Contienda

Contempló el techo con fijación con una sonrisa torpe y soñada en su rostro, sin mirar a nada en especifico y con un solo pensamiento en la cabeza. Llevó sus dedos a sus labios, tocándolos por enésima vez en un par de horas.

No había podido dormir, no había manera de que lo hiciera.

No cuando había besado a Nejire Hado, la mujer de la cual había estado enamorado desde hace más de diez años. Algo que había pensado era totalmente imposible cuando jamás pudo hablar...ahora era una realidad. Eso estaba sucediendo y por eso mismo no había dormido, porque si lo hacía, podría despertar pensando que fue un sueño o tal vez lo era...pero la sensación en sus labios, la chispa que brincó cuando se tocaron y como toda su médula se estremeció...eso no podía ser un sueño.

La realidad es que no tenía pensado en asistir al baile, como cada año. El hecho de no hablar de forma normal con la gente y huir de cualquier interacción hacían inutil que alguien como él fuera a ese tipo de eventos. La primera ocasión que fue con Mirio fue por cordialidad, pero fuera de eso, evitaban ir y en cambio se iban a comer o beber algo. Pero esa ocasión era diferente, porque Nejire estaría ahí. Y eso fue suficiente para que él considerara asistir.

Pero la idea de porque debería ir lo atormentó los siguientes días. ¿Qué esperaba que sucediera?

Claro que quería estar con ella en el baile pero no sabía si aquello fuera suficiente. La veía y hablaba a diario con ella, por lo que un baile...pero la idea de encontrarla ahí, de compartir ese momento como lo que ella siempre había esperado, como Suneater, lo convenció. Por que a fin de cuentas, a pesar de que las situaciones lo hacían improbable, él quería mucho más que una amistad con Nejire. Podía conformarse con estar como su amigo toda su vida, pero a cada momento que pasaba a su lado, lo hacían querer mucho más. Y su deseo de más y el hecho de mejor quedarse como amigos para tener algo seguro fueron el conflicto que enfrentó durante unos días. Hasta que Mirio fue su voz de la razón.

—Si tú quieres ir y estar con ella, hazlo.

—Pero...

—Si no lo haces, te arrepentirás durante los siguientes diez años, como sucedió la última vez.

Eso era algo que ambos sabían, el arrepentimiento que Tamaki cargó durante tantos años por no contestar esa ultima carta. Por lo que saliendo del trabajo fue a rentar un traje y un antifaz. Y el verse con él puesto, le hizo verse tan diferente...como él había visualizado a Suneater en su mente. Alguien digno para Nejire. Por lo que estar detrás de esa mascara le dio la suficiente confianza para dejar el nerviosismo y timidez atrás. Se deslindó de su propia personalidad y tomó la de Suneater.

Por lo que cuando la visualizó entre la gente, no dudó en acercarse hacía ella y sostenerla antes de que cayera, para terminar bailando en medio de todos. Dejándose llevar por el valor de la mascara, acercandose hacía ella. Hasta que Nejire descubrió quien era, lo cual los llevó al jardín y a aquel juego de las preguntas. Y por primera vez en esos diez años Tamaki se sinceró, no como quisiera pero lo hizo. Aunque la última pregunta de Nejire lo tomó completamente por sorpresa.

Recordaba como ella le había preguntado sobre besar a alguien y la realidad es que él jamás lo había hecho. No sabía si era por su confianza adquirida pero cuando ella se lo pidió, no tuvo que pensar demasiado antes de hacerlo. Él jamás había entendido aquello que decían en las películas sobre besar y cuando importante debía ser el sentir demasiado. Pero al besarla, cuando sus labios se encontraron...todos su interior fue un caos. Sus labios habían sido tan suaves, calidos y delicados que el interior de Tamaki estaba hecho un caos. El contacto fue una descarga agradable de electricidad.

 Su torpeza fue evidente, por lo que Nejire lo guió un poco y se separaron antes de que su corazón saliera por su garganta. Sentía que flotaba, que explotaría en cualquier momento.

Hasta que se separaron, con la promesa de volver a encontrarse.

