Mundos distintos, corazones iguales
Capítulo 22: Mundos distintos, corazones iguales
Esperaba una noche tranquila después de que Imri y yo por fin tuviéramos intimidad. Todo marchaba bien, me encontraba en el calor de sus brazos hasta que sonó mi celular.
Tengo el pensamiento de que una vez que se tiene una conexión con alguien, es muy difícil eliminarla; más cuando uno ha compartido muchos momentos con esa persona.
Creo que Fei es consciente de mi manera de ver las relaciones humanas.
Y por eso, no deja de joder.
—¿En serio? ¿A las dos de la mañana?
Faltan quince minutos para que lo sean, pero no importa. Lo relevante es lo loco que está el hombre, ¿cómo se le ocurre?
¿Será que pasó algo?
—Oh, sí es ella— esa no es su voz. De fondo se escucha música fuerte y las voces de varias personas —No puedo creer que haya ganado mi apuesta después de dos años.
—Disculpa, ¿quién eres y por qué me llamas del número de Fei?— cruzo los brazos.
—Dudo que este idiota se pueda levantar por su cuenta— escucho la voz de otro hombre.
De acuerdo..., ¿qué demonios ocurre? No quería preocuparme, pero ya lo estoy haciendo.
—Es normal que no te acuerdes de mí. Soy Santiago, era el baterista de la banda que tenía con Fei antes de que se fuera.
¿El baterista? ¿Y él que hace con este sujeto?
—Me alegra escuchar de ti, no obstante, dudo que me hayas llamado a estas horas para saludar; menos del celular de Fei. ¿Me puedes decir qué pasa?
—Ah, es simple. Eres de las primeras que está en su lista de llamadas recientes. Ver tu nombre me llamó la atención y por eso te elegí, ¿puedo decir que no me sorprende que tú y Fei hayan vuelto?
¿Qué?
—¿En serio la apuesta sigue vigente?— pregunta la otra voz —Está bien, los Chernóbil volvieron, pero ya han pasado dos años. ¡Una apuesta no puede durar tanto tiempo! No te daré un solo peso.
—Pudo durar cien años de espera y aun así en cien años me ibas a tener que pagar. Te dije que volverían. Se dieron más tiempo de lo que pensé; sí, pero al final tuve razón.
¿Pero de qué están hablando?
—Ponme a Fei— quiero que el hombre me explique por qué pone a sus amigos a llamarme, ¿cuál es su problema?
—Ese es el asunto, me temo que no se va a poder.
—Debes llevártelo de aquí— comunica el segundo amigo, el primero es el baterista —Por eso te llamamos. Te enviamos la dirección a tu número.
Oh, no, no. Espera.
—¿Pero de qué me están hablando? No tengo nada que ver con Fei, y si aparezco en su lista de llamadas recientes, es porque somos amigos.
—¿Amigos?
¿Por qué demonios le sorprende?
¿Y qué es eso de los «Chernóbil»?
—Ah, ¿ves? Quedaste en ridículo— critica la segunda voz —¡Oye, Lúa Estrella, lo sentimos por la equivocación! Llamaremos a su hermano para que se encargue de él.
¿Eh? Fei los matará si lo hacen.
—Hey, aguarda— sentí que iba a colgar —¿Por qué alguien tiene que ir a buscarlo? ¿Qué le sucede a Fei?
—Salimos y una cosa llevó a la otra y...— contesta el baterista.
—Ahora está ahí sin siquiera saber dónde está posicionado. Al parecer, estar fuera lo volvió débil— finalizó el segundo hombre, y no puede ser.
¿Es en serio?
—Miren, por lo que más quieran, no llamen a la familia de Fei— me pregunto por qué se niega a que ellos se enteren de su regreso. Espero no meterme en problemas con su lobi-familia. La cosa cambió al enterarme de la verdadera naturaleza de mis exsuegros.
Con razón les agradaba tanto, soy un imán para los lobos; me creen irresistible.
Menos Onil, ese es todo un caso aparte.
Aunque es obvio que finge odiarme.
—¿Y qué? ¿Vendrás a buscarlo tú?
