❈Capítulo 38: Un Cola de Plumas.
❈᭄S H E R Y L. E L Y Z Z A B E T H
S O R R E N G H A I L L E.
Somos tan insignificantes, carajo.
Reyshel avanza y yo la sigo, rodeando la pila de cenizas que solía ser Pietro.
-《Ay, dioses, qué olor.》-se queja Luceinse, tapándose la nariz.
-《¿Podrías tener un poco de decencia?.》 -me doy la vuelta para lanzarle una mirada de odio, pero las expresiones de Richardh y Violet me hace detenerme.
Tienen los ojos desorbitados y las bocas muy abierta.
-《Sheryl...》
Es un susurro, y por un momento me pregunto si lo escuché o solo vi la
palabra formándose en sus labios.
-《Sher...》
Siento una exhalación de vapor caliente en la nuca y mi corazón se acelera,
latiendo con un ritmo errático mientras tomo aire por lo que podría ser la
última vez y me volteo hacia la fila de dragones.
Los ojos dorados de no uno sino dos azules se encuentran con los míos,
consumiendo mi campo de visión.
Ay. Mierda.
Para acercarte a un dragón azul, baja los ojos con gesto de súplica y espera
su aprobación...
Eso fue lo que leí, ¿verdad?.
Bajo la mirada mientras uno me lanza otra exhalación. Está caliente y
asquerosamente húmeda, pero aún no estoy muerta, así que eso es bueno. El de la derecha hace un sonido como de gorgoteo desde el fondo de la garganta. Un momento, ¿ese es el sonido de aprobación que estoy buscando? Mierda, cómo quisiera poder preguntarle a mi madre, ella se enlazó con uno, luego de que los separaran de los chicos.
Mamá...
Va a quedar deshecha cuando lea las listas.
Levanto la cabeza y tomo aire. Están aún más cerca. El de la izquierda me
toca las manos con su enorme nariz, pero de algún modo logro mantenerme de pie, meciéndome sobre mis talones para no irme de espaldas.
Solo sé tu misma...
-《Me lastimé las manos trepando por la pista de obstáculos.》 -levanto las
palmas como si pudieran ver a través de la tela con la que me vendé las heridas.
El de la derecha pone su nariz sobre mis senos y suelta otra exhalación.
Pero. Qué. Demonios.
Luego inhala y hace ese sonidito con su garganta mientras el otro pone su nariz en mis costillas y me hace levantar los brazos por si se les ocurre soltar una
mordidita.
-《¡Sheryl!.》-exclama Reyshel entre susurro y grito.
-《¡Estoy bien!.》-le respondo, y luego hago un gesto de miedo porque quizá acabo de sellar mi destino gritándoles en las orejas.
Otra exhalación. Otro gorgoteo, como si estuvieran hablando entre ellos
mientras me olisquean.
El que está bajo mi brazo lleva su nariz a mi espalda y vuelve a olfatear. Es aquí donde me doy cuenta y ahogo una carcajada tensa e irreal.
-《¿Huelen a Frange, verdad?.》-les pregunto en voz baja.
Ambos retroceden un poco, apenas lo suficiente para que pueda mirarlos
directamente a sus ojos dorados, pero mantienen las fauces cerradas y eso me da el valor para seguir hablando.
-《Soy la hija de Collheen, Sheryl.》-bajo lentamente los brazos y paso las
manos sobre mi chaleco cubierto de mocos y la armadura cuidadosamente
cosida dentro de él. -《Ella guardó las escamas que se le cayeron a Frange el año pasado y las encogió para coserlas en este chaleco y ayudarme a sobrevivir.》-les digo.
El de la derecha parpadea.
El de la izquierda me acerca su nariz de nuevo y olfatea escandalosamente.
-《Las escamas me han salvado la vida un par de veces...》 -susurro. -《Pero
nadie más sabe que las tengo. Solo mamá y Frange.》-les digo.
Ambos me miran y parpadean, y yo desvío los ojos e inclino la cabeza
porque siento que es lo correcto. El profesor Killighan nos enseñó todas las formas posibles para acercarse a un dragón y exactamente cero para alejarse de uno.
Paso a paso, se retiran hasta que por el rabillo del ojo los veo tomando sus
lugares en la fila, y al fin levanto la cabeza.
