25.


—¿Y bien? —recalco impaciente—, ¿no vas a decir ni siquiera un hola a toda esta gente?

Después de tanto tiempo, de tanto sufrimiento causado por toda una ola de sucesos, ella está frente a mí, con una expresión que demuestra lo anonadada que está. No logro entender si es por volver a verme o por toda la gente que traje conmigo, pero estoy seguro que en su mente están viajando miles de preguntas y remordimientos.

Sin embargo, no expresa palabra alguna, sólo se queda parada como una estatua frente a los que quedamos del largo éxodo desde la Cueva. Apenas llegamos nos sentimos agradecidos al encontrar cajas llenas de comida sin procesar y mantas industriales apiladas en un rincón, y aunque habíamos llegado antes —lo que me había dado una oportunidad de sorprender a Polaris—, no podíamos sentirnos seguros aun estando en uno de los barrios más externos de la ciudad.

—Vamos —La incito—, di algo. Al fin y al cabo tú te ofreciste a ayudarnos a todos —digo recalcando al última palabra, para que sepa que esto no es una manera de redimirse sólo conmigo sino con todos a los que ha afectado.

—Q-qu —De su boca sale un pequeño sonido— ¿qui-quiénes son todos estos?

Rodeo los ojos ante la pregunta.

—Ya te dije, toda la gente que ayudaste a matar con el A.I.S.C.E. —respondo impaciente.

—Es decir —Su voz sale lenta y débil, como si tuviera miedo de toda esta gente en taparrabos—, ¿son las personas que han desaparecido?

Escucho murmullos detrás de mí, varias personas ya han vuelto a sus labores de recoger comida y distribuirla, cuidar a los enfermos y revisar la bodega, muchos otros se quedan expectantes a la conversación. Sin embargo, todo se mantiene en el nivel mínimo de volumen. Ulio, quien está a mi lado toma la palabra y responde en mi puesto.

—Sí, somos todos ellos —Su voz seca vuelve a ser la del hombre que intenta liderar a los compañeros de la Cueva, no aquel hombre que veía el mortecino futuro de los enfermos.

Polaris parece calmarse un poco, pero sigue rígida en su puesto, intentando analizar la situación, evadiendo mi mirada.

—Es decir... es decir —Su voz se apacigua cada vez más, antes de soltar un grito inclemente— ¡¡¡Shaile!!! ¿¡¡¡Shaile, estás aquí!!!?

Al momento escucho pasos detrás de mí que van ganando velocidad hasta que la persona me sobrepasa y sale corriendo hacia Polaris. Es Shaile, aquella chica que había resultado ser la amiga de Polaris y la verdadera portadora del nombre que la última aparentaba poseer en su día a día. Al instante, las dos mujeres se envuelven en un abrazo frugal que hace que me impaciente aún más.

—¡Shaile! —Escucho exclamar a Polaris—. No sabías que seguías viva. ¡Ay! —Desde mi posición no lograba observar el rostro de Polaris, pero estoy seguro de que acababa de empezar a sollozar—. No... no puedo creerlo. Viva, sigues viva...

La alegría que irradia aquella pareja se siente en todo el recinto. Nunca tuve un amigo tan cercano desde mis primeros estudios como para sentir aquel tipo de sentimiento por un igual. Polaris parecía alguien completamente diferente en aquel momento, mostrando una felicidad completa que no podría entender. Pero sí podía comprender lo contrario, la ira que podría provocar alguien cercano a ti, y era irónico que aquellas dos emociones vivían en la misma persona.

—¡Claro que sigo viva! —responde Shaile entre sollozos y llantos, tanto de alegría como de melancolía— N-no me preguntes cómo, pero, pero aquí estoy. No sabía que algún día volvería a verte —El abrazo de las dos chicas se hace más fuerte.

Los llantos aumentan y todo el mundo parece dar por terminada aquella pequeña pantomima que habíamos armado para la llegada de Polaris. Sin embargo, yo no me muevo de posición y las sigo observando, esperando un momento para poder hablar con Polaris sobre lo que seguiría en el futuro.

