❈༻༼32༽༺❈

❈༻"AHRCALIS: La Jinete Prohibida."༺❈
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༻.DRAKONÎAN: IMPERIO DE FUEGO.༺
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|CAPÍTULO 32|
༼"Ay no, pero claro que no".༽
《5 Semanas Después.》


❈᭄S H E R Y L. E L Y Z Z A B E T H
S O R R E N G H A I L L E.

Encontrar el momento perfecto es lo más difícil de mi plan.

La semana después de mi combate con Garbus también gano, cuando una chica fornida del Ala Uno no logra concentrarse lo suficiente para lanzar un golpe digno gracias a unos cuantos hongos y sus propiedades alucinógenas que quién sabe cómo terminaron en su almuerzo. Alcanza a darme una buena patada en la rodilla, pero nada que un par de días vendada no arreglen.

Gano la semana después de eso cuando un tipo alto del Ala Tres se tropieza
porque sus enormes pies temporalmente pierden por completo la sensibilidad, cortesía de la raíz de zihnna que crece en un saliente cerca del barranco. Pero fallé un poco con el tiempo y alcanza a darme unos buenos golpes en la cara que me dejan el labio roto y un moretón que me llena de color la mejilla durante once días, pero al menos no me rompió la quijada.

Gano de nuevo la otra semana cuando la vista de una cadete se pone
borrosa por culpa de las hojas de tarsila que de algún modo se colaron en su té.
Es rápida; me tira a la colchoneta y me suelta unas patadas increíblemente
dolorosas en el abdomen, me deja varios golpes coloridos y la clara huella de su bota sobre las costillas. Esta ocasión casi no lo soporté y quise ir a ver a Nholan, pero apreté los dientes y me vendé las costillas, decidida a no darles razones a los demás para que me quisieran sacar como Jhonn o cualquiera de los marcados.

Me gano mi quinta daga, que tiene un bonito rubí en el mango, en el último
reto en agosto, cuando me enfrento a un tipo especialmente sudoroso con los
dientes del frente separados y lo dejo tirado en la colchoneta. La corteza del árbol carmín que se metió en su odre lo enfermó y lo volvió torpe. Los efectos
son muy parecidos a los de las bayas, y es una pena que todo el Tercer
Pelotón, Sección Garra del Ala Tres esté sufriendo del mismo mal. Debe ser algo
viral, al menos eso dicen cuando el tipo al fin se rinde ante mi llave de cabeza
tras dislocarme el pulgar y casi romperme la nariz.

Para inicios de septiembre me subo a la colchoneta con pasos animados. Ya
vencí a cinco oponentes sin matar a ninguno, algo que la cuarta parte de los de nuestro año no puede decir luego de que casi veinte nombres se han sumado a la lista de muertos en el último mes, y eso solo con los de primero.

Giro mis hombros adoloridos y espero a mi oponente.

Pero Salma Corrient del Ala Tres y pues... no se ve por ningún lado esta semana.

-《Perdón, Sheryl.》- dice el profesor Samuelle, rascándose la barba corta. -《Se supone que te ibas a enfrentar a Salma, pero la llevaron con los
sanadores porque parece que no puede caminar derecho.》- me dice él profesor.

Las cáscaras de la fruta waldik provocan eso cuando se les come crudas... por ejemplo, si se mezclan en el glaseado de tu pan en la mañana.

-《Qué...》- Mierda... -《Qué mal.》 - digo sin saber que decir.

Se las diste demasiado pronto...

-《¿Debería...? - comienzo a decir, aunque ya me estoy retirando de la colchoneta.

-《Con gusto tomaré su lugar.》- esa voz. Ese tono. Esa sensación helada
sobre mi cabeza.

Ay, no. Pero claro que no. No. No. No...

- ¿Estás seguro?.》- pregunta el profesor Samuelle, lanzando una mirada sobre su hombro.

-《Completamente.》- responde.

El estómago se me va al suelo.

Y Dhraco se sube a la maldita colchoneta.

Estoy totalmente jodida.

Dhraco avanza, con toda su gran altura, vestido con ropa de combate del
color de la medianoche y una camisa entallada, de manga corta, que destaca
como una advertencia mayor las brillantes y oscuras reliquias de la rebelión sobre su piel, sé que es ridículo pero real.

