❈Capítulo 52: Mañana va a ser horrible.
❈᭄S H E R Y L. E L Y Z Z A B E T H
S O R R E N G H A I L L E.
Un par de horas después me cepillo el cabello en la privacidad de mi habitación, aún totalmente vestida, con todo y botas y armadura. Aún no puedo creer que haya hecho el ridículo frente a todo mi pelotón solo porque Dhraco decidió entrenar sin camisa.
Necesito un acostón, urgente.
Me detengo a media cepillada cuando una descarga de energía me corre por
la espalda y se disipa en un instante.
Eso estuvo… raro.
Quizá es… No. No puede ser. Se sintió completamente distinto cuando
Andara detuvo el tiempo a través de mí. Eso fue un aluvión por todo mi cuerpo que se expandió hasta los dedos de mis manos y pies, y luego… se fue.
Otra oleada me recorre, esta vez más fuerte, y suelto el cepillo, aferrándome
a la orilla del tocador para no caerme cuando mis rodillas amenazan con
doblarse. Esta vez la energía no se disipa, se queda, vibrando bajo mi piel,
zumbando en mis oídos y abrumando todos mis sentidos.
Algo dentro de mí se expande, demasiado grande para mi cuerpo, demasiado vasto para ser contenido, y siento el dolor en cada nervio mientras me abro entre crujidos, con el sonido como huesos al romperse reverberando en mi cráneo. Es como si se estuvieran rompiendo todas las costuras de mi ser.
Mis rodillas azotan contra el piso y me llevo las manos a la cien, intentando
meter todo lo que soy de vuelta en mi cabeza, obligándome a encogerme.
La energía entra a raudales, como una avalancha de poder puro e infinito,
destruyendo todo lo que era y creando algo completamente nuevo mientras
llena cada poro, cada órgano, cada hueso. Me duele la cabeza y siento como si Thrain hubiera volado demasiado alto, demasiado rápido y no pudiera
destaparme los oídos. Lo único que puedo hacer es quedarme tirada en el piso y rezar para que la presión se equilibre.
Miro mi cepillo, con la mejilla aplastada contra el suelo de madera, y respiro.
Inhalo y exhalo.
Inhalo… y exhalo… entregándome al violento ataque.
Al fin el dolor baja, pero la energía, el poder, no. Simplemente… está ahí,
merodeando por mis venas, saturando cada célula de mi cuerpo. Es todo lo que
soy y todo lo que puedo ser a la vez.
Me incorporo y levanto las manos para observar mis palmas, en las que aún
siento un cosquilleo. Creo que deberían verse diferentes, cambiadas, pero no.
Siguen siendo mis dedos, mis muñecas delgadas, y sin embargo ahora son
mucho más. Tienen la fuerza suficiente para darle forma al torrente en mi
interior, para convertirlo en lo que yo quiera.
—{▪︎Este es tu poder, ¿verdad?▪︎.}—le pregunto a Thrain, pero no me responde. —{▪︎¿Andara?▪︎.} —vuelvo a preguntar.
No hay más que silencio.
Mira nada más. Siempre andan por aquí, metiéndose en mi cabeza cuando me vendría bien un poco de privacidad, pero cuando es al revés no están por
ningún lado. Ayer los escuché decir que estaba lista, pero pensé que mi mente se
tomaría un día o dos para abrirse por completo cuando Thrain comenzara a
canalizar. Supongo que no.
Reyshel y Violet. Tengo que decirle a ambas. Se van a volver locas al saber que al fin podré ir a la clase del profesor Carlikam, o al menos con Reyshel, Vi se ha sentido extraña últimamente. ¿Y Chris? Ya puede dejar de fingir que no puede canalizar solo para que no lo obliguen a dejarme sola por una hora al día.
De pronto me baña un calor que me eriza la piel y se posa en mi estómago.
Estuvo raro, pero bueno. Probablemente solo es un efecto secundario del poder. Quito el seguro de mi puerta y la abro.
