La otra persona en mí
Capítulo 50: La otra persona en mí
Nunca había visto tantas personas en este territorio, lo interesante es lo distintos que son los lobos del alfa Jarib comparados a los de acá:
Los hombres nada más usan pantalones blancos y holgados. En el torso suelen tener muchos collares hechos de piedras y la mayoría posee enormes tatuajes en el pecho, espalda y brazos con símbolos que son indescifrables para mí.
Las mujeres, en cambio, usan vestidos igual de blancos y muy pocas los llevan con tirantes. La mayoría los tienen hasta las rodillas y me llama la atención que los tatuajes de ellas son de un color carmesí, a diferencia de los de los hombres que varían de negro a un azul muy intenso. Además, los tatuajes de las lobas están limitados a sus extremidades.
Los peinados son similares, tanto hombres como mujeres usan el cabello tejido en trenzas sueltas. Todos lo tienen superlargo, vi a más de una con el pelo hasta más abajo de la cintura.
Sobre la personalidad, todavía no he tenido el placer de verlos en acción. Ellos no han sido abiertos con los lobos de Emre, solo han hablado entre sí, y comienzo a creer que estos lobos tampoco están muy interesados en pasar el día con nosotros.
Esa cara de sospecha que tienen, no se las quita nadie.
—No entiendo qué le pasa a Emre por la cabeza— se queja la alfa por quinta vez desde que regresó de la manada de la alfa Cami.
Estuve con Rem durante las dos primeras horas en las que la suegris no estaba presente porque tenía asuntos pendientes con la manada de los papás de Secuestri.
Ella se está preparando para la ceremonia. Las lobas andan bien estresadas probándole decenas de vestidos y peinados, quieren que luzca asombrosa para su presentación.
Ariangely es la alfa anfitriona. Ella tendrá que presentarse ante los lobos y rendir «tributo» a no sé quién porque no entiendo bien de qué va el asunto. La cosa es que la suegris aceptó a regañadientes la propuesta de su esposo, dizque por verlo motivado y eso, pero a ella no le gustan estas cosas para nada.
—Alfa, no tiene que estar obligada a hacer algo que no quiere— le digo sentada en el césped. Mirando desde un árbol cómo la peinan y maquillan al mismo tiempo.
—No es tan sencillo— lanza un suspiro —Ash, hace años que no hago esto. ¿Y si no lo hago bien?
—Alfa, ¿qué dice?— cuestiona Anya. Ella le está arreglando el cabello —Podrán pasar años y sus tributos serán los mejores.
Ansío verla.
—Dígame, ¿usted desea un maquillaje tradicional?— le pregunta la loba que la está maquillando, su nombre es Sonjej. Ella es una mujer de cabello corto, lacio y castaño hasta los hombros. Posee un semblante tranquilo, con unos ojos redondos y marrones, junto a un rostro redondeado.
—Un maquillaje tradicional, eh— se lo piensa unos segundos —¿Sabes qué? Quiero que me maquilles igual a como lo hace la alfa Bismar cuando es la alfa anfitriona, con la joyería y todo. Seré una alfa tradicionalista hecha y derecha— aplaude con malicia, o al menos eso veo yo —Emre quiso meternos en este lío, y yo lo haré bien— sonríe de oreja a oreja —Lo haré a la perfección, je.
Lo que la suegris dice me parece muy bien, pero su forma de decirlo no tanto. Algo se trae.
—Alfa, mire. Este vestido se le vería muy bien— Arissa viene hasta aquí con un vestido blanco y de volantes —Está muy bonito.
—Dije que quería un maquillaje parecido al de la alfa Bismar, pero no una ropa como la de ella. Tráiganme un vestido rojo como la sangre, mientras más rojo mejor.
Pero si ellos casi siempre usan vestidos blancos como la gente de Jarib. Ahora no quiere.
—¿Un vestido rojo, mamá?— interroga Anya con las cejas en alto —Oiga, ¿qué rayos planea?
Entonces es como pienso, ella se trae algo. Ay, Rem, conoces bien a tu mamá.
—Tranquilas, cachorras. Haré un buen tributo— contesta riéndose —A la alfa Bismar le encantará, ni hablar del alfa Jarib; los dos son una pareja de intensos.
—Entonces iré a buscar el vestido... rojo— Arissa no se oye muy convencida.