Respiro un par de veces e intento tensar mis músculos para no ponerme a
temblar.
-《Sheryl.》-Reyshel está unos metros adelante de mí con una expresión de
terror en los ojos. Seguramente estaba detrás de las cabezas de los dragones.
-《Estoy bien.》 -finjo una sonrisa y asiento. -《Tengo una armadura de
escamas de dragón bajo el chaleco.》 -susurro. -《Olieron al dragón de mi
mamá.》-si quería confianza, ahí la tiene. -《Por favor, no le digas a nadie.》-le pido.
-《No lo haré. ¿Estás bien?.》-me dice.
-《Fuera de que acabo de perder unos cuantos años de vida...》 -me río, pero
el sonido es tembloroso, casi histérico.
-《Vámonos de aquí.》-traga saliva y su mirada pasa por la fila de dragones.
-《Buena idea.》-le digo.
Se da la vuelta y vuelve a su lugar. Cuando hay más de cuatro metros entre
nosotras, la sigo.
-《Creo que me cagué en los pantalones.》 -dice Richardh, y mi risa solo se vuelve más aguda mientras avanzamos por el camino.
-《Qué asco.》-dice Violet.
-《Honestamente, pensé que te iban a comer.》 -señala Luceinse.
-《Yo también.》-admito.
-《Y no los hubiera culpado.》 -continúa ella.
-《Eres insoportable.》 -le dice Richardh.
Me concentro en el camino y sigo caminando.
-《¿Qué? Obviamente es nuestro eslabón más débil después de Pietro, y no los culpo por haber acabado con él.》 -agrega ella. -《Nunca fue capaz de tomar una decisión, y nadie quiere a alguien así como su jinete...》
Una ráfaga de calor me chamusca la espalda y me detengo.
Que no sea Richardh. Que no sea...
-《Supongo que a los dragones también les pareció insoportable.》-murmura Richardh.
En nuestro pelotón ya solo quedamos 13 de primer año, genial, más de los que se esperaba.
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|Días Después|.
La 3ra Prueba siempre es el primero de diciembre.
Lunes, miércoles o domingo, no importa en qué día caiga según el año. El primero de diciembre, los cadetes de primer año del Cuadrante de Jinetes entran en el valle boscoso con forma de cuenco al suroeste de la ciudadela y rezan para salir con vida de ahí.
No voy a morir hoy.
Esta mañana ni siquiera me molesté en comer, y siento lástima por Richardh,
que en este mismo momento está vaciando todo lo que trae en el estómago contra el árbol a mi derecha.
Reyshel trae una espada colgada en la espalda y el mango le rebota contra
la columna mientras salta y estira los brazos sobre su pecho, uno a la vez.
Vi, por su parte tiene los nervios a flor de piel, pero solo se encuentra callada y con la mente aparentemente en otro lugar.
-《Recuerden que tienen que escuchar aquí.》 -dice el profesor Killighan al frente de las 246 personas que estamos aquí, dándose unos golpecitos en el pecho. -《Si un dragón ya los eligió, los va a llamar.》-se toca el pecho de nuevo. -《Así que pongan atención no solo a sus alrededores, sino a sus emociones, y háganles caso.》-hace un gesto de pesar. -《Y si sus emociones les dicen que se vayan a otro lado... escúchenlas también.》-nos dice.
-《¿A cuál te vas a acercar?.》-me pregunta Reyshel en voz baja.
-《No sé.》 -niego con la cabeza, pero no puedo sacarme la sensación de
derrota del pecho. Para este punto, mamá ya sabía que quería buscar a Frange.
-《Te aprendiste las tarjetas, ¿verdad?.》 -pregunta, enarcando una ceja. -《¿Sabes lo que hay allá?.》-me dice
-《Sí. Sé que somos 48 cadetes del Clan Ignis, y solo hay 30 Dragones Rojos. No sé cuál de ellos quiera arriesgarse a unirse a un jinete de otro Clan, y ese es el problema. Además, no me siento conectada con ninguno de ellos.》-lo cual es mejor que sentirme conectada con un dragón al que otro jinete ya le echó el ojo.
Hoy no tengo ganas de luchar a muerte.
