25.

El día que se prepararon para encontrarse con el chaman, Hyungwon se sentía de todas formas menos preparado, Wonho le alentó diciendo que jamás podrían resolver el problema si no sabían cual era, pero la verdad es que el delgado ni siquiera sabía qué era peor, si saberlo o no.

Cuando se encontraron en una sala extraña, rodeados de artefactos raros y una vibra densa, Hyungwon estaba todavía más nervioso, afortunadamente para él, Wonho parecía no sentir nada de todo lo que había a su alrededor y platicó con el hombre como si de un viejo amigo se tratase.

—Entonces tú puedes ver la marca, pero cuando intentaste replicarla tuviste una consecuencia física. —dijo el hombre, totalmente pensativo. Después se levantó para recoger un libro antiguo de uno de los estantes y abrirlo frente a ellos. —Dime si la marca se parece a una de estas, pero por ninguna razón toques el libro.

Wonho se inclinó para ver y asintió.

—Se parecen algunos rasgos, pero no es ninguna de esas. —dijo firmemente.

El hombre se puso la mano en la barbilla y cerró el libro.

—Me temo que no es una simple marca. —dijo luciendo un poco preocupado. —Todo apunta a que puede tratarse de una runa ancestral de maldición. Sin embargo, las que te mostré son las más conocidas entre nosotros, así que si no es ninguna de esas puede que se trate de una más compleja. —dijo preocupando a ambos chicos. —Para resolverlo tendrían que visitar al chaman mayor, que está en el norte del país. Lo siento chicos, lo único que puedo hacer por ustedes es ponerlos en contacto y proveerles protección para evitar una resonancia de la runa.

Hyungwon bajó la cabeza sintiendo temor repentinamente, pero Wonho frunció el ceño.

—Respecto a las runas que me mostraste. —dijo señalando el libro que el hombre mantenía en las manos. —Creo que reconocí una.

El hombre lo miró sorprendido y volvió a abrir el libro cuidadosamente.

—¿Cuál es? —preguntó curioso, a lo que Wonho respondió simplemente señalando de lejos una que estaba en la esquina inferior derecha. —¿Donde la viste? —preguntó preocupado. —¿Está en alguna persona?

Wonho suspiró y miró de reojo a Hyungwon.

—Su pareja falleció antes que yo lo conociera. —explicó. —Le acompañé a visitar su tumba, y ambos pudimos ver la runa muy débilmente encima de la tumba.

El hombre miró a Hyungwon y luego a Wonho.

—¿Cómo murió? —preguntó.

—Un accidente. —respondió Hyungwon en un susurro. —Estabamos saliendo del cine, un auto se descontroló y terminó arrollándolo.

Después de un corto silencio el hombre cerró el libro y soltó un largo suspiro.

—No fue un accidente. —dijo sorprendiendo a ambos. —Esta runa... Es llamada “Runa del Alma Cautiva” y creo que no hay necesidad de explicar qué es lo que hace. —soltó un largo suspiro al ver como el rostro de Hyungwon se desmoronaba en dolor retenido. —Este tipo de runa suele lanzarse sobre la persona mientras está viva, pero no se hace visible hasta que muere, usualmente se complementa con la “Runa de Atracción del Caos".

Wonho no pudo evitar bajar la mirada ya que no fue capaz de ver hacia Hyungwon después de haber escuchado tal información.

—¿Cómo puedo saber quien lo hizo? —preguntó una temblorosa voz entrecortada. —¿Fui yo? ¿Tiene algo que ver conmigo? —preguntó desesperado agarrando al hombre por su vestimenta, exigiendo una respuesta que todavía no sabía si quería conocer. —¡¿Por qué alguien querría retener su alma?!

—Chae... —le llamó Wonho separandolo lentamente. —Respira. Vamos a encontrar todas las respuestas.

El hombre asintió apesarado.

—Lamento no poder hacer mucho más por ustedes. —susurró. —Esas cosas están fuera de mi control.

A pesar de que había escuchado que todo se debía a una runa puesta por alguien, el delgado no podía evitar culparse de todo y empezó a llorar sin poder evitarlo.