—Por cierto, ¿han visto a Avys? Él anda raro últimamente— la chica se detuvo en cuanto escuchó a la suegris —Anya, quiero que lo busques cuando termines con mi cabello. Dile que espero su presencia.
—No quiero— abuchea inflando sus mejillas.
Y con la rapidez con la que lo dijo.
—¿Qué? ¿Y eso por qué?
—Él anda de mal humor. No deja de responder con comentarios pasivo-agresivos cada que se le habla.
¿En serio? Lo que está pasando, le afectó más de lo que creí.
—¿Cómo que anda de mal humor?— pregunta frunciendo el ceño.
—¡Uh! ¡Yo me ofrezco en ir a buscarlo cuando encuentre un vestido para usted!— Arissa levanta la mano con un gran ánimo.
—No pierdas tu tiempo, niña— le interrumpe Anya —Mejor no le hables si no quieres que te rompa el inocente enamoramiento que siente por él.
—¿Cómo así?— duda con la ceja en alto —¡Avys no haría eso!
—Está de malas, mejor ni hablarle.
—Ya veo— de repente, la alfa posa su mirada en mí —Lúa, hazme un favor y búscalo.
—¿Eh?— Anya fue muy clara cuando dijo que estaba de malas —¿Y por qué yo?— me señalo haciendo una mueca. Soy la que menos quiere hablar con él, no se me olvida lo que dijo del tamaño de mi lengua —Con todo respeto, claro.
—No creo que te trate mal, no es que como que se tengan tanta confianza— ella no sabe nada —Con Anya se puede dar el gusto de ser condescendiente porque ambos son de la misma camada y se dan el lujo de ser horribles entre ellos.
—¡Oiga!— reclama la cuñada mayor.
—¿Me equivoco?— pregunta y ella decide no responder.
—Eso significa que yo también puedo buscarlo sin que sea pasivo-agresivo conmigo— protesta Arissa.
—No, tú no. Si sigues detrás de él, te aseguro que seré agresiva-agresiva— advierte juiciosa —No le interesas ni le vas a interesar, ya mejor olvídalo antes de que sea peor.
—No sea cruel, alfa— le pide Sonjej.
—Imagina si de verdad lo fuera.
Cielos, Arissa la está mirando con una cara de horror. Ella tiene las mejillas sonrojadas, pero de rabia. La chica aprieta los puños, pero no se atreve a pronunciar palabras.
—Usted solo dice eso porque desea que esté con alguien que no me interesa en lo absoluto— corta yéndose.
—Alfa, ¿a qué se refiere?— le pregunta Anya.
—El tiempo siempre nos hace dar cuenta de lo obvio— se encoge de hombros.
Muy bien, es momento de cambiar de grupo.
—Iré a decirle a Avys que quiere verlo— qué problema ser una huma-lobo. La alfa puede ser bien mandona —Nos vemos.
—No te tardes— me dice la cuñada mayor —Como te demores, quedarás de última en la fila para peinados y ni hablar de la de maquillaje.
Ooh.
Admito que me siento distraída por el asunto de Emre. Gracias a eso, mis interacciones con las lobas han sido mínimas. Me he limitado a escucharlas, a veces imaginándome las reacciones que tendrían de enterarse del asunto del alfa.
Dicho esto, ¿dónde está? No lo he visto desde que llegué. Aunque es difícil hacerlo en medio de tanta gente, y eso que no han llegado los lobos del alfa Edry.
—¡Muy bien! ¡Todos en fila!— escuchar la voz de Lala me detuvo. La mujer, tal y como lo esperaba porque no es lenta ni perezosa, trae a Ra en su cintura mientras le habla a unos niños de algunos siete a diez años —¿Cuál es el problema?— les pregunta seria.
—¡Él me empujó!— un pequeño de pantaloncitos señala a otro de nariz moquienta —¡Lo desafío a un duelo!— y con la seguridad que habla. Le calculo algunos ocho años.
Él se transforma en lobito y estaba por saltarle encima a su objetivo cuando Larimar se interpuso, agarrándolo del pelaje.
—¡¿En dónde aprendiste tremenda cosa?!— lo sacude a gritos.
—¡Le diré a mi mamá!— dice el otro niño. Todos a su alrededor están gritando eufóricos.
