❈Capítulo 60: Batalla de Pelotones pt.2

|SESENTA|
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❈|Sheryl Elyzzabeth
Sorrenghaille|.

—《Das miedo, carajo.》—dice Richardh dos horas después, alejándose de Queen,
bueno, de la forma astral de Queen. En este momento su cuerpo está con Haenson, quien la cuida en el cuarto de pesas.

Los demás vamos a hurtadillas por los pasillos que cruzan por el Cuadrante
de Sanadores. Ya nos encontramos a un pelotón del Ala Dos y otro de la Tres,
pero ninguno teníamos tiempo para hacer preguntas o retrasar a los otros.
En esta situación, triunfaremos o fallaremos por méritos propios, y ya desperdiciamos dos horas esperando que cayera la noche para poder comenzar con nuestro plan.

—《Nunca había pasado de aquí.》 —dice Emerson mientras cruzamos la última puerta para salir de la clínica.

—《¿Nunca has ido a los Archivos?.》 —le pregunta Irinkha.

—《He huido de ese trabajo como si fuera la peste.》—responde Emerson. —《Los escribas me dan miedo. Son sabelotodo calladitos que se portan como si tuvieran todo el poder para salvar o destruir a alguien con su pluma.》—gruñe.

Esto me hace sonreír. Sus palabras son más ciertas de lo que la mayoría podría pensar.

—《La infantería aún está en sus campamentos.》 —Reyshel señala por la
ventana hacia la docena de fogatas que iluminan el campo.

—《Debe ser lindo tener descansos.》—comenta Nadhine, pero no con el tono
engreído al que me tiene acostumbrada, sino con el mismo cansancio que me
parece que sentimos todos. —《Los escribas se irán a sus casas durante el verano.》—dice.

Los sanadores pasan los fines de semana en esos retiros para sanar mente y
cuerpo y, aunque los de infantería tengan que practicar la acampada en la nieve durante el invierno, al menos pasan esos meses alrededor de una fogata.

—《Nosotros también podremos ir a casa.》 —dice Irinkha.

—《Después de la graduación.》—le debate Reyshel. —《Y ¿por cuánto tiempo? ¿Un par de días?.》—bufa.

Llegamos a una bifurcación en el camino, donde podemos seguir el túnel que baja hacia los Archivos o subir hacia la fortaleza de la Academia.

—《A partir de aquí, no hay vuelta atrás.》 —le digo al grupo, mirando hacia la escalera en espiral que he subido tantas veces que conozco cada escalón de memoria.

—《¡Allá vamos!.》—ordena Queen, y todos damos un salto como de treinta
centímetros.

—《¡Shhh!.》—susurra Irinkha. —《Podrían atrapar a algunos de nosotros, ¿sabes?.》

—《Cierto. Perdón.》 —Queen hace un gesto de pesar.

—《Recuerden el plan.》—pido en voz baja. —《Nadie se desvía. Nadie.》

Todos asienten y comenzamos a subir en silencio por las escaleras oscuras y
nos mantenemos escondidos entre las nombras mientras cruzamos el patio de
piedra.

—{"Te vendría muy bien tener a Dhraco en este momento."}

—{'Lo estás haciendo genial'.}—me dice Andara para reconfortarme con su tono
más alegre. De verdad que nada la angustia. Es la niña más intrépida que he conocido en mi vida.

—《Hay que subir seis pisos.》—susurro cuando llegamos al próximo descanso, y
seguimos subiendo lo más rápido que podemos sin hacer ningún sonido.

La ansiedad se eleva y mi poder crece como respuesta, lo que provoca que la
reliquia en mi espalda se caliente casi hasta quemarme. Últimamente la siento
todo el tiempo, hierve a fuego lento bajo mi piel; me recuerda que hacer magias
menores no será suficiente para darle salida si no manifiesto un sello pronto.

Cuando llegamos al final de las escaleras, Chris se asoma discretamente para ver la extensión de lo que siempre se ha sentido como el pasillo más largo del mundo.

—《Hay luces mágicas en los candeleros.》 —susurra. —《Y, tenías razón, solo hay un guardia en la puerta.》 —dicho esto, vuelve a ocultarse en la seguridad de la
escalera.

—《¿Viste luz bajo la puerta?.》 —le pregunto en voz baja.

