Capítulo 6: Pesadillas

No puedo dejar de moverme en la cama por lo inquieto que estoy, todas las cosas que han estado pasando no me dejan dormir tranquilo.

Hugo y Tamora asesinados.

Su asesino suelto.

Aiden haciendo enojar a los habitantes de Charlestone.

¿Cómo dejé que todo se saliera de control así?

Repentinamente abro los ojos y descubro que no estoy en mi habitación sino en las calles de Charlestone.

Confundido, me levanto del asfalto frío y lo primero que noto es un movimiento entre los arbustos que me hace alarmarme.

-¿Quién está ahí?

No recibo respuesta y me quedo quieto esperando que algo pase, cuando de repente, una figura emerge de los arbustos y corre hacia mí.

No puedo hacer nada cuando la figura me toma del cuello, es muy fuerte.

Me esfuerzo por ver la cara de mi atacante y me sorprendo cuando veo de quién se trata.

-¿Hugo?

Su cara está totalmente descompuesta, si pudiera voltear hacia otro lado lo haría porque la vista es demasiado grotesca, cosas vivas se arrastran en su rostro.

Lo que más resalta es un agujero de bala en su cráneo, seguramente la que lo mató.

-¡Aléjate de él, Ethan!-me grita aparentemente preocupado.

-¿Quién es él?-pregunto con dificultad, su agarre sobre mi cuello cada vez se aprieta más.

-¡Aléjate de él!

Luego de mucho apretar, llega un punto en el que saca algo de su bolsillo un arma.

Pongo los ojos como platos al darme cuenta de sus intenciones con esa cosa.

-¡No! ¡Espera!-le suplico, pero es inútil, el coloca el cañón del arma en mi frente y jala el gatillo.

Abro los ojos y ya no estoy en medio de la calle, sino en el instituto.

Un momento. ¿Cómo llegué aquí?

Empiezo a caminar sin rumbo fijo hasta que un sonido capta mi atención, viene de uno de los casilleros.

Fijo mi vista en ese punto, cuando el casillero se abre abruptamente, y Tamora sale de él.

De la impresión, caigo al suelo y me arrastro unos metros hacia atrás.

Tamora me mira fijamente, y noto que al igual que Hugo, su cara está totalmente descompuesta, con larvas arrastrándose en ella.

-Tienes que alejarte de él, Ethan.-me dice con aparente preocupación-No dejes que te atrape si no quieres acabar como yo.

-No entiendo nada, Tamora, ¿de quién me tengo que alejar? ¿Aiden?-no recibo respuesta a mi pregunta, en cambio ella sólo se queda mirando un punto fijo en la nada, su mirada vacía.

En eso noto que su cuello tiene las marcas de las manos que según el forense la estrangularon.

Cuando parece que nada más va a suceder, Tamora se lanza sobre mí.

Por la impresión, no me da tiempo de levantarme y correr, lo que ella aprovecha para tomarme del cuello y apretarlo con mucha fuerza.

-¡No dejes que te atrape!-me grita para luego aumentar la fuerza con la que toma mi cuello.

Cada vez es más difícil respirar, y cada vez todo se vuelve más oscuro, hasta que se pone negro.

Abro los ojos y no estoy ni en la calle, ni en el instituto, sino en el cementerio.

Me levanto y camino unos metros.

Al principio no noto nada que merezca mi atención, hasta que veo algo que me alarma.

Una tumba abierta, pero lo que me asusta es el nombre que está escrito en ella.

Ethan Stevens - 1998-2016

-¿Qué mierda?-pregunto asustado.

¿Qué está pasando? ¿Por qué hay una tumba que dice mi nombre?

-Hola, Ethan.-la voz detrás de mí me hace sobresaltarme, y me giro para ver de quién se trata.

-¿Aiden?

Está vestido enteramente de negro, su cabello castaño desordenado, sus ojos de diferente color llenos de locura, y su sonrisa maliciosa.