-《Dhareios intentó convencerme de un Café. Dice que es más sencillo en caso de que no me quiera unir a un Rojo.》-le digo.
-《Dhareios perdió su opción de votar cuando intentó convencerte de que te
fueras.》 -señala Vi.
Hay mucho de verdad en sus palabras. Solo he hablado con él una vez en los
últimos dos días desde la Presentación, y en los primeros cinco minutos intentó
que me fuera. Esta mañana solo hemos visto profesores, pero sé que los jinetes
de segundo y tercero están por aquí y por allá en el valle para observar.
-《¿Y ustedes?.》-les pregunto.
Reyshel sonríe. Vi por su parte se encoje de hombros.
-《Quiero arriesgarme. Estoy pensando en ese azul. El que estaba más cerca de mí cuando se pusieron todos intensos contigo.》-me dice.
-《Bueno, pues no te comió, así que tus probabilidades son buenas de
entrada.》-sonrío pese al miedo que me corre por las venas.
-《Pienso lo mismo.》-entrelaza su brazo con el mío y me enfoco en lo que el profesor Killighan nos está diciendo.
-《Si andan en grupos, tienen más probabilidades de que los calcinen que de ser elegidos para formar un vínculo.》 -el profesor Killighan está discutiendo con alguien cerca del centro del valle. -《Los escribas han sacado las estadísticas. Tendrán más suerte solos.》-le dice.
-《Y ¿si no nos han elegido para la hora de la cena?.》-pregunta un hombre de barba corta a mi izquierda.
Miro detrás de él y veo a Jhonn Barlothanneth, que me está haciendo un gesto como de cortarse el cuello con el dedo. Qué original. Luego Garbus y Tayler se ponen a sus lados.
Cuánta lealtad en el pelotón. Hoy nadie está para nadie.
-《Si no los eligen para cuando caiga la noche, hay un problema.》-responde el profesor Killighan. -《Los sacará
un profesor o un líder superior, así que no se rindan ni crean que ya los
olvidamos.》-revisa su reloj de bolsillo. -《Recuerden dispersarse y usar cada metro de este valle para su beneficio. Son las nueve, lo que significa que en cualquier momento van a llegar volando. Las únicas palabras que me quedan para ustedes son: buena suerte.》 -asiente, recorriéndonos con la mirada con tal intensidad que sé que va a poder recrear este momento en una proyección.
Luego se va, subiendo por la colina a nuestra derecha hasta desaparecer
entre los árboles.
La cabeza me da vueltas. Llegó la hora. Saldremos de este bosque como jinetes... o quizá nunca saldremos.
-《Con cuidado.》-Reyshel me envuelve en un abrazo.
-《Tú también.》 -le devuelvo el abrazo apretado y de inmediato me toma otro par de brazos.
-《Buena suerte, Sher.》-dice Vi.
-《Ustedes también chicos.》-le digo con una sonrisa.
-《No te mueras.》 -me ordena Richardh.
Esa es nuestra única meta mientras lo que queda de nuestro pelotón se
dispersa, cada uno hacia su lado como si nos hubiera separado una fuerza
centrífuga, como si estuviéramos a merced de una rueda de la fortuna.
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A juzgar por la posición del sol, ha pasado al menos un par de horas desde que los dragones llegaron volando y aterrizaron sobre el valle en una sucesión que sonó como un trueno e hizo que la tierra se sacudiera.
Me he topado con dos verdes, un café, cuatro naranjas y...
El corazón me da un vuelco y los pies se me quedan pegados al suelo del bosque cuando un rojo se aparece en mi campo de visión, con la cabeza apenas debajo del dosel que forman los enormes árboles.
Este no es mi dragón. No estoy segura de cómo, pero lo sé.
Contengo la respiración, intentando no hacer ni un sonido cuando su cabeza
se mueve hacia la derecha, luego a la izquierda, y mi mirada se planta en el piso al agachar la cabeza.
Durante la última hora he visto dragones lanzarse al aire con un cadete, que ya es un jinete, sobre su lomo, pero también he visto más de un par de columnas de humo y no tengo ganas de ser una de esas.
El dragón exhala y luego sigue su camino. Su cola de garrote se eleva y se
atora en una de las ramas bajas, haciéndola caer al suelo con un monstruoso estruendo, y no levanto la cabeza hasta que ya no escucho sus pasos.
