❈Capítulo 58: Aprender.

CAPÍTULO 58: APRENDER.
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❈᭄S H E R Y L. E L Y Z Z A B E T H
S O R R E N G H A I L L E.

Febrero pasa volando en un remolino de agotamiento. Dhraco ocupa cada
momento libre de mi día y Dhareios se ha puesto furioso más de una vez cuando el Líder de Ala me ha sacado de un entrenamiento del pelotón porque tiene algo infinitamente más importante que hacer conmigo.

Lo cual por lo general termina con que me hace pedazos una y otra vez en la
colchoneta.

Pero debo decir que no me trata como si fuera un bebé, como hacía Dhareios, ni
me da chance como Reyshel. Me lleva a mi límite físico en cada sesión, pero
nunca más allá, lo cual suele dejarme como un trapo sudado en el suelo del
gimnasio, luchando por recuperar el aliento.

Y por lo general es ahí cuando Irinkha me recuerda que tengo que ir a hacer
pesas.

Los odio a los dos.

Más o menos.

Es difícil discutir con los resultados cuando estoy aprendiendo a acabar con
el mejor luchador del cuadrante. Aún no lo he vencido, pero eso no me molesta.

Significa que no me está dejando ganar.

Tampoco me ha vuelto a besar, ni aunque lo presione.

Marzo llega con incontables cantidades de nieve que tienen que palearse cada mañana antes de la formación. Y los momentos en que la reliquia arde en
mi espalda y siento que me voy a arrancar la piel si no dejo salir el poder que va creciendo dentro de mí me recuerdan que aún no tengo un sello. Ya casi han pasado tres meses.

Cada mañana despierto preguntándome si será el día en que me dé una
combustión espontánea.

—《Sharla Winterlek...》 —dice el capitán, que está leyendo la lista de
muertos con el pergamino congelado resbalándose en sus manos enguantadas. Esta semana está más cálida, pero no mucho. —《Y Mushin Vedhien. Que sus almas descansen.》

—《¿Vedhien?.》 —le pregunto a Reyshel con gesto sorprendido mientras se dispersa la formación.

No lo conocí mucho, porque era del Ala Dos, pero de todos modos el nombre me toma por sorpresa, pues se rumoraba que era uno de los mejores entre nosotros.

—《¿No te enteraste?.》 —se aprieta la capa con interior de piel alrededor del
cuello. —《Su sello se manifestó a media clase de Carlikam ayer y se incendió.》—me dice.

—《¿Se… murió quemado por sus propias llamas?.》—cuestiono.

Ella asiente.

—《Dhrackarian, me dijo que Carlikam cree que iba a manipular el fuego, pero la primera manifestación lo tomó tan por sorpresa que…》

—《Ardió como una antorcha.》—agrega Richardh, interrumpiendo a Violet. —《Casi puede servir para
alegrarte de que tu sello aún siga escondido, ¿no?.》—me dice.

—《Escondido, es una forma de decirlo.》 —digo. Fuera de la habilidad que se supone que no debo mencionar ni en susurros, parece que soy justo lo que mi madre más odia: promedio. Y no puedo ir a pedirles ayuda a Thrain o Andara.

El sello se trata solo de mí, y aparentemente no estoy dando el ancho, como me recuerda constantemente la incómoda reliquia en mi espalda. Hay una diminuta y secreta parte de mí que espera que mi sello no se haya manifestado aún porque es diferente de los demás, no solo útil sino… trascendente como el de mi hermano.

—《Definitivamente sirve para que me den ganas de faltar a clases hoy.》 —
murmura Reyshel, echándose vaho en las manos para calentárselas.

—《Y que lo digas.》—concuerda Violet.

—《Nada de faltar a clases.》 —las regaña Dhareios, que nos está viendo con expresión severa. —《Solo faltan unas semanas para la Batalla de Pelotones y necesitamos que todos estén bien entrenados para ganar.》—nos dice.

Irinkha suelta una carcajada burlona.

—《Por favor, Khozlkov, creo que todos sabemos que el Ala Dos tiene un pelotón
en la Sección Aqua que va a acabar con todos. ¿Has visto la velocidad con la que
suben el 2do reto? Estoy segura de que han estado yendo, aunque sigue cubierto de hielo.》—dice ella.