Cuando bajo la vista, puedo notar que lleva una pala en la mano derecha, la cuál está llena de tierra.

-Debiste alejarte de mí,-da un paso en mi dirección-ahora ya es demasiado tarde.

Retrocedo y no me doy cuenta cuando mi pie alcanza el borde del agujero que está en la tierra.

-Aiden, esto no es gracioso.

Su sonrisa se amplía-Para mí, sí.

Se pone frente a mí, y con un leve empujón me tira dentro del agujero en el suelo.

Me quejo del dolor por la caída, hasta que pasa y me percato de mi situación.

-No... espera.-le digo cuando noto que empieza a usar la pala para llenar de tierra el agujero, conmigo dentro.-¡No! ¡Aiden!

-Debiste alejarte, Ethan, ahora pagarás las consecuencias de no hacerlo.

Sigue arrojando tierra en el agujero, hasta que queda por completo cubierto, conmigo dentro.

La sensación es horrible, siento que no puedo respirar.

Intento moverme para llegar a la superficie, pero es inútil.

Me falta el aire, que intento recuperar sin éxito.

Cada vez siento que cuesta más respirar, hasta que mis pulmones colapsan, y todo se vuelve negro.

Cuando despierto, empiezo a gritar sin control.

La puerta se abre de golpe y entra mi padre por ella.

-¡Ethan, basta! ¡Sólo fue una pesadilla!-empieza a hablar con fuerza y abrazarme.

Cuando se da cuenta de que ya me estoy calmando, afloja la fuerza del abrazo. Empiezo a llorar.

-Todo va a estar bien.

Me doy el lujo de llorar en los brazos de papá, hasta que finalmente me calmo.

-Estoy bien.-digo con la voz ronca por haber llorado.

-¿Seguro? ¿No te gustaría hablar de eso?

Le sonrío para tranquilizarlo-Está bien, papá, sólo fue una pesadilla.

Él me vuelve a abrazar-Puedes faltar al instituto si quieres, eres un buen estudiante, no va a pasar nada.

-Estoy bien, no me pasa nada, no descuidare mis calificaciones por una pesadilla.

-¿Seguro?

Asiento con mi cabeza.

Él suspira-Bien, si dices que estás para ir al instituto, te creo.

...

Después de las pesadillas, estaba listo para ir al instituto, pero papá insistió en que esperara un poco más para calmarme, aunque eso significara llegar tarde.

Una asistencia perfecta no vale que arriesgues tu salud emocional.

Había dicho él, aunque exageró, ya me había calmado desde rato.

Después de desayunar, camino al instituto, pensando en todo y en nada a la vez.

Escucho pasos detrás de mí, y no les presto mayor atención cuando caigo en cuenta.

El camino que tomé para ir al instituto está solo, y hay un asesino suelto, lo que significa que si me mata aquí y ahora, nadie lo notaría sino hasta que encuentren mi cuerpo.

Decido mantener la calma, no tiene caso enfrentarlo porque es posible que esté armado, y podría matarme antes de lo que tiene planeado si ve un comportamiento sospechoso en mí.

A lo lejos veo un cruce, y ya encontré mi salvación.

Cuando estoy cerca de llegar al cruce, acelero ligeramente el paso, y finalmente tomo ese camino.

Cuando veo que lo perdí, me detengo para recoger una piedra que usaré como arma para defenderme.

El corazón me late a toda velocidad por la adrenalina.

Finalmente esta pesadilla se acabará, ese monstruo pagará por todo el daño que ha hecho, no más asesinatos, no más paranoia.

Y lo mejor es que saldré bien librado de todo esto, nadie me culpara por matar en defensa propia si les digo que se trataba del asesino, podré seguir siendo el chico perfecto que tengo que ser, todo volverá a ser como era.

Recuperaré mi pueblo.

Cuando escucho que los pasos del asesino se acercan, me preparo para atacarlo y acabar con esto de una vez por todas.

