaki podría pensar sobre que solo podría hablar con Nejire por las cartas...la realidad es que las cosas fluyeron tan fáciles entre ellos que antes de notarlo, ya estaban a nada de tener una relación. Y de pronto, todo se terminó.

Togata mismo se sentía culpable por no haber insistido en no seguir ese plan estúpido de que Shinso se hiciera pasar por Suneater. O de presionar más a Tamaki para enfrentarse al que era su destino. Sabía que había sido tan culpable al no actuar o decir nada...o al menos lo pensaba. Más que un amigo, Tamaki era como un hermano menor para él, por lo que su deber era guiarlo a hacer lo correcto. Y había fallado en esa tarea. Y al ser el mayor se sentía responsable. A pesar de eso tenía la esperanza de que tal vez...las cosas podrían solucionarse. Solo debía convencer a Tamaki de hablar con Nejire, lo cual no era tarea fácil. Si aún no sabía específicamente que había pasado esa noche.

Esos días se había encontrado a Nejire en varias ocasiones y lo había saludado con normalidad, no parecía realmente afligida por lo que sea que había pasado. Por lo que tenía una esperanza. Aunque las cosas no parecía que fueran a avanzar. Tamaki escondiéndose por la parte trasera y oculto todo el día en la cocina. Por lo que guiado por el gran cariño que tenía se veía obligado a hacer algo. Tal vez hasta podría organizar algo entre ellos...

Abrió la puerta lateral, retrocediendo al ver una pareja ahí, pero sus ojos azules se sorprendieron al captar de quien se trataba. Ahí estaba Shinso besando a Nejire en la mejilla y la chica sonrojada por ese gesto. El rubio simplemente se disculpó, regresando sobre sus pasos e ingresando al hotel.

¿Shinso y Nejire...seguían juntos?

La confusión junto las dudas le pegaron de pronto...si ella había encontrado las cartas en la habitación de Tamaki...la verdad de todo debió descubrirse. El hecho de que Shinso no era Suneater, sino Tamaki y si eso era así...Nejire no querría saber nada de Shinso por mentirle durante todo ese tiempo. Si eso era así ¿qué era lo que significaba lo que había visto?

Estaba realmente frustrado de no saber que diablos había pasado esa noche, porque eso le impedía poder actuar o interceder por su tímido amigo. Enojado regresó sobre sus pasos, con la intención de hacer algo al respecto en la siguiente oportunidad que se le presentara. Mientras tanto se dirigió al ultimo piso para resolver el imperfecto y con las ganas de desquitarse con aquel empleado que huía de su trabajo, se lo cobraría bastante caro.

Con esa idea presente se escabulló fuera de su oficina al día siguiente y para suerte suyo se encontró a Nejire caminando por los pasillos. Pudo reconocer su largo cabello que llegaba por debajo de las rodillas de color azul.

⸺¡Nejire!

La chica se detuvo, girando sobre sus pies y sonriendole a Togata que se acercaba hasta ella.

⸺¿Qué necesitas, Togata-san? ⸺Nejire le sonreía de forma normal, con la cordialidad que le representaba.

⸺Quería hablar contigo...sobre una cosa. ⸺La realidad es que no sabía que palabras usar.

Solo había pensando en el hecho de intentar interceder por Tamaki aunque su gran desventaja es que no sabía que había pasado y eso complicaba las cosas. Pero ya estando ahí, debía hacer algo. Respiró profundamente, con la esperanza de que todo se resolviera.

⸺Nejire...realmente no se exactamente que ha sucedido con Tamaki pero...

Tal parecía que decir su nombre hubiera sido una especie de maldición, porque cuando el rubio lo mencionó la sonrisa cordial de Nejire desapareció, siendo sustituida por una expresión de indiferencia con un deje de fastidio.

⸺No hablaré de eso contigo.

Y sin más dio media vuelta, caminando con rapidez en dirección contraria a donde estaba Mirio. El rubio se sorprendió por su actitud tan cerrada que adquirió de un momento a otro, pero decidido a no rendirse ahí la siguió por los pasillos.

⸺¡Espera, Nejire! ⸺Se adelantó lo más que pudo, caminando muy cerca de ella. ⸺Estas malinterpretando las cosas. ⸺Logró alcanzarla caminando a su lado, pero la chica no se detuvo. ⸺Sé que Tamaki no actuó de la mejor manera pero...⸺Pudo vislumbrar el baño de mujeres cerca⸺ el nunca tuvo malas intenciones, él solo quería que tú...