—Los conflictos no traen nada bueno, menos entre lobos de una misma manada— le aconseja poniéndose de cuclillas frente al niño que regresó a su forma humanoide —Si él te empujó, se disculpará— jala al segundo chiquillo poniéndolo frente al conflictivo —Vamos, pídele perdón y dejen el show que tenemos visita.
El par de niños duda en dirigirse la palabra hasta que, por insistencia de Larimar, se piden disculpas y luego se marchan con los otros.
Estaba por ir hacia allá, pero la presencia repentina de Lana llamó mi atención. Ella se le puso enfrente con una sonrisa en el rostro.
—Ah, tan maternal como siempre— de acuerdo, mis pasos se vieron reducidos. ¿Acaso son amigas? —Ow, ¿es el niño de Eveling? Que grande está, la última vez que lo vi estaba bien pequeñito— le aprieta una mejilla —Hola, bebé, ¿cómo estás?
—¿Qué quieres?— no, no son amigas. Larimar retrocedió de inmediato.
Esa mujer no es amiga de nadie.
—¡Mami!— Ra me ve acercarme. El niño extiende los brazos en mi dirección, y yo lo tomo sin quitarle el ojo de encima a la mujer.
—Hola, de nuevo— saludo observando mi alrededor.
¿Dónde está Imri?
—Tengo cosas que hacer— corta Larimar dando media vuelta.
—Espera— la mujer la toma del brazo —¿No quieres que te acompañe?— propone con una sonrisa —Tú odias a todos. Algo irónico porque gracias a eso, siento que eres la que menos me odia.
Eh... guao.
—Has compartido información secreta de nosotros con tu manada, ¿cómo no quieres que te odien?— acorta la distancia entre ambas —Les enseñaste nuestro estilo de pelea, haciéndolos más fuertes.
—No es como si les afecte. ¿No te enteraste de que Rem peleó contra Iasek y casi le ganaba de no haber sido por la intromisión de Onil?
—No me interesa— se quita su mano de encima —No quiero saber nada de ti. Además, no estoy de ganas para soportar a Fabio llamándome «traidora» por hablar contigo.
—¿Es en serio? ¿Desde cuándo le haces caso?
—¿Qué te digo? De elegir entre él, que es mi familia, y tú que dejaste de serlo, escojo al hombre por más que sea un fastidio.
Larimar dijo esto último antes de marcharse con el niño. Él volvió a ella, extendiendo los brazos justo como me los había extendido a mí.
En el lugar nada más quedamos Lana y yo, y no podría ser más incómodo. La mujer en serio está necesitada por hablar con alguien.
—¿Me puedes decir dónde dejaste a Rem?— me pregunta jugueteando con los dedos.
Si se supone que ella pertenece a la manada del alfa Jarib, no debería estar buscándole plática a los de esta manada. Los demás lobos se han mantenido por su lado; hablando entre ellos sin siquiera mirar a los de Emre, pero Lana insiste en estar con los de aquí.
Umh, sé que estuvo mal lo que le hizo a Fabio, pero también me da pena su situación. Ella creció en una manada que ahora la rechaza. Aunque... no puedo omitir que Larimar mencionó que Lana reveló secretos con tal de pertenecer a su actual manada, o al menos es lo que creo yo.
—Amh, dijo que estaría con unos amigos— nos separamos en cuanto la alfa llegó. Quería pasar tiempo con las lobas.
—Entiendo— contesta bajando las cejas.
Antes de pedir el auxilio de mi hermano, escuché como ella le reclamaba por evitarla. Le pregunté a Rem sobre eso y el chico solo mencionó que no quería meterse en problemas en un día como este. Dizque porque necesitaba demostrarle a Onil y a su papá que podía mantenerse tranquilo sin la custodia de su hermano, cosa que no pasaría al ver el comportamiento de Iasek con Lana.
Más que evitarle problemas a la mujer, Rem se los quiere evitar a él mismo. Sabe que no podrá quedarse de brazos cruzados si ve que el hombre la trata mal.
—¿Y tú...?
—Ah, era cierto que venías.
Lana me iba a decir algo, pero se vio interrumpida por la llegada de Marina; mi hermana mayor. Ella, como siempre, luce sonriente.
—Oh, hola— sonrío mientras nos saludamos con un beso en la mejilla —No me digas que hoy tocan clases— me muero si es así.
—No, no, claro que no. Yo también merezco disfrutar de tan hermoso día— es en serio, esta mujer irradia un brillo tremendo. O yo estoy demasiado triste por lo de Emre, o ella es demasiado feliz —Y Lana, ¿qué tal?— también la saluda con las cejas en alto.