Mi corazón late con tanta fuerza que siento que toda la Academia podría escucharlo, hasta los cadetes de infantería que están durmiendo a decenas de metros allá abajo.

—《No.》 —se gira para ver a Queen. —《Me parece que el guardia mide como un metro noventa, y se ve muy atlético. La otra escalera está al final del pasillo a la izquierda, lo que significa que tendrás que llamar su atención y luego echarte a correr.

Queen asiente.

—《No hay problema.》

—《¿Todos los demás saben lo que tienen que hacer?.》—pregunto.

Ocho cabezas asienten.

—《Entonces, hagámoslo. Queen, vas. Todos los demás, escóndanse para que
el guardia no pueda vernos si voltea para acá.》 —no puedo creer que realmente vamos a hacer esto. Si mi padre nos atrapa, no tendrá piedad. No es algo que exista en él.

Nos replegamos y Queen sale de las escaleras. Su voz se ahoga un poco en las paredes de piedra, pero escuchamos claramente los pesados pasos del guardia que ya viene por el pasillo.

—《¡Ven para acá! ¡No puedes estar aquí!.》

—《¡Ya!.》—ordena Irinkha.

Salimos corriendo y solo Reyshel y Emerson se quedan en la escalera.
Dheigan va hacia la otra escalera, cerrando la puerta y trabando los goznes de metal con sus poderes mientras recorremos el pasillo a toda velocidad.

Nunca en mi vida había corrido tan rápido, y Nadhine ya está en la puerta,
intentando retirar las protecciones que mi padre puso, sean cuales sean.

Chris se para en el punto donde estaba el guardia y levanta la cara, tomando
la misma postura que aquel.

—《¿Estás bien?.》

—《Sí.》—le respondo entre jadeos mientras Irinkha va a ayudar a Nadhine.

El sello de Nadhine es la capacidad de desmantelar protecciones, lo cual nunca pensé que sería tan útil. Los jinetes se la pasan creando las protecciones y cuidando que no se rompan para que Ahrcalis esté a salvo. Pero, claro, no muchos jinetes intentan meterse a la oficina del General.

—《Y seguiré bien.》 —le aseguro con una sonrisita. —《Lo cual es curioso, porque no creía lo mismo la última vez que estuve aquí.》—le digo.

—《Listo.》—susurra Nadhine mientras abre la puerta.

—《Si me escuchan silbar…》—comienza a decir Chris, y la preocupación le arruga la frente.

—《Saldremos por la ventana o algo así.》 —le digo mientras Richardh, Violet y Dheigan van entrando a la oficina. —《Relájate.》—dejo a Chris en su puesto de guardia y entro a la oficina de mi padre con los demás.

—《No toquen las luces mágicas, porque él lo sabría, es un elfo después de todo, su magia es muy poderosa.》—les advierto. —《Tienen que encender sus propias luces.》—giro la muñeca y le doy a mi poder la forma de una brillante llama azul para luego dejar que se aleje de mí. Es una de las cosas
que realmente hago bien.

—《Pero qué agradable…》—Richardh se tumba en el sofá azul oscyro.

—《No tenemos tiempo para que te pongas a hacer…. tus cosas.》 —lo regaña Violet, que ya va hacia el librero.—《Ayuda a Dheigan a buscar algo útil.》

—《Nosotras nos encargamos de la mesa.》—Irinkha y Nadhine comienzan a revisar los papeles en la mesa de juntas con seis lugares.

—《Lo cual nos deja el escritorio a nosotras, Vi.》 —murmuro, ella asiente y voy hacia el intimidante mueble, rezando por no detonar ninguna protección que mi padre podría haber
puesto.

Hay tres cartas dobladas al centro, Vi me mira con una mueca y tomo la primera, revelando una daga afilada con una aleación de metales en la empuñadura y lo que parece ser una
runa de Thyrendorth. Seguramente la usa para abrir cartas o algo así. Desdoblo la hoja con el mayor cuidado posible.