Veo a una persona asomarse, y tras un grito, intento golpearlo con la piedra.

El asesino detiene el ataque con la mano, lo que me hace alarmarme hasta que veo quién es realmente.

Aiden.

Él me sonríe, más con nerviosismo que con ironía como suele hacerlo por el hecho de que acabo de atentar contra su vida.

-Mierda, Ethan,-dice él-sé que te caigo mal, ¿pero al punto de querer matarme?

No tienes ni idea.

-Perdón, es que entré en pánico cuándo escuché pasos detrás de mí.

-¿Y por qué te asustaria? ¿Por el asesino?-me pregunta él con una sonrisa.

Y luego se acerca más a mí, su rostro frente al mío.

-De casualidad no creerás que soy yo el asesino, ¿o sí?

-No lo sé.-digo yo seriamente, no me iba a dejar asustar-¿De casualidad has matado a alguien últimamente?

Y nos quedamos mirando.

Él con una sonrisa en la cara y yo con una expresión seria.

Ninguno de los dos está dispuesto a apartar la vista, a dejarse vencer por el otro.

Retandonos con la mirada, declarandonos la guerra sin decir una palabra.

Él se acerca más a mí, pero yo trato de mantenerme tranquilo, a pesar de que la poca distancia entre nosotorso me está empezando a poner nervioso.

-No, Ethan, no he matado a nadie últimamente.

Yo le sonrío con superioridad-Me alegra, porque hay que detener a ese asesino sin importar cómo,-acerco mi mano para acariciar suavemente su rostro, su barba se siente bien en mis dedos-y tú eres tan guapo, que sería una lástima verte tras las rejas-luego cambio mi expresión por una mucha más sombría-o bajo tierra.

Su sonrisa se esfuma siendo reemplazada por una expresión tan sombría como la mía.

Y ahí está otra vez, esa tensión, ese desafío. Ambos queremos ganar, ninguno de los dos está dispuesto a ceder.

¿Por qué soy así con Aiden? ¿Qué tiene este chico que cuando estoy con él siento que necesito demostrarle mi fuerza?

¿Por qué tengo esta necesidad de ser valiente frente a él?

Cuando un animal se siente amenazado por otro, se hace el muerto o finge ser más grande.

¿Me siento amenazado por Aiden y por eso siento que debo demostrarle que soy más fuerte que él?

-De todos modos,-digo yo rompiendo el contacto visual, sólo por esta vez lo dejaré ganar-¿por qué me seguías?

-Quería decirte algo importante.

Me quedo callado, esperando oír lo que tiene que decir.

-Me preguntaba si te gustaría verme en mi casa esta noche.

Bufé con molestia.

-No tendré sexo contigo, ¿en qué idioma te lo tengo que decir?

Su sonrisa se amplió-Créeme, nada me gustaría más que follarte tan duro que camines con dolor al día siguiente,-su expresión se vuelve más seria-pero no se trata de eso, hay algo que tengo que decirte.

-¿Y eso sería?

Se encoge de hombros-Ven a mi casa y descúbrelo.

-¿Por qué en tu casa?

-¿Por qué no?

Por qué no confío en ti.

-En mi casa me siento más cómodo.

-El problema es que lo que te voy a decir tus padres no lo pueden oír, esto debe ser entre los dos.

Luego de unos segundos de silencio añadió con una sonrisa como siempre:-Además, yo ya he estado en tu casa dos veces y tú no me has visitado ni una sola vez.

-De acuerdo,-acabo cediendo-pero espero que esto sea de vida o muerte para hacerme romper una de las reglas.

Él alza una ceja-¿Está prohibido hablar conmigo?

-Después de tu numerito en el supermercado, todos vieron que no eres una buena influencia, y mis padres se infartarian si me ven caminando hacia tu casa.

-Entonces escápate.

Rodé los ojos-Ya perdí mucho tiempo hablando contigo, no quiero llegar tarde, adiós.

Me alejé caminando antes de que pudiera decir cualquier otra cosa.