Mi visión se vuelve borrosa y la necesidad me llega de golpe, arrancándome cualquier pensamiento lógico fuera de saciar la insoportable…
—《¿Sheryl?.》 —veo la silueta borrosa de un hombre en el pasillo y parpadeo
hasta que logro enfocar a Chris. —《¿Estás bien?.》—me pregunta.
—《¿Duermes en el pasillo?.》—me aferro al marco de la puerta mientras una imagen de una caída me llena la cabeza, y siento el chisporroteo de unas brasas al entrar en contacto con mi piel caliente.
Desaparece de inmediato, pero el
deseo descontrolado y torrencial sigue ahí.
Ay, mierda. Esto es… lujuria.
—《No.》—Chris niega con la cabeza. —《Solo me estaba esperando un rato antes de irme a acostar.》—me dice.
Lo veo. Lo miro de verdad. Es más que guapo, con facciones fuertes y unos
ojos sorprendentemente hermosos. No son azul claro, sino más cercanos al color del cielo.
—《¿Por qué me estás viendo así?.》—baja su cuchillo y el dragón semitallado.
—《¿Así cómo?.》—mis dientes se hunden en mi labio inferior y me debato entre frotarme contra él como una gata en celo intentando aminorar este inimaginable anhelo.
Pero él no es a quien realmente deseas...
No es Dhraco.
—《Como…》—inclina la cabeza hacia un lado. —《Como si pasara algo. No
parece que te sientas como… ya sabes… como tú misma.》—me dice.
Ay, mierda...
Es porque no soy yo misma. Todo esto, el ansia, la lujuria, el deseo de una persona con quien tengo que estar… es Thrain.
Las emociones de Thrain no solo me llenan, sino que me están controlando.
—《¡Estoy bien! ¡Vete a la cama!.》—me meto a mi cuarto y azoto la puerta
mientras aún tengo la capacidad mental para hacerlo.
Luego me pongo a caminar de un lado a otro, pero eso no detiene a la siguiente ráfaga de calor o la compulsión de…
Tengo que salir de aquí antes de que cometa un error gigantesco y saque los
deseos de Thrain con Chris.
Tomando mi capa con interior de piel en una mano y recogiéndome el
cabello con la otra, me echo la tela sobre los hombros y cierro el broche bajo mi garganta. Un segundo después me asomo por la puerta y, cuando me aseguro de que no hay moros en la costa, salgo corriendo.
Llego hasta la escalera en espiral, esa que lleva al río, antes de tener que
recargarme en el muro de piedra y tomar aire para disipar un poco la bruma de las emociones de Thrain.
Cuando pasa la oleada, bajo corriendo los escalones, con una mano en la
pared por si viene otro ataque.
Las luces mágicas se encienden cuando me acerco y se vuelven a apagar cuando me voy corriendo, como si este nuevo poder ya estuviera actuando y extendiéndose al mundo.
Lejos. Tengo que irme lejos de todos hasta que Thrain termine… lo que sea
que él y Dhregaine estén haciendo.
Salgo de las escaleras con pasos torpes y llego a los muros que conforman la
base de la ciudadela. La nieve llena el cielo y echo la cabeza hacia atrás,
saboreando el breve beso de los copos sobre mi piel que está ardiendo por las
razones equivocadas.
El aire está limpio y frío y…
Abro los ojos de golpe ante el aroma en el aire y me giro, con mi capa latigueando detrás de mí mientras encuentro la fuente del humo dulce y fácil de identificar.
Dhraco está recargado en la pared, con un pie apoyado en la piedra, fumando
y viéndome como si no tuviera un solo problema en la vida.
—《¿Eso es… chueram?.》—le pregunto.
Suelta una bocanada de humo.
—《¿Quieres? A menos que hayas venido a seguir con nuestra discusión de hace rato, en ese caso, no te doy.》—me dice.
La quijada casi se me va al suelo.
—《¡No! ¡No tenemos permitido fumar eso!.》—le grito. Es prácticamente lo que los humanos llaman droga.
—《Bueno, sí, pero la gente que hizo esa regla obviamente no estaba unida a
Dhregaine y Thrain, ¿verdad?.》—una sonrisita le curva una orilla de la boca.