¿Qué clase de amigos tiene Fei? Con razón no se comunicó con ellos en el tiempo que vivió con nosotros; son unos imbéciles.
—Son los mejores amigos del mundo— no me iba a quedar con la opinión entre los dientes.
El reloj marca las 1:46 A.M.
Después de una conexión como la que tuve con Imri, no creo que sea lo adecuado irme a buscar al idiota de Fei. Sí, ahora somos amigos, pero de todos modos no puedo darme el lujo de dejar a mi novio para ir a ayudar a mi ex.
Porque ajá, tenemos que ser conscientes. Imri ha sido tolerante hasta ahora, pero incluso a él le molestaría que hiciera algo así.
A mí sí me herviría la sangre.
—Les enviaré el número de un taxista de confianza— Rafa que me perdone por lo que le acabo de lanzar —Díganle que llaman de parte mía— porque va y lo rechaza cuando se dé cuenta de que se trata de Fei.
—Ah, está bien, Lúa Estrella. Chao.
Se nota lo mucho que se quieren librar de él, no bien terminé de hablar cuando el hombre colgó.
Regresé a mi habitación con celular en mano y miles de preguntas en la cabeza. Detesto preocuparme por gente que no se lo merece, ¿por qué demonios no vuelve a los Estados Unidos y desaparece como ya lo hizo una vez?
Ash, es frustrante.
—¿Umh?— Imri abrió los ojos desde que me sintió en la cama. Se ha de estar preguntando qué hacía afuera.
—Todavía falta mucho para que amanezca— sonrío acercándome a él. Yo lo abrazo, colocando la cabeza en su pecho desnudo.
Ay, está calentito. Ni loca dejaría esto para salir a buscar al egoísta ese. Rafa se encargará.
—No me di cuenta de cuándo te levantaste— susurra rodeándome con su brazo —¿Qué hora es? ¿Las tres? ¿Las cuatro?
—Faltan unos minutos para las dos.
—¿Qué?— me mira parpadeando un par de veces —¿Cómo que las dos? Sentí que había dormido la noche entera.
—¿Y cómo no?— amplío mi sonrisa alcanzando sus labios —Es normal que te sientas descansado después de hacer ejercicio.
—¿Así le dicen ustedes? ¿Ejercicio?— me deposita varios besos en el cuello, lo que hace que no pueda evitar reírme.
—Así que acabamos de descubrir la cura contra el insomnio— digo a la vez que Imri se posiciona sobre mí —De haber sabido que era tan fácil, lo hubiéramos hecho desde hace mucho.
—¿Acaso se te olvidó que llevo tiempo curado?— esta vez es él quien apoya la cabeza en mi pecho —Desde que hago esto, me siento más tranquilo para dormir.
Me intriga saber si Imri se había acostado con alguien más después de haber perdido a Eveling.
No creo que le dé respuesta a esa pregunta. Pues el que mucho busca, mucho encuentra y es mejor quedarme con el pensamiento de que yo he sido la única en los últimos dos años.
Oh, Dios. ¿Por qué me hiciste tan celosa?
No ha pasado nada para pensar en eso y ya me siento celosa de una persona de mi imaginación.
Despacio, me siento e Imri hace lo mismo. Frotando la punta de mi nariz con la suya, entrelazo las manos alrededor de su cuello.
—¿Quieres una segunda ronda?— ¿pensar en estupideces cuenta como autosaboteo?
—¿Y esa pregunta?— acepta mi propuesta colocando la mano en mi muslo, deslizándola lentamente hacia arriba.
Como nada más tenía la toalla puesta, fue bastante sencillo deshacerme de ella. Imri y yo nos besamos, mientras que él se situaba sobre mí; su piel desnuda en contacto con la mía es una sensación que no puedo describir. Mi respiración adopta un ritmo más rápido, a medida que él acaricia cada centímetro de mi cuerpo con sus manos.
—Imri— susurro enterrando los dedos en su cabello al mismo tiempo que él me besa el rostro junto a mi cuello y pecho.
—¿Qué pasa?— sonríe pasando a verme.