—Por favor, prométeme que nunca vas a desaparecer otra vez, que evitarás irte de este mundo a toda costa —masculla Polaris entre llantos—, nunca me vuelvas a dejar sola, por favor. Vive y avancemos juntas en lo que a nuestro futuro nos concierne. No pude soportar los días sin tus conversaciones.

El abrazo se disuelve y se observan fijamente.

—Y tú sigue así, sin rendirse buscando siempre la manera de ayudar a los demás —Rio sarcásticamente ante aquella proposición, pero ninguna de las dos parece escucharme entre sus palabras—. Nunca te rindas y aunque las cosas se vean difíciles, siempre sabrás que hacer, como aquella vez que encontré el libro y me apoyaste para esconderlo. Desde pequeñas, hasta el futuro, nunca nos separemos, por favor.

Cualquier otra persona se habría emocionado con aquellas palabras, habría observado en ellas una bandera de reconciliación y reencuentro. Pero yo no podría, puesto que conozco otras banderas izadas por la misma mujer, y aquellas logran opacar aquella luz que iluminan esas dos.

Después de un minuto en total silencio, Shaile voltea la mirada y se cruza con la mía, luego se voltea y susurra algo al oído de Polaris, la cual le responde haciendo que la otra asintiese. Shaile me vuelve a observar mientras Polaris se gira y empieza a avanzar hacia mí.

—Y bueno, aquí estás tú y toda tu gente... —Sus oscuros ojos empiezan a bailar antes de continuar hablando, parecía más segura— ¿En serio me ocultaste que Shaile estaba contigo? Entiendo que estés enojado conmigo después de todo lo que ha sucedido, pero desde el día que descubrí que alguien había entrado a mi Página Virtual y supe que eras tú, supuse que todo había quedado entendido entre los dos. ¿Ni con eso lograste entender quién soy? ¿Es que no puedes ver más allá de un simple hecho?

—¿Simple? ¿¡Es simple para ti el hecho de entregarme al vacío y la desaparición!? —chillo con todas mis fuerzas ante aquel declaración.

—Pues sí, por el simple hecho de que estás vivo. No moriste y eso basta. Logré entender que huir del problema solo alarga el sufrimiento, y supe entonces que lo que hice estuvo mal, pero tú tampoco logras colaborar con el hecho de darte cuenta que no importa lo que haya sucedido en el pasado, en el presente estás aquí vivo y en el futuro lo estarás —Pasa su brazo por sus ojos, limpiando unas lágrimas que no logro descifrar si son de ahora o de su encuentro de Shaile.

«Claro que alarga el sufrimiento» pensé. Ella no tiene ni idea de lo que ha sucedido desde que aparecí en la Cueva, todas las dificultades que todos los que vivían bajo aquel techo rocoso tenían, todas las muertes que sucedieron por huir de aquella vivienda que se convirtió en un infierno para todos los que no pudieron escapar de ella. No sabe toda la cadena de hechos que nos ha hecho venir hasta acá. Por mucho que se lo explicara, no podría entenderlo, puesto que el aquí y ahora es que estoy vivo y es lo único que logra entender.

—No pienses que te escribí pidiendo ayuda como una manera de perdonarme contigo, y mucho menos de volver a acercarnos —respondo tajante—. Te escribí a ti porque eres la única que podría ayudarnos a todos a salir del embrollo gigante en el que la situación nos ha metido. Recuerda que accediste a ayudarnos a todos, no a mí.

Polaris adopta una posición de sorpresa, no entiendo su razón pero dejo que hable.

—¡Pero lo hice por ti! —expresa—, ¿crees que es fácil aislar una bodega de un almacenamiento? Quizá ustedes llegaron primero, pero al amanecer hubiera venido gente a cargar y descargar alimentos y no hubieran podido ocultarse más. Los ayudé por ti. No es que no me importen, deseo ayudar a enmendar el asunto del que estuve penosamente involucrada, pero si no fuera por ti... He estado desde hace tiempo esperando a que quisieras hablar conmigo, ¿crees que no hubiera tomado esta oportunidad? Abrí el correo porque sabía que eras tú, y cuando leí que venías con más personas me dije que no había problema, mientras tú vinieras todo estaría bien.

