11.
Ese día se había puesto de acuerdo con Wonho para salir, o mas bien había sido casi obligado. No a una cita, pero si a algo parecido. Era una simple salida al cine que según Wonho, sería parte de su redención por no cuidar sus palabras, y también la lucha para que su vecino saliera de casa un domingo, como la gente normal, aunque sinceramente Hyungwon no estaba interesado en películas y tampoco quería salir de su casa, pero el mayor le había insistido decenas de veces que lo acompañara esa noche y aunque sabía que aquella salida de sus rutinarios días de vecinos le haría avanzar en su plan, no se sentía precisamente cómodo saliendo a lugares públicos y encontrándose con otras personas. Pero despreciar a Wonho era simplemente imposible.
Aún así, ahí estaba fuera de su casa después de recibir un puntual mensaje de él diciendo que estaría en un par de minutos ahí para llevarlo en su auto, que tal como Wonho prometió, no tardó demasiado hasta llegar frente a él.
Cuando vio el auto sintió como si su respiración le fallara por un par de segundos y volteó hacia atrás al recordar que su mascota quedaba en casa. Solo, por primera vez en años.
— ¿Preparado? —preguntó el sonriente Wonho mirándolo a través de la ventanilla del copiloto. Hyungwon asintió levemente, sin estar convencido y aquello no pasó desapercibido para el mayor— Por favor Chae, será solo esta vez. —pidió en tono leve— Debo compensar lo de la otra vez de alguna manera, permítemelo. —suplicó mirándolo fijamente— Y si esto no es algo que quieras hacer, entonces no vamos ahí y hacemos algo que tú gustes. En serio.
El delgado no respondió, sabía que lo de la disculpa por la mención de su madre era sincera hasta cierto punto, pero el resto parecía ser parte de una excusa inocente para que salieran juntos, así que simplemente ingresó al auto mentalizadose que todo estaría bien si solo estaban fuera un par de horas. Claramente Wonho tomó eso como un sí y aunque sentía que no cabía dentro del auto por lo hinchado de alegría que estaba de ver a su frío vecino aceptando casi voluntariamente una propuesta suya, lo puso en marcha sabiendo que no debía forzar ninguna charla si no quería incomodar a su compañero de esa noche, así que no dijo nada hasta llegar al cine donde simplemente estacionó el auto, esperó que Hyungwon bajara y caminó junto a él en silencio.
El delgado llevaba las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, su cabello no parecía estar despeinado pero tampoco parecía haber tomado demasiado tiempo en arreglarlo y a diferencia de como lo veía en casa, cada vez que salía, Hyungwon llevaba su mascarilla negra.
— Tengo curiosidad... —susurró sin poder soportarlo— ¿por qué usas la mascarilla cada vez que sales de casa?
Hyungwon lo miró de reojo, pero rápidamente volvió a poner su mirada enfrente.
— No la uso siempre. —respondió sin animos de dar explicaciones que una persona como Wonho no podría entender— hoy me siento algo resfriado.
Cortando la conversación de golpe, avanzó y abrió la puerta del establecimiento siendo él quien ingresó primero a pesar de ser el mas desinteresado en la película.
Sin mas opción que esperar por el mayor, se detuvo cerca del pasillo que conducía a las diferentes salas en el cine. Fue entonces cuando sintió una calida mano en su espalda, que lo sorprendió.
— ¿Gustas algo de comer? —preguntó con una sonrisa demasiado tierna, aunque de nuevo veía en el delgado aquella expresión de duda o sorpresa que lo hacía sentir curioso— Oh vamos, yo pagaré. Por favor come algo que quieras.
Su mano se deslizó de la espalda del menor y se separó un par de pasos en busca de golosinas, o al menos eso fingió.
La duda siguió presente en el rostro del delgado, sin embargo después de un rato de silencio pidió algunas golosinas que Wonho aprovechó a aumentar de tamaño para compartir y finalmente ingresaron a la sala indicada para ver la película.
— No sé mucho acerca de tus gustos... —comentó Wonho mientras cargaba todas las golosinas y buscaba los asientos asignados— pero vi en tu casa una foto tuya donde salías en el estreno de la parte anterior de esta película. —se sentó en su asiento y miró con emoción a Hyungwon— ¡así que sé que te va a encantar la secuela!
Al escuchar a Wonho no comprendió muy bien de qué hablaba, así que simplemente se sentó a su lado sin más. A él no se le daba bien la amabilidad, pero aceptó salir con él para poder analizarlo y saber cómo era Wonho en una situación como esa.
Mientras la película comenzó a mostrarse, él no se concentraba en lo absoluto. Por su mente seguía pasando la idea de que probablemente eran hermanos de sangre y que todo acabaría en un gran caos si alguien lo descubría. Lo peor era saber que esa era la única vía disponible que tenía para cumplir con el plan de por primera vez, usar su maldición con intenciones no tan buenas, aunque en ocasiones se lo cuestionaba.