Ya me encontré con casi todos los colores de dragones y ninguno me ha
hablado ni me ha despertado esa conexión que supuestamente debemos sentir.
Se me hace un hueco en el estómago. ¿Y si soy uno de esos cadetes que están destinados a nunca convertirse en jinetes? ¿Uno de los que rechazan una y otra vez y tienen que repetir el primer año hasta que al fin algo me ponga en la lista de muertos? ¿Todo esto fue por nada?.
La sola idea es demasiado pesada como para poder con ella.
Quizá si tan solo pudiera ver el valle, tendría esa sensación de la que hablaba
el profesor Killighan.
Cuando encuentro el árbol más cercano que puedo trepar, pongo manos a la
obra, escalando rama tras rama. Me duelen las manos, pero no dejo que eso me distraiga. La corteza se atora en las vendas que aún me cubren las palmas, y eso es una lata que me hace detenerme cada par de metros para liberar la tela de la corteza.
Estoy casi segura de que las ramas más altas no van a soportar mi peso, así
que me detengo como a tres cuartos de llegar hasta arriba y observo el área a mi alrededor.
Hay unos cuantos verdes a plena vista a mi izquierda, los cuales destacan
entre el follaje otoñal. Curiosamente, esta es la temporada del año en que los
naranjas, cafés y rojos tienen más posibilidades de camuflarse con el entorno.
Busco algún movimiento entre los árboles y veo un par más directamente al sur, lo cual probablemente significa que esos tampoco son el mío.
Siento un vergonzoso y profundo alivio cuando veo a al menos media
docena de personas de primero caminando sin rumbo. No debería alegrarme que ellos tampoco hayan encontrado a su dragón, pero el menos no soy la única, y eso me da esperanza.
Hay un claro al norte y mis ojos se entrecierran cuando algo brilla como un espejo bajo el sol.
O como un dragón dorado...
Supongo que el pequeño Cola de Plumas sigue por aquí, saciando su curiosidad. Pero aparentemente no voy a encontrar a mi dragón sobre un árbol, así que me bajo tan cuidadosa y silenciosamente como puedo. Mis pies tocan el suelo justo antes de que una voz se acerque y me pongo detrás del tronco para no ser vista.
No deberíamos estar en grupos.
-《En serio, creo que vi que venía para acá.》 -es esa voz engreída que de
inmediato reconozco como la de Tayler.
-《Más te vale que tengas razón, porque si subimos hasta acá para no encontrar nada, te voy a hacer pedazos.》 -se me retuerce el estómago. Es Jhonn.
Ninguna voz tiene ese efecto físico en mí, ni siquiera la de Dhraco.
-《¿Estás seguro de que no deberíamos aprovechar el tiempo para buscar a
nuestros dragones en vez de andar cazando al fenómeno?.》-mi cabeza
me dice que también reconozco esa voz, pero me asomo un poco solo para estar segura.
Sí, es Garbus.
Vuelvo a esconderme tras el árbol cuando pasa el trío, cada uno de ellos trae colgando una espada mortal. Yo tengo nueve dagas pegadas a mi cuerpo en distintos lugares, así que no es que ande desarmada, pero me siento
trágicamente en desventaja por mi incapacidad de blandir bien una espada. Pero es que son demasiado pesadas, carajo.
Un momento... ¿qué dijeron que están haciendo? ¿Cazando?.
-《De todos modos, nuestros dragones no se van a unir a otros jinetes.》-
aclara Jhonn. -《Nos esperarán, y esto se tiene que hacer. Ese flacucho va a hacer que alguien termine muerto. Tenemos que deshacernos de él.》-dice.
La náusea me revuelve el estómago y mis uñas se entierran en las palmas de
mis manos. Intentarán matar al pequeño dorado.
-《Si nos atrapan, estamos jodidos.》-comenta Garbus.
Es poco decir. No creo que los dragones se tomen bien que maten a uno de
los suyos, pero parece que están decididos a sacrificar a los débiles de la manada de nuestra especie, así que no es una locura pensar que podrían hacer lo mismo con la suya.
-《Entonces cállate para que nadie nos escuche.》-le responde Tayler, subiendo la voz con ese tono burlón que me hace querer darle un puñetazo en la
cara.