—Ya me iba, tengo que regresar con mi manada— su semblante cambió desde que Marina llegó.
Lana pasó a tener una postura temerosa, como si le intimidara la presencia de la mujer por más que sea un sol. Ella no esperó la respuesta de mi hermana, se fue casi corriendo.
—¿Y a esta que le picó?— pensé que entendía el motivo de su actitud, pero está igual de confundida que yo —¿Será porque soy de los mayores?— piensa en voz alta —Oye, Lu. ¿No te molesta que te diga «Lu», verdad?
Siempre hay formas de acortar un nombre que ya de por sí era lo bastante corto.
—No, está bien— Imri no ha vuelto, me preocupa no verlo por ningún lado. ¿Será que se fue a buscar al perfecto?
—Bien, Lu. Una pregunta, ¿no me temes, o sí?
¿Y por qué le temería?
—Para nada.
—¿Entonces por qué los lobos de Jarib huyen de mí?— resopla cruzando los brazos —No soy como Avys o Anya, soy bastante débil para ser de la primera camada. No tienen por qué temerme.
¿Entonces mientras más alta es tu camada, más intimidante eres? Tiene sentido si tomamos en cuenta el estatus de Avys al ser el mayor. Igual el de Rem que es menor.
—Creo que ellos solo son personas reservadas— no me imagino hablando con esa gente —Y hermana, una pregunta, ¿has visto a Avys? La alfa lo llama.
Tengo el presentimiento de que está con el prófugo de mi lobo.
—Sí. Lo vi yéndose con Imri y otros lobos hacia el lado sur— me apunta un sitio con el dedo —Lo extraño es que esos lobos eran de Jarib, no de aquí. Por verlos hablando fue que creí que podría acercarme a ellos, pero puede ser verdad lo que dices y sean personas reservadas. También selectivas...
¿Cómo dijo? ¡Esto solo se traduce a problemas, líos y más problemas!
—¡¿Los viste hace rato?!— le agarro los hombros. Ahora mi presentimiento es peor —¡¿Hace cuánto los viste?!
—Hace unos diez minutos. ¿Qué pasa? ¿Algo anda mal?
—¡No!— me alejo de ella. Debo buscar a Imri de inmediato —¡Solo que la alfa es muy impaciente, quiere a Avys para ya!— espero que todo vaya bien y hablen como personas civilizadas, es lo único que deseo.
—Ay, sí. A veces mamá es bien sofocante.
Dejo a Marina y me voy corriendo a la dirección que apuntó. Por alguna razón, siento que Avys ha de estar bien tranqui, mientras que Imri debe estar metido en un ataque de estrés. Si ese hombre lo orilla a actuar mal, ¡juro que no se lo perdonaré!
El lado sur se caracteriza por estar rodeado de muchos árboles y arbustos. Tuve que atravesarlos todos y poco me importa haberme llenado los pantalones de cadillo. Lo único que quiero es impedir que Imri se meta en problemas, no ahora que su relación con Emre está mejorando.
Atravesando la maleza, logro distinguir a un grupo de hombres, entre ellos Imri y su hermano. Ellos están delante de tres lobos, de los cuales solo reconozco a uno.
Es el tipo con el que Avys peleó en el ring de boxeo, el mismo con el que se enfrentó por segunda vez cuando Rem lo descubrió.
—Así como ustedes, yo también repruebo el comportamiento de mi hermano— les dice Imri con un rostro serio.
Él se encuentra a un paso más que Avys. El cuñado mayor está detrás de mi lobo con las manos en los bolsillos y una cara de hartazgo.
»Avys hizo mal, muy mal; pero les pido actuar con prudencia en un día como este por el bien de la relación entre nuestras manadas. Les aseguro que no falta mucho para que mi alfa se entere de la situación. Él lo castigará duramente cuando lo haga.
»Solo... guarden discreción.
Ay, Imri. Qué pesar. No creo que con las caras que se cargan estos tipos, ellos quieran ser discretos.
—¡¿Por qué tenemos que callar lo que hizo ese imbécil?!— reclama el hombre. No recuerdo cómo se llamaba, solo que su nombre iniciaba con la letra «R». —¡¿Crees que nos vamos a quedar tranquilos después de que este tipo sea una amenaza andante?!— me sorprende que Avys no diga nada, es como si Imri le hubiera pedido que se callara —¡No creemos en la resolución de tu alfa! ¡Es su hijo mayor, claro que lo protegerá y no lo castigará como debe!