Aprieto los labios ante esa respuesta, y aunque quisiera discutir más, sé que el tiempo corre en nuestra contra.

—Solo —asevero— quiero que sepas que la ayuda es para todos, no para mí. Yo solo quiero ayudar a esta gente porque hemos perdido muchas cosas valiosas desde que desaparecimos de la ciudad y de algún modo fui la llave para poder avanzar y llegar hasta acá. Y es por eso que te necesito para salvarlos, para poder salvar a todos aquellos tanto aquí dentro y allá afuera.

—¿Y cómo piensas hacer eso? —pregunta confundida—, somos apenas un puñado de personas en comparación a todo el régimen.

Tomo aire e intento controlarme ante su pesimismo.

—Pues pondremos a más personas en contra de él —respondo, intentando sonar inspirador.

—¿Y cómo? —Polaris parece más desorientada que antes.

—Mostrándole a la ciudadanía la verdadera faceta de Magnus y todos los que lo acoliten. Allá en la Cueva encontramos a... a un anciano que tenía con él el video de su vida y...

Polaris me interrumpe.

—¿El video de su vida? ¿Como los que guarda Destino S.A.? ¿Cómo es eso posible?

Decido responderle, para que entienda las posibilidades que tenemos.

—Este anciano había llegado mucho antes que nosotros a la Cueva, poco antes de la Renovación Mundial. Resulta que él es el Cuarto Renovador y la primera persona con vídeo grabado.

—Espera, espera —Niega con la cabeza—. Orden, convivencia y paz. Tres ideales, tres renovadores, ¿me estás tomando del pelo? —La expresión de Polaris ha cambiado y ahora parece molesta, enojada.

—Orden, convivencia, paz y libertad. Originalmente eran cuatro ideales, pero los otros tres renovadores desterraron a Isaías y eliminaron todo rastro de él en la historia del régimen. Él nos contó todo, nos mostró el final de su cinta, nos hizo entender que hay una manera de estropearlas y eliminar el conocimiento del futuro de las personas que posee el régimen. Así como su cinta contenía su nacimiento y su presunta muerte, el video también contiene todo lo que ocurrió en la Renovación Mundial. Solo basta un evento repulsivo o que vaya en contra de los ideales actuales. Pondremos a Magnus bajo el juicio de todas las personas y lograremos que todos conozcan quién es en realidad.

La chica toma un tiempo para pensarlo, abre su boca un par de veces para hablar pero vuelve a cerrarla para seguir pensando. Alrededor de nosotros todos parecen ignorarnos, menos Shaile que nos observa en la distancia.

—Este plan no te parece todo muy... ¿utópico? —pregunta.

—Si consigues una mejor idea, me la compartes, puesto que esa fue la mejor que pensé y siento que puede funcionar.

Polaris rodea los ojos, pero inspira profundamente antes de hablar.

—Entonces, ¿para qué me necesitas? Parece que tienes todo el plan perfectamente armado...

—Necesito alguien que me ayuda a difundir aquellas secciones del vídeo de Isaías —expongo—, viralizar un vídeo por toda pantalla táctil existente, realizarlo con el mayor sigilo para que no puedan encontrarnos. Yo solo no podría y no conozco de alguien con las habilidades que necesito en la Cueva. Además —Bajo el volumen, murmurando—, parece que tú conoces más a Magnus.

La chica exhala y relaja los hombros.

—Vale, te seguiré la cuerda. Supongo que es mejor que nada —Polaris suspira nuevamente.

Asiento satisfecho aunque de algún modo inseguro. No pensaba perder el viaje hasta la Capital Mundial, así que decido poner el plan en marcha. Isaías tenía su cinta guardada en el bolso de cuero desgastado que había traído desde su habitación, así que empecé a buscar su desgastada calva en la gente cerca, pero seguramente debe estar recostado después de la recaída que había tenido en el camino.

—Acompáñame —le digo a Polaris—, debemos buscar a Isaías.