Tamaki hubiera preferido quedarse toda la noche con ella. La duda de aquella ultima petición aún seguía vigente y al considerar si Nejire sabía a quien estaba besando. Unas semanas atrás ella, ebria, le había dicho que quería besarlo. Eso siendo Tamaki y sin una mascara. Lo había desechado al ser imposible que ella quisiera eso con él. Pero aquel momento en el balcón...¿acaso ella sabía que era él y quiso besarlo? ¿Acaso...ella lo quería como él la adoraba? Esa idea no dejaba de darle vueltas, provocando un cosquilleo incontrolable en su estomago. Lo hizo sonreír con torpeza y no lo había dejado dormir en todo ese tiempo.

Si Nejire sentía algo por él, eso significaba que...

La puerta de la entrada sonó y él se quedó quieto, confundido. ¿Acaso Mirio había vuelto? El día del baile Togata había tenido que trabajar y doblar turno. Por lo que llegaría más tarde. Y él entraba tarde al día siguiente ¿acaso era más tarde de lo que pensaba? ¿Se había saltado el trabajo? Se levantó de pronto, tomando su móvil y observando la hora. Aún le quedaba una hora de margen y Mirio no había salido, además que él tenía llaves, jamás tocaba. Confundido se levantó y caminó hacia la puerta.

Debía concentrarse o terminaría faltando al trabajo.

Abrió la puerta con la idea de que era algún vendedor, pero no lo era. La figura enfrente suya lo hizo retroceder y aguantar la respiración.

Mirio se dejó caer en la silla de su escritorio y estiró los brazos, aquel día había sido tan agotador. Había trabajado horas extras y estas empezaban a cobrar factura. Moría de sueño, tal vez era porque habían tantas cosas pendientes que parecía que no terminaba. Se llevó un par de papas a la boca antes de revisar su móvil, encontrando otra solicitud del administrador.

Suspiró, le molestaba que no fuera claro y le dijera lo que quería de una vez, en lugar de tenerlo dando vueltas todo el día. Pero al parecer la puerta de la entrada estaba atascada. Por lo que tomó su caja con las cosas necesarias y se dirigió ahí. Una vez en la recepción visualizó una cabellera azul y la escuchó tararear. Se acercó curioso al encontrarla de tan buen humor. Su trabajo no le había permitido saber que era lo que sucedió en el baile y si Tamaki había hablado con ella.

—Nejire ¿qué tal el baile? —Quiso ir directo al grano, pero con total tono de inocencia.

Sonrió al ver a la fémina sonreír y como sus mejillas se coloreaban.

—Excelente. —Se apoyó en el mostrador para acercarse más al rubio.

—¿Algo interesante? —Se estaba arriesgando, pero quería evaluar las reacciones de la mujer.

Ella miró a su alrededor, tal vez por miedo a que su jefe viniera y asintió con efusividad, antes de sonreír abiertamente.

—Me encontré con Suneater.

Mirio se apoyó en el escritorio de madera alto, sujetando con las flores que estaban ahí en un gesto un poco indiferente. Él debía actuar ajeno al tema, lo suficiente para que las cosas entre ambos siguieran fluyendo de la misma manera. Pero aquello confirmaba que se habían encontrado y que Tamaki posiblemente le contara lo que sucedió. Sonrió de forma genuina.

—Era momento que se encontraran.

Y sin más se dio media vuelta, llegando a la puerta para repararla. Las cosas no podrían ir mejor, solo era cuestión de tiempo.

Presionó los labios ligeramente, con cierta duda, ya que verlo ahí era una total sorpresa.

—Shinso

—Tamaki, me alegro de encontrarte. —El hombre de la cabellera violeta con aquel gesto inexpresivo normal en su rostro.

Amajiki podría haber esperado demasiadas cosas, pero aquello lo tomaba por completo por sorpresa. Por lo que absorto con esos pensamientos lo dejó pasar, ambos caminando hasta la sala y sentándose. Tamaki se sentía tan fuera de lugar. Su último encuentro en la presentación del libro de Nejire no había sido agradable. Shinso lo había mirado como si quiera atravesarlo, además que la tensión era insoportable. Podía entender sus pensamientos en ese momento de sorprenderlos juntos. Y esa misma tensión se sentía en ese momento, aunque un poco más leve.