Mi corazón se pone a latir a toda velocidad, como si mi cuerpo supiera la
verdad que mi mente no ha podido aceptar. Están a punto de dejarme molida... o algo peor.

-《Están por ver todo un espectáculo.》 - dice el profesor Samuelle, dando un aplauso. -《Dhraco es uno de los mejores luchadores que tenemos. Miren y aprendan.》- les dice a los demás.

-《Claro que sí.》- mascullo, y el estómago se me revuelve como si me la
hubiera pasado botaneando cáscaras de fruta waldik.

Una orilla de la boca de Dhraco se eleva en una sonrisita de superioridad y los
destellos dorados en sus ojos parecen bailar. El maldito sádico lo está
disfrutando.

Traigo las rodillas, tobillos y muñecas vendadas, y la tela blanca que protege
mi pulgar lastimado contrasta con el resto de mi ropa negra.

-《No es un combate muy justo para ella, ¿verdad?.》- argumenta Dhareios desde el otro lado de la colchoneta, y cada una de sus palabras irradia tensión.

-《Relájate, Khozlkov.》- Dhraco lanza una mirada sobre mi hombro y sus ojos se endurecen al llegar al punto en el que sé que está Dhareios, donde siempre se pone cuando yo estoy en la colchoneta.
El gesto que le hace Dhraco me hace darme cuenta de que no me ha ido tan mal en cuanto a las expresiones que puede lanzarle a alguien. -《Va a seguir entera cuando termine de educarla.》- añade y enarco una ceja.

-《No me parece que sea justo...》- Dhareios sube el tono de su voz.

-《Nadie preguntó tu opinión, líder de pelotón.》- le suelta Dhraco mientras se
mueve hacia un lado, quitándose todas las armas que trae en la ropa, y son
muchas, para luego entregárselas a Irinkha.

El amargo e ilógico sabor de los celos me llena la boca, pero no hay tiempo
para examinar esa cosa tan extraña, porque solo quedan unos segundos antes de que esté de nuevo frente a mí.

-《¿No crees que las vas a necesitar?.》- pregunto, tocando mis propias armas.

Su pecho es enorme, con hombros anchos y los brazos tremendamente
musculosos a los costados. Un blanco tan grande debe ser fácil de atacar.

-《No. Tú traes suficientes para los dos.》 - una sonrisa perversa le curva los labios mientras estira una mano y dobla los dedos con un movimiento
provocador. -《Vamos.》- me dice.

Mi corazón bate más rápido que las alas de un colibrí mientras tomo la postura de pelea y espero el ataque. Esta colchoneta solo se extiende seis metros
a cada lado, y sin embargo mi mundo entero se limita a sus confines y el peligro que habita aquí.

Dhraco no está en mi pelotón. Puede matarme sin recibir un castigo. Lanzo una daga directo a su pecho ridículamente bien esculpido. Y el maldito la agarra y chasca la lengua.

-《Ese movimiento ya lo conocía.》- dice con una sonrisa.

Es rapidísimo, carajo...

Así que yo tengo que ser más rápida. Es la única ventaja que tengo, y es en lo
que pienso mientras me lanzo en una combinación de puñalada y patada que
Reyshel lleva enseñándome hasta la perfección desde hace seis semanas. Él
esquiva elegantemente mi cuchillo y luego me agarra por la pierna. La tierra gira y caigo de espaldas, el golpe inesperado me deja sin aire.

Pero Dhraco no se lanza a matar. Simplemente tira la daga que me acaba de quitar, la saca de la colchoneta con una patada y, un segundo después, cuando el aire regresa trabajosamente a mis pulmones, me levanto de un salto con el otro cuchillo en mano y lo asesto hacia su muslo.

Él bloquea mi ataque con el brazo, me toma por la muñeca con la otra mano y me quita la daga, inclinándose hasta que su cara queda a unos centímetros de la mía.

-《¿Conque tenemos ganas de sangre, ¿eh? Pequeña asesina?...》- susurra. El arma cae sobre la colchoneta y él la aleja de una patada junto a mi cabeza para dejarla fuera de mi alcance.