—Yo...
La manera en la que me siento cuando estoy con él, no puede ser normal. Es en serio cuando digo que Imri es todo lo que quiero para mí. Odio las comparaciones, pero en este caso considero factible comparar estos sentimientos con los que alguna vez tuve por alguien más. Haciendo esto, es simple llegar a la conclusión de que no me había sentido así con otra persona.
Él, definitivamente él...
Es la persona que amo.
Aunque, ¿por qué no puedo decirlo sin más?
¿Por qué se me complica tanto?
—¿Tú...?— me mira extrañado.
—Quiero que estés conmigo para siempre— bueno, digamos esto mientras tanto —No me refiero a que no quiero que te separes de mí por razones codependientes, sino que quiero que estemos juntos porque llegué a la conclusión de que tú y yo somos el uno para el otro; nos complementamos, no me quedan dudas de eso.
—Jum, vaya— sonríe acostándose al lado de mí, abrazándome con firmeza. En vez de que mis declaraciones sonaran sexis, sonaron demasiado amorosas como para tener una segunda ronda después de decirlas —Yo también pienso lo mismo— me acaricia el cabello —Te amo mucho, masita.
—Nunca me he sentido tan bien con alguien como me siento contigo, tienes mi corazón— le doy varios besos en el rostro.
—Oye, si quieres que me sonroje, lo vas a conseguir si sigues diciéndome estas cosas.
—Eres una linda persona, Imri. No lo olvides— sonrío abrazándolo más, colocando la cabeza en su pecho.
Si no le puedo decir las palabras de cinco letras, entonces le haré saber mi amor con otras palabras.
—De acuerdo, me estás asustando.
¿Cómo así?
—¿Por qué lo dices?— frunzo el ceño. Yo me inspiro diciéndole palabras bonitas y él se me espanta. No es justo.
—Es que de repente saltas con ese discurso tan lindo, sin ningún tipo de contexto...
—¿Cómo que ningún tipo de contexto? Estábamos a punto de tener sexo de nuevo, ¿qué más contexto quieres cuando íbamos a entrar a la cúspide de las relaciones carnales? Me puse sentimental, tú te pones a cada rato y no me ando asustando.
—Bueno, como tengo tu corazón, prometo cuidarlo lo mejor posible— me da un par de besos —Lo llenaré con todo mi amor.
—Necesitará una dosis diaria de 500 mg cada ocho horas, y por el resto de nuestros días— mi afirmación lo hizo parpadear unos segundos.
—No entendí— sí, me di cuenta.
—En resumen, mi corazón quiere que lo ames siempre— le doy varios besos en la mejilla: uno, dos, otro más; que sean cuatro.
Imri y yo nos quedamos abrazados en silencio, mirando a la nada, a la vez que él frotaba su mano en mi cabello en un movimiento constante. Me encanta cuando nos quedamos así, conectando sin enunciar palabras.
—Bueno, concluido nuestro momento cursi, sigamos en lo que estábamos— para sorpresa suya, me aparto rápidamente de él y me siento en su vientre.
Sí, sí, conectar en silencio es muy bello, pero tuvimos mucho tiempo para eso; ahora lo que quiero es conectar de un modo más intenso.
Cuando Imri me da uno de sus agarrones en la cintura, es como si presionara un botón para prenderme. Empiezo a creer que él lo sabe, pues nada más hay que ver cómo me mira después de hacerlo, con aquella sonrisita pícara que pone previo a la acción.
Al final, él y yo procedimos a «conectar». Después de tanto tiempo, mi lobo amado y yo pudimos aprovechar muy bien estos momentos juntos.
***
El sonido de lozas cayendo al suelo provocó que abriera los ojos de inmediato. Al despertar, miré a mi lado, notando que Imri no se encontraba ahí.
—¿Y entonces?— me levanto tomando la toalla. No entiendo a qué se pudo deber tremendo bullicio —¡Im!— le llamo saliendo de la habitación.
Al entrar a la cocina, me topé con un muy inesperado caos:
—¿Pero qué pasó aquí?