Ella voltea la cabeza y observa que Shaile ya se ha ido, así que asiente y empieza a seguir mis pasos, buscando al anciano en la parte trasera de la bodega, donde estaban todos los enfermos o heridos recostados intentando mejorarse. Ellos habían sido la prioridad para alimentarlos, y aunque muchos no parecían mejorar hasta ahora, otros ya daban señales de recuperación. Cruzamos el recinto haciéndonos paso entre los hombres y mujeres que nos observaban conforme avanzábamos, para luego volver a sus tareas o simplemente a descansar bajo una manta. Cuando llegamos observamos un par de mujeres que ayudaban a Ulio a revisar a los enfermos más críticos. Parecían estar concentrados en su labor, así que tuvimos que hacernos paso entre los enfermos para poder llegar a Ulio y poder preguntarle dónde estaba Isaías.

El hombre nos indicó con el dedo uno de los convalecientes descansando bajo una manta. Desde nuestra posición no parecía diferente a los otros pero Ulio aseguró que ese era Isaías, así que le agradecí y avanzamos con cuidado hasta llegar hacia el hombre que nos había señalado. Polaris no dijo ninguna palabra, solo me seguía detrás, observando todo a su alrededor.

Apenas llegamos, moví un poco el bulto bajo la manta y debajo de esta un quejido sonó.

—¿Ustedes jovencitos no han aprendido qué es dejar a un hombre mayor dormir? —La voz era débil, pero conservaba su carácter.

—Perdón Isaías —respondo al bulto en medio de una risilla sarcástica—. Sólo me gustaría saber si podrías prestarnos algo...

El bulto se removió y de un extremo de la manta salió una cabeza con una barba plateada y una piel seca.

—¿Y qué sería? —El hombre nos observa, pero ignora que no conoce a Polaris.

Me aclaro la garganta para poder responder.

—El video de tu vida —Trago saliva de los nervios. Si nos lo ha mostrado ya, no tendría problema en prestarlo, ¿cierto?

—¿Para qué lo quieres muchacho? Ya te mostré el final y te expliqué lo que sabía de eso.

—P-para algo diferente —respondo tartamudeando—, queremos saber si hay algo que pueda contener para sacar a Magnus a la luz.

Apenas mencioné el nombre del Alcalde de la Capital Mundial, el anciano abrió sus ojos.

—¿Magnus? ¿El amigo de Fehler? ¿Qué sucede con él? —Su voz ahora estaba agitada, como si algo lo sorprendiera o lo asustara.

—Él... Él es Alcalde de la Capital Mundial, el CEO de Destino S.A. Pensamos que si mostramos a la ciudadanía quién es en realidad la pondríamos en su contra y podríamos terminar el problema de las desapariciones.

Isaías se removió en su improvisado lecho y con dificultad se sentó.

—Magnus... Si lo que desean es algo que él haya realizado en el pasado que pueda ser contradictorio en la actualidad, creo que pueden ayudarlos ciertas escenas de mi vida —Su rostro parece pasmado, pero con una mirada de determinación en él—, pero sólo recuerden. No pueden enfocarse sólo en Magnus. El sistema social y político no fue creado para que un hombre lo dirigiera todo. Deben pensar también en el Foro.

Polaris se acerca y me susurra al oído.

—Lo que te dije, no todo es así de fácil.

Sin embargo, ignoro lo que dice y sigo con la mirada enfocada en Isaías.

—Pero, con Magnus se puede comenzar. Que sea Alcalde y CEO de Destino S.A. lo pone como un blanco importante, parte de ambas cosas. Alcalde de la ciudad que está limpiando y CEO de la empresa que realiza esta limpieza.

Isaías tose, parece igual de cansado que en el exterior y la fría caminata, pero siento que tiene una fuerza inexplicable. De la manta saca su mochila de marrón desgastado. Lo abre y empieza a hurgar con su mano esquelética dentro de él. Al poco tiempo, extrae su mano con un rectángulo negro en ella. Ese rectángulo me sonríe, pues sé exactamente qué es.

—Aquí está. Úsalo como desees, te doy permiso completo —Me extiende el brazo con el VHS y yo estiro mi mano derecha para alcanzarlo—. Pero —retira un poco su brazo—, con una condición. Después de las transmisiones, quiero realizar un mensaje público hacia el Foro.