—Se que esto es realmente incomodo, pero considero que mi visita era necesaria. —Miró a su alrededor y como seguía todo de la misma forma que cuando vino tiempo atrás. —Creo que imaginas a que he venido.

Tamaki lo observó un instante antes de desviar la mirada y asentir. Lo hizo pensar si tal vez...Shinso se había enterado de lo que sucedió la noche anterior.

—Nuestro último encuentro no fue el más agradable y no he podido dejar de pensar en eso, considerando que hemos sido amigos por años. —Aquello confundió totalmente a Tamaki.—No he actuado de la forma más adecuada y lo lamento...

Amajiki estaba realmente confundido ¿él estaba disculpándose?

—¿Qué? —No pudo evitar decirlo.

—Lamento el comenzar a salir con Nejire cuando era consciente de lo importante que había sido para ti, no debí hacerlo considerando que era un favor pero...realmente las cosas se me salieron de las manos cuando la conocí y no pude evitarlo.—Miraba sus manos fijamente. —Por eso he venido a disculparme, no quiero que la amistad que teníamos se veía influenciada por mi relación con Nejire. —Levantó la mirada y sonrió de forma condescendiente. —Y no tengo problema a tu amistad con ella.

Tamaki lo miró a los ojos, unos segundos, sin desviar la mirada, mientras sujetaba sus manos con fuerza para reunir el valor necesario. Toda su vida había representado huir de situaciones complicadas como aquella, donde había una especie de confrontación o donde no podía decir lo que sentía. Pero justo en ese momento debía ser lo suficiente claro.

No sabía si era por la reciente confianza que adquirió en el baile o por le hecho de besar a Nejire... Lo que fuera, le dio el calor suficiente para aceptar aquello a lo cual se había resignado. El amaba a Nejire y ahora que había visto un panorama diferente, donde podía probar aquellos labios, donde ella sonreía por él y lo queria...la idea de soltarla después de aquello, era totalmente imposible.

—Acepto tus disculpas pero...yo no estoy buscando solo una amistad con Hado-san.

Shinso abrió sorprendido los ojos, observando al Amajiki que lo miraba directamente a los ojos.

—¿Si eres consciente de que estamos saliendo, no? —Creía necesario recordárselo.

Tamaki se enderezó más en el sillón de enfrente, intentando no encogerse por primera vez en su vida por el tono que Shinso utilizaba para indicar lo evidente.

—Si, pero eso es debido a mi.

Aquello fue un golpe bajo para Shinso, quien sonrió de forma irónica. De ver a un Tamaki siendo capaz de encararlo y echarle en cara que su relación con Nejire era debido a lo que Tamaki cultivó en toda su adolescencia. Había sido bastante duro y casi le parecía irreconocible. Soltó una ligera carcajada y se acostó en el sillón.

—Bien. —Se inclinó hacía él, mirándolo directamente a los ojos. —Que sea una pelea justa.

Y Tamaki simplemente asintió, porque en el punto donde se encontraba, no podía había hecho toda su vida y debía avanzar. Al menos avanzaría tanto como Nejire se lo permitiera.

—Y por supuesto que el resultado no afecte la amistad. —Shinso se levantó abrochándose el botón de su traje, mientras tomaba su maletín. —¿Puedo entrar a tu baño? Es tarde y debo ir al trabajo.

Tamaki le indicó donde estaba y Shinso siguió las instrucciones, ingresando a la puerta un par de segundos, antes de salir y asomarse en la primera puerta junto al baño que sabía que era la habitación del Amajiki. Miró a su alrededor y sin esperar más se acercó hasta el escritorio que estaba en el fondo. Fue ahí que vio las dos fotografías de Nejire y Tamaki en la feria y el ácido se agitó en su interior. Le sorprendía tanto hasta donde había llegado su tímido y antisocial amigo. Y la idea que estuviera avanzando de esa forma y que dejara en claro lo que pretendía, era...hasta despreciable. Considerando que sabía que estaban saliendo. Aunque él había hecho algo igual al inicio...