Dioses, podría ver esos labios por siempre. Tienen la forma perfecta y sin embargo demasiado deliciosa para la dureza de su mentón.
—《Te ayuda a… distanciarte.》—me ofrece el chueram liado, mirándome con una ceja enarcada, la de la cicatriz.—《Además de lo que se logra bloqueándolos, claro.》—me dice.
Niego con la cabeza y cruzo la nieve recién caída para apoyar mi peso en el
muro junto a él, dejando que mi cabeza se recargue en la piedra.
—《Como quieras.》—le da una enorme calada al chueram y luego lo apaga contra la pared.
—《Siento como si me estuviera quemando, carajo.》—y eso es poco decir con él al lado.
—《Sí, así pasa.》—me dice, hay algo perverso en su carcajada, y cometo el terrible e imperdonable error de voltear para ver su sonrisa.
Dhraco, cuando está siendo taciturno y mandón, peligroso y letal, tiene un
aspecto increíble que me acelera el pulso. Siempre me di cuenta de eso desde Althair, joder, es Dhraco, ¿a quien no le pondría?. Pero Dhraco riéndose, con la cabeza inclinada hacia atrás y una sonrisa en la boca, es simplemente hermoso. Mi estúpido y tonto corazón siente como si un puño lo envolviera y lo apretara con fuerza.
No hay nada que no sacrificaría, nada que no daría por tener un momento
de vulnerabilidad con este hombre al que voy a estar atada por el resto de
nuestras vidas.
¿Quien lo diría? Pensaba que estaría atado a Kahlan, pero terminé siendo yo, la atada a él.
Todo esto debe ser por Thrain. Debe ser eso.
¿O no?.
¿Pero a quien engaño? Sé bien que no es así. Aunque me gustó lo que vi en Chris ahí arriba, demasuado, estoy total y profundamente obsesionada con Dhraco.
Sus ojos se encuentran con los míos bajo la luz de la luna.
—《Ay, Pequeña Asesina, vas a tener que aprender a bloquear a Thrain o sus
momentos íntimos con Dhregaine te harán terminar en el manicomio… o en la cama de alguien.》—me dice.
Cierro los ojos solo para poder escapar
de su hermoso rostro cuando una
oleada de calor me recorre, lo cual hace que arda cada centímetro de mi piel.
Estiro una mano para sostenerme en la pared y no perder el equilibrio.
—《Ah, lo sé. Tengo miedo de volver a ver a Chris.》—le digo.
—《¿A Chris? ¿Por qué?.》 —se da la vuelta para mirarme de frente, apoyándose en su hombro
—《¿Dónde diablos está tu guardaespaldas?.》—me pregunta.
—《Soy mi propio guardaespaldas.》 —le aclaro, descansando mi mejilla en la
piedra helada. —《Y él está en la cama.》—le digo.
—《¿En tu cama?.》 —su voz es como un trueno.
Abro los ojos para encontrarme con su mirada. La nieve hace que todo se
vea más brillante, iluminando el gesto fruncido entre sus cejas y su boca tensa.
—《No. Aunque eso no debería importarte.》—le digo.
¿Está celoso? Eso es… extrañamente reconfortante.
Exhala y relaja los hombros.
—《No me importa mientras los dos lo hagan con consentimiento, y créeme,
no estás en condiciones de consentir.》—me dice él.
—《No tienes idea de lo que soy capaz de consentir…》 —una necesidad
innegable e insaciable casi me tira de rodillas.
El brazo de Dhraco me toma por la cintura para que no me caiga.
—《¿Por qué diablos no lo estás bloqueando?.》—cuestiona mirándome.
—《¡No nos han dado clases a todos! Acababa de empezar a canalizar cuando
pasó… todo esto, y por si se te olvida, solo puedes ir a la clase del profesor Carlikam si tienes poderes.》—le gruño.
—《Siempre me pareció una regla ridícula.》—suspira. —《Bueno. Clase rápida. Solo porque he pasado por eso y desperté con más de unos cuantos
arrepentimientos.》—me dice.
—《¿En serio me vas a ayudar?.》—le digo.