No me está quitando las dagas para usarlas contra mí, me está desarmando
solo para demostrar que puede hacerlo. Esto me hace hervir la sangre.

-《Me llamo Sheryl, y lo sabes.》- gruño.

-《Creo que mi versión te queda mejor.》 - me suelta de la muñeca y se
levanta, ofreciéndome una mano. -《Aún no terminamos.》- avisa.

Estoy jadeando, pues aún no me recupero del golpe contra el suelo, y acepto su ofrecimiento. Dhraco me levanta de un tirón y luego me tuerce el brazo hacia la espalda y me pega a su pecho, inmovilizando mi mano con la suya antes de que pueda siquiera recuperar el equilibrio.

-《¡Carajo!.》 - exclamo.

Siento un tirón en mi muslo y otra de mis dagas aparece contra mi garganta
mientras su pecho descansa en mi nuca. Tiene mis costillas aseguradas con su
brazo, y bien podría ser una estatua, teniendo en cuenta la dureza de su cuerpo.

No tiene caso intentar darle un golpe con la cabeza, pues es tan alto que no haría más que enojarlo.

-《No confíes en nadie que esté frente a ti en esta colchoneta.》- me advierte
en un susurro, y siento su aliento tibio sobre mi oreja. Aunque estamos
rodeados de gente, entiendo que tiene razones para hablar en voz baja. Esta
lección es solo para mí.

-《¿Ni siquiera en alguien que me debe un favor?.》- replico, y mi voz imita su
tono de secreto. Mis hombros ya casi no aguantan el ángulo antinatural, pero no
me muevo. No le voy a dar esa satisfacción.

Él tira la tercera daga que me ha quitado y la patea hacia donde está Dhareios, que ya tiene las otras dos en la mano y mira a Dhraco con ojos asesinos.

-《Soy yo quien decide cuándo te concederé ese favor. No tú.》 - Dhraco me suelta la mano y da un paso atrás.

Me giro y lanzo un golpe hacia su garganta, pero él simplemente me desvía la mano.

-《Bien.》- dice con una sonrisa mientras esquiva mi siguiente golpe sin el más mínimo esfuerzo. -《Atacar la garganta es tu mejor opción, si está expuesta.》- me dice.

La furia me hace patear de nuevo con el mismo patrón, pues la memoria
muscular ya se apoderó de mí, y él atrapa mi pierna, me saca la daga que traigo ahí y la echa a la colchoneta antes de soltarme, mirándome con un gesto
decepcionado.

-《Espero que aprendas de tus errores.》 - me dice, pateando el arma.

Solo me quedan cinco, y todas están envainadas a la altura de mis costillas.
Tomo una, levanto las manos en posición de defensa y comienzo a
acecharlo, pero, para mi máximo enojo, él ni siquiera se molesta en moverse en
círculos para quedar de frente a mí. Solo se mantiene en su lugar en el centro de la colchoneta, con las botas firmes en su sitio y los brazos relajados mientras lo voy rodeando.

-《¿Vas a bailar o me vas a atacar?.》- me provoca.

Desgraciado...

Le lanzo un golpe, pero él se agacha y mi cuchillo pasa a unos quince
centímetros de su hombro. El estómago se me va a los pies cuando me toma por
el brazo, me jala y me hace dar una voltereta junto a su cuerpo. Quedo
suspendida en el aire por un instante antes de azotar contra la colchoneta sobre mis costillas, que absorben todo el impacto.

Dhraco me somete doblándome el brazo y un dolor insoportable me recorre
mientras grito y suelto la daga, pero él aún no termina. No, su rodilla está en
mis costillas y, aunque tiene mi brazo cautivo con una mano, la otra me saca una daga de su vaina y la lanza a los pies de Dhareios antes de agarrar otra y llevarla al área vulnerable donde mi mentón se une con el cuello.

Luego se acerca más a mí.

-《Debo reconocer que acabar con tus enemigos antes del combate es un
movimiento muy inteligente.》- susurra, y su aliento cálido me acaricia la oreja.

Ay, dioses...

Sabe lo que he estado haciendo. El dolor en mi brazo no es nada comparado con las náuseas que siento al pensar que Dhraco podría hacer algo con esa información.