—《Vamos a ganar.》—anuncia Bekka, nuestra oficial al mando, moviendo la
cabeza con gesto de seguridad. —《Puede que Sorrenghaille nos quite tiempo en el 2do reto...》—dice, arrugando su nariz. —《... y probablemente en lo que tenga que ver con el uso de poderes, al paso que va…》

—《Oye, gracias, tía, me halagas.》 —me cruzo de brazos. Apuesto a que puedo bloquear mejor que todos ellos juntos.

—《Pero las habilidades de Reyshel lo compensan con creces.》—continúa
Bekka, ignorando mi comentario. —《Y todos sabemos que Chris y Henson van a arrasar en la colchoneta durante la competencia de lucha. Así que solo faltan las maniobras de vuelo y la
tarea con la que elijan los Líderes de Ala para que nos juzguen este año.》—dice ella.

—《Ah, ¿eso es todo? Vaya, y yo que creía que iba a estar complicado.》—el
sarcasmo de Richardh es tan palpable que se gana una mirada de enojo de parte de Dhareios.

—《Ya solo quedan diez de ustedes.》—dice Dhareios, mirándonos. —《Somos doce, contándonos a nosotros, lo cual nos pone un poco en desventaja ante un par de pelotones, pero creo que nos las arreglaremos.》—nos dice.

Perdimos a los dos nuevos la semana pasada cuando el sello del más pequeño
se manifestó en Informe de Batalla y ambos murieron congelados en segundos.

Casi se llevan a Richardh de pasada. Lo tuvieron que atender por los daños que le causó el hielo, pero ninguno fue permanente. Ahora Nadhine y Chris son los únicos que quedan de esa tanda que se nos sumó tras la 3ra Prueba.

—《Pero, para arreglárnosla, necesito que vayan a clase.》—voltea para verme
con una ceja enarcada. —《En especial tú. Estaría buenísimo que tuvieras tu sello, ¿sabes? Por si puedes hacer que pase.》—me dice.

Es como si últimamente no lograra
decidir cómo tratarme, si como la de 1ro que tiene problemas pero sigue aquí o
como la chica con la que fue su jinete y pareja.

Odio lo extraño que se siente todo entre nosotros, tan mal y pegajoso, como
cuando te bañas y te pones la ropa antes de poder secarte, pero sigue siendo Dhareios. Al menos al fin me está apoyando.

—《Sheryl va a faltar a la clase de Carlikam hoy.》—anuncia Dhraco, que acaba de aparecer detrás de Dheigan, quien se quita para abrirle paso.

—《No, no voy a faltar.》—niego con la cabeza, ignorando cómo se acelera mi
pulso ante su presencia.

—《Tiene que ir.》 —le discute Dhareios, y luego aprieta los dientes. —《A menos que el ala tenga asuntos más urgentes con la Cadete Sorrenghaille, su tiempo se aprovecha mejor desarrollando sus habilidades para manejar el poder.》—añade.

—《Creo que ambos sabemos que no va a manifestar su sello en esa habitación.
Ya lo hubiera hecho si esa fuera la clave.》 —le dice.

No le desearía la mirada que le lanza Dhraco a Dhareios ni a mi peor enemigo. No es de rabia ni de indignación. No, parece… molesto, como si las quejas de Dhareios fueran muy inferiores para él, lo
cual, de acuerdo con nuestra cadena de mando, es verdad.

—《Y sí, el ala tiene cosas más urgentes con ella.》—añade.

—《Señor, no me siento cómodo con que Sheryl pase un día sin al menos
practicar el manejo de poderes, y como su líder de pelotón…》

No sabe que Dhraco me ha estado dando clases extra de poderes mientras
practicamos en la colchoneta.

—《¡Por el amor de los Dioses!.》—exclama Dhraco. Mete una mano en el bolsillo de su capa, saca un reloj y lo sostiene sobre su palma extendida. —《Levántalo, Sorrenghaille.》—ordena.