Ra también está despierto. El niño está cubierto hasta los pies de harina todo uso. Mientras que Imri, con una toalla en manos, le está limpiando la cara a regañadientes.
Hay varios trastes en el suelo, ni hablar de la enorme cantidad de harina botada por todas partes, junto a algunos huevos rotos y demás.
¿Por qué hay un galón de aceite en el fregadero?
¡No entiendo nada!
—Mami, yo no fui— el pequeño se separa de su papá y camina hacia mí dando saltitos, esto para que yo lo cargue.
Con todo este desastre, me asombra que no me haya despertado antes. ¿Tan satisfecha quedé de anoche?
Umh, ¿pa' qué negarlo?
—¿Por qué todo está patas arriba?— pregunto sacudiendo el cabello de Ra. Cada día tiene más hebras blancas que ahora mismo confundo con la harina, no sé cuáles cabellos están pintados por ella o cuáles tiene descoloridos.
—Quería hacer algo lindo para ti, imitando a los protas de los libros que leo y eso— dice Imri con desgana —Pero omití algo, ellos no son padres de un cachorro de dos años en fase de exploración.
Aquí no había nada que comer, por lo que Imri tuvo que salir temprano a comprar los ingredientes de lo que sea que iba a hacer.
Oww, ¡él no se cansa de seducirme! Aunque Ra no le colabora.
—¿Me ibas a llevar el desayuno a la cama?— hubiese sido un detalle muy lindo de su parte.
—El almuerzo querrás decir.
¿Eh? ¿Qué hora es?
—Presta un segundo— sé que tiene el celular en el bolsillo, por lo que se lo saqué poniéndome a Ra en la cintura.
12:17 PM
¿Cómo así?
¡¿Cómo pude dormir tanto?!
—Mami, loncona.
—¿Cómo que roncona?— hago una mueca —Yo no ronco, además, ¡¿por qué no me despertaste, Imri?!
—Ya te dije que quería hacer algo lindo para ti— se encoge de hombros —Además, ¿por qué tenía que despertarte?
Se me fue la mañana durmiendo.
—Ra, hora del baño— lanzo un suspiro, a la vez que el niño emplea la misma medida de defensa de siempre: transformarse —Siempre haces lo mismo a pesar de que no te sirve de nada— le digo cargándolo en mis brazos.
Temo que un día se ponga tan pesado que no pueda hacerlo. Estos lobos no son unos cánidos convencionales, ellos son una especie enorme.
—Por cierto, Lúa— me llama Imri ya cuando iba saliendo. Él está limpiando el desorden que provocó nuestro pequeño huracán —Llamó Pato, ella estaba muy enojada contigo.
¿Y eso por qué? ¿Ahora qué hice?
—¿Te dijo por qué?— ahora mismo no recuerdo nada que le haya podido molestar. No la veo desde el incidente con la secuestradora de esposos.
¿Será porque le llamé a Rafa?
Na', ellos se entienden.
—Dijo que llamaría después y que espera que le atiendas.
Ay, no entiendo nada. Mejor baño a mi bebé.
Quien, por cierto, en esta ocasión no acogió forma humana. Él todavía sigue con su aspecto original, incluso cuando lo entré en la bañera, no cambió de forma.
Está ahí sin decir nada.
Aunque, es obvio que no dirá nada. Casi no habla cuando es un humanoide, menos lo hará siendo incapaz de hacerlo.
—No comprendo por qué no te gusta bañarte, con lo rica que está el agua— nunca lo había bañado convertido en lobo, es un poco más complicado entre tanto pelo —Por lo menos te quedas tranquilo cuando te entro.
—¡Graf!— ladra sacudiéndose —¡Graf!— ¿y ahora por qué está ladrando?
—¡Imri, Ra está haciendo cosas de lobo que no comprendo!— grito parando de enjabonarlo, él me salpicó toda.
El pequeño sigue ladrando, no parece que por el momento se vaya a quedar tranquilo.
—¿Qué pasa?— el hombre entra al baño con las manos en la cintura —Ra, ¿por qué tanto alboroto?