-《Es lo mejor.》-señala Jhonn, bajando el tono. -《Obviamente es un monstruo inmanejable, y saben que los Cola de Plumas son inútiles para el combate. Se niegan a pelear.》-su voz se va perdiendo conforme se alejan con dirección al sur.
Hacia el claro.
-《Mierda...》 -murmuro, aunque los imbéciles ya no pueden escucharme.
Nadie sabe nada sobre los Cola de Plumas, así que no sé de dónde sacó esa información Jhonn, pero en este momento no tengo tiempo para concentrarme en sus suposiciones.
No tengo cómo contactar al profesor Killighan, y no ha habido ni una señal de que los jinetes mayores nos estén viendo, así que tampoco puedo contar con ellos para que detengan este desastre. El dragón dorado debería poder exhalar fuego, pero ¿y si no puede?.
Hay posibilidades de que no lo encuentren, pero... Mierda, ni siquiera yo me puedo convencer de eso. Van en la dirección correcta y ese dragón es
básicamente un faro encendido. Lo van a encontrar.
Encorvo la espalda y suspiro mirando al cielo, frustrada.
No puedo quedarme aquí sin hacer nada.
Puedes llegar antes que ellos y ponerlo en alerta...
Es un plan sólido y mejor que la opción dos, donde me vería obligada a
enfrentarme a tres hombres armados que en conjunto me ganan por al menos
noventa kilos.
Con pasos silenciosos, corro por el bosque en un ángulo ligeramente distinto al del grupito de Jhonn.
Los tipos me llevan ventaja y el claro está más cerca de lo que creí, así que
acelero el paso, con la mirada yendo y viniendo entre el camino cubierto de
hojas que elegí y donde creo, no, más bien donde sé que van avanzando hacia la izquierda. Alcanzo a distinguir sus enormes siluetas en la distancia.
Escucho un tronido y el suelo desaparece de mis pies para encontrarse con mi cara. Extiendo las manos para protegerme un segundo antes de estrellarme con la tierra. Me muerdo el labio inferior para no soltar un chillido mientras mi tobillo grita de dolor. Los tronidos no son buenos. Nunca son buenos.
Miro hacia atrás y maldigo al encontrar la rama caída que se escondió entre
la hojarasca y me acaba de torcer el tobillo. Mierda.
Bloquea el dolor. Bloquéalo...
Pero no hay trucos mentales que eviten que la terrible agonía me revuelva el estómago mientras me arrastro para ponerme de rodillas y me levanto con cuidado, manteniendo mi peso sobre el tobillo izquierdo.
No me queda más que cojear los casi cuatro metros que me faltan hasta el
claro, apretando los dientes durante todo el camino. El dejo de satisfacción de saber que le gané a Jhonn para llegar hasta aquí casi es suficiente para hacerme sonreír.
La pradera es lo bastante grande como para diez dragones y está rodeada por
árboles enormes, pero el dorado está solo en el centro, como si quisiera broncearse. Es tan hermoso como lo recuerdo, pero a menos que pueda exhalar fuego, es una presa fácil.
-《¡Tienes que irte de aquí!.》-siseo, aún escondida entre los árboles, pues sé
que podrá escucharme. -《¡Te van a matar si no te vas!.》-le digo.
Su cabeza se gira hacia a mí y luego se tuerce en un ángulo que hace que
hasta a mí me duela el cuello.
-《¡Sí!.》-susurro más alto. -《¡Tú! ¡Doradito!.》-digo.
La criatura cierra y abre sus ojos de oro y sacude la cola.
No puede ser, carajo...
-¡Vete! ¡Corre! ¡Vuela! ¡Yo que sé!.》-le hago unas señas para que se vaya, pero luego recuerdo que es un maldito dragón, capaz de hacerme pedazos con sus garras, y bajo las manos. Esto no está saliendo bien, sino todo lo contrario.
Los árboles al sur se sacuden y Jhonn sale al claro, blandiendo su espada con la mano derecha. Un instante después, es flanqueado por Garbus y Tayler, ambos con las armas listas.
-《Mierda...》 -murmuro, y mi pecho se aplasta. Oficialmente esto está saliendo terrible.