Veo a los dos hombres y cómo quisiera que arreglaran sus problemas entre
ellos, pero hay cero por ciento de probabilidades de que eso pase. Por mi propio bien, planto mis pies mentales en el suelo del patio de mi antigua Academia. Un poder ardiente fluye a mi alrededor, me pone la piel de gallina y me eriza los vellos.

Levanto mi mano derecha, veo en mi cabeza cómo ese poder se enreda en
mis dedos y siento unas descargas en la piel mientras le doy forma a la energía,
la convierto en una mano y le pido que se estire sobre el par de metros que me
separan de Dhraco.

De pronto se detiene, como si mis dedos de magia pura hubieran chocado
contra un muro, pero luego la resistencia cede y sigo adelante, manteniendo el control de la mano ardiente. Escucho un crujido en mi cabeza como las brasas
que están por apagarse, cuando mi poder roza la mano de Dhraco, pero cierro mi puño mental sobre el reloj de bolsillo y lo jalo.

Está pesadísimo

—《Tú puedes.》 —me anima Reyshel.

—《Déjala que se concentre.》—la regaña Dheigan.

El reloj se cae al suelo, pero echo la mano hacia atrás, jalándolo con mi poder como si fuera una cuerda, y el reloj viene hacia mí. Lo atrapo con la
mano izquierda antes de que se me estrelle en la cara. Reyshel, Violet y Richardh aplauden.

Dhraco se acerca y me quita el reloj para guardárselo en la capa.

—《¿Ves? Sí ha practicado. Ahora, tenemos cosas que hacer.》—pone su mano en mi espalda baja y me aleja de ahí, dejando a todos con la palabra en boca.

—《¿A dónde vamos?.》—odio la manera en que mi cuerpo me exige que me pegue más a su mano, pero la extraño en cuanto la quita.

—《Supongo que no traes ropa de combate bajo esa capa.》—sbre la puerta hacia los dormitorios y la sostiene para dejarme pasar primero.

El movimiento es tan ágil que sé que no solo lo ha practicado, sino que ya es natural para él, lo cual no encaja con… pues con nada de lo que sé de Dhraco.

Me detengo y lo miro como si fuera la primera vez.

—《¿Qué?.》 —me pregunta, cerrando la puerta para impedirle el paso al viento helado.

—《Me abriste la puerta.》—digo mirándole.

—《No es fácil dejar las viejas costumbres.》 —responde, encogiéndose de hombros. —《Mis padres me enseñaron a hacerlo…》 —su voz se apaga de pronto, baja los ojos y todos los músculos de su cuerpo se tensan como si se preparara para
un ataque.

Se me parte el corazón porque la expresión en su rostro es de algo que
conozco muy bien. Dolor por la muerte de un ser amado.

—《¿No crees que hace demasiado frío para volar.》 —le pregunto, cambiando
de tema en el intento de ayudarlo.

El dolor en sus ojos es de ese que nunca
muere, de ese que llega como una marea impredecible e inunda sin piedad todo lo que está más allá de la orilla.

Dhraco parpadea y la expresión desaparece.

—《Aquí te espero.》

Asiento y corro a ponerme la ropa forrada de piel que nos dieron para volar en invierno. Cuando regreso, tiene esa máscara inescrutable y sé que no me
abrirá más puertas hoy.

Cruzamos el patio que se está vaciando por los cadetes que corren hacia sus clases.

—《No me respondiste.》

—《¿Sobre qué cosa?.》 —mantiene los ojos puestos en la puerta del camino hacia el campo de vuelo y casi tengo que trotar para seguirles el paso a sus zancadas.

—《Sobre que hace frío para volar.》—le digo.

—《Los de tercero tenemos el campo de vuelo esta tarde. Dalilad y los demás
profesores les están dando chance a los de primero porque se acerca la Batalla de Pelotones y saben que necesitan practicar sus poderes.》—abre la puerta y entro después de él.

—《Pero ¿no necesito la práctica?.》—mi voz hace eco en el túnel.

—《Ganar la Batalla de Pelotones no es relevante para el plan de mantenerte
con vida. El próximo año estarás en el frente antes que el resto.》—dice él.

Las luces mágicas juegan con las marcadas líneas de su cara y crean siniestras sombras a nuestro paso.