Hizo lo que había ido a hacer si las cosas salían mal y contempló una vez más aquellas fotos. Si aquel día no se hubiera ido, esas fotos no existirían. Y realmente se veían tan cercanos...

Nejire Hado era una mujer bastante segura en sus acciones y forma de actuar. Siempre tan efusiva, animada e prevista o eso era lo que había pensando. Pero cuando aquel día encontró a Tamaki entre los pasillos del hotel, desvió la mirada mientras su corazón retumbaba en su pecho. Tomó un poco de valor para levantar la mirada y saludarlo.

El respondió el gesto pero no se detuvo, lo cual atribuyó a que iba tarde al trabajo.

Al regresar a la recepción se sintió torpe por aquel comportamiento. De forma normal se hubiera acercado y lo saludaría. Acercándose lo suficiente para poder ver su rostro sonrojado pero ese día, en ese instante, no pudo hacerlo. Porque una escena se repetía en su cabeza una y otra vez. Aquel beso en el baile.

Nejire estaba realmente confundida al respecto. A los ojos de cualquiera...había estado y besado a un completo desconocido. Y ella misma lo había considerado. Sin embargo, ella sabia que no era así. Nejire había besado a Suneater, le había pedido que lo haga sin tener una total certeza de quien estaba detrás del antifaz. Durante esos últimos meses ella había relacionado a Suneater con Shinso, ya que él se había presentado como él en la editorial, meses atrás. Considerando que ella le había pedido que fuera, por medio de Mirio, jamás dudó de esa cuestión. Además que parecía saber algunas cosas.

Ella estaba realmente feliz...

Hasta que Tamaki llegó a su vida, haciéndola dudar demasiado. Parecía...saber cosas que solo Suneater podría saber y en ocasiones ella misma lo sentía. Lo cual no tenía ni el más mínimo sentido. Pero sabía de su alergia, de lo que quería hacer en la feria y más que eso...en muchas ocasiones, se había sentido más a gusto a su lado. Como si pudiera ser ella misma sin miedo a ser juzgada, sobre su costumbre de ver peculiaridades en las personas, correr en la fuente de agua o subirse a cuantos juegos quisiera. Él a pesar de ser tan tímido, cedía a cada una de esas situaciones. Contrario con Shinso donde en ocasiones...no sabía como comportarse con él o que tal vez podría enojarse por alguna situación, además que estaba la cuestión de que parecía no recordar cosas importantes...

Pero lo que más le había estado dando vueltas sobre Shinso es...cuando se besaban. Ella había amado tanto a Suneater, idealizando su imagen y que sentiría una vez que estuviera enfrente de él. Y cuando el momento más esperado llegó, aquel que durante tanto tiempo soñó...fue decepcionante. No sintió nada.

Y a pesar de que mucho tiempo buscó justificarlo, probando de nuevo a besarlo y sintiendo un poco...todo había cambiado hasta hace una semana atrás, cuando en la fiesta se encontró a Suneater y la besó. De esa forma confirmó que no era un extraño, que realmente era quien decía y que aquello que tanto decían en las películas y que Hado mismo creía sobre sentir explosiones cuando besabas...era cierto. Y la idea de quien estaba detrás del antifaz, su cabello, su mirada índigo...no dejaba de darle vueltas.

Podría equivocarse sobre muchas cosas, pero de lo que estaba segura era que...su relación con Shinso no tenía dirección. Habían hablado poco en ese tiempo, algo que en vez de molestar a Nejire, la tenían más...tranquila y por eso mismo debía ser lo suficiente honesta. Debía terminar con eso y pensar las cosas detenidamente, antes de actuar. Aunque muy en el fondo sabía que era lo que debía hacer. Tecleó algunas cosas en la computadora, recibiendo a un cliente nuevo y respondiendo las llamadas de las habitaciones.

Cuando las cosas se tranquilizaron un poco, percibió su móvil vibrando en la bolsa de su saco.

Lo extrajo viendo que era un mensaje y que casi había leído su mente sobre lo que tenía planeado hacer saliendo del trabajo. Por lo que lo abrió y leyó antes de dar una respuesta.