—¡Graf!— y vuelve a ladrar, pero ahora está haciendo algo que me deja mucho más confundida.
Él empezó a dar vueltas en el agua, para luego ladrarle a Imri.
—¿Es en serio?— se quita la camiseta —Ra quiere que me bañe con él— dice quitándose el pantalón —Eso en forma lobuna.
—Oh— quisiera descifrarlo como Imri lo hace —Entonces, en lo que se bañan, me iré a duchar en el otro baño.
—¿Hoy vamos a salir?— no lo tenía en mente, pero suena bien.
—Sí, vayamos a comer algo.
—Calne— solo eso hizo que Ra tomara su forma humana.
Ni siquiera me sorprende.
Dejando al par de lobos en la bañera, caminé hasta mi habitación. No recordaba que había dejado tanta ropa bonita, aunque claro, no se suponía que me iría por tanto tiempo.
No duré mucho bañándome, lo hice en un par de minutos. En lo que el agua se deslizaba por mi cuerpo, recordaba lo sucedido la noche anterior.
Hoy es un día más en el que no le puedo decir las palabras que quiero, en el que se me hace imposible mirarlo a los ojos y decirle «te amo».
Detesto eso.
—¿Qué será lo que quiere Pato?— con la toalla envuelta en el pecho, tomo mi celular de la cama. Es increíble como tengo tres llamadas perdidas de la chica.
Primero que nada: mi outfit.
En esta ocasión, escogí algo sencillo. Me puse una blusa corta con estampados florales de esas que en la parte inferior se amarran por detrás. De pantalones seleccioné unos blancos hasta las rodillas y ya en los pies me puse un par de zapatillas color crema.
Como creo que este atuendo se vería mejor con el cabello recogido en una coleta, busqué uno de esos peinados que salen en Pinterest para imitarlo.
Lastimosamente, no me salió.
—Para mí que estos videos son editados— comento frente al espejo. Llevo quince minutos aquí, y cuando no se me queda levantado un lado de mi cabello, es el otro. Además, ¿cómo es que meten las gomas por ahí...? —¡Ah!, ya me cansé.
De todos modos me vería bien hasta con el peinado de la Chilindrina.
—A ver que quiere Patica— me siento en la cama marcando el número de su celular. Al final me decidí por una coleta sencilla.
—Hasta que al fin se te dio la gana de hacerme caso— fue lo primero que dijo al contestar —Ay, Lúa. Eres una roncona.
—¿Qué?
¡Así que fue por eso que Ra me llamó así!
—¡Yo no ronco!— estoy harta de que me levanten calumnias —¿Y qué? ¿Por qué llamabas tanto? ¿Qué quieres?
—¿Qué? ¿Te vas a hacer la que no entiende? ¡Tú bien sabes lo que hiciste!
—No, la verdad, no— estaría encantada de que la gente cercana a mí me diera un poco más de contexto. Sí, soy alguien perspicaz y todo, pero hasta yo necesito un poco de «hilo conductor».
—¡Tú le mandaste a Rafa a ese estúpido!
¿De acuerdo...?
—Eh, sí. Eso hice.
—¡No sabes lo horrible que fue cuando abrí los ojos y me di cuenta de que tenía la cabeza apoyada en el hombro de ese imbécil egoísta!
—Espera, ¿y tu cabeza cómo llegó ahí?
—Pues tú no eres la única que llama a Rafa para que me regrese a casa. Mis amigos notaron esa tendencia, y ahora también lo hacen. ¡Esa es otra cosa que me enoja!
—Entonces me dices que estabas con Rafa cuando él fue a buscar a Fei— oh, vaya. Es más incómodo de lo que imaginé.
—Creo que lo babeé.
—¿Y qué? ¿Todo bien con él?— sí, todavía me preocupa.
—¿Cómo que con él? ¡Fei siempre está bien!— le afectó respirar el mismo oxígeno que el hombre. Me pregunto si la habrá acosado.
—¿De nuevo te volvió a insistir para que le vuelvas a hablar?
—Para mi sorpresa, no. Diría que estaba demasiado borracho— ah, qué bueno —Oye, ¿ya él no vive en tu casa?