—《¿Eso es lo que pasará el próximo año?.》 —le pregunto cuando salimos al otro lado y la nieve me nubla la vista por un momento. Está en enormes pilas a los lados del sendero como resultado de este duro invierno. —《¿Voy a ir al frente?.》—cuestiono.

—《Es inevitable. No se sabe cuánto tiempo tolerarán estar separados Dhregaine y Thrain. Yo supongo que ambos tendremos que hacer sacrificios para que estén felices.》 —claramente él no está tan feliz con eso, pero no lo culpo.

Siento el estómago pesado al darme cuenta de que yo también estaré en sus zapatos cuando me gradúe, sin
control real sobre cómo nuestros dragones dictarán dónde voy a estar en el futuro.

Asiento porque no sé qué más decir y seguimos caminando hacia la pista en un silencio solidario.

—《Ala Dos.》 —señalo, viendo cómo el pelotón de la Sección Aqua sube y baja
por los obstáculos del 2do reto. —《¿Estás seguro de que no prefieres que tus pelotones vengan a practicar?.》—le digo.

Una orilla de su boca se eleva y abre una grieta en su máscara inhumana.

—《Cuando era más joven, yo también creía que ganar era lo más importante. Pero cuando llegas a mi edad y ves las cosas que he visto…》 —tensa la quijada. —《Digamos que los juegos en la Academia son mucho menos letales.》—me dice.

Vamos hacia la escalera que lleva al campo de vuelo, pero ya viene un grupo
bajando, así que retrocedo para dejarlos bajar primero.

El corazón se me sube a la garganta cuando se acercan y mi cuerpo se yergue en posición de firmes. Son el comandante y el Coronel Khozlkov, a quien antes conocía como Consejero de la Casa Khozlkov. El padre de Dhareios es el primero en llegar al nivel de suelo y me ofrece una sonrisa.

—《Descansa. Te ves bien, Sheryl. Qué buenas líneas de vuelo.》—dice,
señalando a las marcas que tiene en sus propios pómulos por los goggles.》—《Seguramente has estado volando mucho.》—añade.

—《Gracias, señor, así es.》—relajo mi postura y sé que tengo que devolverle el
gesto, pero la sonrisa me sale tensa, digamos que es "amable" conmigo desde hace unos meses, si, desde que Thrain es mi dragón. —《Dhareios también va bien. Es mi líder de pelotón.》—me dice.

—《Sí me contó.》—con esto, me muestra una sonrisa de oreja a oreja. Sus ojos azules son tan hermosos como los de Dhareios. —《Tú mamá siempre pregunta por ti. No te preocupes, tendrás privilegios para escribir cartas en segundo, y así podrás estar en contacto con ella más seguido.
Seguramente la extrañas.》—me dice él.

—《Todos los días.》 —asiento, intentando controlar el enorme sentimiento que me despierta reconocer eso.

Es mucho más fácil fingir que no hay nada fuera de estos muros que sufrir por lo mucho que extraño a mi familia.

Dhraco se tensa junto a mí cuando mi padre aparece al final de la escalera.

Ay, mierda...

—《Padre.》—suelto, y él gira la cabeza y sus ojos se encuentran con los míos.

Han pasado más de 6 meses desde la última vez que lo vi, y aunque quisiera
controlarme tan bien como él y tenerlo todo compartimentado, no puedo. No
soy como él ni como mi abuela. Soy como mi madre, como mi abuelo materno.

Su mirada juzgona me recorre con toda la confianza de un General sobre una cadete y no hay calidez alguna en su
expresión cuando termina de evaluarme.

—《Me enteré de que te está costando trabajo manejar los poderes.》—dice mirándome.

Esto me toma por sorpresa y doy un paso atrás, como si la distancia física
pudiera protegerme de su gélido comentario.

—《Soy la mejor para bloquear de mi año.》—por primera vez, realmente me
alegra no haber manifestado un sello aún, no haberle dado algo de qué presumir.

—《Con un dragón como Thrain, no esperaría menos.》 —levanta una ceja. —《Si no, todo ese increíble y envidiable poder sería un…》—suspira y su aliento forma una nubecilla de vapor en el aire. —《Un malgasto.》

Como puedo, paso saliva para tragarme el nudo que no para de crecer en mi
garganta.