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General Sorrenghaille:

Los ataques en los alrededores de Athebhynne han diezmado demasiado al ala. Estar lejos de la seguridad
de las protecciones implica grandes riesgos y, aunque odio tener que pedir refuerzos, tengo que hacerlo. Si no reforzamos el puesto, posiblemente nos veremos obligados a abandonarlo. Estamos protegiendo a los ciudadanos del Reino de Ahrcalis con nuestra carne, sangre y vida, pero no tengo palabras suficientes para explicar lo extrema que está la situación en este lugar. Sé que recibe los reportes diarios de nuestro escriba corresponsal, pero sería una negligencia de mi parte como Comandante del Ala Sur si no le escribiera personalmente. Por favor, consigua refuerzos para nosotros, estamos muriendo.

Sinceramente,
Comandante Kalistha Nheemanek.
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Tomo aire para controlar el dolor que estalla en mi pecho ante la desesperación en su carta. En Informe de Batalla hemos hablado de ataques casi diarios, pero nada en este nivel.

Quizá no quieren asustarnos...

Vi me mira con los ojos abiertos como platos y yo solo pienso.

Pero, si las cosas están así de terribles allá afuera, tenemos derecho a saberlo,
pues probablemente nos llamarán al servicio antes de graduarnos. Incluso puede que este mismo año.

—《Todo esto son… números.》—dice Irinkha, que está revisando los papeles en la mesa de juntas.

—《Es abril.》—le aclaro, tomando la siguiente carta, Vi me mira y luego traga saliva. —《Está trabajando en el
presupuesto del próximo año.》—les digo.

Todos dejan lo que están haciendo y voltean para verme con distintos grados
de incredulidad en sus caras.

—《¿Qué?.》—me encojo de hombros.—《¿Creen que este lugar se maneja solo?.》

—《Sigan buscando.》—ordena Irinkha.
Desdoblo la carta.

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General Sorrenghaille:

Las protestas ante las leyes de reclutamiento están creciendo en la provincia de Thyrendorth. Sabiendo
que, dado el tamaño de Thyrendorth, de ahí vienen la mayoría de nuestros conscriptos para reponer a los caídos en los frentes, no podemos perder de nuevo el apoyo de su gente. Quizá invertir en la defensa de los puestos de avanzada en este territorio no solo reavivaría la economía de la provincia y les recordaría a los thyrendortys lo necesarios que son para la defensa de nuestro reino, sino que además calmaría los ánimos. Por favor, tengan en cuenta esta solución como una alternativa a controlar la molestia de la gente a través de la fuerza.

Sinceramente,
Teniente Coronel Alyanssy Thravonth.
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¿Qué diablos es esto? Cierro la carta y la dejo sobre el escritorio de mi padre,
luego giro hacia el mapa gigante que está en la pared, justo arriba de mí.

La molestia no es algo nuevo en Thyrendorth, ni los sentimientos negativos hacia el reclutamiento, pero sin duda no hemos escuchado rumores políticos en Informe de Batalla. Fuera de aminorar la inconformidad, no tendría sentido aumentar las defensas en ese lugar, especialmente porque es donde hay menos puestos de avanzada gracias a la barrera natural que ofrecen los riscos de Draloka, pues los grifos no pueden escalarlos. Thyrendorth ya debería ser una de las provincias más seguras del continente.

Con excepción de Ahrenthia, claro.

Donde tendría que estar esa capital, solo hay tierra quemada, como si el incendio de la ciudad hubiera achicharrado también esa parte del mapa.

Estudio el mapa frente a mí por unos segundos, y noto los señalamientos de
almenas que recorren el campo. Lógicamente, hay más puestos en nuestras fronteras más activas y, de acuerdo con lo que estoy viendo, más tropas en esas ubicaciones.

La imagen muestra a todo Ahrcalis, Althair al sur, Nhavarre y Arkandhia en el sureste e incluso las barreras del Krovlhanaht, las tierras desérticas en la punta sur del continente. También muestra cada uno de nuestros puestos de avanzada y las rutas de suministros dentro de Ahrcalis.

Una sonrisa lenta comienza a llenarme el rostro.

—《Ya tienes un plan, ¿verdad?.》—dice Vi y yo sonrío.

—《Oigan, Segundo Pelotón. Ya sé qué tenemos que robarnos.》—les digo a todos.

Nos toma unos minutos bajar el mapa y sacarlo del marco, luego otros más
para enrollarlo y amarrarlo con unas cintas de cuero que Irinkha saca de su mocho.

Chris silba y el corazón casi se me sale del pecho.