Shinso:

"Necesitamos hablar"

Era momento que las cosas se aclararan de una vez por todas y poder seguir la dirección que su corazón le indicaba. Por lo que estaba totalmente confundida cuando al llegar al sitio establecido, al día siguiente, se encontró con algo totalmente diferente.

Parpadeó un par de veces conmocionada al ver lo que estaba ante ella y que realmente no había esperado. Se había citado con Shinso en un parque, aquel de su primera cita. Algo nostálgico pero que no hizo retroceder a Hado, llegando ahí en su día de descanso, con la resolución con terminar todo eso.

No esperaba para nada encontrarse un picnic y menos a Shinso con un ramo de flores amarillas.

Considerando lo que había ido a hacer ese día, eso era lo menos esperaba. De hecho por la manera en que Shinso le pidió verla, esperaba que él pensara de la misma manera al ver las cosas tensas entre ellos. Pero una reconciliación... contempló la sabana en el césped con un par de sandwiches y una botella de vino tinto, con unas copas a un lado.

—Esto...

Shinso se acercó hasta ella, tomando su mano y acercándola más hacia el picnic.

—Estas ultimas semanas han estado realmente mal las cosas entre nosotros y...sé que he demorado en hacer algo, pero...realmente quiero estar contigo, hacer que esto funcione. —Y le ofreció las flores.

Nejire las observó un momento, antes de tomarlas y sentarse cuando él lo ofreció. Había ido ese día con una idea en la cabeza a pesar de tener varias dudas, sobre si realmente hacerlo. Una dualidad sobre si era Suneater o no y lo que le hacia sentir, inclinándose más que nada al hecho de que no lo era. Pero al ver el picnic...Nejire sintió su estomago aletear, recordando como en alguna ocasión ella le había confesado a Suneater que esa sería una de sus citas perfectas. El ir a un picnic, donde solo estuviera su enamorado y ella, refiriéndose entre lineas a Suneater, y recibir flores amarillas. Y estaban ante ella.

Contempló a Shinso mientras servía el vino, sin poder controlar lo que estaba sintiendo ¿acaso él era el que había estado en el baile? Realmente él si era Suneater...tomó la copa con esas dudas dando vueltas en su cabeza y tomó hasta el fondo el contenido de la copa, en búsqueda de iluminación.

Shinso contempló aquel acto brusco de Hado, mientras le servía nuevamente vino en su copa. Realmente le había costado organizar todo esto. No era algo que fuera con él, no era ese tipo de personas. Prefería ir a un buen restaurante y comer algo quisquilloso. Sin embargo, eso no era lo que Nejire quería o al menos su versión más joven. En una carta lo dejaba en claro, lo cual él captó como un coqueteo de parte de la chica. Y considerando que las cosas estaban tan mal entre ellos, debía actuar como se suponía que debía hacerlo Suneater, a fin de cuentas era del que ella estaba enamorado.

Nejire no quería a Shinso, sino al Suneater que conoció diez años atrás.

Shinso había tenido una vida desafortunada en cuestiones de relaciones personales. Su padre había sido un delincuente buscando por la policía, lo cual había llevado a su madre a ser madre soltera. Y encargarse lo mejor posible de las cuentas de la casa y lidiar con los prejuicios de la gente. Porque él se parecía demasiado a su padre y los deudores iban cada determinado tiempo a cobrar. Eso llevó a Shinso a mantenerse excluido de cualquier persona, aunque...la realidad es que la gente no se acercaba a él por su historial y su apariencia. Así fue en toda su vida escolar, lo cual dificultó su capacidad de relacionarse. Había estado tan solo durante tanto tiempo, hasta que empezó a hablar con Tamaki en la preparatoria. Al ser él rechazado por vivir en un orfanato. Su relación no fue demasiado estrecha, hablaba de vez en cuando y comían juntos. Por lo que a pesar de eso Shinso se sentía tan miserable invisible y juzgado.

Hasta que conoció a Nejire y descubrió que alguien podía verlo de una forma tan cálida...como si realmente le importara.