—《Llevo meses ayudándote.》 —su mano me aprieta la cintura y juro que
puedo sentir el calor de su tacto pese a la capa y la ropa.
—《No, enviaste a Chris a ayudarme. Él lleva meses ayudándome.》—arrugo la
frente. —《Semanas. Casi meses. Lo que sea.》—le digo.
Todavía se atreve a poner gesto de ofendido.
—《Fui yo quien llegó corriendo a tu puerta y mató a todos los que te atacaron, y luego retiré a la otra amenaza de tu vida con un despliegue de venganza muy pública y muy polarizadora. Chris no hizo eso. Fui yo.》—dice y le miro a los ojos.
—《El público no estaba dividido. A todos les pareció bien. Yo estaba ahí.》—le digo.
—《Tú estabas dividida. De hecho, le rogaste a Thrain que no la matara,
sabiendo bien que ella volvería a atacarte.》—me recuerda.
Ese punto era debatible.
—《Bueno. Pero no vamos a fingir que no hiciste la mayor parte de esas cosas
por ti. Sería inconveniente para ti que me muriera.》—me encojo de hombros,
molestándolo abiertamente para ayudarme a ignorar la creciente oleada de lujuria que estalla dentro de mí.
Él me mira sin poder creerlo.
—《¿Sabes qué? Esta noche no vamos a pelear. No si quieres aprender a
bloquearlo.》—me dice.
—《Está bien. No vamos a pelear. Enséñame.》 —levanto la barbilla. Dioses, apenas le llego a la clavícula.
—《Pídemelo amablemente.》—se acerca más a mí.
—《¿Siempre has sido así de alto?.》—suelto lo primero que se me viene a la
cabeza.
—《No. En algún momento fui niño.》—se ríe.
Hago un gesto de fastidio.
—《Pídemelo amablemente, Pequeña Asesina...》—susurra. —《O me voy.》—me dice.
Puedo sentir a Thrain en la orilla de mi mente, sus emociones yendo y viniendo, y sé que la próxima ola va a ser enorme. ¿Cuánto tiempo se pueden tomar esos dos?.
—《¿Qué tan frecuentemente se ponen así?.》—cuestiono.
—《Lo suficiente para que necesites protegerte bien. Nunca podrás bloquearlos por completo, y a veces ellos se olvidan de bloquearnos a nosotros, como esta noche. Por eso ayuda el chueram, pero al menos es como pasar junto a un burdel en vez de estar dentro de él, participando.》—me dice.
Mierda.
—《Bueno. De acuerdo. ¿Me podrías enseñar cómo bloquearlos?.》—le pido.
Una sonrisa curva su boca y mis ojos se plantan en sus labios.
—《Di por favor.》—me dice.
—《¿Siempre eres así de difícil?.》—le pregunto.
—《Solo cuando sé que tengo algo que necesitas. ¿Qué te puedo decir? Me
gusta hacer que sientas vergüenza. Es como una dulce rebanada de venganza por todo lo que me has hecho en los últimos meses.》—me quita la nieve del cabello.
—《¿Lo que yo te he hecho?.》—fugo mirándole. Increíble.
—《Me has dado un par de sustos de muerte, así que me parece una buena
regla de compensación pedirte que digas "por favor".》—me dice.
Como si él alguna vez hubiera seguido las reglas. Tomo aire y me quito de
un golpe un copo de nieve que me cae en la nariz.
—《Como desees. ¿Dhraco?.》 —le ofrezco una sonrisa dulce y me acerco un poco más a él. —《¿Podrías, por favorcito, enseñarme a bloquearlos antes de que accidentalmente te trepe como a un árbol y ambos despertemos arrepentidos?.》—le digo.
—《Ah, yo controlo perfectamente mis habilidades.》—sonríe de nuevo, y lo
siento como una caricia.
Peligroso. Esto es jodidamente peligroso. El calor me enciende la piel, tanto
que me debato si tirar o no mi capa al suelo solo para sentir un poco de alivio.
Notablemente, Dhraco no trae una.
—《Como lo pediste amablemente…》 —acomoda su postura y lleva ambas
manos a mis mejillas, acunando mi rostro antes de levantarlas para agarrar mi cabeza. —《Cierra los ojos.》—me dice.