—Tsh— y ahora sonríe. Mi cuñado mayor lanza una risotada al escucharlo.
En su lugar, yo también me indignaría. Es como si, con su gesto, estuviera confirmando sus palabras.
—¿De qué te ríes, maldito desgraciado?— cuestiona un segundo integrante del grupo. El único lobo de ellos que he visto con el pelo rapado, además del tipo del ring —¡¿Qué te parece gracioso?!
—Mi hermano está molesto conmigo, por lo que cada cosa que diga, sé que lo enojará más— resopla señalando a Imri —No puedo hablar.
Vaya, con que eso es lo que lo tiene tan callado.
—¡¿Y nosotros qué con eso?!— grita un tercer hombre, alguien que posee una gran quemadura en la mitad del rostro —¡Te metiste con uno de los nuestros, eso no te lo vamos a perdonar!
—Si hay algo que podamos hacer para que tengan paciencia, lo haremos sin dudar— insiste Imri —No tienen que hablar con él, háganlo conmigo.
—Sí, hay algo— responde el hombre del ring —¡Lo reto a un duelo!— apunta con el dedo —¡Pelea conmigo, hijo mayor de Emre!
—¿De nuevo?— Avys arquea la ceja —¿Pero cuántas veces quieres perder?
Me pregunto lo mismo, ya van dos veces que lo derrotan.
—¡Ahora es distinto! Juro que te haré tragar tu dignidad y recuperaré mi honor.
—Si acceden al duelo, prometemos no revelar nada— dice el hombre de la quemadura —Y si tienes orgullo, no podrás negarte a pelear con mi hermano.
—Avys no peleará con nadie— interviene Imri —Él tiene prohibido pelear por órdenes de mi alfa. Mi hermano no seguirá desobedeciéndolo.
—Ustedes son los que no tienen orgullo al pedirme esto— responde Avys —Por favor, si hasta mi hermano pequeño pudo vencer a uno de sus mayores. ¿Y aun así creen que podrán conmigo?
—Avys— Imri le hace una mirada para que se detenga.
—Hermano, me estoy cansando— lanza un suspiro —Considero una pérdida de tiempo tener que lidiar con ustedes. Mejor váyanse, en serio no quiero lastimarlos. Me aterroriza dañar a personas tan débiles— ay, cielos, los está provocando —Su manada es lo que menos me preocupa entre todos mis problemas, me da más miedo la reacción de mi mamá. Hagan lo que quieran.
Los ojos de los tres hombres cambiaron de color. Es tanto el coraje producido por las palabras de Avys, que no creo que se vayan sin más.
¿Qué pasaría si entro? Deberán detenerse ante la llegada de un tercero, ¿no?
—¡Nadie saldrá de aquí hasta que le aplaste la cabeza!— grita... ¡Raisek! Ese era su nombre —¡¿Quién te crees que eres para subestimar a nuestra manada?!— se aproxima a él, pero Imri no lo deja acceder a Avys, poniéndose en medio de ambos.
Los otros dos lobos proceden a rodearlos. Hay uno a la derecha y otro a la izquierda, a la vez que Raisek le da frente a Imri.
—Avys no peleará— le dice con el ceño fruncido —¡¿Esto era lo que querías, no?!— mira a su hermano —¡Irritarlos para tener una excusa para enfrentarlos!
Avys no responde, solo mira su entorno pasando de cada lobo con desinterés.
—Muévete. Mi problema no es contigo— le habla Raisek.
—Jum— espera un segundo, ¿por qué Imri se está quitando el abrigo? —Escúchenme bien...— hace lo mismo con su camiseta, quedando con el torso desnudo —¡Le ponen un solo dedo encima a mi hermano mayor y juro que seré yo el que les aplaste la cabeza!
¿C-Cómo dijo?
Con menuda amenaza ya no puedo interferir, va y me usan como carnada.
Avys..., ¡no le perdonaré que sea el causante de esto!
—Y si tocan a mi hermano menor, los mataré a los tres— advierte con toda la tranquilidad del mundo, aun con las manos en los bolsillos.
—¡Tú no harás nada!— le grita Imri —¡A penas te permito respirar!— está furioso —Ahora bien, den un paso atrás. No quiero pelear, pero lo haré de ser necesario.