—《¡Mierda!.》 —Richardh corre a la puerta y la abre un poco mientras todos nos preparamos para darnos a la fuga. —《¿Qué pasa?.》

—《¡Está golpeando la puerta del pasillo! La va a derribar en cualquier
momento. Tenemos que irnos ya.》—susurra Chris desesperado, mientras
sostiene la puerta para que todos salgamos al pasillo.

El mapa es demasiado grande como para que lo cargue una sola persona, así que Dheigan e Irinkha se las arreglan para sacarlo mientras el guardia patea la puerta en el pasillo.

El estómago se me va al suelo y el pánico amenaza con aplastar toda la lógica que hay en mi cabeza.

—《Estamos jodidos.》 —anuncia Nadhine.

—《¡¿Qué carajos creen que están haciendo?!.》—grita el guardia, que ya viene a toda velocidad hacia nosotros.

—《Si nos encuentra con el mapa, estamos muertos.》—Richardh da unos saltitos como si se preparara para pelear.

En cualquier otro momento, diría que los jinetes son los mejores para la lucha, tenemos que serlo, pero ese guardia  bien podría darnos una sorpresa.

—《No podemos lastimarlo.》 —protesto.

El guardia pasa a toda velocidad junto a la primera escalera y Reyshel se para en medio del pasillo con los brazos muy abiertos.

—《Por favor, que funcione. Por favor, que funcione. Por favor, que funcione.》—repite Irinkha.

El mapa desaparece de sus manos y reaparece al final del pasillo en las de
Reyshel.

Apenas tengo tiempo para darme cuenta de que funcionó en lo que el guardia se tropieza, pero sigue corriendo. Si se acerca un poco más, va a ver quién soy.

—《Esto no era parte del plan.》—Chris se pone junto a mí.

—《¡Nuevo plan! ¡Emerson!.》—ordena Irinkha, y el de tercero se pone frente a
nuestro pequeño grupo de saqueadores.

—《Lo siento, amigo.》 —extiende una mano y empuja. Un torrente de aire
azota el pasillo, arrancando los tapices de la pared hasta derribar al guardia y
echarlo a volar contra el muro de piedra. —《¡Corran!.》

Cruzamos el pasillo a toda velocidad hasta donde está tirado el guardia.

—《Métanlo aquí.》 —digo, abriendo la puerta más cercana, la que lleva a la
oficina de los subsecretarios de mi padre.

Chris y Richardh meten al guardia a rastras y le pongo los dedos en el cuello.

—《Buen pulso, fuerte. Solo está noqueado. Ábranle la boca.》—saco el
frasquito que traigo escondido en el bolsillo de mis pantalones, lo destapo y dejo que el tónico corra hacia la garganta del guardia. —《Dormirá por el resto de la noche.》

Los ojos desorbitados de Chris se encuentran con los míos.

—《Das miedo.》—me dice.

—《Gracias.》—sonrío y salimos a toda velocidad.

Quince minutos después, y entre jadeos, llegamos derrapando al salón de
Informe de Batalla, justo a tiempo.

Somos los últimos en llegar y el saltito en la quijada de Dhareios, que está en la
última fila con los demás líderes, me informa que nos va a regañar.

Desvío la mirada y vamos a sentarnos mientras comienzan las
presentaciones en orden de pelotones, lo cual nos da tiempo suficiente para
recuperarnos de nuestra carrera antes de tener que pasar al frente.

Un pelotón del Ala Uno se robó el manual escrito a mano de Killighan sobre los defectos y hábitos personales de todos los dragones activos.

Impresionante.

Un pelotón del Ala Dos se gana varios cuchicheos de sorpresa cuando sacan
el uniforme de uno de los profesores de infantería, completamente intacto con
algo que los jinetes nunca usan: una placa con nombre. Eso, más el rango en el hombro, le daría acceso a cualquier enemigo a nuestros puestos de avanzada.

Lo mejor que tiene el Ala Tres es un escriba desconcertado al que se robaron
de su cama y, como su boca no se está moviendo… sí, el sello de alguien es
quitar el habla a las personas. El pobre va a quedar traumatizado cuando lo
suelten.

Cuando llega nuestro turno de presentar, Dheigan y Chris, los dos más altos de nuestro pelotón, sostienen las partes de arriba de nuestro mapa, haciéndolo visible para todos mientras lo desenrollamos.