—《¿Es necesario que me toques?.》 —mis ojos se cierran al sentir su piel sobre la mía.
—《Para nada. Solo es una de las ventajas de no pensar con tanta claridad. Tienes una piel increíblemente tocable.》—me confiesa.
El cumplido me hace ahogar un grito. Mira qué bien controla sus habilidades.
—《Tienes que visualizar un lugar. Cualquiera. Yo prefiero la cima de mi
colina favorita cerca de lo que queda de mi hogar. Sea donde sea, tienes que
sentirlo como tu hogar.》—me dice.
El único lugar en el que puedo pensar es él, cuando lo conocí, fue raro, pero siendo Aprendiz de Jinete, estando en la Academia, me sentía en casa, junto a mis amigos, junto a él.
—《Siente cómo tus pies tocan el suelo y haz como si quisieras enterrarlos.》—me dice
Imagino mis botas sobre el suelo del jardín de nuestra torre, en la torre de la Casa Khovalkev, cuando estaba reunida con mis amigos, con Kahlan, y Dhraco apareció para buscarla e ir al Consejo.
—《Listo.》—susurro.
—《Eso se llama hacer tierra, y es para mantener tu ser mental en algún lugar
del que el poder no pueda sacarte. Ahora llama a tu poder. Abre tus sentidos.》—me dicen
Mis palmas comienzan a cosquillear y la energía me rodea de forma tan
abrumadora como en mi habitación, pero sin el dolor. Está en todas partes, llena el patio del parque y quiere salir por todas partes, hace que se mueva todo y se doblen los árboles, amenaza con romperse.
—《Es demasiado.》—susurro.
—《Concéntrate en tus pies. Mantente en la tierra. ¿Puedes ver de dónde viene el poder? Si no, simplemente elige un lugar.》—me dice.
Me doy la vuelta en mi cabeza. La descarga de poder está entrando por la entrada.
—《Lo veo.》—le digo.
—《Perfecto. Tienes el don. A la mayoría de la gente le toma una semana solo para aprender cómo hacer tierra. Ahora, haz lo que necesites para formar una barrera mental que te proteja de esa corriente. Thrain es la fuente. Si bloqueas ese poder, recuperarás un poco de control.》—me explica.
La entrada. Solo tengo que crear una barrera, o una puerta para evitar incendios.
El deseo me acelera el corazón y me aferro a los brazos de Dhraco, anclándome en la realidad.
—《Tú puedes.》—su voz suena tensa. —《Lo que sea que crees en tu mente es
real para ti. Cierra la válvula. Construye un muro. Haz lo que tenga sentido.》—me dice.
—《Es una entrada, la entrada al parque de los Aprendices, cuando fuiste a buscar a Kahlan para ir al Consejo.》— lo siento tensarse, mis dedos se clavan en la suave tela de su túnica y mentalmente creo un muro para detener ese poder.
—《Eso es. Sigue.》—susurro.
Mi cuerpo físico tiembla por el esfuerzo que requiere cerrar mentalmente la entrada, pero lo consigo.
—《Ya lo cerré.》—le digo.
—《Excelente. Ahora, asegúrate de que este todo sellado.》—me dice.
Y eso hago, lo sello, lo sello todo. El alivio es inmediato, como una ráfaga de nieve contra mi piel febril. El poder
late y vuelve transparente el muro que cree.
—《Cambió. Ahora puedo ver a través del muro.》—le digo.
—《Sí. Nunca podrás bloquearlo del todo. ¿Sellaste el muro?.》—me pregunta.
Asiento.
—《Abre los ojos, pero haz todo lo que puedas por mantener sellado el muro. Eso significa que debes mantener un pie en la tierra. No te sorprendas si se te resbala. Solo empezaremos de nuevo.》—me dice.
Abro los ojos y mantengo en mi mente esa imagen mental del sello en el parque de Aprendices. Aunque mi cuerpo aún está encendido y lleno de calor, esa necesidad imperiosa e ineludible afortunadamente está… un poco velada.