—Los mataré si lastiman a mi hermano— repite Avys. Ahora luce sombrío, con una mirada fría que eriza la piel de cualquiera. Habla muy en serio.
—Y si lo haces, si te atreves a levantar el más mínimo músculo en contra de ellos, juro que no seré más tu hermano— Imri es otro que habla en serio —Tú decides.
—Imri, me estás haciendo tener vergüenza.
¿Vergüenza?
—¿Tu hermano te defiende y dices que te da vergüenza?— pregunta Raisek —¿Qué diablos contigo?
—No me da vergüenza, dije que me hace tener vergüenza. Es algo muy diferente— suspira —Me avergüenza que mi hermanito me esté protegiendo, más que pelee por mí— da varios pasos hacia adelante. En un movimiento que nos sorprende a todos, Avys... se pone de rodillas con la frente en el suelo —L-L siento por mis acciones— se disculpa enterrando las garras en la tierra —Hay dos maneras de terminar un conflicto: aceptando un duelo o pidiendo perdón de rodillas— traga saliva —Elijo esta opción.
—¿Q-Qué?— los dos hombres están sin palabras. Raisek, en cambio, lo ve impactado.
—Imri, ¿esto te parece bien?—pregunta con la cabeza baja —¿Hará que no dejes de ser mi hermano?
Él... de verdad está de rodillas. D-De rodillas.
Es menos arrogante de lo que pensé.
—¡Raisek!
Al que no le importa mucho es a Raisek. El hombre levantó las garras en contra de Avys a pesar de que estuviera de rodillas. No le hizo caso al llamado de su hermano para que no lo hiciera, estaba decidido en hacerle daño, sea de frente o no.
Sin embargo, Imri lo impidió agarrándolo rápidamente del brazo y dándole una patada en el estómago que lo derribó a varios metros.
Él, con una mirada completamente distinta a lo usual, con los ojos completamente amarillentos, y unas garras y colmillos prominentes; no bien esperó a que Raisek se levantara del suelo para estamparle dos puñetazos a cada lado del rostro.
La sangre salió de su nariz y boca. El hombre rapado iba a detenerlos, pero el de la quemadura y hermano de Raisek, le agarró del brazo con el ceño fruncido.
Imri no deja de golpearlo con rapidez, en ningún momento ha permitido que lo toque. En estos momentos percibo un aura oscura de sangre a su alrededor, ¡e-está furioso!
Y me asusta.
Desde mi posición, no dejo de apretar el tronco de un árbol a la vez que mi corazón late cada vez más fuerte. No puedo aceptar que este sentimiento de ansiedad se deba a él, pero es así. Me da miedo verlo pelear, lo hace justo del mismo modo en que antes me describieron a Avys.
Como una bestia.
—Nadie toca a mi hermano— dice con una voz ronca mientras continúa peleando con Raisek.
El hombre se transformó en lobo y ni así pudo contra Imri. Solo le llegó a morder superficialmente el brazo izquierdo antes de que él le diera un fuerte golpe en el abdomen. Haciéndolo volver a un aspecto humanoide.
»¡Fui bastante claro con mi amenaza!— clama con la rodilla en la nuca del hombre, a la vez que le tiene agarrados ambos brazos. Lo ha dejado inmóvil —Y yo no amenazo dos veces— aprieta la llave. Avys continúa hincado con la cabeza baja. No le puedo ver el rostro desde donde estoy. —¡¿Cómo quisiste lastimar a un hombre de rodillas frente a ti?! ¡Y peor! ¡¿Creíste que yo me quedaría de brazos cruzados mientras lo hacías?!— Raisek no deja de intentar escapar, pero como siga moviéndose, sus brazos... —¡¿Quién crees que soy, eh?! No te dejes engañar por mi actitud, ¡soy de los lobos agresivos!
—Mataré a ese hijo de puta— responde con la boca ensangrentada. Él observa a Avys con un fuerte resentimiento —C-Como no me sueltes, serás el siguiente.
—¿Acabas de decirle «puta» a mi alfa?— cuestiona Imri y ay, no.
Avys levanta la mirada poco a poco. Esos ojos apuntan una sola cosa:
«Voy a matarte».