Yo me pongo atrás, junto a Irinkha, y busco entre los líderes un par de ojos
brillantes.

Ahí está...

Dhraco está recargado en la pared cerca de los otros líderes de ala,
observándome con una excitante mezcla de curiosidad y expectativa.

—《Fue tu idea...》 —susurra Irinkha, y me da un empujoncito para que pase al
frente. —《Preséntalo.》

El General de Ejército abre los ojos como platos mientras se levanta con movimientos nerviosos, seguido por Dalilah, quien tiene la boca tan abierta que es casi cómico.

Me aclaro la garganta y señalo al mapa.

—《Trajimos el arma más destructiva para nuestros enemigos. Un mapa,
actualizado de todos los puestos de las alas ahrcalianas, que incluye la fuerza de los batallones de infantería.》 —apunto hacia los fuertes en la frontera de Sygueroa. —《Además de la ubicación de todos los enfrentamientos que se han dado en los últimos treinta días. Incluido el de anoche.》—añado.

Un murmullo recorre el cuadrante.

—《Y ¿cómo sabemos que el mapa realmente es actual?.—pregunta Killighan, que ya recuperó su diario y lo tiene bajo el brazo.

No hay forma de contener la sonrisa que me llena la cara.

—《Porque lo robamos de la oficina del General Sorrenghaille.》

Con esto, estalla el caos, y algunos de los jinetes vienen hacia nosotros mientras los profesores luchan por abrirse paso y alcanzarnos, pero lo ignoro todo para ver cómo Dhraco curva hacia arriba un extremo de su hermosa boca y se quita un sombrero imaginario, haciendo una reverencia con la cabeza durante un instante antes de clavar sus ojos en los míos. La satisfacción llena cada
milímetro de mi ser mientras le devuelvo la sonrisa.

No importa cuál sea el resultado de la votación.

Yo ya gané.

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Volar distancias cortas es algo con lo que ya puedo.

En las maniobras de vuelo, entre los bajones y picadas que implican las
formaciones de combate, aún salgo volando a menos que Thrain me sujete con bandas que requieren de su poder.

Pero volar seis horas seguidas para recibir nuestro premio, que es un tour de una semana a un puesto de avanzada, podría ser mi fin.

—《Estoy casi segura de que me estoy muriendo.》—Violet se dobla hacia
adelante y pone las manos sobre sus rodillas.

—《Me siento igual.》—me duele cada vértebra de la columna cuando me estiro, y las manos que se me estaban congelando hace apenas unos minutos comienzan a sudar dentro de mis guantes de cuero.

Naturalmente, Dhareios casi no parece afectado, y su postura está solo
ligeramente tensa mientras él y la profesora Dalilah saludan a un hombre alto que está vestido de negro con el uniforme de los jinetes y quien supongo que es el Comandante del puesto.

—《Bienvenidos, cadetes.》 —dice el Comandante con una sonrisa profesional, cruzando los brazos sobre la tela ligera de su ropa. Su cabello rubio hace difícil descifrar su edad, y tiene ese aspecto demacrado que toman todos los jinetes cuando llevan demasiado tiempo en la frontera. —《Estoy seguro de que todos quieren dejar sus cosas y ponerse algo más apropiado para este clima. Después de eso, les daremos un recorrido por Ahrcasbhan.》—nos dice.

Violet toma una enrome bocanada de aire mientras recorre las montañas
con la vista.

—《¿Estás bien?.》—ella asiente.

—《Luego.》

Luego...

Es exactamente doce minutos empapados de sudor después, cuando
nos están mostrando nuestras barracas dobles. Son habitaciones sobrias que solo tienen dos camas, dos armarios y un escritorio bajo una ventana ancha.

Violet no dice nada en todo el transcurso hacia los baños, donde nos
quitamos de encima el viaje con agua, y sigue alarmantemente callada mientras
nos ponemos la ropa de verano. Si bien en Ahrcasbhan hace calor, en Ahrcalis hace un frío tremendo.

—《¿Me vas a decir qué pasa?.》 —le pregunto, metiendo mi mochila bajo la cama antes de asegurarme que todas mis dagas están donde tienen que estar.