—《Está…》—no encuentro las palabras correctas Dhraco me observa con una intensidad que me hace tambalearme hacia él.
—《Eres increíble.》—niega con la cabeza. —《Yo pasé semanas sin poder hacer eso.》—confiesa.
—《Supongo que tuve un mejor maestro.》 —susurro.
La emoción que me corre por el cuerpo es más que alegría. Es una euforia que me hace sonreír de oreja a oreja como estúpida. Al fin no solo soy buena en algo, sino increíble.
Su pulgar acaricia la suave piel bajo mis orejas y su mirada se posa sobre mis
labios y se enciende. Flexiona las manos y me acerca un poco más a él antes de
soltarme de pronto y alejarse.
—《Carajo. Fue mala idea tocarte.》—dice de pronto.
—《La peor.》—acepto, pero mi lengua acaricia mi labio inferior.
Él gime y mis entrañas se derriten con ese sonido.
—《Besarte sería un error cataclísmico.》—me dice.
—《Calamitoso.》—susurro. ¿Qué tendría que hacer para escuchar ese gemido de nuevo?.
Los centímetros de nosotros se sienten como yesca, lista para arder ante el
primer indicio del calor, y yo soy una llama viva. Esto es todo de lo que debería huir y, sin embargo, negar la atracción animal que siento es completa y absolutamente imposible.
—《Los dos nos vamos a arrepentir.》 —niega con la cabeza, pero hay más que
hambre en sus ojos que se clavan en mi boca.
—《Claramente...》 —susurro.
Aunque el saber que me voy a arrepentir no evita que desee esto… que lo desee a él. El arrepentimiento es un problema para la Sheryl del futuro.
—《A la mierda.》
Un segundo está fuera de mi alcance y al siguiente su boca está sobre la mía,
cálida y desesperada.
Dioses, sí. Esto es exactamente lo que necesitaba.
Estoy atrapada entre la piedra inflexible del muro y la dureza del cuerpo de
Dhraco, y no hay un lugar en el mundo en el que preferiría estar. Darme cuenta
de esto debería regresarme a la realidad, pero solo provoca que me acerque pidiendo más.
Dhraco me acaricia el cabello con una mano, me toma por la parte de atrás de
la cabeza, moviéndome para que el beso sea más profundo, y mis labios se abren,
ansiosos. Él aprovecha la invitación y desliza su lengua sobre la mía con
movimientos expertos y deliciosos que me hacen aferrarme a su pecho, agarrando con los puños la tela de su camisa para jalarlo hacia mi cuerpo
mientras el deseo sube y baja por mi espalda.
Sabe a chueram y menta, a todo lo que no debería querer, y sin embargo no
puedo evitar necesitarlo. Lo beso con todo mi ser, succionando su labio inferior y raspándolo con los dientes.
—《Pequeña Asesina...》—gime, y el sonido de ese apodo en sus labios me despierta un deseo voraz.
Más cerca. Lo necesito más cerca.
Como si pudiera escuchar mis pensamientos, me besa con más intensidad, conquistando cada línea y curva de mi boca con un dejo de locura que me enciende todo el cuerpo. Siente tanto deseo como yo, y cuando sus manos me agarran por las nalgas y me levanta, envuelvo su cintura con mis piernas y me aferro a él como si mi vida dependiera de que este beso nunca termine.
La pared se me entierra en la espalda, pero no me importa. Mis manos al fin
están en su cabello y es tan suave como imaginé. Me besa hasta que me siento
completamente devorada y explorada, y luego succiona mi lengua hacia su boca
para que yo pueda hacer lo mismo.
Esto no tiene ningún sentido, pero no puedo detenerme. No me siento
satisfecha. Podría vivir por siempre en este instante de locura si con eso pudiera conservar su boca sobre la mía, haciendo que mi mundo se reduzca al calor de su cuerpo y los hábiles movimientos de su lengua.
Sus caderas se mueven contra las mías y ahogo un grito ante la deliciosa fricción. Rompe el beso y va bajando la boca por mi mentón, por mi cuello, y sé que haré cualquier cosa para que se quede aquí conmigo. Quiero sentir su boca en todas partes.
