Final.

El día era hermoso, se notaba que el verano había llegado. Cielo azul con nubes frondosas, clima cálido con el que se te antojaba comer paletas heladas y vestir pantalones cortos todo el día. De hecho, justo así era el panorama de Minji y Jungkook en ese momento.

Habían tendido una manta en el patio de Minji y se habían recostado ahí para comer helados mientras contemplaban el cielo, ambos vistiendo pantalones cortos y camisetas sin tirantes. Desde que salieron de clases la habían pasado juntos. Seguro Taehyung llegaría en cualquier momento, era sábado y pasaba de  medio día, le estaba ayudando a su madre en algunas compras.

— Estoy emocionado por el último año.

Minji miró a Kook con una mueca en su rostro al escucharlo decir eso.

— Tenemos una semana de vacaciones apenas y ya estás hablando de la escuela, Kook disfruta el verano.

Jungkook sonrió con diversión ante la queja de Mimi, se reincorporó y se sentó en la manta, observaba a Minji aún recostada terminando su paleta de limón. Era la tercer paleta, estaba seguro que la pelirosa ya tenía su lengua escaldada y en cualquier momento empezaría a hablar con voz graciosa.

— Lo digo porque el último año siempre es el más emocionante y además, te tendré a ti y a Tae y también al grano en el culo de Jimin a mi lado. Probablemente nos toque en el mismo grupo a todos.

Minji sonrió.

— Si eso llega a pasar te quedarás calvo.— Río.

Jungkook lo imaginó por un momento y eso era seguramente lo que iba a pasar. Minji y Taehyung eran un desastre juntos y con Jimin a su lado el nivel de peligro aumentaba de forma exorbitante. Sonrió internamente. No importaba, lo anhelaba, se avecinaban días con mucha diversión.

Jungkook suspiró, aún con una delicada sonrisa en su rostro.

Volvió a recostarse al lado de Minji, no decían nada, la música de fondo era lo que disfrutaban en ese momento. Jungkook se puso a analizar su vida hasta ese punto en el que estaba y la verdad es que no podía estar más feliz.

Había encontrado a su primer amor verdadero, pero antes de eso, a una gran amiga que lo ayudó a salir del hoyo en el que estaba refundido. Minji le enseñó a volver a sonreír, reír y sentir la adrenalina por todo su cuerpo. El Jungkook que todos conocían había desparecido, pero gracias a la pequeña pelirosa y su gran sonrisa ese chico había vuelto y en una mejor versión.

Había captado que todo lo que sufrió en su primer año había sido una pena y pérdida de tiempo. Se había desgastado por meses sin razón.

En el escenario también se encontraba Kim Taehyung, que gracias a él es que Jungkook se había hecho cercano a Minji. Kook estaría siempre agradecido con él por ello, pero también le tenía gratitud a Tae por demostrarle que la amistad seguía existiendo, siendo un nuevo amigo que lo ayudó a salir adelante y que aunque parecía ser un niño de 5 años, era muy maduro para su edad y lo hacía ver la realidad de las cosas.

Y también estaba Jimin; con el asunto de Jibyul sin duda era algo que ahora Kook había enterrado a veinte metros bajo tierra después de haberlos escuchado el día del campamento. Había entendido que los tres habían sido culpables pero a la vez inocentes. Los sentimientos no se pueden manipular, él no podía controlar lo que la chica sintiera. Pero como sea, Jungkook no podía negar que ciertamente había extrañado a la persona que había sido su mejor amigo por 10 años y aunque su relación por el momento eran casi discusiones diarias por cosas insignificantes, también se encontraban las bromas internas que sólo ellos conocían porque era la conexión que mantenían desde antes.

Sonaba ridículo, pero aunque apenas estaban intentando restablecer su relación, Jungkook sabía que Jimin era como su alma gemela y aunque tenían percances, siempre estarían el uno para el otro. Además el chico lo estaba intentando arduamente.

— Ya me aburrí.— Chilló Minji a su lado.

— ¿Qué quieres hacer?— Preguntó Kook.— Es temprano aún.

Minji suspiró y empezó a pensar. Sabía que quería hacer algo, pero ninguna idea concreta se le venía a la mente.

— ¿Deberíamos escaparnos y hacer un viaje exprés?— Preguntó bromeando pero al no tener respuesta de Jungkook después de un rato, lo volteó a ver. Su rosto pensativo alertó a Mimi.— Estoy bromeando, Kook.

— Entre broma y broma, la verdad se asoma.— La miró también.— ¿De verdad quieres hacer eso?

La chica suspiró y terminó asintiendo.

