04| la preparación
—¡Qué cara tienes hermana! —dijo Dante viendo el ojeroso rostro de su hermana mayor.
No había podido dormir en toda la noche y también tenía los ojos algo hinchados por llorar. Luego de escribir en su libro, sintió su mente colapsar por lo que desahogó sus angustias. Orion es muy perceptivo, de manera que se acercó a tocar su frente para comprobar si tenía fiebre.
Y no era de extrañar, ojos hinchados, nariz enrojecida y cachetes rosados, era signo de que algo le sucedía. Sin embargo, Hana le restó importancia diciendo que solo durmió mal.
Dante ni bien terminó su desayuno, se fue a la escuela. La muchacha preguntó por su madre, y la respuesta que recibió es que ella ya temprano, se había ido hasta el consejo de magos del pueblo. Y como siempre, Orion se encargaba de los quehaceres de la casa hasta el horario de abrir la tienda.
Hana, estaba bastante hambrienta por lo que desayunó con un tanto de desesperación ya que se había deshidratado un poco de llorar. Usualmente su padre no suele desayunar, pero hoy, se sentó a su lado y comenzó a beber té.
—Entiendo que no tuviste una buena noche. Tu madre y yo nos dimos cuenta tan pronto como te fuiste a dormir que había gato encerrado —dijo y provocó un ahogo de mi parte con las migas de la tostada.
—Lo siento, no fue mi intención...
—Tranquila. Entiendo perfectamente tus deseos por salir de nuestra comunidad y abrirte paso entre los magos. Sin embargo, el anuncio no buscaba boticarios plena y exclusivamente —suspiró—-. Lo había leído hace poco en uno de los periódicos que trajo un viajero hace poco
—¿Y por qué no dijiste nada? -—contestó expectante.
—A diferencia de tu ajetreada madre, yo suelo tomarme el tiempo de analizar todo lo que sucede en nuestra casa—explicó dándole el mismo periódico que sus abuelos tenían, uno de hace una semana—. Cuando nos dejaste solos anoche, ella expresó su preocupación. Sé que tu madre suele restarle importancia a algunos asuntos debido a que no pasa tanto tiempo aquí, pero no es insensible a todo. Te vió desanimada.
El diálogo entre padre e hija fue interrumpido por un golpe en la puerta de la tienda. Tal hecho los extrañó ya que los clientes suelen saber que a esta hora de la mañana todavía no abren salvo urgencias.
Orion se acercó a la mirilla de la puerta y al observar a quien se encontraba detrás de la puerta se tensó. Rápidamente se giró hacía su hija y le llamó con señas. La muchacha se acercó también y observó con asombro.
Del otro lado de la puerta podía divisar dos hombres con armadura y un hombre de mediana edad que ambos reconocieron; Magnum Whittaker.
Ambos sabían de la llegada del hombre a la morada de los Springloom, no obstante, no contaban con que el mismo llegaría tan temprano. Y con semejantes acompañantes...
Al abrir la puerta, el hombre hizo el saludo que se hace aquí en Pumpkin Hills, el cual consiste en extender nuestras manos y hacer una leve sentadilla mientras hacemos un saludo común de apretón de manos, esto, con el fin de mostrarle al individuo frente a ellos que gozan de buena dinámica y buena salud.
Suena ridículo, pero es común hacerlo, más frente a gente que recién conocen o hace tiempo no ven.
—Buenos días, familia Springloom —dijo el hombre canoso— Supongo que Diantha les habrá adelantado que vengo a por la señorita Hana.
—¿D-disculpe? —contestó Orion incrédulo— ¿Usted viene a llevarse a mi hija...? Por favor explíquese.
Se hizo a un costado con un ademán para que el hombre ingresara a la casa. Una conversación tan importante no podía hablarse en el umbral de una casa, ¡Y mucho menos no ofrecerle hospitalidad a un funcionario del consejo de la aldea! ¡Qué barbaridad sería!
—Es correcto señor —explicó el invitado mientras tomaba asiento en uno de los sofás y se sentaba con mucha libertad a las anchas del mismo—. Diantha me ha expresado una pequeña preocupación suya con respecto a su hija y me pidió la posibilidad de poder otorgarle un trabajo para beneficio de la comunidad.