—Dime sinceramente. —dijo dirigiéndose al hombre. —¿El tiene alguna runa oculta? —preguntó señalando a Wonho. —Sé que tu puedes ver esas cosas.

El hombre miró a Wonho, y por un momento él se sorprendió con la mirada pensativa del chaman. Estaba seguro de que estaba bien y que no había nada raro con él, pero después de todo lo que había dicho ese hombre, cualquier cosa podía esperarse.

—De hecho, hay rastros de una marca que fue dejada pero eliminada. —explicó. —¿Acaso tú también sufriste de alguna serie de accidentes?

Hyungwon frunció el ceño asintió.

¡Había ocurrido! Él lo recordaba claramente. En el cine, en la playa, en la casa, en el trabajo de Wonho... Sin embargo se habían detenido abruptamente. No lo había notado hasta que se lo mencionaron.

—¿Dices que la marca fue eliminada? —preguntó el delgado. —¿Quién la eliminó? ¿Con qué objetivo?

El hombre suspiró.

—Chicos... Realmente me gustaría poder ayudarlos más, pero si hablo ahora obtendrán más dudas que respuestas. —contestó sinceramente y recogió de un cajón dos colgantes pequeños. —No creo que sea necesario, pero si acaso lleven con ustedes esta protección en su viaje hacia el chaman mayor. —dijo entregándole a cada uno un colgante.

Wonho asintió y después de darle una generosa paga por su valiosa ayuda, sacó a Hyungwon del lugar consigo, pero tan pronto como llegaron al auto, miró a Wonho con confusión.

—¿No es necesario protegernos? —preguntó sin poder dejar de pensar en ese comentario.

El mayor suspiró, acarició la mejilla de su vecino para limpiar sus lágrimas y le sonrió.

—No pienses en ello por ahora. —dijo dulcemente. —Podemos partir ahora mismo hacia el norte si quieres. —el menor asintió y después de un corto viaje, llegaron a sus casas. —Sólo recojamos a nuestras mascotas de casa y un poco de ropa, no te preocupes por el resto. Llamaré a mis padres para que nos reciban en su casa.

Al oirlo, Hyungwon sintió una punzada de molestia en el estómago, pero decidió ignorar el sentimiento porque quería acabar con el problema lo más rápido posible, así que se metió a su casa para prepararse mientras Wonho hacía la llamada a su madre.

—Sí, te estoy diciendo la verdad mamá... —dijo en tono cómico después de que su mamá dudara de su palabra, ya que desde que se había mudado no había querido volver a casa de sus padres ni para visitarlos, porque siempre estaba ocupado con su vecino o su trabajo. —Bueno, en realidad te llamaba porque Chae, mi vecino irá conmigo. —se sinceró.

La madre guardó silencio en la línea por un momento.

—Wonho dime la verdad. —pidió suplicante. —¿Qué ocurre con ese chico? Siento que hay algo malo con él.

Wonho frunció el ceño.

—Si te digo la verdad, ¿me creerás? —preguntó con seriedad.

—Claro, hijo. —dijo sin dudarlo. —Te apoyaré en lo que necesites, pero dime la verdad.

El chico dudó en hablar por mucho tiempo, pero finalmente no pudo decir nada de lo que quería.

—Mamá, yo... —suspiró dubitativo. —Chae es muy importante para mí, necesito que tú y papá lo reciban lo mejor posible. Y no, no hay nada de malo con él. —dijo con firmeza.

—Pero Hoseok... —su madre intentó rechistar, pero Wonho fue más rápido y acabó interrumpiendola.

—En realidad quiero casarme con él. —soltó sin pudor para darle un buen motivo a su madre y que no se atreviera a cuestionar su decisión. —Quiero proponerle matrimonio muy pronto, asi que prefiero que los conozca antes de eso.

La verdad es que no supo por qué ni de donde sacó valentía para decir algo como eso a su propia madre, pero de lo que si estaba seguro es que incluso si se trataba de una maldición, quería proteger a Chae de todo el caos que lo agobiaba.

Sólo... Quería hacerlo feliz.

Toda la vida.

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