Somos una revoltura de lenguas y dientes, de labios y manos exploradores
mientras la nieve cae a nuestro alrededor, y el beso me consume como el poder lo hizo antes, tan profundamente que puedo sentirlo en cada célula de mi cuerpo. El deseo late entre mis muslos y me sobresalto al darme cuenta de que no hay nada que él pudiera hacer que yo no aceptaría. Lo deseo.
Lo deseo solo a él. Aquí. Ahora. En cualquier lugar. En cualquier momento.
Nunca en mi vida había perdido tanto el control por un simple beso. Nunca
había deseado a alguien como lo deseo a él. Es excitante y aterrador al mismo
tiempo, porque sé que en este momento tiene el poder de hacer lo que quiera
conmigo.
Y dejo que lo haga.
Me rindo por completo. Me derrito en él, mi cuerpo se vuelve dócil y pierdo
todo el control mental que me enseñó. Un destello de luz arde detrás de mis ojos cerrados, seguido del estallido de un trueno. Las tormentas de nieve con truenos no son poco comunes aquí, pero qué bien resume todo esto, lo salvaje y fuera de control que se siente.
Pero, de pronto, Dhraco detiene el beso con un sonido ahogado y su ceño se
frunce con algo parecido al pánico antes de cerrar los ojos.
Aún estoy luchando por recuperar la respiración cuando se aleja de golpe de
la pared y baja las manos por la parte posterior de mis muslos y pone mis pies
sobre el suelo. Se asegura de que esté bien parada antes de alejarse unos metros, como si la distancia le fuera a salvar la vida.
—《Tienes que irte.》—sus palabras salen entrecortadas y no encajan con el
fuego en sus ojos y lo desesperado de su respiración.
—《¿Por qué?.》—el frío azota mi sistema al ya no tener el calor de su cuerpo.
—《Porque no puedo.》 —se pasa ambas manos por el cabello y las deja sobre su cabeza. —《Y me niego a actuar ante un deseo que no es tuyo. Así que tienes que irte por esas escaleras. Ahora mismo.》—me dice.
Niego con la cabeza.
—《Pero quiero…》—lo quiero todo.
—《Esto no es lo que tú quieres.》—rleva la cara hacia el cielo. —《Ese es el
maldito problema. Y no puedo dejarte aquí sola, así que te pido que tengas un
poco de misericordia y te vayas.》—me pide.
El silencio se congela entre nosotros mientras recupero la compostura. Me
está diciendo que no.
Y lo horrible del no es la frialdad de su caballeroso rechazo. Es que tiene razón.
Esto comenzó porque no podía distinguir las emociones de Thrain de las mías.
Pero esas emociones ya no están, ¿verdad? Mi muro está completamente
derribado y no siento nada viniendo del dragón.
Asiento como puedo y luego me echo a correr por segunda vez esta noche,
subo las escaleras lo más rápido que puedo para volver a la ciudadela. Mis
defensas están abiertas, pero ni me molesto en detenerme a cerrar esa barrera mental, porque Thrain no quiere cruzarla.
El sentido común toma el mando para cuando llego al final de las escaleras, y
me duelen los muslos por lo mucho que los trabajé. Dhraco evitó que cometiéramos un gran error.
Pero yo no me quería detener.
¿Qué diablos me pasa? Y ¿cómo pude haber estado a un segundo de
arrancarme la ropa para estar más cerca de alguien que no me agrada y, peor aún, alguien en quien ni siquiera puedo confiar del todo?.
Seguir avanzando hacia mi habitación es más difícil de lo que debería, porque todo lo que quiero es volver a bajar por esas malditas y estúpidas escaleras.
Mañana va a ser horrible.
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❈༻༼✎NOTA DE AUTORA༽༺❈
¡Hola! ¿Como están?.
Les traigo un nuevo capítulo de esta historia, espero y les haya gustado.
¿Qué les ha parecido el capítulo?.
¿Qué opinan de lo ocurrido?.
¿Qué creen que pueda pasar ahora?.
¡GRACIAS POR LEER!.
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Breysis.P©️
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