Sus palabras fueron interrumpidas cuando la chica se dio la vuelta, encarandolo y dedicándole la mirada más mortífera que pudo.

⸺¿Entonces tú sabias de esto? ⸺Habló totalmente a la defensiva. ⸺¿De lo que estaba haciendo?

⸺Si, pero...

Pero no pudo continuar porque la fémina terminó dándole la espalda y adentrándose en el baño, dejándolo con la palabra en la boca y con una sola pregunta rondando su cabeza ¿qué diablos había pasado entre Nejire y Tamaki?



Abrió el refrigerador observando el contenido debidamente acomodado como él solía dejarlo. Sin embargo no tomó nada, lo había hecho por inercia, no tenía hambre. No recordaba cuando era la última vez que comió por decisión propia. Mirio solía obligarlo a comer con él en las tardes pero en varios días el trabajo le había impedido descansar apropiadamente. Tenía la espalda adolorida y los músculos tensos, lo único que quería era acostarse y dormir.

Durmiendo era su manera de huir de la realidad, entregándose a la oscuridad.

Los últimos días no había soñado en nada, lo cual agradecía. Como si cerrara los ojos solo un instante y volviera a desesperar, aunque tampoco es como si durmiera demasiado. Le costaba bastante conciliar el sueño, por los pensamientos negativo que no lo dejaban tranquilo. Le gustaba estar en el trabajo porque el estar ocupado le impedía pensar en su vida lamentable. Pero una vez fuera de la cocina...tenía el tiempo suficiente, además de que su cuarto avivaba aún más esos pensamientos. En su cuarto había sucedido todo y aún podía escuchar la voz de Nejire resonando ahí, podía verla de pie ahí con las cartas. Un constante recordatorio...ni había podido recoger las cartas que estaban en el suelo.

Decidió que lo mejor sería ir a dormir por lo que se dirigió hacia su cuarto, hasta que la puerta se abrió, revelando a Togata con una bolsa en las manos.

⸺¡Que bueno que te encuentro aquí! ⸺Sonrió mientras dejaba la bolsa en la mesa enfrente de los muebles. ⸺Comamos y bebamos algo.

⸺No...⸺Intentó decir.

⸺No aceptaré un no por respuesta, así que ven.

Mirio se dejó caer en el sillón y Tamaki obedeció sin protestar, viendo los fideos que había traído junto con cerveza. Tomó uno de los platos que había traído y comió a la par que su amigo rubio, quien dejaba salir su emoción por comer cada bocado. Mirio era de paladar fácil de complacer. Amajiki comió sin muchas ganas y dio un par de sorbos a su cerveza, pudo ver al rubio tomar de una una lata y abrir la siguiente, sin acabarse su bebida.

⸺Aún recuerdo los primero meses que vivimos juntos. ⸺Soltó una carcajada. ⸺Esto era un lujo.

Tamaki sonrió sin muchas ganas, sus inicios habían sido difíciles pero se habían esforzado lo suficiente para cambiar su estilo de vida. Y ambos lo habían logrado, disfrutando de esas cosas y su tiempo juntos. Si Mirio estaba bien con eso, Tamaki igual lo estaría.

⸺Hoy...hablé con Nejire. ⸺Soltó Mirio, de la nada.

Lo cual congeló los movimientos de Tamaki quien detuvo sus fideos a medio camino.

⸺O al menos intenté hacerlo...porque no me dejó hablar demasiado, esta realmente enojada.

Tamaki bajó los fideos y dejó el plato en la mesa. Realmente no necesitaba escucharlo, sabía que era de esa manera, y que eso no cambiaría de ninguna forma. No había nada que hacer. Tomó su cerveza y la ingirió toda, dejando que el alcohol adormeciera su lengua y su garganta y con la esperanza de que detuviera sus pensamientos y su corazón que latía dolorosamente.

⸺¿Me dirás que fue lo que sucedió?

Tamaki tenía los parpados caídos por el alcohol y el desgane del tema, tomó otra lata de cerveza y dio un trago más. Su estomago se había cerrado y no esperaba volver a probar bocado esa noche. Sus manos sudando por la ansiedad. No le había contado a Mirio, no por que no quería, sino por temor de contar lo que había pasado, de que al decir las cosas...se convirtiera en una realidad, aunque...ya lo era. Nada repararía lo que había pasado así que...¿qué más daba? Por lo que le contó lo que había pasado ese día, más de una semana atrás, donde pensó que era el hombre más feliz y de pronto, todo se había derrumbado y quería desaparecer.