Hana apretó los labios en disconformidad. Estaba claro, cualquiera en su lugar aceptaría sin oír siquiera que es lo que va a proponerle. Sin embargo, escuchar "beneficio de la comunidad" le daba revoltijos en el estómago. Es que, que su madre lo pidiera como favor, le daba una sensación desagradable. A pesar de todo, dejó de lado sus emociones para escuchar con atención:
—Lamentablemente, Pumpkin Hills atraviesa el punto crítico de la estación que son las cosechas, y, la preparación para el festival mantienen a todos más que ocupados, hasta los jóvenes de la escuela están ajetreados —siguió con su charla—. Es tu día de suerte —sonrió landino.
Orion estaba impaciente. No es un comportamiento propio de sí mismo, pero ver a Whittaker —y sabiendo quien es— le causaba la peor de las corazonadas. Como si un secreto oculto se hubiera revelado...
—Estamos siendo últimamente solicitados en la comunidad mágica por las actividades estivales. Magos y boticarios están viajando de aquí hasta incluso, la capital mágica de Hazard —se acomodó mejor en su asiento y señaló a la chica— y ahí entras tú. Muchos de nuestros magos como dije antes, están ocupados en los preparativos del festival, y por ello debemos recurrir a nuestras armas especiales, como la señorita.
Padre e hija se miraron sin entender: ¿Hana, el arma especial? ¿Por qué hizo tal referencia? ¿Por su falta de magia? ¿Por nepotismo?
—Por favor, le pido que se explaye más señor, ¿Usted se refiere a mí como la opción para su solicitud?
—Señor Springloom, ¿Nos dejaría a solas, por favor? —Whittaker miró por detrás de Hana a Orion quien no despegaba la vista de ambos individuos.
Con recelo, accedió y se retiró lentamente. Lamentablemente, Orion carecía de autoridad alguna, salvo, sobre sus hijos, era un aldeano común, ordinario y corriente. Si lo pusiéramos en una pirámide de clases sociales, él estaba entre los plebeyos. Su esposa, es de la clase alta, quién le dio el apellido que porta, ya que para sus suegros fue una condición para permitir este matrimonio ya que, su hija no puede mancillar su nombre con tales apellidos sin poder.
Alguna vez ya se dijo, pueblo chico, infierno grande...
El correcto hombre de unos cincuenta y tantos años se dirigió a la chica que estaba aún demasiado confundida. Este hombre tienen una misión, convencerla.
—Supongo que las chicas de tu edad deben haber oído de la Villa Aston y de la ciudad de Evalix, y digo, ¿Qué adolescente no habría oído acerca de ello? Son distritos comerciales importantes y maravillosos, con mucha historia y riqueza.
—He oído algo —contestó con timidez, el hombre frente a ella sonrió.
—Específicamente la solicitud nos ha llegado desde la Casa Astonville —dijo y se detuvo a observar la respiración errática de Hana, entonces entendió que la chica estaría al tanto de ello.
"Todos miran indiscretamente"
>—La solicitud es "para quién sepa manipular plantas y magia" por un pequeño período de tiempo —leyó de una especie de carta mientras colocaba un monóculo en su ojo—, por ello es que consideramos con tu madre que sería buena idea para ti.
El silencio inundó la habitación. La idea ilusionaba a Hana, poder explorar, salir de la burbuja de Pumpkin Hills, sin embargo, que este hecho inédito fuera servido en bandeja la molestaba. A no malinterpretar, ella sabe lo importante que es esa consideración, pero aquí viene el asunto:
—Permítame preguntarle algo —contestó y el hombre asintió sereno— ¿Por qué yo? Usted lo debe saber, y mire que los chismes corren rápido por aquí.
—Habla.
—Yo solo puedo hacer uso y goce de mis habilidades como boticaria, la magia no existe en mi —su corazón se estruja cada vez que dice eso, la hiriente verdad.
Magnum Whittaker sonrió y soltó una carcajada. El hombre se quitó su monóculo y arregló su cabello hacia atrás y dirigió una mirada hacia Hana. Ella captó rápidamente la intención. Estaba claro que no sería simplemente, darle la oportunidad de su vida. Y muy a su pesar, su madre la consideró para esto.