—No, por fin lo pude sacar— o mejor dicho, por fin se fue —Dime algo, ¿has hablado con Helena?
—No, ¿por qué?
—Es que me enteré de algo interesante.
—¿Interesante?— podría apostar que levantó la ceja —A ver, habla.
—Tengo que confirmarlo primero, antes de eso no puedo decir nada.
—Al menos dame una idea.
—Tengo la teoría de que ella tiene una relación secreta.
Fabio es un hombre atractivo, de eso no caben dudas. Su personalidad no va acorde a su aspecto, el cual da la impresión de ser alguien intimidante. Considerando el estilo del papá de Army, me es fácil intuir que a la mujer le encantan los tipos con vibras de malotes, aunque el lobo sea lo opuesto en comportamiento.
E Isaac, bueno, es un abandónico de mierda.
—¿Relación secreta? Es imposible— contesta riendo —Helena nunca nos ocultaría una relación sabiendo que primero tenemos que evaluar al susodicho. Es una tradición que no debemos romper.
Pues creo que ella ya lo hizo.
—Cuando hables con ella, haz como si no te dije nada e intenta sacarle info. Debemos llegar al fondo de esto.
—Algo me dice que sabes más de lo que dices.
No se equivoca, pero no le puedo contar sobre Fabio. No antes de revelarle el secreto de los lobos.
—Deberíamos interrogarla— achico los ojos.
—Dime algo, ¿no crees que su relación secreta se trate del amigo de Rirí, o sí?
—¿Rirí?
—Ah, así le llamo a Imri— menudo apodo —No te molesta, ¿verdad?
—No, me parece lindo que sean amigos.
—Sí, no somos ese tipo de amigas.
—Por supuesto que no.
Nosotras seguimos hablando hasta que Imri entró a la habitación junto con Ra. Ambos tienen la ropa de ayer, ya que en esta ocasión no hay nada que pueda prestarle al lobo mayor ni mucho menos a mi lobito.
Deberíamos regresar después de comer.
Al salir, nosotros escogimos un restaurante cerca del vecindario. Yo elegí espagueti para almorzar, mientras que ni siquiera hay que adivinar lo que quisieron Ra como Imri.
Carne.
Estos lobos no saben comer otra cosa.
Así que ahí estaba yo, comiendo mi rica pasta carbonara, a la vez que ellos se tragaban una bandeja de carne frita, específicamente cerdo, como si nunca hubieran comido nada.
—Papi, chú— el pequeño le aparta el brazo para tomar uno de los trozos más grandes. Él lo coge, al mismo tiempo que Imri lo observa indignado.
—Oh, pero miren que bien— dice con las cejas en alto —¡Oye!, te estás volviendo confianzudo— cambió el tono de su voz por uno reprochante —¡Háblale bien a tus mayores!
Imri es un experto cambiando de personalidad de un momento a otro. Hasta yo podría salir regañada si me meto.
—Ña, ña, ña— responde comiendo. ¿Lo dijo apropósito o simplemente es un gesto de niño? —Mami, cárgame— se sube a la mesa y gatea hasta mí.
—Ra, no camines en la mesa— lo sermonea de nuevo.
—Ña, ña, ña.
Sí, lo está haciendo apropósito.
—¡Oye!
—¿Cómo qué «ña, ña, ña»?— le jalo un poco las mejillas, él está sobre mi regazo —Si sigues así, no comerás postre.
—¡No!— me abraza más fuerte.
—Esa rebeldía no me gusta nada— comenta Imri mientras come —Ahora que lo pienso tiene dos años, ya es momento...
—¿Momento de qué?
—Ah, cosas de lobos— se encoge de hombros.
Esa respuesta no me llena en lo más mínimo.
—Tú y tus cosas de lobos— apachurro a Ra, quien está apoyado en mi pecho mientras come —Dime, ¿cómo crees que estén las cosas en la manada?
—Con mucha tensión, supongo— echa un suspiro —Las palabras de Rem todavía resuenan en mi mente, lo que le dijo al alfa...— toma una pausa.