—¡Esperen!— el lobo de cara quemada da un paso al frente. Debió sentir la muerte muy cerca de su hermano —Paso a hacerme responsable de Raisek, y acepto tus disculpas por él— le dice a Avys —No arruinaremos el año nuevo, lo juro por mis alfas.
—Él acaba de insultar a mi madre— a Imri ya no le interesa la paz.
—No solo Avys es un hijo de puta, tú también lo eres— se burla Raisek pese a que se encuentra todo destrozado —¡¿Creen que no se sabe las ganas que le tenía Azar?! ¡Por eso su alfa lo mató! ¡Algo pasó ahí!
—¡Imri!— salgo rápidamente de donde estoy. De no hacerlo, ¡él le iba a romper ambos brazos!
—¿Lúa...?— se quedó a media acción.
El que no lo hizo fue Avys, quien se transformó en lobo y corrió hacia Raisek dispuesto a asesinarlo. Su forma original es enorme, debe medir casi dos metros. Ni hablar de su grueso pelaje gris con blanco y negro, el cual le hace dar una apariencia mucho más grande e intimidante.
—¡Tranquilo!— Imri suelta a Raisek y se abalanza a su hermano, abrazándolo con los brazos y piernas —¡Váyanse, ya!— le grita a los hombres mientras forcejea con mi cuñado.
Con una personalidad como la suya, es la primera vez que lo veo perdiendo el control. Aunque, hoy ha sido el día de las primeras veces. Avys no deja de gruñir, moviéndose a todas partes. Es más, apuesto que no se quita a Imri de encima por temor a lastimarlo. Solo se limita a rodar con él, emitiendo decenas de rugidos.
—Avys, tienes que tranquilizarte. Si lo matas, el alfa Jarib querrá hacer lo mismo contigo— le habla Imri —Tranquilo, solo... guarda la calma.
Los dos hombres se llevan a Raisek, a la vez que Avys se transforma lentamente, mirando el cielo con el mentón tenso.
—Ya estoy bien, suéltame— le pide a Imri y él le hace caso. Los dos se quedan bocarriba en el suelo.
—Lúa— me llama Imri. Hoy vi algo que no me gustó en lo absoluto.
—Yo...— su mano y pecho están manchados con la sangre de otro. Mi vista recae en su brazo, tiene la mordida de Raisek —Será mejor que sanes esa herida— quiero alejarme un rato y poner mi mente en orden —Avys, tu mamá quiere verte— le digo dando media vuelta.
—Oye, espera— se pone de pie. Imri me toma del brazo para que frene —Emh...— le avergüenza que lo haya visto así —¿A dónde vas?
—Hay una actitud tuya que me ha estado incomodando— iba a ignorarlo, pero después de lo que acaba de pasar, no —Pero mejor hablemos de eso más tarde, no tenemos por qué discutir frente a otras personas— Avys sintió mi mirada bastante bien.
En serio, el enojo que siento hacia él no tiene precedentes.
—Hablemos ahora— me agarra la mano —Vayamos a un lugar adecuado para que platiquemos a solas.
Y yo que pensaba relajarme primero.
—Bien, pero primero...— voy y recojo su abrigo del suelo —Te dará frío— se lo pongo en los hombros —Ahora vamos.
Antes de abandonar el sitio, le lancé una última mirada a Avys. Me dan ganas de ir con Emre y decirle todo. Si no fuera por la posición de su padre, lo haría sin dudar.
Este fue un golpe directo a mi familia.
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(2/3)
Espero que te haya gustado el capítulo :D
Y sí, Imri le iba a romper los brazos si Lúa no intervenía...
¿Qué les puedo decir? Por favor, no puede ser una sorpresa si consideramos que él es diferente con ella JAJAJA, con Lúa se da el gusto de ser dulce, pero con otros... Nop. Hagan memoria 3:)
Y ya, que tengo que subir la tercera parte, nos vemos allá
Ailovius
Oh, no olvidemos mencionar lo de la suegris y lo bien que Rem conoce a su mamá. Ahora que lo pienso, ¿será que el chico salió así de problemático gracias a ella? Ambos tienen algo en común y es que aman ver el mundo arder.
Y Onil en el extra del capítulo 46: ella y yo no tenemos nada en común :u
JAJAJAJA
No, pero ya. Avanza al siguiente capítulo, habiendo dejado tu voto en este, claro.
Y claro, respondiendo lo siguiente:
¿Teorías?
¿Comentarios?
¿Impresiones?
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