—Trato —apunto, sin entender completamente su petición pero deseoso por poner en marcha el plan.

Polaris 8C

Oficina del Supervisor, Segundo Piso Bodega 023, Exterior de la Capital Mundial


—Bien —Marcus está en frente de ella, sentado en una de las dos sillas de la mesa de aquella habitación—. Isaías mencionó cuatro momentos de su vida que podríamos usar en contra de Magnus y el Foro.

Polaris se sentía emocionada, pero el miedo, las dudas y los nervios recorrían su cuerpo inhibiendo las expresiones que podían salir de su mente.

—¿Cómo vamos a leer ese rectángulo? —preguntó—, nunca había visto algo similar.

—Isaías tenía un reproductor antiguo en su búnker —Él también parecía nervioso de la situación, pero no estaba segura si ella también entraba dentro de aquellos nervios—, no sé si se pueda replicar. ¿Habrá una clase programa emulador del reproductor?

Polaris desbloqueó la pantalla táctil que Marcus ya le había devuelto. Apenas la recibió de Marcus, la chica desactivó la señal GPS y ocultaba sus conexiones a internet con un programa que había desarrollado. Ahora la pantalla estaba cargando de manera inalámbrica por un pequeño dispositivo conectado a la pared cerca a ella y que por medio de pequeños pulsos electromagnéticos cargaba la batería sin necesidad de cable. La chica ingresó a la aplicación para descargar programas e ingresó las siglas que nombraban aquel rectángulo. «Emulador VHS» escribió en el buscador y activó la búsqueda, la cual después de un par de segundos mostró los resultados, los cuales consistían en un único programa con una descripción en un latín mal escrito.

—Esto es lo único que hay —comentó Polaris, mostrándole a Marcus la aplicación recomendada–, aunque siendo sincera no se ve muy confiable.

—Algo es algo —respondió el chico—, descárgala y probamos. No tengo ni idea de cómo estará guardada la información aquí —Marcus observaba el VHS como un objeto extraño.

La chica oprimió el botón de Descargar y la aplicación comenzó a bajarse en su pantalla táctil. Después de unos pocos segundos, la instalación ya estaba completa así que Polaris la abrió. La pantalla principal del programa mostraba un texto y un simple botón. El texto, al igual que la descripción del programa, estaba en un latín mal escrito, pero que traducido explicaba el funcionamiento de la aplicación.

—Al parecer el VHS guarda la información por grabación magnética, como los antiguos discos duros —Tradujo Polaris, quien tiene de frente la pantalla táctil—. Esta aplicación aparentemente usa los imanes de la pantalla táctil para leer toda la cinta... Solo hay que colocar la pantalla... debajo de la cinta y esperar a que se complete la lectura.

Polaris colocó la pantalla táctil en la mesa y encima colocó el VHS.

—Al parecer ya, solo hay que oprimir el botón —Polaris parecía dubitativa sobre la credibilidad del programa pero oprimió el botón de todos modos.

Al instante, en la pantalla táctil salió un mensaje de error.

—¿Qué pasó ahora? —Marcus parecía impacientarse.

Polaris observó el mensaje y después de una traducción complicada, invirtió la pantalla táctil y la cinta.

—Al parecer la cinta debía ir debajo de la pantalla táctil —Rió nerviosa—. Ahora sí.

La chica oprimió el botón azul y en la pantalla se mostró un cuadro con una pantalla de carga. La barra avanzaba muy lentamente y no aparecía un tiempo estimado, así que ambos jóvenes se recostaron en sus asientos y observaron impacientes la pantalla, esperando a que el video estuviera listo.

Después de un par de horas de infinita espera, la pantalla emitió un simple pitido y la transmisión del video se completó. Marcus por poco salta de la silla de la sorpresa y Polaris soltó un bostezo lo suficientemente largo para contagiárselo a Marcus, el cual también bostezó del cansancio.

El chico agarró la pantalla táctil y abrió el video, el cual ahora estaba en la galería de la pantalla y ocupaba casi todo el espacio disponible de esta. Apenas lo abrió, reconoció la escena de nacimiento de Isaías que había visto previamente.