El dragón dorado gira la cabeza hacia ellos y un rugido bajo le hace vibrar el
pecho.
-《Haremos que no te duela.》 -le promete Jhonn, como si eso volviera aceptable al asesinato.
-《¡Quémalos!.》 -exclamo muy alto, y el corazón se me acelera más con cada
paso que dan.
Pero el dragón no lo hace y, de algún modo, estoy convencida por completo de que no puede. Fuera de sus dientes, está totalmente indefenso contra los tres guerreros armados.
Va a morir solo porque es más pequeño y débil que los otros dragones... igual que yo. Esto hace que se me cierre la garganta.
Con el estómago revuelto, tengo de nuevo esa sensación del 1er reto de que, haga lo que haga a continuación, tiene grandes probabilidades de acabar con mi vida.
Y, aun así, lo voy a hacer, porque esto está mal.
-《¡No pueden hacerlo!.》-doy mi primer paso hacia la hierba que me cubre casi hasta la mitad de las piernas y la atención de Jhonn se pasa hacia mí.
Mi tobillo tiene sus propios latidos y el dolor me sube como ráfagas por la columna, y me hace cascabelear los dientes cada que obligo a mi articulación lastimada a sostener mi peso para que no me vean cojear. No pueden saber que estoy herida, porque solo atacarían más rápido.
De uno en uno, podría detenerlos el tiempo suficiente para que el dragón
escape, pero juntos...
No lo pienses...
-《¡Ah, miren!.》-Jhonn sonríe y me apunta con su espada. -《¡Podemos
deshacernos de los dos eslabones más débiles al mismo tiempo!.》-mira a sus
amigos y se ríe interponiéndose en su camino.
Cada paso me duele más que el anterior, pero logro llegar al centro del claro
para ponerme entre el grupo de Jhonn y el dragón dorado.
-《Tengo mucho tiempo esperando por esto, Sorrenghaille.》-avanza lentamente.
-《¡Si puedes volar, este es un buen momento para hacerlo!.》 -grito sobre mi hombro hacia el dragoncito, sacando dos dagas de las fundas sobre mis costillas.
El dragón gorgorea. Muy útil.
-《No pueden matar a un dragón.》-intento razonar con ellos, negando con la cabeza hacia el trío mientras el miedo se mezcla con la adrenalina en mis venas.
-《Claro que podemos.》-Jhonn se encoge de hombros, pero Garbus parece un poco inseguro, así que planto mi mirada sobre él mientras se separan
ligeramente, como unos tres metros y medio, haciendo la formación perfecta
para un ataque.
-《No pueden.》 -le digo directamente a Garbus. -《¡Va contra todo en lo que creemos!.》-les grito.
Él hace un gesto de pesar. Jhonn no.
-《¡Dejar que algo tan débil, tan incapaz de pelear, siga con vida va contra lo que creemos!.》 -grita Jhonn, y sé que no solo se refiere al dragón.
-《Pues van a tener que pasar por encima de mí.》 -el corazón se me azota contra las costillas mientras levanto mis dagas, girando una para tomarla por la punta, lista para lanzarla y midiendo los seis metros que me separan de mis atacantes.
-《No creo que eso vaya a ser problema.》 -se burla Jhonn.
Todos levantan sus espadas y yo tomo aire y me preparo para la lucha. No
estamos en la colchoneta. No hay instructores. No nos podemos rendir. Nada los detiene de acabar conmigo... con nosotros.
-《Les recomiendo que reconsideren lo que van a hacer.》-exige una voz, su voz, al otro lado del campo, a mi derecha.
Siento un cosquilleo en la cabeza mientras todos giramos hacia allá.
Dhraco está recargado contra un árbol con los brazos cruzados sobre el
pecho, detrás de él está Dhregaine, su aterradora Dragona Roja Brillante Cola de Daga, que nos observa con sus ojos entrecerrados y con sus colmillos expuestos.
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❈༻༼✎NOTA DE AUTORA༽༺❈
¡Hola! ¿Como están?.
Les traigo un nuevo capítulo de esta historia, espero y les haya gustado.
¿Qué les ha parecido el capítulo?.
¿Qué opinan de lo ocurrido?.
¿Qué creen que pueda pasar ahora?.
¡GRACIAS POR LEER!.
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Breysis.P©️
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