—Es verdad, no tienes magia y estás en la base, muy lejos del pináculo, al igual que tu padre. Tu hermano menor tiene mayor estatus por su habilidad mágica de invierno, sin embargo, ¿No crees que sería mejor apartarse? Salir del camino a veces ayuda a que la comunidad progrese, pero eso no significa que tu te quedes atrás, oh claro que no —se levantó del sofá y se acercó a la chica—. Tú estarás lejos, pero, cumpliendo tu contribución a la comunidad. ¿Y cómo? Cumpliendo nuestra petición, así, honras a tu familia, a la comunidad y te das una satisfacción a ti misma. Es una idea maravillosa, ¿verdad? —palmeó su espalda— ¿Y? ¿Qué opinas?
—... ¿Cuándo debe suceder todo esto?
—Durante el eclipse dentro de dos días. Últimamente debido a la guerra entre elementales es peligroso que ingresen visitantes de las comunidades mágicas a la ciudad de Evalix, y, principalmente a la Villa Aston, que tiene su propio monitoreo mágico —masculló y una expresión de asco se presentó en su rostro—. Por lo tanto, por su seguridad, es de mi agrado acompañarla. Además, la Casa Astonville no es tan desagradable, hay un jovencito que estoy seguro le ayudará con lo que necesite acerca de la magia, por no decir que es el maestro perfecto para usted —sonrió con expresión en burla.
[•••]
El mediodía se alzaba sobre la casa de los Springloom, Hana estaba despidiendo al señor Whittaker quién en ultimátum le dijo: es tu única opción.
Orion es un hombre de una serenidad y con una templanza admirable. Es justo el complemento a su esposa cuyo carácter es bastante complicado de comprender a priori y a su vez de tratar con. Sin embargo, en estos momentos no se encontraba con el mejor humor. Un asunto perturbaba su constante tranquilidad y eso era la repentina visita de una visita no grata.
Con el afán de poder dilucidar toda esta situación, se movió hasta la entrada de la tienda a dónde se encontraba el invitado que estaba a punto de irse. Aunque su esposa le haya adelantado que sería algo magnífica la charla que este hombre podría tener con su hija, a él no le era suficiente para convencerse.
—¿Le ha comunicado de esto a mi esposa Diantha? —preguntó Orion y rápidamente se sonrió— Claramente lo hizo, pero, ¿Qué necesidad de manipular a mi hija?
—Usted y yo sabemos que no somos trigo limpio —le contestó—. Usted salió de los recovecos del observatorio y vivió toda su vida como lo que es, un vendedor de plantas y ungüentos milagrosos. Yo, he vivido toda mi vida con la cabeza en alto igual que Diantha. De esta manera, llámese al silencio por favor.
Las diferencias sociales son marcadas en toda la región cálida, la acentuación más importante es en Pumpkin Hills. Whittaker fue el prometido de la susodicha, e incluso roto el compromiso, las familias siguieron siendo aliadas para que no flaqueara el poder. A este punto, la mente de Orion era un revoltijo y solo se limitó a bajar la mirada, él tenía razón.
La muchacha que había estado observando a escondidas desde la ventana de la tienda. Sin mucho disimulo, miró el rostro de su padre, lo observó a detalle. Cabellos negros y rizados, orejas puntiagudas, nariz aguileña y unos ojos únicos en su especie, idénticos al ópalo. Por el contrario, Whittaker tenía su cabello castaño canoso, ojos rasgados, nariz recta y orejas iguales a las suyas y a todo el poblado de Pumpkin Hills.
Un simple y gracioso pensamiento le cruzó por la mente ante la aparente, llamativa apariencia de su padre.
—Mi padre es bastante guapo si lo comparamos a ese señor roñoso —jijeó.
[•••]
¡Hasta aquí el capítulo 4!
Quizás hayan cosas que aún no tengan una explicación, pero es por como se va a plantear esta historia y bueno, con el correr de los capítulos se irán atando cabos.
¡Déjame saber que te pareció en los comentarios! Nos vemos en otra ✨
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