Apenas se alcanzan a ver las puntas de las empuñaduras dentro de las fundas de mis muslos, pero dudo que mucha gente en esta parte del este reconozca los símbolos thyrendortys.

A Violet le tiemblan las manos con lo que parece ser una energía nerviosa mientras se cuelga la espada sobre la espalda.

—《¿Sabes dónde estamos?.》

Abro un mapa en mi mente y...

—《Estamos a unos trescientos veinte kilómetros de la costa…》

—《Mi pueblo está a menos de una hora a pie de aquí.》—sus ojos buscan los
míos con una súplica muda, y es tanta la emoción en esa mirada café oscuro que
se me hace un nudo en la garganta y me impide hablar.

La tomo de la mano y asiento. Sé exactamente lo que me está pidiendo y
exactamente lo que nos costará si nos atrapan.

—《No le digas a nadie...》—susurro, aunque solo estamos las dos en la pequeña habitación. —.《Tenemos seis días para ver cómo hacerlo, y lo vamos a hacer.》—es una promesa y ambas lo sabemos.

Alguien da unos golpes en nuestra puerta.

—《¡Vamos, Segundo Pelotón!.》

Dhareios. Hace nueve meses habría disfrutado este viaje con él. Ahora me la paso evitando sus constantes expectativas hacia mí… o simplemente evitándolo a él en general. Es curioso lo mucho que pueden cambiar las cosas en tan poco tiempo.

Vamos a reunirnos con los demás y el Comandante Quadhen nos da el gran
tour del puesto de avanzada. Me está gruñendo el estómago, pero lo ignoro y
me concentro en la frenética energía de la base.

La fortaleza básicamente son cuatro enormes muros llenos de barracas y
varios cuartos con torreones en cada esquina y una enorme entrada en arco con una verja levadiza de púas que se ve lista para caer en cualquier momento. En un extremo del patio hay un establo con herrería y armería para el grupo de infantería que está aquí, y en el otro extremo se encuentra el comedor.

—《Como pueden ver...》—nos dice el Comandante Quadhen cuando llegamos al centro del patio lodoso.—《...este lugar está hecho para que, en caso de ataque, seamos capaces de cerrar salidas y entradas, y alimentar y proteger a todos los que estén adentro durante un periodo adecuado.》

—《¿Adecuado?.》—pregunta Richardh sin pronunciar palabra, solo formándola con la boca y enarcando las cejas.

Tengo que apretar los labios para no reírme, pero Dhareios le lanza una mirada que le augura un buen regaño desde su lugar junto a mí y esto me quita la sonrisa.

—《...como somos uno de los puestos del este, tenemos doce jinetes. Tres están
patrullando en este momento, tres en espera por si se les necesita, y los otros
seis están en distintos puntos de descanso.》 —continúa Quadhen.

—《¿Qué fue ese gesto?.》—susurra Dhareios.

—《¿Cuál gesto?.》—le pregunto mientras el conocido rugido de un dragón hace eco en los muros de piedra.

—《Debe ser uno de nuestros jinetes que vuelve de su patrullaje.》 —Quadhen sonríe como si realmente quisiera hacerlo, pero sin encontrar la energía necesaria.

—《Ese gesto como de que le quité toda la alegría a tu mundo.》 —me responde
Dhareios, inclinando la cabeza ligeramente y con una voz tan baja que solo yo puedo escucharlo.

Podría mentirle, pero eso haría que nuestra semitregua se volviera aún más
incómoda.

—《Solo estaba recordando al muchacho con el que solía hacer travesuras, nada más.》

Mis palabras lo toman tan por sorpresa que pareciera que le di una cachetada.

—《Ahora vamos a darles de comer y mandarlos a dormir, jinetes, y luego
veremos a quién seguirán mientras estén aquí.》—anuncia Quadhen.

—《¿Vamos a poder participar en enfrentamientos reales?.》—pregunta Haenson, y prácticamente está temblando por la emoción.

—《¡Por supuesto que no!.》—suelta Dalilah.

—《Si ven un combate, será señal de que fracasé, pues los enviaron al lugar
más seguro de la frontera.》—responde Quadhen. —《Pero recibes puntos extra por tu entusiasmo. Déjame adivinar. ¿Eres de tercero?.》—cuestiona.

Haenson asiente.