—¿Qué piensas sobre eso?
—No mentía. A veces admiro lo extremadamente directo que es mi hermano, nadie habría sido capaz de hablarle así; a pesar de que es algo que todos pensamos.
«No extraño quién eras porque ya no lo recuerdo».
Ay, Rem; también Imri.
Todos.
—¿Por qué Emre actuará así?— quisiera saberlo.
Tal vez podría ayudar en algo...
¡Eh, no!
Prometí no volver a entrometerme en asuntos que no me conciernen.
Aunque si lo pienso bien, este asunto sí me concierne...
¡No!
Debo mantenerme tranquila, no quiero más problemas.
—Ump, si es que le desagrada ser el alfa, entonces que abandone su puesto y listo— abuchea tomando una servilleta para limpiarle el rostro a Ra —Tal vez por eso está así.
No creo. Dudo que su indiferencia se deba a algo como eso, debe ser por algo más.
—¿Y si el suegris deja su puesto, qué pasará con la manada?
—Se asignará otro alfa.
—¿Y cómo sucede eso? ¿Hay un proceso de elección o...?
—¿Proceso de elección?— lanza una risotada —No, los alfas se crean o se eligen. Los demás lobos de la manada no eligen un alfa, sino que lo hace la anterior pareja alfa. Estoy seguro de que ya los alfas deben tener su propio candidato para ocupar el puesto en caso de que ocurra un cambio.
Imri me acaba de explicar cómo los alfas se eligen, pero, ¿entonces cómo se crean?
—¿Y quién crees que sea el futuro alfa?— es evidente que no será él.
—¿Quién más que no sea Avys? Todos tenemos claro que él será el próximo.
Con que Avys, eh.
Por más que no he tenido la oportunidad de hablar con él en profundidad, se ve que es un buen tipo.
Hasta donde tengo entendido, es el mayor de los hermanos de Imri.
—¿Y por qué estás tan seguro de eso?
—Pues, ¿cómo definiría a Avys en pocas palabras? Ah, perfecto.
¿Cómo qué perfecto? No existe nadie así.
»Nunca he visto a alguien que le salgan tan bien las cosas como a Avys. Es inteligente, siempre tiene la cabeza fría, nunca se equivoca; es genial en todos los sentidos.
Guao, es la primera vez que lo escucho hablando tan bien de alguien. Imri lo admira mucho.
—¿Te imaginas que el próximo alfa sea Rem?
Solo hice una broma, pero por la cara que puso tras mis palabras, me queda claro que no le gustó en lo absoluto. El hombre me miró con una mueca de desagrado y con los ojos achicados, Ra también se dio cuenta de su expresión; el niño miró de su papá a mí con confusión.
—Lúa, no digas tremenda cosa a la ligera— se lo tomó muy en serio —Primero, es inconcebible que el menor llegase a ocupar un puesto así de alto, sería una vergüenza para los lobos mayores. Y segundo, es Rem.
—No le tienes fe— continúo, eso obviando su actitud.
—Es cuestión de perspectiva.
«Perspectiva».
Oww, dijo una palabra difícil.
—Quién sabe si el chico los termina sorprendiendo.
—Y ojalá que sea así— ya no queda nada en la bandeja —Pero de que no será alfa, no lo será. No lo digo por ser cruel o lo que sea, sino que es la realidad: el próximo alfa será Avys.
Imri tiene una posición bastante sólida al respecto.
Todavía me queda mucho por aprender sobre las costumbres de estos lobos capaces de adoptar forma humana y comunicarse como nosotros. Todos los días me entero de algo nuevo acerca de ellos, y por más que me parezca interesante, me hace dar cuenta de que son seres completamente diferentes a mí.
Imri y Ra pertenecen a un mundo, y yo al mío. Somos tres personas que decidieron combinarse.
Hoy, a pesar de ser un día tranquilo, intuyo que los que vienen no serán así. Ya me acostumbré a que siempre suceda algo a la vuelta de la esquina.
.
.
.
.
.
.
(1/2)
Espero que te haya gustado :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top