—《Sí, General.》

—《Pero sí has sido tema de algunas conversaciones.》—su mirada pasa sobre mi cabeza y sé que está viendo la trenza de azulada que él considera me delata como alguien con una maldición, el cabello que me dijo que debería
cortarme.

—《¿Sí?.》—¿en serio él habla de mí?

—《Todos nos preguntamos qué poderes tendrás por la dragona dorada, si es que hay alguno.》—sus labios forman una sonrisa que estoy segura de que él considera amable, pero lo conozco demasiado bien como para creerle.

{"No."} —esa única palabra de Thrain retumba por todo mi cuerpo —{"No lo
menciones".}

—《Hasta ahora, ninguno.》—paso la lengua sobre mi agrietado labio interior. El invierno es horrible para la piel durante los vuelos. —《Andara me dijo que los Cola de Plumas son conocidos por no tener la capacidad de canalizarle poder a su jinete.》—solo entregan directamente sus dones, pero no le voy a decir eso. —《Por eso casi nunca buscan vínculos.》

—《O nunca.》 —comenta el papá de Dhareios. —《De hecho, esperábamos que pudieras pedirle a tu dragona que nos deje estudiarla. Solamente con fines
académicos, por supuesto.》—me dice.

La idea me asquea. Estas personas manosearían y picarían a Andarna por
quién sabe cuánto tiempo para saciar su curiosidad académica, y podrían
encontrarse con el poder sin explotar de los dragones jóvenes. No, gracias.

—《Desafortunadamente, no creo que se sienta cómoda con eso. Valora
mucho su privacidad, incluso cuando se trata de mí.》—le digo.

—《Qué lástima.》 —dice el Coronel Khozlkov.—《Hicimos que los escribas se pusieran a investigar desde la 3ra Prueba, y la única referencia que encontraron en los Archivos sobre el poder de los Cola de Plumas es de hace cientos de años, lo cual es curioso, porque recuerdo que tu hermano investigó un poco sobre la segunda revuelta krovlhanah y mencionó algo sobre los Cola de Plumas, pero no hemos localizado ese tomo.》—se rasca la frente.

Papá me mira con expectación, como si me estuviera preguntando algo sin
preguntármelo realmente.

—《Creo que no terminó su investigación sobre ese evento histórico antes de morir, Coronel Khozlkov. Ni siquiera podría decirle dónde están sus notas.》 —elegí esas palabras para que fueran lo más ciertas posible.

Sé con exactitud dónde están sus notas: en el lugar en el que pasó la mayor parte de su tiempo libre.

Pero hay algo en la advertencia de Thrain que simplemente hace que no se los pueda decir.

—《Qué mal.》—papá finge otra sonrisa. —《Me alegra ver que sigues viva, cadete Sorrenghaille.》 —sus ojos se mueven hacia un lado de mí y la mirada de inmediato se le vuelve dura como el acero. —《Aunque la compañía que estás obligada a tener es más que cuestionable.》—gruñe.

Mierda. Mierda. Mierda...

No puedo pararme frente a Dhraco y hacer que parezca débil. Ni siquiera
puedo voltear para verlo sin revelarle a mi padre dónde está mi lealtad… sin
decírmelo a mí misma.

—《Siempre sentí que resolvimos todos esos temas hace años.》—dice Dhraco en voz baja, pero está más tenso que la cuerda de un arco.

—《Mmm.》—papá se da la vuelta hacia la ciudadela en un claro gesto de
desprecio. —《Ve a ver si puedes dominar algún sello, cadete Sorrenghaille. Tienes un legado que honrar.》—gruñe dándome la espalda.

—《Sí, General.》 —las palabras informales me cuestan más de lo que estoy preparada para reconocer y, como el filo de una garra, rasgan la seguridad que me ha tomado casi diez meses construir.

—《Fue bueno verte, Sheryl.》—el papá de Dhareios me ofrece una sonrisa empática y el comandante me ignora abiertamente, pues se va corriendo para alcanzar a mi padre.

No le digo ni una palabra a Dhraco antes de subir las escaleras, y con cada
escalón me voy sintiendo más furiosa hasta que, al llegar a la cima del acantilado, soy una bola de rabia.