— Sería una buena aventura.

Jungkook sonrió y se puso de pie, después le tendió su mano para ayudarla a ponerse de pie. Minji sólo lo observaba actuar. El chico buscó su celular y después de un segundo, ya se encontraba haciendo una llamada.

— ¿Dónde estás, Jimin?

— Primero, hola. Segundo, estoy con Taehyung, estamos por salir rumbo a casa de Mimi.— Dijo Jimin del otro lado de la línea.

— No vengan.— Dijo Jungkook rápido.— Y necesito que me hagas un favor.

*

Minji de verdad no podía creer que después de tres horas de la llamada que Jungkook había tenido con Jimin, se encontraba con Kook en la estación de trenes de Busan.

En tan sólo unos minutos Jungkook ya había ideado un plan para su inesperado viaje. Se encontraron con Jimin y Tae en la estación de Seúl, donde les contaron el plan y ellos se encargarían de cubrirlos por todo ese tiempo que estarían fuera de la ciudad, además Jimin les prestó las llaves de su casa por si se les ofrecía algo. Salieron de Seúl en el viaje de las 3 de la tarde con destino a Busan, siendo ya las 6 P.M. y con una mochila cada quien que sólo traía un cambio de ropa y dinero, su inesperada aventura en Busan comenzó.

— No puedo creer que de verdad nos escapamos a Busan.—Minji sonrió emocionada, Jungkook la miró con ojos de amor y precedió a entrelazar su mano con la de ella.

— Andando, linda.— Hizo un ademán.— Muero de hambre.

Irónicamente el plan que tenían era exactamente lo mismo que estaban haciendo en casa de Minji hace unas horas. Un picnic. Con la gran diferencia que ahora sería en la playa. Eso sumaba muchos puntos.

Lo primero que harían sería ir a la casa de Jimin para buscar una manta y un par de toallas, después comprarían toda la comida que comerían en su picnic con el atardecer en la playa.

Subieron al primer taxi que encontraron libre, Jungkook le indicó la dirección al conductor y afortunadamente no había tráfico, por lo que llegaron antes de lo esperado. Bajaron una calle antes, porque si el taxi los dejaba frente a la casa de Jimin, la abuela de Jungkook, que vivía a dos casas de distancia, se daría cuenta y Jungkook estaría muerto si su familia se enteraba que se había escapado a Busan y no se encontraba en la casa de Minji como él había dicho.

— Brincaremos la barda de atrás y entraremos por el patio.— Le explicó Jungkook a Minji.— ¡Corre! Si la abuela nos ve, estaremos acabados.

Y aún tomados de la mano, corrieron hasta la barda de la casa de Jimin que rodeaba al patio. Jungkook fue rápido, tomó a Minji de la cintura y la elevó para que ella brincara al otro lado. La pelirosa fue ágil y ya se encontraba en territorio de los Park. Jungkook se le unió en unos segundos.

— Qué triste, yo quería conocer a tu abuela.— Dijo Minji ya estando adentro de la casa de Jimin.

— Y ella también quiere conocerte, Mimi.— Jungkook le sonrió.—Pero estamos aquí de contrabando. Otro día será.

La pequeña asintió resignada. Jungkook antes de ir por las mantas se aseguró que el gas estuviera cerrado y que todas las corrientes eléctricas no estuvieran en uso. Jimin era muy despistado y él era el último en haber venido a la casa, sólo quería corroborar para prevenir cualquier accidente.

— Vaya, conoces esta casa perfectamente.— Dijo Minji, lo había estado observando todo ese tiempo.

— Prácticamente viví aquí con Jimin cuando éramos más pequeños.

— ¿En serio?

Jungkook asintió.

— Nuestras familias se mudaron a Seúl antes de que termináramos nuestro último año de escuela aquí, ninguno de nosotros se quiso transferir, así que yo me quedé con la abuela y Jimin aquí solo, aunque mi abuela era su tutora también. Comíamos con ella, pero dormíamos y pasábamos el rato aquí.

Minji levantó las cejas sorprendida. Esos dos de verdad eran muy cercanos antes, eran prácticamente hermanos.

— Eso lo explica todo.

— ¿Qué cosa?

— La última vez que estuve aquí dormí en un cuarto que tenía una foto de Iron-Man pegada en la pared.— Ambos sonrieron.

— Sí... Ahí dormía yo.

Una vez que Jungkook comprobó que todo estuviera en orden, fue al armario del pasillo y tomó una manta y dos toallas, metió las toallas en su mochila y le dio la manta a Minji para que ella se encargara de eso. Salieron por el patio nuevamente y Jungkook cerró muy bien la puerta. Brincaron la barda, se tomaron de las manos y corrieron por el vecindario hasta llegar a una calle más transitada y en ella subieron a un taxi.

