1. Mudanza


Mudarse no había estado en los planes de Sophia.

Mudarse a otra casa habría sido malo de por si, pero al menos habría tenido a sus amigos y habría seguido en la misma escuela y en la misma ciudad.

¿Mudarse a otra ciudad? ¿Lejos de la vida tan linda que tiene aquí? No, eso no era justo, ni lindo, ni agradable. Era horrible y no quería irse.

¿Por qué deben mudarse, de cualquier manera? Si, claro, ella dijo que no quería compartir habitación con Sarah nunca más, pero no era razón para mudarse, ella solo quería que la dejaran... en la sala, o en la cocina, (o en la basura). Nunca les dijo que debían mudarse.

Solo quería dormir en paz, sin Sarah despertándola con sus llantos.

Honestamente no entendía cómo es que sus padres podían soportar ser despertados cada noche por esa cosa fea y aún así seguir cuidándola. Sophia, personalmente, habría dado al bebé a alguien más.

Aparentemente, los bebés no pueden devolverse porque no son comprados. (Sus padres rieron cuándo ella sugirió que lo mejor sería devolver a Sarah y cambiarla por un bebé menos defectuoso)

Odia todo.

— Sophia. Sophia, deja de hacer pataleta, perderemos el tren si no nos vamos ahora mismo.

Con lágrimas en los ojos, Sophia niega mientras abraza la puerta con toda sus fuerzas. Se niega a irse, no quiere mudarse, no quiere irse a otro lugar. Quiere quedarse.

— ¡No! ¡Manden a Sarah en el tren y que ella se vaya a la otra casa! —dice, y mira con el ceño fruncido a la bebé siendo cargada en los brazos de su mamá. Eso es injusto, su mamá ya no la carga así, eso es tan injusto.

Su madre pone los ojos en blanco y acomoda a Sarah entre sus brazos. — Sophia, por favor, incluso tu hermana no está haciendo tanto escandalo.

Sophia oculta su rostro contra la puerta y niega con la cabeza. Escucha a su padre suspirar.

— No me dejas más opción, Sophia... —dice él gravemente, Sophia se abraza contra la puerta, temiendo lo que estaba por venir. — ¡Ataque de cosquillas! —exclama su padre, y ella puede escuchar la sonrisa en su voz. Las manos de su padre se acercan a ella y comienzan a atacarla, sacándole risas mezcladas con el llanto.

— ¡NO! ¡AJAJAJA! ¡NO! ¡NO! ¡PA- AJJAJAJ PARA! ¡PARA! —Sophia suelta la puerta, liberando sus manos para golpear las de su padre e intentar hacer que las cosquillas se detengan. Se detienen, pero en cambio, su padre la agarra entre sus brazos y la sujeta fuerte, ignorando la manera en que ella se retuerce y llora que no quiere irse de su casa.

Su padre la mete a la parte trasera del taxi, y mira con una expresión de pena al conductor. Su madre entra con Sarah también y las puertas se cierran, dejándola sin salida.

— Lo siento mucho, mi hija no está muy feliz de mudarse. A la estación de tren, por favor.

No, no estaba feliz, nada feliz.

El viaje en taxi no es muy largo, y para el momento en el que abordan al tren y toman asiento, su llanto había parado y las ganas de hacer cualquier cosa habían muerto. Estaba muy cansada, y no puede evitar quedarse dormida.

















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Hay cómo 8 borradores con el mismo nombre-

Reuní todas las cosas que escribí en esos borradores en las notas del computador y ahora esto ta medio organizado, lol.



Mudanza! Yo, personalmente, nunca me he mudado, he vivido en la misma casa toda mi vida.

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