—Ya está... ¡Ya está! —exclamó emocionado Marcus, el cual le extendió la pantalla a Polaris.

—Así que todo es cierto... ¿Podremos lograr que la población se vuelva en contra de Magnus?

Marcus soltó un largo suspiro y comentó:

—Solo hay una manera de saberlo, publicando la primera transmisión. La primera escena de la vida de Isaías contra Magnus.

La imagen del televisor se ilumina para poder dar paso a un gran titular en letras blancas con fondo rojo y azul.

«SE DIFUNDE EXTRAÑO VIDEO SOBRE EL ALCALDE MAGNUS

»A la madrugada de hoy, todos los ciudadanos de la Capital Mundial tenían en sus pantallas táctiles tenían lo que parece ser una escena de la Renovación Mundial.

»Quizás usted ya haya observado el vídeo que llegó a los correos de todos los ciudadanos de la ciudad esta madrugada. Aquella multimedia de 10 minutos de duración que contiene lo que muchos creen ser escenas de la Renovación Mundial acaecida hace ya veinte años.

»Se desconoce el origen de este vídeo, pero en todos los fragmentos el protagonista es el actual Alcalde de la ciudad, Magnus A1, ejerciendo labores en la Renovación Mundial. En muchas partes aparecen personalidades participantes también de la Renovación y que actualmente se encuentran fallecidos o ejerciendo distintos cargos, pero parece que todas las escenas se centran en el CEO de Destino S.A.

»Las primeras escenas muestran a un Magnus veinte años menor estrechando manos con políticos de la época cuyos nombres se han perdido en el olvido. La cinta se observa desde una cámara colocada un poco más baja que el alcalde, mostrando una vista de un salón lujoso tapizado de gamuza roja y columnas altas de mármol. Las escenas saltan siempre mostrando a Magnus charlando y saludando a celebridades políticas de la época, con una copa de vino en la mano. Ciertas partes del vídeo contienen sonido, pero el Noticiero ha decidido no transcribir aquellas conversaciones.

»Conforme la cinta avanza, siempre desde ángulos similares, se observa como las anteriores personas que acompañan a Magnus empieza a caer al suelo, ahogándose o sangrando. Las voces del alcalde y el camarógrafo confirman que todas las personas están muriendo debido a veneno colocado en las copas. Una última escena, la más larga de todas, muestra un paneo de decenas de personas muertas en el suelo de aquel salón, para finalmente mostrar escenas previas a la reunión de Magnus colocando el veneno en cada una de las copas de los invitados.

»El vídeo parece real, pero se desconoce su fuente o el camarógrafo que grabó toda aquella escena del pasado. Muchos ciudadanos, en las columnas de opinión desconfían del vídeo, argumentando la falsedad del vídeo con la mala calidad y dudosa proveniencia. Otros se mantienen escépticos, pero se observa una inquietud en la población de la Capital. Por su parte, el alcalde no ha realizado una declaración sobre el vídeo.

»Otra sección de la población ha conectado aquellas muertes con el masivo procesamiento de ciudadanos Aisce en la Ley Mundial. Varios ya han sido condenados por la Ley Mundial a detención carcelaria o trabajos comunitarios, aunque de muchos se desconoce el paradero. Los números se mantienen confidenciales. Estos ciudadanos argumentan que el Alcalde realizó una limpieza social en masa en el pasado y que la situación actual es la misma situación. Claramente, muchos de estos ya tienen órdenes de procesamiento por difamación a actores públicos.

»El Noticiero A, en calidad de informador objetivo, se mantiene al borde de las opiniones sobre el vídeo.

»Buenas noches.

El televisor se apaga, dejando la habitación en la oscuridad y en un profundo silencio.

De repente, un puño de piel morena golpea iracundo la mesa.


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Hola a todos :D Espero que les haya gustado el nuevo capítulo y perdón por demorarme en publicar, la procrastinación es fuerte en mi interior.

Intentaré en el futuro subir un capítulo por semana para terminar la historia pronto. Si puedo subiré más.

Saludos y nos vemos luego.


Sergio A. Mejía

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