7. Lento pero seguro.


Sophia pasa el resto de la semana simplemente vigilando a Romeo. El niño es un villano, y es mejor saber que planea hacer y detenerlo antes de que haga algo. Y claramente, también lo vigilaba para poder conocerlo mejor y hacerse amiga de él, de alguna manera.

Por suerte había traído su cuaderno, ese dónde había anotado las cosas que veía las noches anteriores, y podía copiar lo que estaba viendo de Romeo.

Quiere dominar al mundo y constantemente dice sus planes en voz alta. Es más cómo que solo los murmura y luego la idea de que su plan es tan bueno lo hace alzar la voz y empezar a reírse de esa manera malvada.

Sophia decide ayudarle un poco a evitar la vergüenza, si se burlaran de ella cada vez que dice algo que no quiere en voz alta, entonces... bueno, no querría dominar el mundo, pero si querría un helado y esconderse el resto de la eternidad. Así que tal vez, dominar el mundo era la manera de Romeo de lidiar con eso de que todos se le burlen en el colegio.

Cada vez que Romeo empezaba a murmurar (En voz muy baja, realmente, Sophia casi no podía escucharlo hasta que decía "Y PODRÉ CONQUISTAR AL MUNDO!" y empezaba a reír), Sophia le tocaba el hombro para decirle que estaba haciéndolo.

Y en vez de agradecerle y decirle algo cómo "Oh, muchas gracias Sophia! Me salvaste de reírme malvadamente en frente de mi clase de nuevo!", Romeo solo la mira mal y le susurra-grita que lo deje en paz.

Sophia está tentada a hacerlo, pero ella si es buena, y se supone que los buenos no se rinden y salvan a todos, incluso a este niño malvado.

Romeo también, suele desaparecer a la hora del recreo. Es el primero en levantarse e irse a penas suena el timbre, y Sophia intentó seguirlo, pero nunca lo encontraba. También era el primero en irse cuándo se acababan las clases. Saltaba de su asiento, tomaba su maleta y salía corriendo, corriendo tan rápido cómo un niño malvado cientifico podía correr, lo que no era mucho, porque los cientificos son nerds y los nerds no corren, además es malvado y todos saben que los malvados no corren rápido para darle una ventaja a los héroes de ganar.

Bueno, Sophia corría más lento que él. Y siempre tenía que guardar las cosas de nuevo en su maleta de manera que cupieran todas, y nada se arrugará. Y ella era muy buena persona cómo para ignorar cuándo le hablaban. Así que, en general, Sophia nunca podía ver a Romeo fuera de clases, a menos que sea por la noche y viéndolo intentar dominar el mundo.

Tuvieron una clase de matemáticas dónde los hicieron trabajar en parejas, ambos hacían unas operaciones y luego el otro las calificaba. 

Romeo terminó su hoja rápido, solo la vio un momento y empezó a llenar las respuestas. Su letra era cómo garabatos de pollo que estaba escribiendo con la mano contraria. Sophia mira su propia hoja y aprecia el hecho de que su propia letra, aunque también era horrible, se entendía mucho mejor que la de Romeo.

En fin, mientras Sophia continuaba resolviendo sus operaciones, Romeo empezó a dibujar. Sophia miraba de reojo en vez en cuándo. Y honestamente, no entendía nada.

Había un cubo, con muchas líneas, y luego el mismo cubo dibujado de otro lado, y habían flechas señalando partes y Sophia honestamente no sabía que rayos decía allí. Habían números y medidas y luego Romeo dibuja lo que parece un control remoto, y luego dibuja lo que es cada parte del control.

— ¿Vas a seguir viéndome o vas a terminar la actividad? —dice Romeo, mirandola con el ceño fruncido y cubriendo sus planos. Porque eso eran, planos para algún invento malvado.

Sophia se sonroja, apenas notado que se había inclinado a ver lo que hacía Romeo. — ¿Qué haces?

— Nada de tu incumbencia.

Sophia no sabe cómo decir que si es su incumbencia (lo que sea que eso signifique), así que solo se encoge de hombros y termina sus operaciones.

(Romeo tuvo todas sus respuestas bien, aunque sabe que el niño estaba molesto con ella porque tenía que preguntarle constantemente lo que decía en alguna parte. ¡No es su culpa! Esos Tres y Cinco se parecían un montón.)

De cualquier manera, Sophia creía que estaba haciendo progreso, lento pero seguro.

Y el viernes, después de tanto tiempo, por fin pudo hacer lo que siempre había querido intentar hacer:

Despedirse de Romeo.

Si, el niño igual salió corriendo, pero Sophia se levanto para gritarle un adiós. Y Romeo volteó a ver! Con la cara enojada, y no le devolvió la despedida, solo la miro, la miro con cara de perro rabioso, y se fue.

Pero bueno, al menos ella se pudo despedir, y si tenía suerte, Romeo no la miraría mal, o se despediría de vuelta, o aceptaría no ser malvado nunca más.

Están progresando, ella lo sabe y puede ser paciente.

...

No, no lo puede ser. ¡Ya pasó una semana! Sophia consiguió algunos amigos, y eso que ni siquiera estaba haciendo mucho para hablarles porque solo quería que la dejaran sola para seguir escribiendo en su cuaderno. 

¡Pero Romeo es imposible!

¡Esto es imposible!

¡Se demora mucho!

Solo quería que él aceptará ser su amigo y luego poder vivir feliz y en paz porque ya no hay un villano más.

¿Es eso tanto por pedir? 

— ¿Qué pasa Sophia? ¿Tuviste un mal día en el colegio? —pregunta su papá cuándo llega a casa del bus escolar.

Sophia se encoge de hombros y abraza a su padre. — Romeo es malvado. —dice finalmente, su papá ríe.

Y Sophia se arrepiente de haber usado esas mismas palabras cada vez que alguien no le agradaba "Malvado" significaba: "Hizo algo y no me cae bien ahora", pero en este contexto, Sophia lo decía literalmente. Romeo es malvado, porque es un villano.

Pero su padre no entendía eso, Alex pensaba que Romeo hizo algo que la enojo, y lo hizo, pero eso no es lo que Sophia quería decir.

Cuándo su padre pregunta, Sophia no se molesta en decir que pasó con Romeo, porque la verdad es que no sabía cómo describir eso de que su compañero es malvado y se demora mucho en el camino para redimirse.

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