—《No le contaste cómo sobreviviste al ataque en tu habitación.》 —dice Dhraco. Es afirmación, no pregunta. —《Y no me refiero a cuando yo llegué.》

Sé exactamente de qué está hablando.

—《Ni siquiera lo veo. Y me dijiste que no se lo contara a nadie.》—le digo.

—《No sabía que las cosas estaban así entre ustedes.》—comenta, y su tono es
sorprendentemente suave mientras bajamos por el cañón semicerrado hacia el campo de vuelo.

—《Ah, eso no es nada.》 —mi tono es intencionalmente lo más despreocupado
posible. —《Se pasó casi un tiempo ignorándome cuando me preparaban para ingresar a la Academia.》—una carcajada de lástima por mí misma se me escapa de la boca. —《Que fue casi
tan encantador como los años que se pasó apenas tolerando la existencia de mi abuela e ignorando el hecho de mi pasado, porque no era perfecta como mi hermano o como mis primos.》—no debería decir estas cosas. Es la clase de temas que las familias mantienen a puerta cerrada para poder usar sus reputaciones pulidas y perfectas como una armadura cuando están en público.

—《Entonces tu padre no te conoce muy bien.》 —señala Dhraco, que tiene que
apresurarse para ir a ritmo con mis pasos furiosos.

Suelto un resoplido burlón.

—《O puede ver lo que soy en realidad. El problema es que nunca estoy segura
de cuál es la verdad. Me la paso intentando cumplir con los estándares
imposibles que me va poniendo, y eso no deja tiempo para que me pregunte si
son estándares que me importan a mí.》 —mis ojos entrecerrados se enfocan en él..—《Y ¿qué quisiste decir allá abajo? Con lo de que resolvieron temas hace años.》

—《Solo le recordaba que ya pagué el precio de mi lealtad.》—frunce el ceño,
pero sigue mirando hacia el frente.

—《¿Cuál precio pagaste?.》 —la pregunta escapa de mis labios antes de que pueda detener a mi tonta lengua.

De pronto recuerdo lo que dijo Dhareios, que Dhraco tiene razones para nunca perdonar a mi familia.

—《Límites, Pequeña Asesina.》—agacha la cabeza por un segundo y, cuando la levanta, ya tiene esa máscara perfecta de alguien a quien no le importa nada y que le queda tan bien.

Por suerte, la tensión del momento se rompe cuando Thrain y Dhregaine
aterrizan en el campo, acompañados de una dragoncita brillante que de
inmediato me hace sonreír.

—《¿Hoy vamos a volar todos?.》 —pregunto, siguiendo a Dhraco en su camino hacia el trío.

—《Hoy vamos a aprender todos. Tú tienes que aprender cómo quedarte en tu asiento, y yo tengo que aprender por qué es tan difícil para ti.》—me responde. —《Andara necesita aprender a seguirnos el paso. Thrain necesita aprender cómo compartir su espacio en una formación cerrada, y todos los demás dragones, menos Dhregaine, le tienen demasiado miedo como para volar más cerca de él.》—continúa.

Thrain resopla a manera de asentimiento mientras nos acercamos.

—《Y Dhregaine ¿qué va a aprender?.》—pregunto, viendo a la enorme dragona azul.

Dhraco sonríe.

—《Lleva años dando órdenes. Ahora tendrá que aprender a seguirlas. O al menos practicarlo.》—me dice.

El resoplido de Thrain es sospechosamente parecido a una risa y ella suelta una mordida al aire a centímetros de su cuello.

—《Las relaciones entre dragones son absolutamente incomprensibles...》 —
susurro.

—《¿Sí? Deberías probar con una humana. Son igual de salvajes, pero hay
menos fuego.》 —se monta en Dhregaine con una facilidad que envidio. —《Vámonos.》

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❈༻༼✎NOTA DE AUTORA༽༺❈

¡Hola! ¿Como están?.

Les traigo un nuevo capítulo de esta historia, espero y les haya gustado.

¿Qué les ha parecido el capítulo?.

¿Qué opinan de lo ocurrido?.

¿Qué creen que pueda pasar ahora?.

¡GRACIAS POR LEER!.

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Breysis.P©️

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