⸺Cuando salió por esa puerta yo...simplemente no pude seguirla.

Mirio escuchó atentamente las palabras de su amigo, sin moverse y finalmente cuando se aseguró que no diría nada más, decidió hablar.

⸺Espera... ¿a que se refería con un acosador?

Tamaki simplemente se encogió de hombros, él mismo no entendía nada de eso.

⸺No lo sé, no pude preguntarle y...ahora no tiene importancia.

⸺¿No la tiene? Tienes que hacerlo, hablar con ella para poder aclarar todo esto.

Tamaki tomó la lata de su cerveza y dio un par de tragos hasta terminarla, apoyó su codo en la mesa con desgane, mirando la televisión que estaba prendida sin emitir ni un sonido.

⸺¿Eso cambiaría algo? No lo creo, ella me desprecia, le he mentido y...

⸺Hace diez años no le respondiste una carta y te arrepentiste todo ese tiempo...⸺Mirio terminó de comer y apoyó su mano en el hombro de su amigo. ⸺¿Volverás a cometer ese error?

Amajiki simplemente se quedó callado, sin poder contradecirlo. Mirio solía tener la razón en esos temas. Él le había advertido de que el que Shinso se hiciera pasar por Suneater era una mala idea y él mismo le había dicho que debía haberse encontrado con ella cuando ambos estaban en el orfanato. Finalmente Mirio se despidió, ingresando a su cuarto y él lo imitó, dejándose caer en su cama, con el antebrazo en la frente.

Se había arrepentido toda la vida de no hacer algo en el pasado...¿volvería a hacerlo? Giró hacia su derecha, cogiendo una de las cartas en el suelo. Leyó la carta, como lo había hecho tantas veces. En esa en especial había una de esas posdatas curiosidad que ella solía mencionar, una palabra. Kilig, jamás le preguntó que significaba. ¿Debería...contarle toda la verdad? ¿Aceptar que él era Suneater y que todo ese tiempo el miedo lo había hecho retroceder? ¿Podría arreglar esto? No podría saberlo si no lo intentaba, por lo que tomó su móvil, entrando a su chat.

No sería capaz de hablar con ella de frente, por lo que intentaría algo más.

Nejire-chan ♥

¿Estas?

Quisiera hablar contigo.


Su corazón latía estridentemente por la adrenalina, pensando que obtendría una respuesta en ese momento, pero el visto jamás apareció.

Al inicio Tamaki pensó que aquel acto de valentía de enviarle un mensaje había sido fruto del alcohol en su sangre. Sin embargo, al día siguiente se animó a mandar otro mensaje al no obtener una respuesta de su mensaje anterior. Pero había dejado en claro que lo había visto y eso era un gran comienzo.

Nejire-chan ♥

Solo déjame explicarte, un momento es lo que pido.


Y cada que salía del trabajo se dio a la tarea de enviar mensajes, incapaz de mirarla de frente pero con una valentía que no sabía con claridad de donde había salido. Tal vez por el hecho de querer dejarla ir con malentendidos de por miedo. Si una vez que aclararan las cosas seguía odiándolo, lo aceptaría. Pero no volvería a arrepentirse por no intentarlo, además ella estaba leyendo sus mensajes. O al menos la mayoría de ellos, la noche anterior no había leído el que le mandó. Cada noche con la ansiedad dominándolo, sometiéndose a esa situación que lo dominaba por completo y con las nauseas presentes en la boca de su estomago, aún así lo hizo. De esa forma siguió un par de días, hasta que una noche al llegar a casa se animó a mandar uno nuevo.

Nejire-chan ♥

Solamente escúchame un momento

Quiero aclarar esto...por favor.


Pero el mensaje marcó una sola marca de entrega, esperó el tiempo suficiente pero con los días eso no cambió. El visto nunca apareció, lo había bloqueado. Tamaki contempló el techo de su habitación al entender que ante eso solo había una alternativa, aquella que en el pasado le había aterrado a tal punto de no responder su última carta y huir.

Tendría que buscarla y hablar con ella en persona si quería aclarar las cosas.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top