Cuando Jungkook vivía en Busan, junto a Jimin se juntaban en la playa que tenía al costado una feria. A pesar de estar al lado de una feria de juegos, esa zona de la playa era muy solitaria. Les encantaba porque era un contraste, de un lado la tranquila playa con sonoras olas, y del otro, la feria llena de gente que gritaba desde la cima de los juegos. Ahí es donde Kook llevaría a Minji.

Ya habían comprado toda la comida, la cual era bastante y en su mayoría chatarra. En ese momento ya se encontraban caminando por el muelle que llevaba directo a la feria, justo antes de la entrada, había un agujero en las tablas del muelle, por el cual se meterían para entrar a la playa.

— ¿Podemos ir a los juegos más tarde?— Preguntó Minji, poniéndole ojos de cachorro a Jungkook. Él sonrió.

— Sólo si prometes subirte a todos conmigo.

Minji lo miró con ironía. Claro que lo haría, ella era fan de los juegos extremos y tenía mucho tiempo sin subirse a una montaña rusa.

— Claro que lo haré, tonto.— Le dijo estando en las manos de Jungkook, pues él le estaba ayudando a atravesar las maderas.— ¿Todo esto hacían Jimin y tú?

— Todo esto y más.—Sonrió, tomando la mano de Minji y guiándola hasta donde sería el punto del picnic.— Probablemente tenemos un escondite en cada vecindario de la ciudad.

Minji suspiró y sonrió.

— Es una pena que se hayan separado.— Dijo sin pensar, segundos después captó que eso había sido un error.— Lo siento, no debí decir eso.

Jungkook negó con la cabeza.

— Tienes razón.— Se encogió de hombros.— Como también fue una pena no haberte conocido desde primer año, ¿no?

— Sí que sí.

Juntos acomodaron la manta sobre la arena, Minji se encargó de sacar y preparar toda la comida que habían comprado, mientras Jungkook ponía música en la bocina inalámbrica que habían llevado consigo. Minji empezó a reír con la primera canción que puso, era We Found Love de Calvin Harris con Rihanna. Ella y sus hermanas solían bailarla al borde del desmayo cuando eran más pequeñas.

—¿De qué te ríes?— Preguntó Jungkook antes de comer un bocado de su pizza.

— Esa canción me trae recuerdos.

— Es muy buena canción.

— Lo es.

Y mientras comían, más canciones iban saliendo de la playlist de Jungkook que eran realmente buenas al punto que ni uno ni otro podían dejar de bailar mientras merendaban. Ya habían terminado con la pizza, ahora se estaban encargando de el pollo frito y en el inter comían papas fritas y Jungkook galletas. En cualquier momento terminaban con nauseas por la cantidad de comida que habían estado ingiriendo y los bailes bruscos que a veces hacían.

Jungkook ya hasta había cantado un par de canciones.

— El sol se está poniendo.— Minji señaló más allá del mar. El cielo ahora pintando de un cálido anaranjado.

Perfect Places de Lorde comenzaba en ese momento.

Jungkook sonrió al observar a Minji tan feliz por ver el cielo en sintonía con el sol y el mar. Se dejó guiar con la canción y su panorama en ese momento, entendió en ese instante que sea el lugar que fuera, estar con Minji lo convertía en el lugar perfecto.

Se puso de pie, Minji lo miró al verlo moverse y Jungkook sólo hizo un ademán con la cabeza. Ella lo captó a la primera. Brincó para ponerse de pie, a la par se desasieron de sus zapatos y se tomaron de las manos, como si sus cabezas estuvieran conectadas y hubieran hecho un conteo mental, corrieron directo al mar, y justo antes de que sus pies tocaran el agua, Jungkook de una maniobra cargó a Minji en sus brazos y sin miedo, entro al agua.

— ¡No te atrevas!— Gritó Minji entre risas, aferrándose al cuello del chico.—¡Si me lanzas por completo estás muerto!

— No me matarías.— Sonrió arrogante.—De eso estoy seguro.

— ¡Jungkook!— Gritó ella cuando sintió como el chico la lanzaba.

Minji se sumergió en el agua, la cual estaba fría pero no le molestaba. De hecho quería reír por la audacia de Kook. Salió rápido a la superficie, donde Jungkook la esperaba con una sonrisa traviesa. Minji sin pensarlo empezó a salpicar agua en él hasta que terminó igual de empapado que ella.