-《El problema es que si no te estás poniendo a prueba aquí...》 - me raspa el cuello con la daga, pero no siento el correr de la sangre, por lo que sé que no me cortó. -《No vas a mejorar.》- me dice.

-《Me queda claro que preferirías que me muriera.》- respondo, con el rostro
aplastado contra la colchoneta. Esto no es solamente doloroso, además eshumillante.

-《¿Y quedarme sin el placer de tu compañía?.》- pregunta en tono de burla.

-《Te odio, carajo.》 - las palabras salen de mis labios antes de que pueda
cerrar la boca.

-《Eso no te hace especial.》- me dice.

La presión se libera de mi pecho y brazo mientras él se levanta, pateando ambas dagas hacia Dhareios.

Dos más. Ya solo me quedan otras dos, y ahora mi indignación y rabia son
mucho más grandes que mi miedo.
Ignorando la mano extendida de Dhraco, me pongo de pie y sus labios se
curvan en una sonrisa de aprobación.

-《Sí aprendes.》- me dice.

-《Y aprendo rápido.》 - agrego.

-《Eso está por verse.》- retrocede un par de pasos, abriendo un poco de
espacio entre nosotros antes de hacerme de nuevo ese gesto, llamándome con
los dedos.

-《¡Ya probaste tu maldito punto!.》- exclamo tan alto que escucho que Irinkha ahoga un grito.

-《Créeme, apenas empecé.》- se cruza de brazos y todo en su postura dice que está esperando que yo me mueva.

No pienso, solo actúo. Me agacho y le suelto una patada justo debajo de las
rodillas.

Dhraco se cae como un árbol, haciendo un sonido más que satisfactorio, y me
lanzo sobre él intentando hacerle una llave en la cabeza. No importa qué tan
grande sea una persona, igual necesita aire. Al atrapar su garganta en el pliegue de mi brazo, comienzo a apretar.

En vez de irse contra mis brazos, él se gira y toma la parte de atrás de mis
muslos, lo que me hace perder el equilibrio y nuestros cuerpos se ponen a rodar.

Él termina arriba.

Obviamente.

Su brazo está sobre mi garganta, sin cortarme el suministro de aire, aunque
por supuesto que podría hacerlo, y su cadera aplasta la mía, dejando a mis
piernas inutilizadas a los lados de las suyas mientras se apoya con fuerza entre mis muslos. Es imposible moverlo.
Todo desaparece a mi alrededor, pues mi mundo se limita al brillo arroganteen sus ojos. Él es lo único que puedo ver, lo único que puedo sentir.

Y no puedo permitir que me gane.

Libero una de mis últimas dagas y la asesto hacia su hombro.

Él me toma por la muñeca y la sostiene sobre mi cabeza.

Mierda. Mierda. ¡Mierda!...

El calor me sube por el cuello y las llamas me lamen las mejillas mientras él
baja la cara hasta que sus labios quedan a centímetros de los míos. Puedo ver
hasta el último destello dorado en sus ojos, cada detalle de su cicatriz.

Maldito. Y hermoso. Desgraciado.

Me quedo sin aliento y mi cuerpo se enciende, el muy traidor.

No te atraen los hombres tóxicos...

Me recuerdo, pero aquí estoy, totalmente atraída. Y así ha sido desde el primer instante en que lo vi, la verdad. Desde que se volvió cercano a Kahlan, desde que se volvió su dragón, e incluso después, cuando nos besamos y pasaron esas extrañas cosas entre nosotros, esa tensión... Dhraco me atraía, el porqué es un misterio, pero lo hace, lo hace incluso después de todo lo que ha pasado entre nosotros dos en esta Academia.

Dhraco lleva sus dedos a mi puño, me obliga a abrirlo y luego lanza el arma
sobre la colchoneta antes de soltarme la muñeca.

-《Toma tu daga.》- me ordena.

-《¿Qué?.》- estoy en shock. Ya me tiene indefensa y lista para matarme.

-《Toma. Tu. Daga.》- repite, tomando mi mano con la suya para sacar la
última arma que me queda. Sus dedos se posan sobre los míos, rodeando el
mango.

El fuego me recorre la piel al sentir sus dedos entrelazándose con los míos.

Tóxico. Peligroso. Y te quiere matar...