Y su frio corazón se sacudió estridentemente, sin poder contenerse y a pesar de que sabía que era incorrecto, la quería en su vida. Si Tamaki no quería apreciarla lo suficiente para presentarse ante ella. Shinso podría atesorar a la única persona que de verdad lo quería, a pesar de que eso era a base de mentiras...eso era suficiente para Hitoshi. Además que confiaba que Nejire terminaría queriéndolo como era, de forma normal, dejando el pasado atrás. Y estaba dispuesto a aferrarse a esa idea. A todo lo positivo que Nejire le había dado en su tiempo juntos, a sus palabras y la confianza para ganar cada uno de sus casos.

Por eso mismo, la mejor estrategia que podría utilizar en ese momento era utilizar los argumentos de Suneater a su favor. Es decir, mucho más de lo que lo había hecho. Su error en el pasado había sido confiarse y pensar que la tenía segura. Sin saber que todo ese tiempo Tamaki estuvo avanzando. Con todas las carta sobre la mesa Shinso realizó su mejor movimiento, aunque este no fuera del todo "limpio" o socialmente aceptable. Debía actuar con inteligencia.

El resto de la tarde se esforzó en ser lo suficiente atento y cariñoso con Nejire, comiendo, hablando como no habían hecho en mucho tiempo y disfrutando de la calidez del sol que se filtraba debajo del árbol donde estaban. Hasta que se animó, acercándose para poder besarla como hace mucho no lo hacía, pero Nejire apartó el rostro, provocando un golpe en su pecho, dolorosamente.

—Espera, Shinso. —Nejire habló de forma seria.

—Lo siento, es demasiado pronto considerando que estuvimos distantes tanto tiempo...pero simplemente me cuesta controlarme si es contigo. —Sirvió un poco de vino en su copa y dio un trago. —Esperaré hasta que te sientas a gusto de nuevo.

Nejire mordió su labio inferior al escuchar esas palabras, porque dejaban en claro que todo esto seguiría, cuando ella misma estaba teniendo grandes dudas si eso era lo adecuado.

—Yo quería...—Intentó decir, sin saber específicamente que era lo que diría.

Lo cual Shinso captó al instante, la indecisión en sus ojos, la duda y que quería dirigir todo al lado incorrecto, donde todo terminaría mal y en su contra. Por lo que debía actuar.

—Había olvidado comentarte—Dejó la copa en el suelo y la miró. —Es algo serio y no te lo conté porque no quería preocuparte pero...es necesario.

—¿Que sucede? —El tono de voz de Shinso la llevó a dudar y seguir aquel tema.

—En estas semanas...entraron a mi casa y se llevaron varias cosas, no tengo un registro de qué ya que no fueran cosas grandes, sino cosas ambiguas como mi reloj, pero lo más importante es que se llevaron...varias de las cartas que me escribiste. —La miró directamente a los ojos. —Yo..no entiendo.

Nejire se quedó completamente pasmada ante sus palabras, intentando procesarlas lentamente en su cabeza.

—¿Las cartas? —Levantó una ceja. —No tiene sentido, los ladrones no buscan ese tipo de cosas.

Shinso se encogió de hombros, miró a su alrededor como si temía que alguien fuera a escucharlos lo cual no tenía sentido porque eran los únicos ahí.

—Tampoco lo entiendo pero...tengo una teoria al respecto sobre porque lo han hecho.

—¿Por que? —Nejire preguntó con la confusión reflejada en su rostro.

—Por ti. —Mencionó Shinso, tomándola de la mano al estar tan cerca. —Alguien quiere llegar hasta ti.

Nejire se quedó con aquellas palabras durante unos minutos, considerando lo que significaba. Le preguntó sobre si le habían hecho daño pero por suerte Shinso no había estado cuando sucedió. Lo cual tranquilizó a Nejire, pero que desvió por completo el tema de lo que ella quería. Y más aún, no hizo nada cuando, una vez que recogieron las cosas, Shinso la abrazó con fuerza.

—Yo te protegeré. —Susurró en su oreja y besó su frente en un gesto cariñoso —Pero ten cuidado.

Ambos salieron del parte tomados de la manos con una Nejire pensativa pero sintiendo aquel agarre de Shinso como un puerto seguro, sintiendo todo el amor que él le ofrecía y que ella aún dudaba si recibir.

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