...

Ya han pasado horas desde que llegué a casa del instituto, y mis padres y yo terminamos de cenar.

Cuando mis padres están en su habitación, me quedo un rato con la oreja pegada a la puerta, esperando que se durmieran.

Primero escucho cómo apagan el televisor, luego de un rato empiezan a hablar cosas a las que en realidad no les presto atención, hasta que se quedan callados.

Espero unos minutos, y cuando no vuelvo a escuchar nada más, esa es mi señal de que se quedaron completamente dormidos.

Voy a mi cuarto en busca de ropa para cambiarme, no iba a ir en pijama.

Me coloqué unos jeans un poco apretados y una camisa gris con mangas corta.

Tomo las llaves de la casa que están en la mesa de la sala, y abro la puerta con cuidado de no hacer ruido para no despertar a mis padres.

Salgo a la calle y miro a mi alrededor para cerciorarme de que no haya nadie mirando y camino en dirección a la casa de Aiden.

Cuando llego, me detengo frente a la puerta sin saber qué hacer.

No puedo llamarlo sin hacer ruido, tocar el timbre tampoco es opción.

Mierda, debí pedirle su número a Aiden para avisarle cuando llegara. ¿Ahora qué hago?

La puerta se abre, revelando a un Aiden sin camisa y descalzo, usando sólo pantalones de pijama.

En ese momento no está usando ropa interior, por lo que pude ver unos cuántos pelos en dónde empieza su pantalón.

No pude evitarlo, me sonroje como un estúpido.

Aiden tose llamando mi atención-¿Vas a entrar o te quedarás ahí admirando mi escultural cuerpo?

Rodé los ojos y entré.

-Por aquí.-dijo Aiden y empezó a caminar, lo seguí.

Todas las luces están apagadas, por lo que se me hace imposible detallar bien el interior de la casa de Aiden.

Llegamos hasta la cocina y Aiden enciende la luz.

-Ahora vuelvo.

-¿A dónde vas?

-A buscar una camisa, me sorprende que no me hayas pedido que me pusiera una.

Me acerco a él y pongo mi mano sobre su pecho-No te he pedido que te pusieras una camisa porque al hacerlo te estaría demostrando que verte así me incomoda, y me tiene muy sin cuidado.

Sonrió-Si no te incomoda, ¿por qué te sonrojaste hace un momento?

Dudé un segundo, pero respondí rápidamente para que no viera lo nervioso que me estaba poniendo-Fue la impresión, es todo, no esperaba encontrarte así.

-Es mi casa.

-Aún así, no es lo normal si vas a recibir visitas.

-Tú y yo no somos normales, Ethan.

Decido cambiar el tema, no me gusta por dónde va esta conversación.

-¿Qué era eso tan importante que me tenías que decir?

-Siempre tan directo,-sonrió-eso me gusta.

Rodé los ojos-Al grano, Aiden.-le gruño con molestia, no vine aquí a jugar con él.

Aiden caminó hacia el refrigerador de la cocina y sacó una botella de champagne.

Lo miré con curiosidad, ¿qué intenta?

-¿Para qué es la champagne?

-Para beberla.

Rodé los ojos-No te hagas el estúpido, tú sabes a qué me refiero.

Él me sonrió y dejó la champagne sobre el mesón de la cocina.

Luego se fue a buscar dos copas y sirvió en cada una.

-Quiero conocerte, Ethan.

Nota de autor

Escribir este capítulo me costó bastante por la parte de las pesadillas.

¿Qué opinan? ¿Lo hice bien?

Uf, desde aquí siento la tensión que hay entre estos dos. Los amo.

¿Qué creen que querrá Aiden? ¿Cuáles son sus teorías? Planeaba continuar con su conversación en este capítulo, pero luego cambié de opinión para dejarlos en suspenso porque soy malo, lol.

Lean si les llamó la atención

Voten si quieren

Comenten si les da la gana de hacerlo

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top