Quadhen se gira un poco y sonríe al ver a tres siluetas indistinguibles y vestidas
de negro que vienen cruzando bajo la verja levadiza.

—《Llegaron. ¿Por qué no vienen los tres a conocer a…?》

—《¿Sheryl?.》

De inmediato giro hacia la puerta y mi corazón estalla en una serie de latidos
erráticos que me obligan a llevarme las manos al pecho por la maravillosa
impresión.

No puede ser...

Voy corriendo torpemente hacia la puerta y me olvido de ser estoica, de que nada me pueda conmover, y ella también viene hacia mí a toda velocidad y abre los brazos un segundo antes de que nuestros cuerpos se encuentren.

Me levanta en un abrazo, aplastándome fuertemente contra su pecho. Huele
a dragón y al hierro de la sangre, pero no me importa. Le respondo el abrazo con la misma fuerza.

—《Kahlan.》—hundo mi cara en su hombro y siento el ardor en los ojos mientras mi mejor amiga durante 25 años pone una mano sobre la trenza que ella misma me enseñó a hacer.

Es como si el peso de todo lo que ha pasado en los últimos 10 meses cayera de golpe sobre mí, como disparado por una ballesta de fuego.

El viento del parapeto.

La expresión en los ojos de Dhraco cuando me vio nuevamente.

La voz de Jhonn jurando que me mataría.

El olor a carne humana quemada ese primer día.

La expresión en el rostro de Aura cuando se cayó del 2do reto.

Todos aquellos que conocí que murieron, incluyendo a Ámbar.

Thrain y Andara eligiéndome.

Dhraco besándome.

Mi padre ignorándome.

Kahlan me separa de su cuerpo un instante para verme como si estuviera
buscando daños.

Como si ella fuera la mayor...

—《Estás bien.》 —asiente y sus dientes se le entierran en el labio inferior. —《Estás bien, ¿verdad?.》

Asiento, pero comienzo a verla borroso porque puede que esté viva, incluso
progresando, pero no soy la misma persona que dejó de ver hace un tiempo y, por su mirada, sé que ella también lo sabe.

—《Sí...》—susurra, abrazándome de nuevo con fuerza. —《Estás bien, Sheryl. Estás bien.》—me dice una y otra vez.

Si lo dice las veces suficientes, puede que empiece a creerle.

—《¿Y tú?.》—me alejo un poco para observarla. Tiene una nueva cicatriz que va del lóbulo de su oreja hasta la clavícula. —《Dioses, Kahlan.》

—《Estoy bien.》—me promete, y luego sonríe. —《Y ¡mírate! ¡No te moriste!.》

Una risa alegre e irracional va subiendo por mi garganta.

—《¡No me morí! ¡No eres la única hija de Khovalkev que queda de Althair.》

Ambas nos echamos a reír a carcajadas y las lágrimas me corren por las
mejillas.

—《Las Sorrenghaille/ Khozlkov son raras.》—comenta Irinkha.

—《No tienes idea.》 —agrega Dhareios, pero cuando volteo para verlo, en sus labios encuentro la primera sonrisa sincera que le he visto en meses. —《Sim embargo, Kahlan Ailbhe Khovalkev no es una Sorrenghaille, si no una híbrida mitad lobo, pero también es descendiente de un Khozlkov.》—añade y yo sonrío.

—《Cállate, Khozlkov.》—le ordena Kahlan, echando una mano sobre mi hombro. —《Cuéntame todo, Sheryl.》—dice y yo sonrío.

Aunque estamos a cientos de kilómetros de la Academia "Llamas de Fuego", nunca me había sentido más en casa.

—《Con gusto pero... ¿Dónde están Dhickran Mhorgan y Ahegan?.》—cuestiono y ella gruñe.

—《Con sus putas dragonas.》—gruñe y veo como de sus ojos salen llamas.

Ay madre santa, ahora si se armó.

.

.

.

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༼✎NOTA DE AUTORA༽

¡Hola! ¿Como están?.

Les traigo un nuevo capítulo de esta historia, espero y les haya gustado.

¿Qué les ha parecido el capítulo?.

¿Qué opinan de lo ocurrido?.

¿Qué creen que pueda pasar ahora?.

¡GRACIAS POR LEER!.

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Breysis.P©️

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