— ¡Ya basta!— Jungkook gritó.— ¡Me cayó en los ojos!

— A veces la venganza es salada, querido Kook.

Incrementó más sus ataques, consiguiendo que Jungkook los respondiera de igual manera. Al notar que Minji no pararía de lanzarle agua, empezó a correr a ella, la pelirosa corrió de igual manera para huir.

— ¡Ven aquí!

Minji empezó a irse más al fondo, lo cual Kook lo vio como ventaja y se sumergió en el mar para capturarla desde abajo del agua. De nuevo, ella se encontraba en sus brazos. Ambos riendo.

— Declaro una tregua.— Dijo Minji.— Por ahora. ¿De acuerdo?

— De acuerdo.

Se quedaron en silencio, apreciando el bello atardecer que se estaba llevando a cabo. Fue hasta que el sol se metió casi por completo, que salieron del agua. Jungkook sabía que traer el par de toallas había sido una grandiosa idea, pues a pesar de que entrar al mar no estaba en sus planes y mucho menos con la ropa que llevaban puesta, estaba consciente que era muy probable que terminarían entrando al agua.

Nunca pensó que él sería el del primer impulso, pero esto era lo que Minji le causaba. Se le contagiaban sus ocurrencias.

— ¿Hay moros en la costa?— Minji le preguntó. Jungkook miró a los alrededores y negó con la cabeza.

— ¿Qué haces?— Preguntó alterado al verla empezar a tirar de su blusa.

— No pienso estar por la ciudad con la ropa mojada.— Dijo obvia.— No fue en vano traer ropa extra en nuestras mochilas, ¿o sí?

—Eh... No.— Tragó duro, pero no lo quedó más alternativa que hacer lo mismo que Minji.

Yep, sin duda las locuras se las contagiaba ella. Nunca creyó escaparse a otra ciudad, entrar al mar completamente vestido y terminar cambiándose en la playa. Pero lo había hecho por Kwon Minji y no se arrepentía en lo absoluto.

*

— Cerraremos en 15 minutos.— Dijo el chico de la entrada de la feria.

Pudieron haber llegado antes a la feria, pero habían decidido quedarse recostados sobre la manta y terminarse las galletas. La platica se dio y el tiempo pasó volando.

— Podemos subirnos a un juego solamente, tenemos que estar en la estación de trenes en media hora.— Comentó Jungkook.— ¿Lo tomas o lo dejas?

Minji sonrió, apretó el agarre de sus manos y asintió.

— Lo tomo, bobo.

Le pagaron al encargado el pase y entraron a la feria literalmente corriendo, desde cualquier punto en el que estuvieran parados la asombrosa montaña rusa se podía ver. Minji la miraba con ojos brillantes de la emoción. Si sólo podía subirse a un juego, sin duda ese sería. Jungkook a su lado, con tan sólo verla se dio cuenta que Minji estaba que moría por montarse en aquella gigantesca montaña rusa. Apretó el agarra de sus manos y le hizo un ademán con la cabeza.

— Andando.— Le dijo.— Subiremos a la montaña rusa.

— ¡Yay!

El gran juego mecánico era extremadamente alto, contaba con por lo menos tres vueltas de cabeza y caídas en línea recta. Era de esas montañas rusas que de tan sólo verlas ya estabas gritando del miedo, sin embargo, Minji y Jungkook brincaban de la emoción. Las únicas preocupaciones de Kook en ese momento era que Minji saliera volando del asiento por lo pequeña que era y que de toda la comida que habían comido, terminaran vomitando.

— Por lo menos rebasas el límite de altura.— Se burló Jungkook, estaban en la espera para subir, pero justo ahí se encontraba el límite de estatura. Minji lo había sobrepasado por tan sólo 3 centímetros, Jungkook no podía dejar de reír.

— Ya cállate.— Ordenó ella aunque también se estaba riendo.

— ¡Los que siguen!— Gritó la chica que estaba acomodando a las personas en los carritos. Minji y Kook se acercaron.— Tengo al final o hasta el frente. Ustedes deciden.

Jungkook y Minji se miraron cómplices y sonrieron.

— Iremos al frente.

Se acomodaron en sus lugares y la encargada del juego les puso la seguridad correspondiente, después se aseguró del resto de los pasajeros. Una vez dadas las indicaciones, se activó la cuenta regresiva en una gran pantalla que estaba donde el recorrido empezaba.

Jungkook buscó la mano de Minji y entrelazó sus dedos, así planeaba ir todo el viaje. La pelirosa se giró a verlo y sonrió.