Se odió a sí mismo por tener aquellos pensamientos, pero no los dejó de lado. Así que en medio de la película se tomó el atrevimiento de recostar su cabeza inconscientemente en el ancho hombro de Wonho, quien parecía demasiado concentrado para notarlo y tal como lo esperó, no hubo ninguna clase de rechazo de parte del mayor. Al contrario, Wonho lo acomodó mejor y aunque no podía verle la cara para ver si su acción había sido un reflejo o un acto voluntario, Wonho tenía una enorme sonrisa figurada en el rostro.
La película avanzó sin mayores interrupciones aparte de la molesta mirada ocasional del mayor y pequeños roces entre sus manos por algún movimiento errático. Entonces supo que Wonho era de esa clase de persona que no podía ocultar nada, estaba seguro gustaba de él y simplemente iba detrás suyo como un perrito y eso era muy conveniente, aunque seguía siendo molesto.
Sumido en sus oscuros pensamientos, posó sus ojos en la película por primera vez. Una escena bastante cursi estaba pasando en ese momento, pero al prestar más atención supo que no era cualquier escena cursi, era precisamente un flashback de la película anterior que reconoció inmediatamente.
Su cuerpo se estremeció y sus ojos se nublaron en instantes al darse cuenta de su situación. Era exactamente igual que la primera vez; Estaba recostado, con poco interes en la película, comiendo palomitas del mismo recipiente que su acompañante y rozando sus manos de vez en cuando, con la única diferencia de que esta vez estaba consciente de que si levantaba su mirada no se encontraría con el rostro de quien lo había acompañado por años siendo su pareja fiel, sino por alguien más.
Al recordar tan repentinamente uno de los últimos recuerdos que tenía junto a su pareja, cerró sus ojos y no pudo contener sus lágrimas aunque odiaba mostrarse vulnerable y más en un sitio público.
Tan pronto como los créditos aparecieron en la pantalla, Wonho miró hacia su acompañante y lo notó en medio del llanto. Un poco condundido por su reaccion a una película que despues de todo había tenido un final feliz, le tocó el hombro para cuestionarlo.
— ¿Chae? —susurró moviendolo un poco— ¿Qué ocurre?
El delgado levantó su irritada mirada, notando que la película ya había acabado, así que se levantó de su lugar y salió casi corriendo de la sala.
Por fin había recordado el por qué no había vuelto a ir a un cine. Su pareja era fanático de las películas y él siempre lo acompañaba en cada estreno, al menos hasta esa ocasión en la que ninguno sabía que sería la última.
Ya se había acostumbrado a tener las miradas de las personas encima, pero esa vez se sentía todo tan diferente por culpa de su vulnerabilidad, sentía su pecho arder con fervor porque por un buen tiempo se sintió como si él realmente estaba con su pareja, hasta que recordó que era imposible y el recuerdo se convirtió en agridulce.
— Chae... ¿Qué ocurre? —preguntó el preocupado Wonho llegando por fin a su lado en la entrada del cine— ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?
Con cada palabra de preocupación de parte del mayor su pecho ardía más, así que acabó por apartar las manos de Wonho que lo habían tocado en medio de su preocupación.
— Quiero ir a casa... —respondió en medio de sollozos— ahora...
Wonho asintió aún preocupado de no saber qué ocurría.
— ¿Estas seguro de que no te duele nada? —volvió a preguntar, esta vez tocando su frente en busca de algun síntoma, pero en el momento que sus pieles entraron en contacto Hyungwon apartó bruscamente la mano de Wonho.
— ¡He dicho que quiero irme a casa! —le gritó empujandolo levemente— y mantente alejado de mí. —sollozó— No quiero que me toques nunca más...
Wonho bajó la mirada y suspiró dando un par de pasos hacia atras.
— Sí, lo entiendo... —susurró con un hilo de voz— yo... Lo siento. Espera por mí, iré por el auto.
El delgado se apoyó en una pared sintiendo como a cada paso que Wonho daba su pecho ardía más. Él ya estaba acostumbrado a tratar mal a la gente y aunque siempre lo hacía sentir mal, no era normal sentir tanto dolor por soltar palabras hirientes, a no ser que...
Su mirada se levantó con prisas al escuchar el motor de un auto que no era el de Wonho, pues él apenas caminaba hacia el estacionamiento y solo entonces lo supo. Wonho ya no era inmune a su maldición.
Pasando del dolor al miedo en fracción de segundos, buscó desesperadamente con la mirada hasta encontrarlo y darse cuenta de que efectivamente, el auto iba en dirección al distraído y triste Wonho, entonces corrió lo mas rápido que sus largas piernas se lo permitieron y antes de que ocurriera una tragedia, se lanzó a sí mismo hacia la calle, abrazando a Wonho en el acto con todas sus fuerzas, rogando que su inmunidad a su propia maldición sirviera de algo.
El chirrido de las llantas contra el pavimento se hizo notar al igual que los gritos de muchas personas presentes que se sorprendieron de como un auto pudo detenerse tan rápido yendo a esa velocidad.
Con las piernas flojas, Hyungwon cayó de rodillas al suelo.
— Perdón... —susurró antes de romper en llanto de nuevo, frente al estupefacto Wonho que solo pudo pasear su mirada entre el auto y Hyungwon, quien lloraba hincado a sus pies.
Lo que Wonho no sabía es que
más allá de una simple palabra,
había algo enorme ocurriendo.
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