4. Si hay villanos, hay héroes.


Fue una semana después cuándo los ninjas volvieron a aparecer en el museo, un grupo de los ninjas pequeños entraron al museo, mientras que el ninja azul y unos cuantos de los pequeños se quedaron en frente del museo mezclando alguna clase de poción extraña. O Sophia pensaba que era alguna poción, las brujas usan calderos para hacer pociones, pero estos eran ninjas así que tal vez estaban haciendo sopa o alguna cosa así.

Los ninjalinos dentro del museo salen cargando... algo. Sophia entrecierra los ojos e intenta ver mejor lo que es, pero incluso aunque llega a verle la forma, no tiene idea de lo que es. Es pequeño, de color dorado, pero no sabe lo que es o para que podría servir.

Más ninjas comienzan a llegar.

¿Qué rayos tienen en esos trajes que usan? Algunos de los ninjas más pequeños están dejando huellas moradas por dónde caminan, Sophia no esta segura de si es apropósito o no.

De cualquier manera, esos ninjas que acaban de llegar están trayendo más cosas que el ninja azul usa para meter en el caldero y seguir revolviendo.

Sophia bosteza. Es realmente tarde, y por mucho que adoraría seguir viendo lo que esta pasando o lo que haría la poción-sopa de los ninjas, sentía que eso iba a demorarse mucho.

Por otra parte, se negaba a irse a dormir y perderse lo que sea que fuera a suceder.

Así que, decidiendo que si tenía tiempo, se levanta de la cama y va por algo de comer.

Se dirige a la cocina con cuidado y empieza a abrir estantes y cajones y la nevera una y otra vez hasta que admite derrota y concede el hecho de que no encontrara ningún dulce allí dentro. Toma un pan, luego otros dos por si acaso y se sirve una taza de leche fría.

El camino desde la cocina a su cuarto es más lento que el de su cuarto a la cocina. Ahora que sus manos estaban llenas y existía la posibilidad de caerse y regar todo lo que estaba llevando, prefería tener más cuidado.

Mira por la ventana de nuevo, tomando un sorbo de su leche.

— PERO QUÉ. —grita, y se cubre la boca de inmediato.

Habían más personas ahora. Niños, suponía, disfrazados de animales y estaban peleando contra los ninjas.

Bien...

Esto es confuso. Deja la leche a un lado y toma su cuaderno para anotar las cosas que está viendo.

El niño azul, no el ninja, el que tenía ropa de gato, parecía tener el poder de ir rápido. Estaba corriendo en circulos, y todo lo que Sophia podía ver era una luz azul rodeando a un grupo de ninjas morados. Anota eso y mira a otro de los niños.

El verde. Era un... uh, uno de esos animales verdes. No tiene idea de cómo se llaman. ¿lagartija? ¿Lagarto? Espera, ¿cual es la diferencia entre ambos? De cualquier forma, es alguno de esos. Sophia no esta segura de que poder tiene. ¿Super fuerza? Esta levantando un carro. ¿Porqué esta levantando un carro?

— Necesito el contexto. —murmura algo enojada consigo misma, porque en serio, tal vez si supiera que estaba pasando antes sabría porque rayos el niño verde estaba levantando un carro, los carros son pesados. ¿Verdad?

Anota super-fuerza en su cuaderno y mira al último niño animal. Cuándo no lo ve en el suelo, comienza a pensar que tal vez vio mal y solo eran tres.

Oh, espera.

Esta en el techo del museo. ¿Cómo llego hasta allá?

El niño rojo responde su pregunta cuándo se lanza del techo, y antes de que Sophia pudiera asustarse apropiadamente, el niño rojo empieza a volar.

Tiene alas. 

Ok, entonces, un pajaro, y puede volar. Anota eso, seguido de una pequeña nota extra: El gato y el verde seguro se asustan muy seguido si siempre se lanza de techos así.

Sophia los ve pelear contra los ninjas, los niños animales vencen a la mayoría de ninjas pequeños y el ninja azul escapa, gritando algo que se escucha cómo... ¿una promesa de venganza? Algo sobre vencerlos la próxima vez.

Los niños celebran su victoria, o eso parece porque saltan de alegría y sonríen. Y luego comienzan a ordenar el desastre que habían hecho.

Habían manchas en las paredes, el carro que Verde había estado cargando tirado encima de uno de los arboles, y las huellas moradas de los ninjas seguían en el piso.

Sophia mira con atención cómo los niños empiezan a ordenar todo, quitan las manchas, el pájaro mueve sus alas y el viento saca el carro de encima del árbol, el verde lo atrapa y deja estacionado dónde Sophia supone había estado antes, el gato corre y luego vuelve con agua y jabón que utilizan para sacar las manchas del suelo.

Sophia sonríe, abrazando su cuaderno y mirando a los niños limpiar.

— Tal vez son héroes. —susurra para si misma, quiere anotarlo, pero el sueño le gana y termina durmiéndose.

Cuándo despierta, es porque su madre la esta regañando por haber llevado comida a la cama.

















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Ah, Sophia.

Confundiendo a Owlette con un niño-


En fin, que desde esa distancia no se ve bien esas pestañotas bien grandes que le hacen a Owlette-


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