¿Qué puede ser peor? Pero no, no importa. Mi pulso sigue tan
acelerado como el de una puta adolescente.

-《Eres diminuta.》 - lo dice como si fuera un insulto.

-《Lo sé bien.》- entrecierro los ojos.

-《Entonces deja de intentar movimientos grandes que solo te exponen.》- arrastra la punta de la daga por su costado. -《Una puñalada a las costillas habría salido bastante bien.》- luego guía nuestras manos hacia su espalda, poniéndose en una posición vulnerable. -《Los riñones también son buenos desde este ángulo.》- me dice.

Trago saliva, negándome a pensar en qué otras cosas son buenas desde este
ángulo.

Lleva nuestras manos a su cintura sin quitar sus ojos de los míos.

-《Lo más probable es que, si tu oponente trae armadura, aquí sea débil. Esos son tres lugares fáciles a los que pudiste haber atacado antes de que tu oponente tuviera tiempo de detenerte.》- dice mirándome.

También son heridas fatales, y es algo que he evitado a toda costa.

-《¿Me escuchas?.》- pregunta.

Asiento.

-《Bien. Porque no podrás envenenar a todos los enemigos...》- susurra, y esto me hace palidecer. -《No vas a tener tiempo de ofrecerle té a un jinete de grifo cuando venga contra ti.》- me dice.

-《¿Cómo supiste?.》- pregunto al fin.

Mis músculos se tensan, incluyendo los
muslos, que curiosamente siguen abrazando sus caderas.

La mirada de Dhraco se oscurece.

-《Mira, pequeña asesina, eres buena, pero he conocido mejores maestros del
veneno. El truco es que no sea tan obvio.》- me dice.

Separo los labios, pero me guardo el comentario de que sí me cuidé de no ser
obvia.

-《¡Creo que ya la educaste suficiente por hoy!.》 - grita Dhareios, recordándome que no estamos para nada solos.

No, estamos dando un gran espectáculo, carajo.

-《¿Siempre es así de sobreprotector?.》 - gruñe Dhraco, separándose unos centímetros de la colchoneta.

-《Se preocupa por mí.》- lo miro.

-《Está deteniendo tu crecimiento. No te preocupes. Tu secretito del veneno
está a salvo conmigo.》 - me dice. Dhraco enarca una ceja como para recordarme que yo también tengo secretos suyos, y luego lleva nuestras manos a mis costillas y desliza la daga con mango de rubí dentro de su vaina.

El movimiento es insoportablemente... sexy.

-《¿No me vas a desarmar?.》- lo reto mientras me suelta y se levanta un poco
más, quitando su peso de mi cuerpo.

Mi caja torácica se expande cuando al fin puedo tomar una bocanada completa de aire.

-《No. Nunca me han gustado las mujeres indefensas. Ya terminamos por
hoy.》 - luego se levanta y se va sin decir más, recogiendo sus armas que se quedó Irinkha mientras yo me doy la vuelta y me apoyo en las rodillas.

Me duele todo el cuerpo, pero logro levantarme.

En los ojos de Dhareios no veo más que alivio cuando llego junto a él para tomar las dagas que Dhraco me quitó.

-《¿Estás bien?.》- me pregunta.

Asiento, pero los dedos me tiemblan mientras me guardo las armas. Ha
tenido todas las oportunidades, y todas las razones, para matarme, y ya van dos
veces que me deja ir. ¿Qué clase de juego es este?.

-《¡Khozlkov!.》- grita Dhraco desde el otro lado de la colchoneta.

Dhareios levanta la cabeza y tensa la quijada.

-《Le vendría bien un poco menos de protección y un poco más de guía.》- le dice Dhraco mientras mira a Dhareios hasta que este asiente.

Es entonces cuando el profesor Samuelle llama a los que siguen para competir.

.

.

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❈༻༼✎NOTA DE AUTORA༽༺❈

¡Hola! ¿Como están?.

Les traigo un nuevo capítulo de esta historia, espero y les haya gustado.

¿Qué les ha parecido el capítulo?.

¿Qué opinan de lo ocurrido?.

¿Qué creen que pueda pasar ahora?.

¡GRACIAS POR LEER!.

༻❈༺༻❈༺༻❈༺༻❈༺༻❈༺
Breysis.P©️

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