3...2...1

Y a diferencia de muchas montañas rusas que empiezan su recorrido de manera lenta, ésta salió disparada. Jungkook y Minji soltaron un grito de adrenalina y emoción, algunas otras personas de miedo. El primer giro se aproximaba y cuando llegaron a él, nunca imaginaron que los dejarían de cabeza por unos cinco segundos, Minji y Jungkook se voltearon a ver.

— Qué buen look de cabello.— Le comentó ella. Aunque sabía que su cabello igual estaba hecho un desastre.

— El tuyo es más genial.— Y el recorrido se reactivó.

Dieron la vuelta completa y se alentó un poco el carrito, eso debido a que iban de subida para bajar la primera picada. Jungkook y Minji al ser los primeras en la fila, podían ver todo a su alrededor, incluido el parque y era una vista hermosa. Sin embargo, Kook no podía despegar su mirada de la pequeña pelirosa. Estoy enamorado. Pensó y ese pensamiento lo acompañó con una sonrisa. Cayeron en picada y aún así Jungkook no despegó su mirada de Minji, de hecho sonrió más y su corazón se llenó al escucharla soltar un largo grito.

No podía explicarlo de mejor manera: Kwon Minji era su montaña rusa.

Una muy emocionante a decir verdad. Tener a Minji en su vida era como una extrema montaña rusa que nunca dejaba de ser aburrida por los giros y caídas que ésta tenía, nunca sabías qué esperar, pero la emoción no dejaba su cuerpo, estaba expectante a cada nuevo movimiento, giro, caída o subida; los únicos sentimientos que sentía en ese momento eran los de emoción y libertad. Eso mismo era lo que sentía por Minji, ella lo hacía sentir emocionado y libre, además de que nunca sabía que pasaría al estar con ella, pero sin duda era seguro que sería algo único y emocionante. Quería montarse en esta montaña rusa llamada Minji por un largo, pero muy largo, tiempo.

Quería sentirse así de libre siempre.

De nuevo estaban de cabeza en un giro. Jungkook miró a Minji.

— ¡Mimi!— Le gritó, a ese punto sus oídos ya se encontraban tapados. La pelirosa se giró a verlo.— ¡Te quiero mucho!— Minji sonrió al escucharlo.— ¡Gracias por todo!

Minji apretó el agarre de manos.

— ¡Yo te quiero mucho más!

Jungkook amaba las montañas rusas, tanto como adoraba a Kwon Minji.

Estaban subiendo por los rieles para avecinarse a la caída más alta de todas. El corazón de Jungkook latía tan rápido que sentía que iba a salirse del pecho y no era precisamente por la caída que estaban a punto de tener. Respiró hondo y se giró a verla nuevamente.

— ¡Mimi!— Gritó de nuevo. Minji se giró a verlo, pero él no decía nada, sólo la miraba.

— ¡¿Qué sucede?!— Preguntó, sus ojos en Jungkook y en el camino, pues la caída estaba cada vez más cerca.— ¡Jungkook!

El chico miró la distancia que les quedaba para la caída. Quería hacerlo justo a tiempo. Una gran sonrisa se apoderó de su rostro, Minji sonrió también aunque no entendía nada.

— ¡Kwon Minji!— Gritó su nombre a todo pulmón.

— ¡¿Qué?!

— ¡¿Quieres ser mi novia?!

Minji abrió a lo grande sus ojos y antes de que pudiera procesar lo que Jungkook acaba de preguntar, pequeñas lágrimas salieron de sus ojos y al darse cuenta de ello y la mirada de preocupación de Jungkook, empezó a reír mientras asentía. Ni siquiera sabía por qué lágrimas salieron de sus ojos, pero definitivamente no era porque fuera algo malo, todo lo contrario.

— ¡Claro que quiero ser tu novi...— El grito que soltó debido a la caída terminó la frase.

Y Jungkook soltó un grito de victoria en ese momento.

No podía explicar todo lo que sentía en ese momento, pero sí podía asegurar que se sentía liberado. Todas las presiones que pudo llegar a sentir se habían esfumado y sabía que los mejores años de su vida estaban por llegar y todo gracias a que ahora tenía a su lado de manera oficial a la chica que era el sol en persona. Minji daba vida y energía a su alrededor y Kook se encargaría de que ella nunca perdiera su luz.

Todo lo anterior a esto había sido una pena y no iba a permitir que eso volviera a suceder. Ahora empezaba un nuevo capítulo en su vida y lo hacía con la mejor compañía de todas.

Pero además de eso, ahora estaba en paz consigo mismo y eso era lo que más importaba.

No iba a permitirse que nadie lo dañara.

Ya no más.

FIN.

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